viernes, 26 de diciembre de 2014

DESCUBRIENDO (NEUROPSICOLÓGICAMENTE) AL CRACK




LIONEL MESSI.
Por Joan Forns.
elpaís.es 



Messi sonríe en una sesión de esta temporada. / ALBERT GEA (REUTERS)
¿Alguna vez se ha preguntado por qué Messi ha podido marcar 258 goles en la Liga? ¿Cómo conduce el balón pegado al pie? ¿Por qué sus rivales dicen que es imprevisible? La ciencia ofrece algunas respuestas. Me gustaría discutir sobre las capacidades cognitivas de Messi, que son remarcables. 

El quid radica en cómo entendemos el término “inteligencia”. Deberíamos dejar de lado la concepción de inteligencia como un todo y no sentenciar: este es inteligente y este, no. Pero, ¿a qué nos referimos? ¿Hablamos de habilidades lingüísticas? ¿De resolver problemas? ¿De capacidad de adaptación? ¿De habilidades sociales? Para entender la inteligencia hay que saber cómo funciona el cerebro. Grosso modo, se trata de una máquina increíble con muchas áreas de especialización funcional que trabajan en paralelo para ofrecer la mejor respuesta, la mejor conducta. Es decir, existen muchas capacidades cognitivas y no necesariamente una persona debe ser buena en todas para considerarla inteligente.

Todos tenemos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles en lo que a capacidades cognitivas se refiere. En el caso del fútbol, aparte de la condición física, siempre se habla de talento innato, técnica, habilidad, intuición, visión de juego. ¿Y por qué Messi es un tipo con unas capacidades cognitivas remarcables? Porque es capaz de hacer cosas que la inmensa mayoría de los jugadores (y mortales) no puede hacer. Su cerebro procesa la información visoespacial a una velocidad de vértigo.




 Su coordinación visomotora es sublime al regatear y ejecutar lanzamientos o pases precisos. Y cuando hablamos de marcar goles, una de sus mayores virtudes, hablamos de múltiples capacidades cognitivas combinadas: planificación, coordinación, secuenciación, flexibilidad, e incluso anticipación a los movimientos del rival. Y todo ello en breves lapsos de tiempo.

Messi no destaca probablemente en otras habilidades cognitivas. Por ejemplo, ni la lingüística ni la comunicación son su fuerte. Pero también es cierto que estas últimas son las habilidades que más se relacionan con la formación académica y con la concepción general de inteligencia. Un tipo que no se expresa bien no parece muy inteligente. Son el resto de habilidades cognitivas las que le han llevado al éxito.

Messi es un chico introvertido y tímido, que son características de su personalidad, no rasgos clínicos
Por otro lado, me gustaría tratar de romper otra de las leyendas urbanas respecto a él. Leo no cumple ninguno de los criterios diagnósticos para ser considerado autista. Entre otras cosas porque, para empezar, nadie es autista, en todo caso puede padecer un Trastorno del Espectro Autista (TEA). Un chico tímido (incluso extremadamente tímido), introvertido y no muy sociable no es un chico con TEA. Es importante cuidar la selección de palabras por el impacto y el daño que pueden causar. Una persona que está triste en un momento dado no necesariamente tiene depresión; y un niño movido no necesariamente tiene TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad). Una persona con TEA es una persona con un diagnóstico clasificado dentro de los trastornos del neurodesarrollo. En términos generales el trastorno se caracteriza por déficits sociales, dificultades de comunicación, comportamientos e intereses estereotipados y repetitivos, problemas sensoriales y en muchos casos alteraciones cognitivas. ¿Le hace eso pensar en Messi? La respuesta es no.




Messi es un chico introvertido y tímido, que son características de su personalidad, no rasgos clínicos. Messi, especialmente como símbolo mediático que es, debe adaptarse a partidos, entrenamientos y tácticas; debe relacionarse con compañeros, entrenadores y empleados; y vivir según las jerarquías del vestuario, además de atender a compromisos publicitarios, cambios de rutinas, ciudades y países. No confundamos el auto-aislamiento mediático de Messi con otras cosas.
Las teorías expuestas en este artículo son opiniones profesionales basadas en la observación externa del jugador, pero en ningún caso corresponden a los resultados de una evaluación neuropsicológica.

Joan Forns es doctor en Epidemiología, neuropsicólogo e investigador en el Centre de Recerca en Epidemiología Ambiental de Barcelona.


LOS PUENTES DE CARLO ANCELOTTI



LOS PUENTES DE CARLO
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Aquel día no estuvo para nadie. Llegó a casa, se encerró en la cocina, silenció el móvil, descorchó su más viejo Rioja y miró la pata de jamón serrano con ojos de melancolía, como mira una niña de 15 años tras una ruptura amorosa a su helado de chocolate. Y no era para menos. Había superado sin dramas la marcha de Di María, tan solo era uno de los jugadores más increíbles del mundo, pero recibir la noticia del adiós de Xabi Alonso a escasos días del cierre del mercado era más de lo que Carlo Ancelotti podía soportar. 
Su profesor, su musa, su mediocentro. El hombre cuya excelsa categoría táctica le había permitido crear un sistema equilibrado con mimbres de equipo de loquero. El fenómeno que había dotado de estructura a un 4-3-3 con un suicida impulsivo de interior izquierdo y dos extremos que no perseguían ni a sus sombras. El tapón que frenaba con su posición casi todas las contras de sus enemigos y daba tiempo a su cuadrilla para reformar el 4-4-2 a 20 metros de su portero. Un auténtico obrador de milagros. Sin él, ¿cómo iba a lograr seriedad entre tanto atacante junto? ¿De qué modo iba a proporcionar consistencia a un once donde apenas dos o tres tendrían tensión defensiva? Nunca más se supo… de aquella pata de jamón.

Que Kroos, sin ser mediocentro, se viera forzado a hacer de mediocentro condicionó la táctica del Real.
JAMES Y LUKA FORMABAN UNA LÍNEA MUY RECTA
 CON KROOS EN EL PRIMER 4-3-3.
Las semanas posteriores fueron muy difíciles, pero el entrenador no perdió ni un día. Desde el primero buscó soluciones. Además, nunca dudó sobre su alineación titular, sabía qué jugadores iban a darle el remedio, y eso le otorgó cierta ventaja. En lo referido al centro del campo, que será la zona más tratada en el texto que recién empieza, los elegidos serían Toni Kroos, Luka Modric y James Rodríguez. Y qué mal lo pasaron al principio. Seguramente con el ánimo de proteger a Toni Kroos, que ocupaba la posición de mediocentro sin haber sido mediocentro nunca jamás, Ancelotti pidió a sus dos interiores que guardasen la misma altura que el alemán, y acabaron formando una línea recta de tres. Recta. Los tres ocupaban la misma altura durante las jugadas. De esta guisa, como si se tratase de un futbolín, el Madrid pasó a dibujar una vara de cuatro bultos abajo, una de tres en el medio y otra de tres arriba; tres peldaños para los más de 100 metros de largo que tiene un campo de fútbol. Recuérdese: con balón. Sin él, un equipo puede poner a sus puntas hasta en su frontal si quiere. Con él, a su zaga no la va a poner en la frontal del otro. O sea, al atacar, el Madrid formaba tres líneas rectas separadísimas entre sí.

LA FALTA DE INTENSIDAD DEL REAL MADRID ES UN DEFECTO DE SU PLANTILLA.
Las distancias eran enormes y el gran defecto de la plantilla blanca, la bajísima intensidad de sus piezas, acrecentaba su gravedad. Ni Bale ni Ronaldo trabajaban tras perder el balón, no hacían nada por ralentizar la transición del contrario, y para James, Toni y Luka, que estaban muy lejos, resultaba imposible salir a la presión. Además, si lo intentaban, al sufrir una desventaja posicional y no ser Matuidis de la vida, los eliminaban con facilidad. En resumen, para el rival parecía fácil dar el primer pase, porque Rodríguez, Kroos y Modric no llegaban a encimarle, y, más abajo, con un solo toque de calidad borraba a los tres, pues ocupaban una sola altura. Ramos y Pepe, en vez de tender a subir, achicar las distancias entre el medio y la defensa y formar un bloque alto, tendieron a recular y a partir al equipo más todavía. Quizás fuera lo más prudente, igual lo otro era imposible, pero lo prudente no servía de casi nada. El Madrid no era capaz de mantener el control del partido durante los 90 minutos. Tácticamente, ni podía presionar ni sabía ajustar atrás. En cuanto el contrario hacía dos cosas bien, se veía su separación. Y ninguno de sus hombres hacía de pegamento. Carlo clamaba por un plus de intensidad, pero era en vano. Sus jugadores no son intensos, y punto. La motivación podía (puede) camuflar el defecto cinco días al año; no 365. Debía convivir con ello.

