martes, 14 de julio de 2015

LA MANO IZQUIERDA DEL ENTRENADOR.



Fútbol · entrenamiento · Artículos
La mano izquierda del entrenador /por Diego Cabeza
Fútbolmerino.jimdo.com.

 “El fútbol es de los futbolistas”. Sin duda es una de las frases que se escuchan habitualmente en distintos foros futbolísticos. Y se escucha porque es una de las pocas afirmaciones que se acerca a ser categórica en un mundo, el del fútbol, en el que existen tantas opiniones como personas opinan y todas pueden ser válidas en función del contexto en el que nos encontremos.

Hoy día, podemos encontrar en nuestro país a miles de entrenadores con una gran formación y con la convicción de estar preparados para todo. Por fortuna, esa formación no garantiza que todos ellos vayan a ser buenos entrenadores.

Y digo por fortuna, porque será precisamente esa diversidad de personas la que actúe como elemento diferenciador entre todos esos entrenadores. Misma formación, distintas personas, distintos entrenadores.
Esa es una de las claves que marcan actualmente la diferencia entre los buenos entrenadores y los mejores. Entre los competentes y los que no lo son. La persona que dirige es la que marca, en muchas de las ocasiones, el devenir de un equipo. Y es la persona, porque en muchas ocasiones dejamos de tratar cuestiones meramente futbolísticas para abordar directamente cuestiones de índole personal con nuestros jugadores.

Por lo tanto, gestionar al grupo humano que tenemos frente a nosotros, se convierte a mi modo de ver, en un asunto de máxima prioridad si queremos lograr los máximos éxitos deportivos, pues a pesar de que los jugadores, como afirma Óscar Cano son “los que juegan y los que saben”, el entrenador debe conseguir liderar a ese grupo de jugadores, orientándolos hacia la consecución de unos objetivos comunes para conseguir conformar un equipo como tal.

Y respecto de ese liderazgo habla Graham Taylor, experto en coaching deportivo y cuyas palabras recogen Jones, Armour y Potrac en su libro Sports Coaching Culture, donde explica que, “a menos que la gente esté dispuesta a escucharte, a menos que tú estés preparado para escucharles y entenderlos como personas, el mejor libro de coaching del mundo no te ayudará. 

Todo gira en torno a las relaciones que tienes con tus jugadores y la confianza que existe entre vosotros. Así es la vida”.

Por lo tanto, debemos tener claro el papel que debe desempeñar el entrenador dentro de un equipo de fútbol, asumiendo la dependencia del jugador, sus circunstancias, sentimientos y capacidades, pues son, lo que el propio Óscar Cano denomina “proyectos imaginarios del entrenador”, la falta de empatía o el desconocimiento de la personalidad de cada uno de nuestros jugadores, algunas de las causas más comunes del fracaso de muchos equipos y, con ellos, de sus entrenadores.
Porque cuántas veces no somos capaces de entender una situación y a la persona que la vive, cometiendo el error de hacer lo primero que nos pasa por la cabeza o lo que a nosotros nos gustaría que nos hiciesen en ese momento, dejando de hacer lo que realmente la persona que tenemos enfrente necesita que hagamos. Debemos pues intentar el tratar al jugador como él necesita y no como a nosotros nos gustaría ser tratados en esa situación.

Conocer a nuestros jugadores, nos permitirá adaptar nuestras actuaciones a las circunstancias, evitando otro error muy común como es el de querer tratar a todos por igual, intentando equiparar a un jugador con años de experiencia en el club o la categoría con un recién llegado o con un jugador con dificultades idiomáticas que limitan su capacidad para captar los mensajes que como entrenador le haces llegar. Ser justos con nuestros jugadores no significará siempre el haberlos tratado de igual manera a todos ellos ni, por supuesto, haber dejado a un lado nuestra condición de líderes dentro del grupo.
Así, ese acertar con las necesidades de nuestro jugador será fundamental a la hora de reforzar la confianza en sí mismo, en su papel protagonista dentro del funcionamiento del equipo y en lo que el entrenador le está transmitiendo, ya que como recogen Weinberg y Gould “los deportistas con altos niveles de autoconfianza se fijan objetivos más ambiciosos y responden de forma más eficiente a situaciones complejas y de mayor dificultad.”

