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La mano izquierda del
entrenador /por Diego Cabeza
Fútbolmerino.jimdo.com.
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“El fútbol es de
los futbolistas”. Sin duda es una de las frases que se escuchan
habitualmente en distintos foros futbolísticos. Y se escucha porque es una de
las pocas afirmaciones que se acerca a ser categórica en un mundo, el del
fútbol, en el que existen tantas opiniones como personas opinan y todas pueden
ser válidas en función del contexto en el que nos encontremos.
Hoy día, podemos encontrar
en nuestro país a miles de entrenadores con una gran formación y con la
convicción de estar preparados para todo. Por fortuna, esa formación no garantiza
que todos ellos vayan a ser buenos entrenadores.
Y digo por fortuna, porque
será precisamente esa diversidad de personas la que actúe como elemento
diferenciador entre todos esos entrenadores. Misma formación, distintas
personas, distintos entrenadores.
Esa es una de las claves que
marcan actualmente la diferencia entre los buenos entrenadores y los
mejores. Entre los competentes y los que no lo son. La persona que dirige es la
que marca, en muchas de las ocasiones, el devenir de un equipo. Y es la
persona, porque en muchas ocasiones dejamos de tratar cuestiones meramente
futbolísticas para abordar directamente cuestiones de índole personal con
nuestros jugadores.
Por lo tanto, gestionar al
grupo humano que tenemos frente a nosotros, se convierte a mi modo de ver, en
un asunto de máxima prioridad si queremos lograr los máximos éxitos deportivos,
pues a pesar de que los jugadores, como afirma Óscar Cano son “los que
juegan y los que saben”, el entrenador debe conseguir liderar a ese grupo
de jugadores, orientándolos hacia la consecución de unos objetivos comunes para
conseguir conformar un equipo como tal.
Y respecto de ese liderazgo
habla Graham Taylor, experto en coaching deportivo y cuyas palabras recogen
Jones, Armour y Potrac en su libro Sports Coaching Culture, donde
explica que, “a menos que la gente esté dispuesta a escucharte, a menos
que tú estés preparado para escucharles y entenderlos como personas, el mejor
libro de coaching del mundo no te ayudará.
Todo gira en torno a las
relaciones que tienes con tus jugadores y la confianza que existe entre
vosotros. Así es la vida”.
Por lo tanto, debemos tener
claro el papel que debe desempeñar el entrenador dentro de un equipo de fútbol, asumiendo
la dependencia del jugador, sus circunstancias, sentimientos y capacidades,
pues son, lo que el propio Óscar Cano denomina “proyectos imaginarios
del entrenador”, la falta de empatía o el desconocimiento de la
personalidad de cada uno de nuestros jugadores, algunas de las causas más
comunes del fracaso de muchos equipos y, con ellos, de sus entrenadores.
Porque cuántas veces no
somos capaces de entender una situación y a la persona que la vive, cometiendo
el error de hacer lo primero que nos pasa por la cabeza o lo que a nosotros nos
gustaría que nos hiciesen en ese momento, dejando de hacer lo que realmente la
persona que tenemos enfrente necesita que hagamos. Debemos pues intentar
el tratar al jugador como él necesita y no como a nosotros nos gustaría
ser tratados en esa situación.
Conocer a nuestros jugadores,
nos permitirá adaptar nuestras actuaciones a las circunstancias, evitando otro
error muy común como es el de querer tratar a todos por igual, intentando
equiparar a un jugador con años de experiencia en el club o la categoría con un
recién llegado o con un jugador con dificultades idiomáticas que limitan su
capacidad para captar los mensajes que como entrenador le haces llegar. Ser
justos con nuestros jugadores no significará siempre el haberlos tratado de
igual manera a todos ellos ni, por supuesto, haber dejado a un lado nuestra
condición de líderes dentro del grupo.
Así, ese acertar con las
necesidades de nuestro jugador será fundamental a la hora de reforzar la
confianza en sí mismo, en su papel protagonista dentro del funcionamiento del
equipo y en lo que el entrenador le está transmitiendo, ya que como recogen Weinberg
y Gould “los deportistas con altos niveles de autoconfianza se fijan objetivos
más ambiciosos y responden de forma más eficiente a situaciones complejas y de
mayor dificultad.”
Un clima de confianza y
cercanía que algunos eruditos en la causa como Paco Jémez consiguen, como
afirmó en una entrevista concedida a El País y entre otras muchas cosas, al no
tener problemas para ir a tomar cervezas con sus jugadores, pues son todos
capaces de entender que “cuando llegamos al trabajo yo soy su jefe y tienen que
hacer lo que yo diga”. Cuestiones de un buen líder. Cuestión de mano izquierda.
Referencias
· Cano,
O., 2012. El Juego de posición del F.C. Barcelona. Concepto y
entrenamiento. MC Sports. Barcelona.
· Jémez,
F. 2012. Entrevista al diario El País, 22-09-12
· Jones,
R., Armour, K. y Potrac, P.,2004. Sports Coaching Cultures:
From Practice to Theory. Routledge.
New York.
· Weinberg,
R. y Gould, D., 2010. Fundamentos de Psicología del Deporte y del
Ejercicio físico. Editorial Médica Panamericana.
Artículo realizado por Diego
Cabeza.
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