El primer ajuste de Ancelotti consistió en dar a James el rol de interior-extremo que activaba Di María.
Sigamos con su manejo del balón. Con el presentado 4-3-3 llano, al Real le costaba mucho encontrar líneas de pase hacia delante, la mayoría de los envíos eran en horizontal, y cuando daba el pase de avance, los receptores (la BBC) recibían de espaldas. No surgían líneas de pase diagonal de manera fluida, y así, la calidad de la posesión resultaba irregular. Es decir, la posesión no era un valor que facilitase el desempeño defensivo posterior, porque no daba tiempo a sus jugadores para ir subiendo, ganar metros y juntarse en la zona de la pelota, para poder paralizar las contras tras perder el balón. En parte, por esto Kroos, Modric y James se quedaban tan lejos. Buscando romper la quietud y regularizar la calidad de su posesión, Ancelotti planteó su primer ajuste, que consistió en darle a James el mismo rol que había tenido Di María durante el año de la Décima. O sea, haría de interior izquierdo en defensa estática, y se desplegaría como un extremo izquierdo cuando le llegara el turno de atacar. Al situar un hombre pegado a la banda, Kroos ganó esa línea de pase diagonal, que era lo que se buscaba, pero surgieron problemas distintos. 
Sin James en el medio, Modric tuvo que atarse incluso más y formar, en la práctica, un doble pivote con el novato Toni, y el Madrid terminó partiéndose en un 4-2-4 muy claro. La regularidad de su posesión había mejorado un poco, ya que James estaba arriba y no recibía de espaldas, pero no lo suficiente como para que Kroos y Modric ganasen metros y pudieran presionar. De hecho, la situación para ellos había empeorado. Estaban donde antes siendo uno menos. Cubrir todo el ancho del terreno les era aún más difícil. Seguro que el lector recordará la sangría provocada por la Real Sociedad en Anoeta atacando por las bandas. Una cosa había quedado clara: con tanto artista sobre el campo, o Ancelotti encontraba algún truco que le dotase de algún equilibrio especial o su equipo iba a sufrir mucho. Sin Xabi Alonso, el Madrid no tenía talento defensivo para corregir desbarajustes tácticos. Tenía que hallar un nuevo orden que ocultase su falta de calidad defensiva TOP.
Bien. Pues todo lo comentado hasta ahora se vio en la mitad de los minutos disputados por el Madrid hasta su visita a Riazor. La otra mitad fue muy diferente.

Incluso en los peores momentos, se notaba que Kroos y James habían cambiado el ADN del Madrid.
Expuestos los inconvenientes, toca esgrimir la parte buena. A excepción de en su debut en la Champions, el Madrid había enlazado ratos de fútbol fabuloso en todos sus encuentros. Tanto en la corta victoria ante el Córdoba como en sus pinchazos en el Derbi y en Anoeta, los de Ancelotti habían exhibido por momentos el impresionante juego que a todos había abrumado en la Supercopa celebrada en Cardiff. Si se analizaban los porqués de aquellas rachas y se conseguía racionalizarlos y dominarlos a voluntad, cabía la posibilidad de diseñar un sistema más equilibrado. A saber, las noticias más destacables habían sido las siguientes:

- El extra-pass de Kroos y James. Han transformado al campeón de Europa ipso facto. Se han unido a la plantilla ganadora y le han cambiado el código genético. Los dos grandes fichajes del verano blanco le han dado a su posesión más estabilidad y más control. Toni es una máquina programada durante nueve meses de entrenamiento con Guardiola para sumar pases cortos, sin fallo y con intención. Con permiso de Xavi, que todavía compite, en eso no hay otro como él. Por su parte, James representa un salto de calidad inmesurable sobre Di María en esta materia. El colombiano es fabuloso y Di María, incorrecto. La posesión apenas se fuerza, aquellos envíos ultra verticales hacia el área se han reducido al mínimo. Kroos y Rodríguez cogieron la catapulta y la guardaron en el trastero. El Real se concede preámbulos incluso cuando contraataca. Da un pase de más hasta en sus transiciones. No divide ni un balón que no tenga que dividir. Y cada toque tiene el máximo sentido que se le puede dar al orden táctico que haya a su alrededor. Toni y James son dos centrocampistas de cerebro y pies perfectos. Su influencia es total. Kroos y James han cambiado al Madrid.

- El efecto de La Décima. El club merengue vivió a la sombra de un equipo, un entrenador y un jugador durante cinco años. Incluso cuando sus niveles se emparejaron, el Madrid siguió siendo el chico y su rival, el grande. Es algo que pudo contrastarse mejor que nunca en la semifinal de la Champions Leaguedel curso pasado, cuando en su primer cuarto de hora, el Bayern Múnich, un conjunto inferior al blanco tanto en lo individual como en lo colectivo, fue quien pareció el gigante. Los 75 minutos posteriores, el 0-4 de Baviera y el 4-1 en la Final de Lisboa recuperaron para el club mucha de la jerarquía perdida. Y se nota. Sus jugadores van ciegos de confianza, intentan todo lo que se les ocurre, se lo pasan brutalmente bien jugando al fútbol, quieren ganar gustando, ser reconocidos como lo que ellos opinan que son. Dicho cambio de chip se percibe en el plantel al completo, pero incluso un poco más en aquéllos que más tiempo suman en el Bernabéu. Por ejemplo, en Pepe. Quien otrora desesperase a Xabi Alonso con sus vulgares pelotazos, hoy debe sentirse muy, muy agobiado para no intentar salir raseando el balón. Por descontado, sus limitaciones persisten, no es Aymeric Laporte, pero quiere formar parte del show. Sobre Sergio Ramos sobran palabras, pero recuerden este párrafo para cuando vuelva a ser citado. Es crucial.

El Madrid 1-Atlético 2 de Liga fue un punto de inflexión decisivo en la relación entre Ronaldo y Bale.
Bale y Ronaldo juntos. Desde que la ex-estrella del Tottenham Hotspur fichase por el Real Madrid, los teóricos barajaron que el truco de su convivencia con Cristiano sería alejarlos. Parecía lo lógico. Se hablaba de, quizá, los dos físicos más portentosos del fútbol actual, de dos atacantes que ocupaban una franja de terreno monstruosa, y para que sus larguísimas diagonales no chocasen, lo inteligente parecía que el uno iniciase sus movimientos lo más lejos posible del otro. Más o menos, así sucedió, por lo que cabe presumir que Ancelotti se suscribía a la opinión. Sin embargo, algo cambió tras el derbi madrileño de la tercera jornada de esta Liga. Carlo otorgó a Ronaldo máxima libertad de movimientos, el luso cayó con frecuencia hacia su banda derecha y allí se juntó con Bale. Y el resultado fue impresionante. En los siguientes partidos se siguió insistiendo y se confirmó el potencial. Juntarlos hizo recordar que, poderío aparte, se estaba ante dos delanteros de sobresaliente factura técnica, y Cristiano, que es quien manda, parecía haber decidido que esta vez quería jugar a eso; a tirar paredes y a moverse por cualquier parte. Pudiendo acercar a Ronaldo y Bale, las posibilidades tácticas adquirían una nueva dimensión.