Un clima de confianza y cercanía que algunos eruditos en la causa como Paco Jémez consiguen, como afirmó en una entrevista concedida a El País y entre otras muchas cosas, al no tener problemas para ir a tomar cervezas con sus jugadores, pues son todos capaces de entender que “cuando llegamos al trabajo yo soy su jefe y tienen que hacer lo que yo diga”. Cuestiones de un buen líder. Cuestión de mano izquierda.

Referencias 
·          Cano, O., 2012. El Juego de posición del F.C. Barcelona. Concepto y entrenamiento. MC Sports. Barcelona.
·          Jémez, F. 2012. Entrevista al diario El País, 22-09-12
·          Jones, R., Armour, K. y Potrac, P.,2004. Sports Coaching Cultures: From Practice to TheoryRoutledge. New York.
·          Weinberg, R. y Gould, D., 2010. Fundamentos de Psicología del Deporte y del Ejercicio físico. Editorial Médica Panamericana.
Artículo realizado por Diego Cabeza.


LA DIFERENCIA RADICA EN EL MENSAJE.


La influencia de los entrenadores sobre los jugadores es fundamental en el rendimiento de estos. El entrenador en todo momento se encuentra en las búsqueda de adquirir las mejores  habilidades comunicativas que le puedan ayudar a comunicar mejor con sus jugadores, y por lo tanto elevar su rendimiento.

El entrenador debe transmitir muchos conceptos al jugador, individuales y colectivos, y se debe asegurar que la comunicación ha sido efectiva. Todos los entrenadores saben de fútbol, pero los buenos entrenadores saben transmitir ese fútbol a sus jugadores de manera efectiva.



 Debemos crear una estabilidad emocional en el jugador que le ayude a sacar lo mejor de sí mismo, crear un ambiente adecuado en las relaciones personales. Los entrenadores sabemos que vamos a influir emocionalmente en el jugador, por lo tanto debemos controlar esa influencia para que sea positiva, eficaz, efectiva…

Recordamos que el entrenador tiene la responsabilidad de dirigir un grupo muy amplio de personas, que no todas piensan igual ni ven las cosas de la misma manera. Por lo tanto el entrenador debe ser muy meticuloso en sus acciones, manifestaciones y acercamientos al individuo o al colectivo.

En lo que conviene al horario de entrenamiento, éste debe ser aprovechado para desarrollar las actividades planificadas. Debemos crear un ambiente dinámico, se juega como se entrena.

 Por lo que debemos evitar pausas largas y excesivas exposiciones orales por parte de los técnicos. Las explicaciones deben ser concretas, puntuales y precisas. Está claro que el entrenador debe comunicar muchas cosas a una plantilla y necesita tiempo para explicarse. Por eso debemos organizarnos esas charlas antes o después de los entrenamientos.
DAVID MARTÍNEZ
Twitter: @davidmart88


EL ARTE DE CREAR UN EQUIPO.


David Martínez/ entrenador español de fútbol.

En el presente artículo, os presento la aportación y colaboración  de un compañero, Rafa Fernández, con una reflexión personal sobre la dificultad y al mismo tiempo importancia, de la constitución de un equipo, grupo o plantilla competitiva en toda la extensión de su palabra.

 “Podeís llamarme valiente, osado o incluso imprudente. La palabra arte, diréis, no se puede utilizar tan al libre albedrío.
Mozart, Van Gohg o Miguel ángel se retorcerían en sus tumbas si leyesen semejante barbaridad….puede ser.
Pero no encuentro otra palabra que me llegue tan adentro, que me haga sentir y me deje explicar de mejor forma que es para mí confeccionar un equipo de fútbol.
Que vaya por delante que amo este juego por encima de todo, así que, que me perdonen artistas pero allá vamos.

Quizás a simple vista nos parezca sencillo: 22 jugadores, un balón, una portería propia, otra rival, ganar empatar o perder. En esto consiste nuestro juego. Pero nada más lejos de la realidad. Detrás de todos esos ítems se encuentra el verdadero arte, el talento intrínseco de cada uno de los que lideramos a grupos para formar la mejor tripulación posible para nuestro barco.

Voy más allá de la táctica, la técnica, los principios ofensivos, o los comportamientos sin balón. La confección va mucho más allá.


 Se trata de crear un barco, con todas sus piezas, llenarlo de valores humanos, de mismos objetivos y similares patrones. De proporcionar al jugador/equipo herramientas para no sólo el juego sino para su cohesión grupal, para sus emociones, para que se quieran unos a otros como si de una familia se tratase.