- El recorrido de James Rodríguez. Llegó al Bernabéu provisto de dos virtudes muy poco vendidas, su importantísima resistencia física y su pasión defensiva cuando le tocaba echar un cable. Su genética le habilitaba para cubrir vastísimas dimensiones del campo y le gustaba colaborar en el ejercicio defensivo para robar cuanto antes el balón. Dicho esto, quien con lo visto en Oporto, Mónaco y Colombia pudiese vaticinar quién era de verdad este chico merece un premio excepcional. El equipo de esta web, desde luego, no consiguió vislumbrarlo. Y si el Real Madrid fue capaz de presumirlo, si esto no ha sido un golpe de suerte, se merece haberlo fichado. Sobre lo que ha supuesto el recorrido de Rodríguez para Carlo Ancelotti van a explicarse cosas fascinantes en los próximos párrafos. Cosas impactantes, increíbles. En pos de que no parezca una fábula, y sobre todo para que el lector capte por completo los conceptos y los vea reflejados en los siguientes partidos del Real, contaremos con una amplia sesión de capturas que acreditarán el análisis. James es la clave de bóveda del Madrid más fuerte. Con certeza, el chico cuya esencia marca el actual sistema táctico. Y se dijo tres párrafos atrás que también ha condicionado su estilo de juego.

 Toni Kroos y James Rodríguez han cambiado el Real Madrid.
Recapitulemos. Ancelotti partía con dos limitaciones a la hora de reconstruir un equipo campeón: casi todos sus jugadores carecen de la intensidad defensiva con la que sueña un técnico normal y tampoco disponía de un pivote puro que pudiese equilibrar los desatinos que eso produce. Para saltarse estas dos trabas, necesitaba diseñar un sistema táctico que permitiese a sus futbolistas estar más juntos. Así convalidaría la falta de actividad física por la acumulación de efectivos en la zona del balón. Y en pos de conseguirlo, atesoraba casi todo lo bueno que ya conocimos el año pasado, que es muchísimo, y los cuatro hallazgos que acabamos de exponer. ¿Qué hizo el entrenador italiano? Dar vida al Real Madrid de los Dos Puentes.

Los dos puentes de Ancelotti hacen que el Madrid haya pasado de dibujar tres alturas a plasmar cinco .
EL RIVAL DEBE SORTEAR 5 ALTURAS PARA HACER UNA CONTRA; ES MÁS DIFÍCILEl concepto primario es claro: el Real Madrid, que era un equipo de tres líneas, ha pasado a ser un equipo de cinco alturas. Ahora tiene las tres de antes y sus dos puentes. Cada uno de los puentes viene a ser un futbolista que ocupa el escalón intermedio entre las tres líneas originales. Es decir, el puente 1 conecta la zaga con el centro del campo y el puente 2 hace lo propio con el centro del campo y la delantera. Con dichos puentes, Ancelotti favorece el juego de los suyos tanto en defensa como en ataque. En defensa, cada puente implica un freno para el intento de contragolpe del contrario. Es un obstáculo, un pivote, una percha que debe ser sorteada y de ese modo ralentiza. Cuando un rival del Madrid quiere llegar desde su área a la otra, debe superar cinco desafíos; no tres. Eso requiere más pases y en menos espacio, lo que dificulta el éxito de la tarea y mejora mucho la defensa blanca. Siguiendo con el juego ofensivo, la aparición de líneas de pase diagonal se ha vuelto automática. Surgen por todas partes; en este sentido es un espectáculo. En cualquier lado del campo, el poseedor del balón forma parte de, al menos, un triángulo. De esta manera, la calidad de la posesión se ha disparado. Antes de entrar en detalles, se precisa desvelar la identidad de los protagonistas. El puente 1 es Sergio Ramos. El puente 2, James Rodríguez. Veamos sus construcciones.

El Puente 1 es Sergio Ramos. Sergio Ramos da un paso al frente y ocupa zona de mediocentro



A poco que su equipo asienta la posesión en campo contrario, labor en la que participa en primera persona, Sergio Ramos rompe la línea que forma con su pareja (Pepe, Varane, Nacho), gana una altura y pasa a ser algo muy parecido al mediocentro en funciones del Real Madrid. En el rotativo de imágenes que antecede a estas palabras se pueden ver multitud de ejemplos en partidos diferentes. Se recomienda su visionado para asimilar la radicalidad del asunto. Aunque no se hace siempre, porque no deja de ser un movimiento muy agresivo, la frecuencia del ajuste es enorme, hasta el punto de que incluso cuando no juega Sergio y son Nacho o Varane el central izquierdo, cualquiera de los dos, siendo menos apropiados para el hábito, intenta reproducirlo. ¿Qué ventajas propias desencadena este primer puente? Muchísimas.

Empecemos por lo ofensivo, que es lo más ligero. En primer lugar, la irrupción de una pieza inesperada en un terreno que, en teoría, no le corresponde, propicia movimiento en los suyos y confusión en el rival. Del mismo modo, al entrar en una altura usualmente distinta a la de sus compañeros -aunque a veces coincida con Kroos-, favorece la triangulación en el sector izquierdo, con Marcelo, James o Isco y Ronaldo. Y para rematar, y quizá esto sea lo más relevante, permite a Toni Kroos actitud de interior. El alemán comparte con Ramos las tareas propias del mediocentro, de hecho es lo más parecido a uno que hay en el sistema blanco, pero a nadie se le escapa su naturaleza original, que es de interior izquierdo. Cuando Ramos solidifica su zona desde su puesto de pivote zurdo sui generis, Kroos, de lectura maravillosa, gana una altura si quiere y forma pareja de interiores con Modric. Instala la posesión del Madrid casi en la frontal del rival, con una calidad y un orden soberbios, saca a relucir su don para asistir, le surgen opciones de chut y, ojo, se prepara para presionar. La influencia del puente puede convertir a Kroos y Modric, que antes del mismo eran un doble pivote abandonado, en dos interiores protegidos que presionan a un rival desbordado cerca de la BBC. Sin esfuerzo físico extra; pueden presionar, lo hacen desde arriba y ante un contrario que, girado por la calidad de la posesión blanca, no está en la mejor disposición para salir de atrás. Presionan en ventaja a un rival que está de espaldas. Así, a menudo, simplemente reciben la bola de vuelta vía pelotazo. Esto de Kroos-interior es solo una variante. El Madrid rara vez resuelve dos jugadas parecidas de la misma manera. Su versatilidad es amplia y, como su paleta de centrocampistas sobresale por su compresión del juego, hace lo que conviene a cada tesitura concreta. Los jugadores blancos no ejecutan. Ellos interpretan. Toni Kroos y James Rodríguez han cambiado al Real Madrid.

Otro aspecto que cabe destacar, porque es importantísimo, radica en que, edificando este puente, Ancelotti ha solucionado la excesiva reculada de su defensa. Al ocupar Ramos plaza de pivote izquierdo, el central derecho del Madrid también achica hacia arriba y está presto para frenar las carreras que los contrarios puedan iniciar en su perfil. Este central derecho, a propósito, también puede ser alguna vez quien cree el puente, aunque es mucho menos frecuente. En la galería de capturas se incluyó una ante el Liverpool en la que es Pepe quien gana altura de mediocentro. Se debió a que Balotelli estaba empujando a Varane hacia atrás. Como dijimos, el Madrid tiene sus pautas, pero no las fuerza. Intenta adaptarse a las circunstancias.

El Puente 2 lo conforman James y, a menudo, Gareth Bale. Conecta a la medular con la delantera.




Llegamos al puente número 2, James Rodríguez. ¿O deberíamos decir “James Rodríguez-Gareth Bale”? Vamos por partes. Quien empezase como interior en línea recta con Kroos y Modric y siguiera como extremo izquierdo en plan Di María, ha ganado una altura, como Sergio Ramos, y se posiciona y trabaja como un mediapunta ligeramente escorado a la izquierda. Conecta la primera línea de medios (Toni y Luka, si bien Luka acostumbra a estar varios pasos más adelantado que Toni) con la de delanteros, que suele estar copada por Cristiano y Benzema aunque el intercambio de puestos con Bale no cese. Bale, en principio, ejerce casi de mediapunta derecho. Es quien con mayor frecuencia completa el segundo puente blanco, una posición que le acerca al comportamiento que tuvo en su último año en Inglaterra, cuando, jugando de enganche puro, dominó una Premier en la que estaban Wayne Rooney, el Kun Agüero o Luis Suárez. Tanto James como Bale se salen en este juego, está hecho para ellos. El dinamismo es constante, nadie está en ningún sitio fijo, todos salen y entran sin parar de generar triángulos, y de ahí el altísimo número de paredes al primer toque que se viene observando en los últimos partidos del Madrid. Además, la capacidad organizativa de Bale y James sale a relucir. Crean juego. Si las lesiones no se lo impiden, Gareth va a jugar tan, tan bien que dejará de ser visto como un toro y se valorará que su finura no desmerece a la de los Modric, Isco y compañía. Con respecto a James, poco que apuntar. Es un mediapunta clásico y ser el puente número 2 le permite actuar como tal a pesar de que el dibujo oficial de partida siga siendo el 4-3-3 en ataque y el 4-4-2 en defensa. Movimiento.

Sí, movimiento. Se recalca el constante intercambio de posiciones tanto cuando la BBC y James tienen el balón como cuando lo mueven los de atrás. En esta magnífica jugada puede verse a Ronaldo completando la doble mediapunta con James y formando el triángulo con Modric. Aunque Bale sea el mediapunta inicial, tanto el luso como Benzema trucan su posición con él en casi todas las jugadas, evitando así el típico cuadrado tendente a la parálisis de entrenadores como Luxemburgo o Pellegrini. Como Cristiano se mueve, todos tienen que hacerlo.

El Puente 2 frena lo suficiente la transición rival como para que Kroos y Modric puedan presionar arriba.
Y para terminar el análisis del segundo puente, su eficacia defensiva. Tácticamente, sin duda es un éxito. Su juego embotella y gira a sus contrarios, les obliga a iniciar las jugadas de espaldas cuando recuperan y, a su vez, permite a los centrocampistas del Madrid ganar altura con tranquilidad para poder presionar tras la pérdida, ya que con James condicionando el puente con sus inteligentes decisiones, la pérdida es de gran calidad. O sea, el ajuste de Ancelotti cumple su función: juntar jugadores propios en la zona de la pelota para convalidar acumulación por intensidad. Y a distintas alturas, para que un solo pase no pueda eliminar a todos. Dicho esto, la intensidad es tan ínfima en Gareth y Cristiano que hasta oponentes de nivel técnico medio logran superar su notable posicionamiento. Por ahorrarse alguno de los dos una carrerita de cinco metritos, en multitud de ocasiones el equipo se ve forzado a replegar hacia su propio campo. Gracias a sus dos puentes, gracias a las cinco alturas ya explicadas, logra replegar con control, porque el rival se va frenando, pero ya hay un esfuerzo colectivo de 70 metros hacia atrás cuando Ronaldo o Bale podían haberlo evitado sin sudar una gota. Pero bueno, la actitud también es una calidad y estos jugadores no la tienen. Por eso Ancelotti se ha estrujado tanto la cabeza y por eso solo puede aspirar a la sostenibilidad defensiva; no a la perfección. En estos momentos, su equipo parece estable. Ha dejado de ser un coladero y disfraza a defensores muy corrientes, como Kroos o Isco, de ladrones consumados. El avance está ahí.

Debe apuntarse además que, a pesar de que la baja de Alonso ha menguado la calidad posicional de los repliegues blancos, estos repliegues en 4-4-2 siguen siendo muy buenos. James, por su paciencia, implica una mejora sobre Di María, y a aquellos jugadores que trabajaron con Mourinho (Arbeloa, Pepe, Ramos, Varane, Marcelo, Coentrao, Modric…) se les sigue atisbando una lectura defensiva de élite tanto a la hora de priorizar el espacio sobre el balón como orientando sus cuerpos para llevar a sus rivales hacia donde les interesa. El Madrid se instala en campo propio a defender bastantes veces porque su falta de intensidad le permite a sus contrarios salir con cierta frecuencia, pero, aposentado sobre su área, continúa siendo difícil de desbordar. Es el regalo que Mourinho le dejó en herencia a Ancelotti. Y el italiano sabe de su gran valor. Dicho esto, se insiste: dentro de su competitividad, el nivel que lucía con Xabi no lo luce ahora. Entre Kroos y Modric sí se cuelan pases y conducciones que por Alonso nunca se filtraban. Ante un Cesc, un Götze u, obviamente, un Messi-Neymar, la fiabilidad no será tan perfectamente pétrea como durante la 2013/14.
Y abróchense los cinturones. Llega James Rodríguez. Uno de los centrocampistas con más facilidad para la cobertura del fútbol europeo. Ver para creer.

James Rodríguez le hace las coberturas a seis de sus nueve compañeros. Activa siete de los diez roles.


En lo que va de texto hemos intentado dejar clara la importancia del intercambio de posiciones en este Real Madrid. Sobre todo se ha hecho hincapié en el juego de la BBC, pero es algo aplicable a todo el colectivo. Casi cualquier futbolista blanco puede aparecer en cualquiera de las cinco alturas que dibuja el equipo. Por ejemplo, tanto Marcelo, como Modric como Kroos frecuentan con asiduidad el puente de la mediapunta. Todo ese dinamismo fomenta la fluidez del juego, pues no para crear triángulos, y la confusión del rival, pues ningún defensor puede pillarle el truco a ningún atacante. No es lo mismo que en su zona caiga Baleque que caiga Marcelo; representan desafíos diferentes. Bien, pues lo que usa Carlo Ancelotti para que sus futbolistas se atrevan a entrar en esa sinergia, para que se atrevan a abandonar sus posiciones de partida y ser agresivos, es el recorrido y la calidad táctica de James Rodríguez. En la galería que encabeza este párrafo hay una serie de capturas que ejemplifican de manera gráfica lo que se intenta explicar. El hombre remarcado con el cuadro grande es James y el hombre remarcado por el cuadro pequeño es aquél al que le está haciendo la cobertura o al que está compensando en ataque. El “10″ del Real Madrid no se conforma con ayudar a sus cercanos, como hacen los generosos. James va mucho más allá, James está pendiente de seis de sus nueve compañeros de campo; James Rodríguez, con su impresionante territorio de influencia, que comprende absolutamente todo el terreno de juego, se encarga de las coberturas a Marcelo, Kroos y Modric y de compensar las iniciativas de Bale, Ronaldo y Benzema. Es de una utilidad bárbara, a la par que inaudita, que el interior izquierdo de un equipo haga, por destacar algo, de interior derecho cuando Luka abandona su puesto. La tranquilidad que este don de James ha proporcionado a Carlo Ancelotti y sus pupilos ha sido clave, pero clave crucial, en el despegue de esta idea de juego. Se pide por favor que se revise la galería y se ponga en valor la cuestión. Lo mismo acaba una jugada en posición de delantero derecho que se queda cerrando como mediocentro puro y la acaba en el pico derecho de su área. Siendo interior izquierdo de partida. James Rodríguez se ha destapado como un centrocampista que asusta por la influencia de los metros que ocupa. Y esto era implanteable en un genio tan joven que no deja de ser un mediapunta latinoamericano y que, para más inri, también le está aportando eso al Real Madrid. James, cuando juega como interior izquierdo, es un chollo casi único para el amante de este deporte en estos momentos; una máquina de generar argumentos futbolísticos. Y cada novedad que se expone debe ser mezclada con la esencia que impregna todo el Sistema de los dos Puentes: la sabiduría de Kroos, James, Modric, Isco e Illarramendi; esa sabiduría que han resaltado los dos fichajes de su verano de 2014. Todo lo que genera el nuevo modelo blanco se ve aprovechado por una toma de decisiones con el balón que roza lo perfecto. Kroos y James han cambiado al Real Madrid.