Y créanme, eso es harto complicado. Por eso creo vital antes de fichar a ningún jugador para nuestro proyecto que conozcamos bien cada una de sus características no deportivas, porque al final será de necesidad básica para poder acoplarlos en el contexto que nosotros queremos crear.

Cada jugador/persona tiene sus intereses, valores, principios, contexto social etc, por lo tanto encajar 22 piezas en un mismo marco es arte puro. Arte solo al alcance de unos pocos, al alcance de los que saben llegar, de los “justos”, de los que ponen el bienestar grupal por encima de cualquier resultado, de los que “quieren” al jugador por encima de su rendimiento, de los que renuncian a momentos, incluso a entrenamientos, por compartir una charla, un café o un paseo.

Crear la necesidad de querer estar juntos, de vivir que somos uno, de que los jugadores tengan el sentimiento de pertenencia y se sientan orgulloso de ello y por ello. Sólo así conseguiremos bajo mi punto de vista el rendimiento real, el rendimiento puro, ya que desde la emoción y la pasión podemos dar y extraer lo mejor de nosotros mismos.


domingo, 12 de julio de 2015

JULIO GARGANTA


Y SUS VERDADES SOBRE EL FUTBOL:

 "LO IMPORTANTE NO ES QUEDAR ATADO A LAS MODAS PERO PARA SER COHERENTES CON LO QUE QUEREMOS".

Las modas están acabando con el fútbol.
Hoy gran cantidad de entrenadores y especialistas en el fútbol solo hablan de la Periodización Táctica como la solución y panacea para resolver todos sus problemas. Me parece y creo que ese no es el camino para un mejor desarrollo del fútbol en Latinoamérica y el mundo.

 Por lo cual los invito a ver estos 11 partes en donde el Dr. Julio Garganta uno de los grandes Maestros de la  Cátedra de fútbol de Universidad de Porto de Portugal a través de una entrevista que da a la Universidad del Fútbol  nos aclara muchas dudas de cuales debe ser las pautas para el desarrollo de un fútbol más sistémico y global.

PRIMERA PARTE DIMENSIONES DEL CONCEPTO DE JUEGO "El concepto de modelo de juego se puede transmitir a través de entrenadores como Arsene Wenger, José Mourinho, Rafael Benítez, para hablar de lo que creen (en términos metodológicos) tienden a crear referencias. (...) En 1989 la Facultad del Deporte (Porto, Portugal), el prof. Jorge Pinto y yo  escribimos  un artículo académico sobre el modelo de juego de una manera que también fue válida como referencia. (...) Pero lo importante es no quedar atado a las modas, pero para ser coherente con lo que creemos. " (Julio Garganta).

 SEGUNDA PARTE MODELO TÁCTICO DE JUEGO "La formación es lo que hace que el juego  justifique la práctica. (...) La formación del modelo es el modelo de los principios y no los extremos. Busca expresar el comportamiento de un futuro cierto. "(Julio Garganta).


 TERCERA PARTE LOS MALES DE LA TENDENCIA DE LA STANDARIZACIÓN "Sólo hay una manera de jugar, no sólo una manera de entrenar. (...) Standarización (incluso el éxito) se podría agotar el fútbol. (...) Yo recomiendo a mis estudiantes a elegir su propia metodología, su forma particular de intervención, el aprendizaje de todos, sino por el desarrollo de sus propias formas de trabajar y de ser. (...) La diversidad es más rica que la estandarización. "(Julio Garganta).

 CUARTA PARTE HADWARE O SOFWARE EN LA ESTANDARIZACIÓN DEL FÚTBOL "Es importante hacer hincapié en la formación tecnificada a baja  edades, comenzando por los sistemas de formación, programas o posiciones de ajuste inicial. (...) En este sentido, el fútbol callejero permite la oportunidad de desarrollar habilidades para jugar desde el propio juego, con varias situaciones sin mucha incertidumbre y los controles, que ahora no son tan comunes”. (Julio Garganta).

 QUINTA PARTE SOBRE LA LÓGICA Y LOS PRINCIPIOS DE JUEGO "La lógica está relacionada principalmente con el contenido, los principios del juego. (...) Se refiere a los códigos, cómo comunicarse, cómo actuar en el juego,  ir a través de un "saber en acción", materializando ideas para diferentes momentos del juego".  (Julio Garganta).

 SEXTA PARTE IMPORTAR MÉTODOS Y IDEAS SOBRE FÚTBOL "Desde mi punto de vista, el fútbol se juega con las ideas.   El jugar bien al fútbol es con buenas ideas.   El fútbol se juega mal, sin ideas o malas ideas.  Por lo tanto (en el fútbol) las cuestiones tácticas y estratégicas, son fundamentales. " (Julio Garganta).

 SÉPTIMA PARTE LA TEORÍA Y PRACTICA EN EL FÚTBOL "Yo no creo que haya ningún entrenador que rechace  el conocimiento que puede mejorar el rendimiento de su equipo.  (...) El rechazo del (conocimiento) a menudo se produce por culpa  de los propios académicos que no pueden  comunicarse en el idioma del entrenador".  (Julio Garganta).

OCTAVA PARTE MOURINHO SU FORMA DE SER Y PARECER "No acabo de estar de acuerdo cuando dicen que Mourinho es diferente por su metodología.  Eso es parte, pero son mucho más las cosas. (...) Él tiene un cóctel o un conjunto de características que se ha desarrollado a través de experiencias muy ricas en el fútbol y también tiene la formación, la personalidad y el liderazgo que lo convierte en un verdadero 'animal de carreras.

NOVENA PARTE EL TALENTO, APRENDIZAJE Y LA FORMACIÓN "El talento no está allí ...  El talento emerge de las oportunidades que  se obtienen de la persona que se convertirá en un talento. "  (Julio Garganta).

 DÉCIMA PARTE NUEVOS PROCESOS PARA LA IDENTIFICACIÓN DEL TALENTO "Cuantas más oportunidades, el talento más se manifiesta."  (Julio Garganta) DÉCIMA PRIMERA PARTE ASPECTOS BIOLÓGICOS Y HUMANOS DEL JUEGO "Los músculos deben estar preparado para servir a las ideas. Podemos lograr resultados similares en diferentes maneras, pero cada vez es más difícil obtener resultados haciendo ejercicios que no tienen nada que ver con el fútbol. "
 (Julio Garganta) JULIO GARGANTA.  

UNIVERSIDAD DEL FÚTBOL BRASIL RECOPILACIÓN  FÚTBOL FORMATIVO
Recopilación: fútbolendesarrollo.blogspot.com

sábado, 11 de julio de 2015

DE PEP GUARDIOLA.


PEP GUARDIOLA.

Yo todo lo que sé lo he aprendido, me lo han enseñado, lo he observado. No soy mejor entrenador que otros, y no es por falsa modestia. Todo lo que sé no es mío, lo he aprendido y lo he robado de otros. Y si quieren robarme a mí, me pueden robar.

Lo más maravilloso de mi profesión es imaginar el partido que va a suceder mañana. Con los jugadores que yo tengo, con esas herramientas que tengo, con el contrario, que se lo que hace, soñar qué va a pasar.

El secreto de un buen equipo está en el orden … que todos sepan lo que hay que hacer.

La herramienta más educativa que yo he tenido ha sido a través del deporte. Allí he aprendido a aceptar la derrota, que otro es mejor, a levantarme después de no haber hecho bien las cosas, esforzarme para hacerlo mejor.

El talento depende de la inspiración, pero el esfuerzo depende de cada uno.

Siempre nos habían dicho "no, es que todos sois iguales", el entrenador, "para mi todos sois iguales", y es la mentira mayor que existe en el deporte. No todos son iguales, ni todos tienen que ser tratados igual.

Yo no he encontrado aún a un futbolista, a un deportista de alto nivel, que no le guste aquello que hace.

El secreto de este equipo son los jugadores. Les hago correr y que jueguen todos. Son muy buenos. Mucho trabajo. Cuando no corren les denuncio y como no les gusta, corren.

Tenemos que ser audaces, salir al campo y hacer las cosas, no sentarnos y esperar a que suceda. Tenemos que demostrar lo que podemos hacer y que merecemos ganar el título. Tenemos que ser valientes y salir a jugar.

Más allá de la educación que me han dado mis padres, que ha sido muy buena, el deporte también me ha educado. Lo que me ha formado como persona es el deporte. He aprendido a ganar y a celebrarlo con moderación, y también he aprendido la dureza de la derrota.

No estoy en las cabezas de los jugadores, pero sé que si ganamos damos un paso de gigante en la Liga. Yo no soy psicólogo. Soy un tío que jugó al fútbol, y sólo tengo el título de entrenador y la selectividad. Mañana nos va la Liga, ganamos tres cuartos de Liga. Ésa es motivación suficiente.

Lo que te hace crecer es la derrota, el error.