Cuando Isco es el interior izquierdo, el Real cambia tácticamente, lo cual desencadena pros y contras.
Esgrimirá el lector, ¿y por qué el Madrid ha jugado su mejor partido del año con Isco de interior izquierdo en lugar de James? Para empezar, porque el fútbol es de los futbolistas e Isco es un reserva surrealista cuya suplencia, en este momento, solo se entiende en este Real Madrid de Rodríguez, Kroos, Modric y la BBC. El súper genio malagueño madura a una velocidad de vértigo y atraviesa un estado de forma ideal, y así, se puede cargar hasta al más pintado. Por otro lado, como es lógico, el equipo se adapta a él cuando es quien ocupa el interior. No se comporta del mismo modo que cuando juega el colombiano. La gran diferencia táctica que les separa es que Isco es un futbolista de un solo carril. Su recorrido vertical sí destaca, y de ahí que supere con soltura los 10,5 km/partido, pero nunca se le ve en el carril derecho y no tanto como a James en el carril central. Isco es carril izquierdo; en vez de activar siete roles como Rodríguez, activa solo cuatro: lateral zurdo, pivote zurdo, interior zurdo y extremo zurdo. La versatilidad táctica colectiva, por tanto, decrece, aunque siga siendo alta. Además, que él garantice la fijación en su perfil repercute muy positivamente en sus hombres más cercanos, Marcelo -como se ve en la captura de la derecha- y Toni Kroos. El alemán intercambia mucho su puesto con él y eso le lleva a la zona desde la que explotó a las órdenes de Guardiola; y lo de Marcelo se convierte en un espectáculo, porque igual empieza una jugada como interior izquierdo que la termina como punta derecho. Al unísono, al ser Isco más conservador que James y quedarse más cerca de Toni, indirectamente libera más a Modric, que se muestra más ofensivo que cuando comparte once con el “10″. En realidad el sistema de por sí no se debilita por cambiar a James por Isco, pues lo que se pierde de riqueza táctica se gana de dominio del espacio reducido y continuidad en la posesión -el español es el número 1 del Madrid en el toco-me muevo-recibo-toco-; si el Real parece un nivel más fuerte con James que con Isco es porque Rodríguez, hoy por hoy, es el mejor de los dos. Ofrece un punto más de resolución, uno más de intensidad, dos más de capacidad para lanzar contraataques y, sobre todo, y esto es lo que marca la diferencia, un número muy inferior de errores gratuitos. James, como Kroos y Modric, es pura sobriedad a la hora de asumir riesgos. Podrá fallar a lo largo del año, pero fallar no está dentro de su rutina. Isco sí deja dos o tres pérdidas graves por encuentro que implican contras fulminantes contra la portería de Casillas.
Y aprovechando que nos hemos desplazado hacia el lado siniestro, se especifica una posible debilidad blanca: su lateral izquierdo no defiende como un lateral izquierdo. Es cierto que colabora en el robo y que su presión en zona de interiores -que es por donde él andurréa- favorece alguna recuperación rápida, pero ahí hay un conato de descontrol defensivo que hay que mencionar porque puede desnortar al Madrid. Coentrao, especialista defensivo de alta gama, podría corregir un posible desconcierto, pero esto es como todo… ¿cuánta calidad perdería la posesión de pelota del Real? Y si fuera mucha, ¿cuántas presiones positivas dejaría de hacer el Madrid arriba? Son preguntas muy difíciles que no nos atrevemos a contestar. Y sus respuestas serán claves para el devenir de los títulos. Si el free-style de Marcelo le cuesta a los suyos dos o tres jugadas de sufrimiento seguidas en un partido gordo, igual desencadena algún momento de duda que termine arrastrando el sistema.

Para ganarle al Madrid: instalarse en su mitad, atacar a sus laterales y filtrarse entre Modric y Kroos.
Y con esto llegamos al final, no sin especificar que la despreocupación de Ancelotti para cambiar el modo de juego según su rival se mantiene intacta. El partido de El Madrigal así lo atestiguó. El Villarreal planteó un ataque total con sus dos laterales arriba y el Madrid respondió con un sistema diferente al que acabamos de explicar. Pero fue la única vez en los siete partidos más recientes. En los otros seis, el modelo sí fue el recién presentado. Y no nos cabe duda de que el lector lo encontrará muy fácilmente reflejado cada vez que los blancos lo apliquen. El Sistema de los Dos Puentes es el juguetito de la plantilla del Real. Sus jugadores están locos con él. Gozan como niños. No cuesta nada verles comunicándose durante los partidos para ir cuadrándolo entre risas, porque al fin y al cabo, su aplicación no es perfecta todavía. Por eso se observan situaciones en las que Kroos pide a Isco que gane una altura cuando lo nota muy abajo, o en las que Cristiano ordena a Bale que se vaya para arriba porque él quiere hacer de mediapunta, o en las que James le da una palmadita en el trasero a Luka después de hacerle una cobertura. El Madrid actual disfruta tanto lanzando un contraataque como haciendo una pared; goza tanto marcando un gol como cubriendo a un colega. Los jugadores se sienten integrados y se lo pasan de maravilla porque saben que incluso cuando la cámara no les enfoca están haciendo algo importante. Y todo, enfatizamos por última vez, bañado en el poso que le han dado Toni y Rodríguez a las decisiones con balón. Kroos y James han cambiado al Madrid. ¿Defectos? Los hay; no es un equipo perfecto y sus mejores oponentes tendrán cómo castigarle. Como se ha dicho, aunque los dos puentes le proveen de una estructura defensiva competitiva, la falta de intensidad de sus piezas le lleva a conceder bastantes acercamientos, y, al fin y al cabo, en su esqueleto defensivo están Carvajal, Marcelo y Kroos, que no son precisamente Puyol, Maldini y Matthäus. Pero ha encontrado su sistema y le luce. Y si por circunstancias recibe algún golpe severo que le haga dudar y menguar, el lector siempre podrá deleitarse con los seis partidos que han fundamentado este artículo. Merecen mucho la pena.


NEUROCIENCIA COGNITIVA




Mente predictiva y cerebro bayesiano.
Alonso, Luis

THE PREDICTIVE MIND
Por Jacob Hohwy.
Oxford University Press, Oxford.

La percepción, dicta la neurociencia, viene esculpida por la atención. El carácter polifacético, profundo y exuberante de nuestra percepción consciente se explica mediante el mecanismo de minimización del error de predicción, según propone una tesis innovadora. Afirma esta que, de ese procedimiento depurador de la información que el cerebro recibe del mundo exterior presentada por los sentidos, se vale la mente para extraer inferencias. La identificación del mecanismo supuso un cambio de paradigma en neurociencia cognitiva y, por ende, en neurofilosofía. La mente se revelaría portadora de una relación frágil e indirecta con el entorno. Aunque sintonizados con el mundo, nos encontramos también muy distanciados del mismo. La nueva teoría que está abriéndose camino en neurociencia sostiene que existe en el cerebro un mecanismo sutil de contrastación de hipótesis, en permanente actividad, para reducir al mínimo el error de los estímulos sensoriales.



La mente y su capacidad de percibir el mundo van inextricablemente unidas. No solo importa qué información extraemos, sino también de qué modo percibimos; es decir, interesa conocer la mecánica de la percepción y la conjugación de los múltiples factores implicados, pues la percepción confiere sentido al mundo observado y, lejos de ser mera pasividad, viene guiada por la información procedente de los sentidos. La información sensorial que llega al cerebro no conforma directamente la percepción, sino que es un proceso retroalimentado por el cerebro. Nuestras expectativas modelan lo que percibimos y cómo integramos los aspectos percibidos del mundo. Pero el mundo impone límites a nuestras expectativas.

En el marco de la nueva teoría, percepción, acción y atención convergen en una misma tarea. Las tres deben equilibrarse entre sí para aproximarse correctamente al mundo. La unidad de la percepción consciente, la naturaleza del yo y nuestro mundo mental personal se fundan en la optimización de las predicciones sobre la información sensorial. Y de manera aún más radical, el contenido de nuestros estados perceptivos no se apoyaría en lo que pensamos, sino en lo que somos. Minimizamos el error entre las hipótesis generadas sobre la base de nuestro modelo del mundo y la información sensorial. Habría un único tipo de mecanismo, reiterado a través del cerebro, que lo gestionaría todo. El mecanismo utilizaría diversas herramientas estadísticas estándar para minimizar el error y, al hacerlo así, da origen a la percepción, la acción y la atención. En última instancia, pese a su presentación estadística, se trataría de un mecanismo neuronal. Para describir y explicar el mecanismo de minimización del error de predicción, repetido una y otra vez por el cerebro, se parte de una concepción estadística, bayesiana, de la percepción. Nos vale también la analogía de minimización de la energía libre.

Aunque la maquinaria formal que rodea la exposición de la minimización del error de predicción es de desarrollo reciente, las ideas nucleares hunden sus raíces en el pasado. Fueron anticipadas por Ibn ­al-Haytham (nuestro Alhazen), quien, en el siglo xi, avanzó la idea de que muchas propiedades son percibidas por juicio e inferencia. Kant proponía en 1781 que la percepción se va concretando a medida que el cerebro utiliza sus concepciones previas sobre el mundo (categorías y formas de la intuición del espacio y el tiempo) para organizar los estímulos sensoriales que se nos ofrecen. La relación entre pensamiento (o inferencia) e información múltiple aportada por los sentidos se recoge en la sentencia kantiana que declara que los pensamientos sin contenido son vacíos y, ciegas, las intuiciones sin concepto. La intelección no puede intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. Solo a través de esa unión surge el pensamiento.

Pero fue Hermann von Helmholtz quien presentó al cerebro constituido en cribador de hipótesis, en reacción a la tesis kantiana. Investigó el tránsito de las sensaciones del sistema nervioso al mundo real y dedujo que nos guiamos por las respuestas que la naturaleza despliega cuando la interrogamos, sirviéndonos de inferencias perceptivas inconscientes y fundadas en un conocimiento previo. En esa clase de inferencia se ancla la percepción. Las ideas de Helmholtz fueron retomadas en distintos momentos a lo largo del siglo xx. Así, por ejemplo, Jerry Fodor y Zenon Pylyshyn aceptaron básicamente la noción helmholtziana de inferencia inconsciente de bajo nivel.

Otra corriente vinculada con la historia de la minimización del error de predicción atiende a la causalidad y la inferencia inductiva. Para David Hume, una causa era un objeto seguido de otro y todos los objetos similares al primero eran seguidos de objetos similares al segundo. O con otras palabras, donde no se hubiera visto el primer objeto, tampoco existiría el segundo. Para Hume, la causalidad se refiere a la extracción de datos estadísticos y a la imagen que nos formamos cuando se interviene en el mundo de una manera controlada. Esa definición dual de causa fue subrayada por Ralph H. Lewis en su tratamiento contrafactual de la causalidad en términos de invarianza.

La confluencia de los avances en la noción de causa y la historia de la contras­tación de las hipótesis propiciaron el desarrollo de la noción de minimización del error de predicción. En línea con al-Haytham y Helmholtz, la teoría de la minimización ocupa el núcleo de la psicología y la neurociencia. Constituye, además, la expresión de la forma en que el hombre infiere y se autoorganiza. El cerebro es, en efecto, un mecanismo de inferencia, razón por la cual se presenta la percepción en términos de causa y efecto. Pero no resulta fácil razonar a partir solo de los efectos conocidos para remontarse hasta sus causas escondidas, ya que una misma causa puede dar origen a muy diferentes efectos en nuestros órganos de los sentidos, y causas distintas, producir un mismo efecto. Ello hace difícil la labor del cerebro de acotar el efecto (información sensorial recibida) que depende de una causa determinada (objeto del mundo real). Si la única restricción sobre la inferencia causal del cerebro consistiera en la información sensorial inmediata, entonces, desde la perspectiva del cerebro, cualquier inferencia causal sería tan buena como la otra.

En matemática, se llama inferencia el proceso que conduce a una conclusión sobre una población basándose en una muestra. También se llama inferencia la conclusión alcanzada sobre una población mediante el proceso aludido. La inferencia estadística se ocupa de los métodos que pueden utilizarse y la teoría que los explica. La inferencia es una noción normativa que permite entender las regularidades observadas. La teoría de la probabilidad, o epistemología bayesiana, es también normativa porque nos informa sobre lo que hemos de inferir, dadas las pruebas disponibles.

Imaginemos una situación muy sencilla. Nos encontramos en una casa sin ventanas, ni libros, ni Internet. Oímos un sonido y queremos saber quién lo ha producido. Nosotros somos el cerebro, la casa es el cráneo y el sonido es la información sensorial. Queremos averiguar la causa del sonido y empezamos por enumerar una lista de objetos posibles: un pájaro carpintero que golpeara la pared, una rama caída, la música de un vecino, una lluvia de meteoritos, y así un largo etcétera. Cada una de las posibilidades de ese listado constituye una hipótesis. No todas las hipótesis tienen sentido una vez conocido el efecto: no admitiremos que quien golpea la pared sea un matemático que se entretiene con la conjetura de Goldbach. Es decir, se impone valorar el nexo entre la hipótesis y el efecto. Lo que nos lleva a fijarnos en la verosimilitud de que la hipótesis se adecúe al efecto observado. Tal verosimilitud designa la probabilidad de que las causas descritas en la hipótesis causen los efectos observados. La verosimilitud se basa en las regularidades conocidas (por ejemplo, los efectos causados por un pájaro carpintero). A partir de las regularidades causales observadas podremos jerarquizar las hipótesis de acuerdo con su verosimilitud.

Las predicciones se comparan con la señal sensorial real, o con la inferencia del nivel inferior; la diferencia, el error de predicción, se emplea como señal de retroalimentación para los modelos internos que generan las predicciones. No existe solo interacción entre causas escondidas en la producción de datos sensoriales, sino también una interacción entre estados diferentes del mundo y la incertidumbre o ruido asociado con pruebas sensoriales generadas por tales estados. El mecanismo de minimización del error de predicción habrá de tomar en consideración la dependencia del contexto y la incertidumbre que rodea dicho contexto.
En el caso del sonido percibido, contamos con dos herramientas para averiguar su causa: la verosimilitud (probabilidad del efecto observado consideradas las hipótesis particulares hasta ahora) y la probabilidad anterior de la hipótesis (estimación subjetiva del grado de probabilidad de la hipótesis independientemente de los efectos observados en ese momento). Verosimilitud y probabilidad anterior son los pilares de la regla de Bayes, arquetipo de la racionalidad.

Definición de neurociencia cognitiva.
Se trata de un área académica, que científicamente, estudia los mecanismos biológicos de la cognición. Con un enfoque especifico en el funcionamiento neuronal, y su consecuencia en la conducta, investigando como las funciones psicológicas y cognitivas son producidas por los circuitos neuronales.
 En esta nueva área se involucran diferentes ramas científicas como la psicología cognitiva, la psicobiología y la neurobiología, como así también la física, la matemática, la lingüística y la filosofía, acompañados de la neurociencia computacional y de adelantos en los métodos de neuroimagen.


Juntos, estos campos han permitido que por primera vez sea posible el estudio directo de las representaciones sensoriales internas, explicando como tal estimulo, produce tal respuesta, gracias al advenimiento de las nuevas técnicas de escaneo cerebral.
Cuando se habla de cognición se hace hincapié en una serie de procesos mentales tales como la adquisición, manipulación y/o retención de la información, y/o cualquiera de los otros múltiples procesos neuronales, es decir como la mente los maneja y como estos se traducen en una conducta determinada.


En definitiva al conocer las estructuras cerebrales que intervienen en la predicción de la conducta, los descubrimientos de las múltiples inteligencias, diferencias en los hemisferios cerebrales, tipos de memorias, atención, etc. se logra un mejor entendimiento de las habilidades y aptitudes necesarias para desarrollar estrategias de activación del área específica necesaria para lograr la conducta buscada.
Finalmente, a partir de dichos avances neurocientíficos se abre una posibilidad absolutamente innovadora para la gestión del talento humano.

APLICACIÓN TEORÍA DE LOS SISTEMAS DINÁMICOS.




AL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO: FÚTBOL.

Jaime Morente Sánchez
Luis Fradua Uriondo-España.    

Becario FPU (Formación Profesor Universitario)
Departamento de Educación Física y Deportiva
Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Granada
Entrenador categorías inferiores Granada CF
Profesor Alto Rendimiento Deportivo: Fútbol
Departamento de Educación Física y Deportiva
Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Granada
       
Resumen
 En contraposición con el paradigma clásico, es decir, fundamentada en la concepción holística del ser humano, nace nuestro objeto de estudio, la teoría de los sistemas dinámicos (TSD), la cual nos ofrece un gran abanico de herramientas y conceptos novedosos para aplicar tanto a la investigación como al entrenamiento deportivo. Su inmersión en las ciencias del deporte se ha producido principalmente en la investigación y en el área del aprendizaje y del control motor. Cada vez son más los investigadores que se interesan por este enfoque. La aceptación implícita en él de la influencia de todas las partes del organismo y del entorno en el comportamiento final del individuo, así como la existencia de principios generales aplicables a todos los sistemas, obligan a tener en cuenta los estudios que se han hecho desde las diferentes áreas del conocimiento del ser humano. Con el fin de facilitar y amenizar la comprensión del trabajo hemos considerado clasificar las distintas referencias analizadas en 2 grandes bloques: fuentes primarias o principales y fuentes secundarias o complementarias).
EFDeportes.com/revista digital, Buenos Aires.EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires./ http://www.efdeportes.com/

1.     Introducción
 El trabajo que presentamos tiene como principal objetivo realizar una revisión bibliográfica acerca de una nueva y moderna concepción del entrenamiento deportivo, aún desconocida para muchos, fundamentada en la Teoría de los Sistemas Dinámicos.
El entrenamiento deportivo ha estado influenciado por la concepción mecanicista del ser humano. A pesar de que constantemente se aluda a la necesidad de integrar todos los aspectos del entrenamiento y se propongan tendencias más holísticas (integradas), la estructura conceptual dominante sigue siendo la visión cartesiana que concibe a los organismos vivientes prácticamente como máquinas constituidas por diferentes partes (Torrents, 2005).