No pido nada especial a los jugadores. Sólo que hagan lo que saben y sean atrevidos. Sin atrevimiento, no se sacan adelante los partidos importantes.

No podemos mirarnos siempre en el espejo y decir lo buenos que somos. Cuando las cosas van bien es cuando hay que estar más atentos. El miedo a perder es la razón fundamental para competir bien.

Eres bueno y sabes que eres bueno. Entra. Yo soy un gran defensor del ser humano y creo mucho, mucho, mucho en él. Hay que correr, hay que correr, moverse, porque si no… ¡Nos están esperando en ese lado, sácala atrás y mételo al otro lado!

Pero es que ya no hay casi mediocentros puros!, de ésos que juegan solos ahí. Ahora todo es doble pivote. Pero sí, yo creo que a través de la pelota se empieza a construir un equipo.

La tarea más difícil de un DT, sea el deporte que sea, es que tratas con personas. Y cada persona de un grupo es diferente. Lo más difícil es convencerlos a todos, a los que juegan y los que no juegan. Porque los jugadores que no juegan quieren que pierdas, y es así.

La clave de todo es dar en la tecla de los jugadores. Y los jugadores huelen sangre, si te ven dudar estás listo. Si no estás seguro, mejor andáte a tu casa y ni les hables.

Todo vale en el fútbol, todo. No hay formas buenas y malas, mejores ni peores. Se puede ganar de mil maneras. Pero hay que sentir una manera como propia.

Desde chicos, en Barcelona aprendíamos por qué ganábamos y por qué perdíamos. Después de ganar nos explicaban por qué habíamos ganado, y lo mismo cuando perdíamos. Nos hicieron entender y aprender. Y todo eso me fue quedando en la cabeza.

La pelota tiene que pasar siempre por el centro. Y ahí siempre hay que tener un hombre más. Cuando tienes uno más en el mediocampo que el rival tienes más posibilidades de pasar el balón y tener superioridad.

Ustedes que son contemporáneos deben agradecerle a (César) Menotti y (Marcelo) Bielsa por lo que hicieron por el fútbol argentino.

Yo soy muy egoísta en algo: la pelota la quiero para mí. Y no espero que me lo entreguen, si la tienen los rivales tienen que saber que la voy a ir a buscar para volver a tenerla.

Messi me enseñó a mí. Por favor. Definitivamente no vi ninguno mejor que él, sus padres lo hicieron bueno.

Creo que es una etapa cerrada (en Barcelona). Uno se hace adulto, fue una etapa fantástica de mi vida pero se acabó.


viernes, 10 de julio de 2015

DIFERENCIANDO CONCEPTOS: PROFUNDIDAD Y PROGRESIÓN OFENSIVA.


por JOAQUIN LOBON
 3 marzo, 2015 •

En esta sección hablaremos de conceptos tácticos mal utilizados en la jerga popular o cuya definición pudiera generar conflicto con otros similares. Y qué mejor manera de explicar los conceptos hoy expuestos que a través de su aplicación práctica: en una tarea de entrenamiento.

Vamos a solicitar a nuestros jugadores que repliquen el sistema de juego del equipo para realizar, a lo largo del terreno de juego, un avance sin adversarios a través de acciones colectivas que culminen con una finalización en la portería adversaria. Pretendemos generar automatismos entre los jugadores, no a través de acciones dirigidas, sino de las conexiones que se generen entre ellos. Les pedimos, asimismo, que muestren profundidad ofensiva.

¿Cómo deben llevar a cabo esta profundidad? ¿Es lo mismo que pedir progresión ofensiva? ¿En qué se diferencian?
Lo que para algunos puede resultar una pequeña disimilitud, en la práctica podría hacer referencia a dos estilos opuestos de ataque. Atendiendo al último enfoque, el equipo cuyo estilo consiste en ataques directos será más proclive a realizar una progresión ofensiva, mientras que los equipos que prefieren los ataques organizados suelen mostrar más profundidad, aunque hablamos de una tendencia, no de una regla.

La escuela de entrenadores define la progresión como “aquellas acciones tanto individuales como colectivas que permiten llevar o enviar el balón en sentido a la portería contraria”. Así, el avance del balón a través de pases entre los jugadores en dirección hacia la portería contraria implica progresión, sin necesidad de que los jugadores avancen con él. Esto puede darse en ciertos tipos de ataque directos.

Distinto sería hacer referencia a la profundidad, definida por la Real Academia Española como la“dimensión de los cuerpos perpendicular a una superficie dada”. La profundidad no está contemplada como un concepto táctico por la Escuela Nacional de Entrenadores (carente de interés por adaptar e introducir conceptos del fútbol moderno), pero la profundidad ofensiva se conoce popularmente como uno de los fundamentos del juego, aquellos que aplicamos para alcanzar un estilo de juego propio. Dado que la profundidad hace referencia a un fundamento colectivo (la progresión puede llevarse a cabo mediante acciones individuales), implicaría el avance no solo del balón, sino de los jugadores que componen el equipo.

De una manera coloquial, la progresión ofensiva hace referencia al avance del balón hacia la portería contraria, mientras que la profundidad ofensiva hace hincapié en el avance de los jugadores en el mismo plano.

La profundidad es una característica habitual entre los equipos que realizan juego de posición. El mejor ejemplo es el Bayern de Múnich, que hace hincapié en la profundidad de ataque como herramienta ofensiva y de transición. Con ello se pretende crear superioridad numérica (tan importante en el juego de posición que predica Pep Guardiola) y aumentar las posibilidades de recuperación del balón en caso de pérdida como consecuencia de la carencia de espacios (provocado por la acumulación de jugadores en la fase ofensiva).

En el caso de la progresión, un equipo que realiza ataques directos a través de balones largos a su delantero puede realizar una rápida progresión hacia la portería contraria sin necesidad de mostrar profundidad.
Podemos entrenar la progresión sin profundidad, pero la profundidad sin progresión carece de sentido.

* Joaquín Lobón es entrenador y autor de “Modelo de Juego: estructura, metodología y aplicación práctica”.


LO QUE CODICIAMOS NOS DESTRUYE. LO QUE ADMIRAMOS NOS CONSTRUYE.


Por ivanero9
“Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”.

Marianne Williamson
En 1951, el reconocido psicólogo estadounidense Solomon Asch fue a un instituto para realizar una prueba de visión. Al menos eso es lo que les dijo a los 123 jóvenes voluntarios que participaron –sin saberlo– en un experimento sobre la conducta humana en un entorno social. El experimento era muy simple. En una clase de un colegio se juntó a un grupo de siete alumnos, los cuales estaban compinchados con Asch. Mientras, un octavo estudiante entraba en la sala creyendo que el resto de chavales participaban en la misma prueba de visión que él.

Haciéndose pasar por oculista, Asch les mostraba tres líneas verticales de diferentes longitudes, dibujadas junto a una cuarta línea. De izquierda a derecha, la primera y la cuarta medían exactamente lo mismo. Entonces Asch les pedía que dijesen en voz alta cuál de entre las tres líneas verticales era igual a la otra dibujada justo al lado. Y lo organizaba de tal manera que el alumno que hacía de cobaya del experimento siempre respondiera en último lugar, habiendo escuchado la opinión del resto de compañeros.
La respuesta era tan obvia y sencilla que apenas había lugar para el error. Sin embargo, los siete estudiantes compinchados con Asch respondían uno a uno la misma respuesta incorrecta. Para disimular un poco, se ponían de acuerdo para que uno o dos dieran otra contestación, también errónea. Este ejercicio se repitió 18 veces por cada uno de los 123 voluntarios que participaron en el experimento. A todos ellos se les hizo comparar las mismas cuatro líneas verticales, puestas en distinto orden.

Cabe señalar que solo un 25% de los participantes mantuvo su criterio todas las veces que les pre­­guntaron; el resto se dejó influir y arrastrar al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos cobayas respondieron incorrectamente más de un tercio de las veces para no ir en contra de la mayoría. Una vez finalizado el experimento, los 123 alumnos voluntarios reconocieron que “distinguían perfectamente qué línea era la correcta, pero que no lo habían dicho en voz alta por miedo a equivocarse, al ridículo o a ser el elemento discordante del grupo”.

A día de hoy, este estudio sigue fascinando a las nuevas generaciones de investigadores de la conducta humana. La conclusión es unánime: estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Para muchos, la presión de la sociedad sigue siendo un obstáculo insalvable. El propio Asch se sorprendió al ver lo mucho que se equivocaba al afirmar que los seres humanos somos libres para decidir nuestro propio camino en la vida.

Más allá de este famoso experimento, en la jerga del desarrollo personal se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría. De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso –e incluso triunfar– por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.

El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.

Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como “deseo de algo que no se posee”, lo que provoca “tristeza o desdicha al observar el bien ajeno”. La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.

El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte –de forma individual– lo mejor de sí mismo a la sociedad.