A lo largo del siglo XX, han surgido diversas teorías, como la que tratamos que han provocado un cambio sustancial en multitud de ramas de la ciencia. La concepción de los organismos vivos como un todo que interactúa con el medio y el descubrimiento de ecuaciones que pueden describir el comportamiento de los seres vivos han afectado el conocimiento de áreas tan distintas como las matemáticas, la física, la psicología, o la economía. Las ciencias del deporte y de la actividad física no han sido una excepción y, lógicamente, de acuerdo con las últimas tendencias, ya están utilizando las nuevas herramientas existentes a su alcance para explicar y perfeccionar en función d los objetivos, el movimiento humano.

2.     Análisis de referencias bibliográficas principales-primarias
Torrents Martín, C. (2005). La teoría de los sistemas dinámicos y el entrenamiento deportivo. Tesis doctoral. Lleida.
Carlota Torrents, a través de su tesis doctoral, realiza un profundo estudio acerca de la teoría de los sistemas dinámicos (TSD) y su relación con el entrenamiento deportivo, no obstante, también hace mención a la aplicación de la TSD en la fisiología humana, e incluso, en el control postural.
Centrando mi atención en la relación TSD-Deporte, he de decir que Carlota, no pretende cuestionar la posible efectividad de los métodos tradicionales de entrenamiento basados en repeticiones de ejercicios y cargas crecientes de trabajo, sino plantear que se pueden conseguir los mismos resultados de forma más breve, menos agresiva y probablemente más enriquecedora para el individuo. No obstante, recuerda que también hay aspectos del entrenamiento tradicional que se consideran criticables e incluso perjudiciales para los atletas, y que son fácilmente mejorables si consideramos al individuo como un ser global que interactúa consigo mismo y con su entorno. De acuerdo con esta base, Carlota presenta posibles aplicaciones para el entrenamiento deportivo. Estas propuestas pueden aplicarse a todo tipo de deportes. En el caso de los deportes de equipo, la variación constante de las condiciones de juego es evidente, por lo que el aprender a adaptarse a esta variación, valga la redundancia, será de gran utilidad. En los deportes individuales, las propuestas se dirigen principalmente al método utilizado para aprender la técnica más eficaz para realizar cualquier acción motriz.

Individualización del entrenamiento
 Actualmente, cuando se habla de individualidad del entrenamiento, se suele interpretar como una diferenciación en los programas de entrenamiento para adaptarlos a cada deportista, pero no se suele contemplar la posibilidad de que cada uno de ellos responda de manera distinta. Esto puede lograrse dejando que el atleta participe activamente en el proceso de entrenamiento. Para aprender un nuevo movimiento o técnica deportiva se deberá tener en cuenta los movimientos espontáneos que surgen del sujeto (reorganización). Éstos afectarán al proceso, condicionarán el progreso y la estabilidad del aprendizaje. El otro aspecto a tener presente en cuanto a la individualización del entrenamiento es el de no buscar el movimiento ideal siguiendo modelos externos de otros individuos, como se suele hacer en el aprendizaje tradicional de cualquier técnica deportiva. La muestra de un modelo, o las instrucciones referidas a ese modelo, pueden incluso interferir negativamente en el aprendizaje.
 Existirá una técnica ideal para cada situación y para cada individuo, por lo que habrá que entrenar al sujeto a adaptarse al cambio en vez de a copiar el modo de hacer de otro. Mediante esta forma de entrenar siguiendo la TSD, el atleta no tendrá una idea preconcebida del movimiento, lo que facilitará que esté más atento a las sensaciones y fuerzas reactivas que experimenta en su interior y por tanto, más abierto a entender cómo se organiza su sistema. El entrenador podrá aprender también del atleta y de las estrategias que éste descubre, lo que puede facilitar o sugerir el tipo de instrucciones o de métodos de aprendizaje que serán más efectivos. En el entrenamiento diferencial, que se explicará posteriormente, el aprendizaje por descubrimiento, o la reducción de grados de libertad de que dispone el atleta en la dirección del aprendizaje deseado son ejemplos de cómo entrenar para este fin. La aparición en el mundo del aprendizaje motor de la aplicación de la TSD al entrenamiento, ha hecho que la mayoría de estudios tengan por objeto la mejora o aprendizaje de un gesto técnico. No obstante, hay que recordar que las aplicaciones son infinitas, y que la dinámica compleja y no lineal del ser humano se da en todos sus sistemas y subsistemas.

Globalización del entrenamiento
    La concepción del entrenamiento basada en la división en componentes y en la mejora de las funciones aisladas y enfocadas hacia parámetros microscópicos debería incorporarse a unavisión global, orientada a la persona en su conjunto. Se pueden proponer entrenamientos más centrados en una capacidad que en otra o en un aspecto o en otro, pero siempre teniendo en cuenta la influencia de todo el organismo.

El entrenamiento diferencial
Para resolver el problema de la individualidad se pueden proponer dos tipos de soluciones: establecer un modelo ideal de entrenamiento para cada individuo (lo que probablemente supone una difícil, cara y posiblemente irresoluble tarea) o bien ofrecer al atleta una gran variedad de ejercicios para inducir un proceso de autoorganización de su aprendizaje y evolución. El entrenamiento diferencial favorece esta segunda opción, aprovechando la necesidad de fluctuar o de producir errores para aprender. Se considera a las fluctuaciones como desviaciones de un punto de referencia que exigen al sistema reaccionar y adaptarse constantemente a los cambios.

Torrents (2005) tras revisar varios estudios y de acuerdo con la TSD, muestra total confianza sobre el entrenamiento diferencial. Afirma que la oferta variada de ejercicios propia de este entrenamiento, tiene además otras ventajas para trabajar en grupo, ya que cada sujeto puede llegar a su solución sin precisar de tantas instrucciones individuales por parte del entrenador,el sujeto se autoorganiza. Se defiende que la realización de una variedad de ejercicios hace que el sujeto descubra de forma espontánea patrones individuales de movimiento que le permiten responder de una forma más eficaz a las tareas motrices planteadas. Por ello las soluciones serán siempre individuales. Se incrementa de este modo la responsabilidad del atleta en el proceso de entrenamiento y se satisfacen mejor los aspectos motivacionales. Otra de las ventajas que ofrece este tipo de trabajo y la aplicación de este nuevo enfoque es disminuir las lesiones por sobrecarga o los estados de sobreentrenamiento. Sin embargo, no hay que olvidar que la variación de estímulos tiene sus riesgos de lesión, por lo que se deberán proponer ejercicios seguros y a atletas que ya dominen y controlen su cuerpo. Un trabajo previo de control postural y de autoconocimiento se hará imprescindible, ya que así las variaciones se realizarán respetando la alineación corporal que permite la ejecución de cualquier movimiento minimizando el riesgo de lesión.

 Muchos entrenadores utilizan ya metodologías que están muy acordes con esta propuesta. Es muy frecuente con principiantes, pero también en los deportes de equipo. El entrenador deberá considerar los errores como fluctuaciones necesarias para que se produzca cualquier aprendizaje, por lo que en determinadas situaciones se potenciarán con estrategias como la perturbación o la variabilidad. En definitiva, enfatizamos desde aquí la alternancia entre la estabilidad y la inestabilidad, la provocación de fluctuaciones continuas del sistema.
Pero la variabilidad no sólo servirá para mejorar una técnica concreta, sino para modificar estructuras inadecuadas de forma global y desarrollar otras más adecuadas, ya que el entrenamiento no debe orientarse sólo al pulido de secuencias motrices, sino a la optimización de estructuras cognitivas integradas en la globalidad del organismo. El papel del entrenador se ve afectado por esta perspectiva. Si asumimos la concepción del ser humano como un sistema dinámico complejo, no podemos aceptar que el entrenador conozca exactamente la respuesta adecuada para cada situación. Es evidente, que el entrenador será el que deba ayudarles también en ese aspecto, pero la adquisición de una mayor conciencia corporal y el aprender aentrenar globalmente y a involucrarse de forma más activa en el entrenamiento es un proceso largo que requerirá un gran esfuerzo por parte de todos atletas los implicados. Uno de los aspectos que preocupan de forma más importante al entrenador es cómo se transfieren mejor las cargas de entrenamiento a la competición. Las transferencias se realizan, en los sistemas dinámicos, de forma espontánea, de manera que el sujeto que cuando encuentra las respuestas adaptativas más idóneas, genera patrones motores adecuados.

Seirul-lo, F. (2003). Sistemas dinámicos y rendimiento en deportes de equipo. 1st Meeting of Complex and Sport. INEFC-Barcelona.
Seirul-lo, toda una institución a nivel internacional en cuanto a la TSD aplicada al entrenamiento deportivo, afirma que para poder definir el entrenamiento apropiado para deportes de equipo, es relevante determinar primero un paradigma diferencial. Según él, tradicionalmente, hasta ahora, cuando la ciencia ha entrado en el mundo del deporte ha sido para el estudio de deportes individuales, sin embargo, sus resultados son aplicados también en deportes colectivos. Afirma con rotundidad, que el análisis de las teorías de sistemas dinámicas complejas proporcionará la mejor base teórica para construir una ciencia de educación (entrenamiento) específica para deportes de equipo. En consecuencia, dice que es necesario modificar el paradigma tradicional Cartesiano. Para ello, su propuesta en este artículo consiste, en construir los canales de acceso entre estas teorías y los diferentes niveles del proceso de educación (entrenamiento) de deportes de equipo.
Seirul-lo afirma que en el siglo XX, el entrenamiento ha estado dominado por prácticas cuantitativas de ejercicios analíticos en secuencias lineales progresivas que tenían por objetivo construir jugadores para satisfacer las exigencias de aquel modelo conductista (mente) – mecanicista (cuerpo) que se reproducía en función a una serie de factores ajenos al deportista (reglamento, exigencias de la competición, sociedad, etc.). Mente y cuerpo se trabajaban por separado.
Del mismo modo, desea y pronostica que en este nuevo siglo (XXI) el deporte se desarrollará por medio del desarrollo integral del deportista, donde la enseñanza-entrenamiento al complejo cuerpo-mente consistirá en un proceso único de optimización del deportista. El nuevo Paradigma deportista busca la auto-modelación (auto-estructuración) del deportista, la cual se logra por una serie de propuestas, las cuales parten del deportista (instauración habilidades en competencia, formación propia de imagen social, logro de conocimiento mediante la práctica, etc.) y no son ajenas al mismo como ocurriera en el Paradigma clásico.

Así pues, atendiendo al nuevo paradigma podemos considerar al deportista como una estructura hipercompleja configurada mediante interacciones entre las/sus estructuras. Esta nueva concepción sistémica del jugador como un “todo”, nos dará indicios sobre las condiciones en las que el deportista deberá desarrollar su actividad de entrenamiento para que obtener su autoestructuración. Entiende que este nuevo paradigma no deja de ser válido para deportes individuales, pero deja claro que es ideal para deportes de equipo donde la interacción es continua entre compañeros, rivales y objetos y se exigen altos niveles de autoestructuración. Además, ahora “enseñanza-entrenamiento” es un “hecho único”. Este señor afirma que se deben construir ejercicios que proporcionen esa actividad dinámica, es decir, hacer hincapié en prácticas de alta variabilidad y globalidad, lejos de aquellas, ya obsoletas, tareas analíticas, cerradas y repetitivas. Dentro de esa red de estructuras (cognitiva, emotiva, volitiva, etc.) nada es lo más importante, todo lo es por igual. Los componentes de la red, tienen como función la transformación de los demás componentes consiguiéndose la autoorganización, que permiten que cada ser sea único, dado la singularidad de las estructuras de cada uno. En cada entrenamiento existirá una prioridad diferenciada ajustada a las necesidades del deportista, pero en el prepartido se produce una síntesis de todas las estructuras de nuevo. Cada microciclo se relaciona con el siguiente y el anterior mediante pautas de interconexión que permiten optimizar la relación entre estructuras.

Seirulo-lo manifiesta que el rendimiento no podrá ya ser evaluado desde criterios cuantitativos ajenos al sujeto, sino a través de propuestas que parten del propio deportista.
Morcillo, J. A. Cano, O. Martínez, D. (2006). El valor de lo invisible. Fundamentación y propuesta de organización y entrenamiento específico del fútbol.http://www.efdeportes.com/ Revista Digital, 92.
Cuando se habla de entrenamiento físico-técnico-táctico, físico-técnico, etc. se trata de unir o sumar cosas o partes, que para ello han de haberse separado previamente. He aquí el error de base del planteamiento. Entendemos, que al referirnos al entrenamiento integrado, nos estamos remitiendo a la teoría de sistemas dinámicos (TSD), es decir a la consideración de que el todo es más que la suma de las partes. Consustancialmente, se presupone que hemos decidido ubicarnos en una perspectiva cognitiva, en contraposición a la conductista, en el análisis del fútbol. Igualmente, entre las teorías de aprendizaje, es obvio que habremos decidido apostar por teorías constructivas (aprender a jugar al fútbol) y no asociacionistas (mejora de la velocidad necesaria, de la ejecución del pase,…). El modelo de enseñanza utilizado (inductivo o deductivo) será una consecuencia de las teorías de aprendizaje ya mencionadas.

Así pues, estábamos absolutamente confundidos en la creencia de que el entrenamiento integrado surgía de unir las variadas estructuras que conforman al individuo que juega al fútbol. Pretendíamos unir piezas que no están separadas, que nunca se separaron y que no se pueden separar.
En opinión de Cano "las cualidades y capacidades son indivisibles, no se dan por separado nunca y por lo tanto, han de estar siempre unidas en las actividades del entrenamiento". Consideramos que el nexo de unión de todos estos elementos inseparables, es el compromiso. Compromiso para defender, compromiso para contraatacar, compromiso para conseguir objetivos parciales (portería a cero, imbatibilidad,…), compromiso para ser solidarios en los esfuerzos,… en definitiva, compromiso con el pensamiento colectivo.

 Llegados a este punto, podemos afirmar que no se trata de sumar, unir, ni mezclar capacidades, sino de intentar separarlas lo menos posible, es decir de diseñar situaciones de entrenamiento y entrenamientos en general lo más próximos posible a la estructura y funcionamiento del juego del fútbol, a su lógica interna. En definitiva estamos hablando de mantener siempre presentes dos principios de aprendizaje fundamentales para ello: la especificidad de la tarea y la transferencia.
 Las diferentes estructuras o sub-sistemas de que se compone el deportista son igualmente necesarias para alcanzar el rendimiento, y aunque en función de la modalidad deportiva unas tendrán más importancia que otras, éstas deberán ser entendidas como complementos que están interrelacionados entre sí formando una globalidad. Desde este punto de vista, el fraccionamiento de las tareas como medio para polarizar la atención sobre aspectos concretos del aprendizaje, impedirá la práctica global, integradora de todas las capacidades de forma simultánea, por lo que su práctica reiterada podría desarrollar factores de rendimiento inconexos que tendrían poca transferencia al juego real.

Análisis de referencias bibliográficas complementarias-secundarias.
i. Oña, A; Martínez, M; Moreno, F & Ruiz, L.M. (1999). Control y aprendizaje motor. Madrid. Síntesis.
ii. Newell, K.M. (2003). Schema theory: retrospectives and prospectives. Research quarterly for exercise and sport, 74, 383-388.
iii.     Riley, M. A & Turvey, M. T (2002). Variability and determinism in motor behaviour. Journal of motor behaviour. 34, 99-125
iv.  Schmidt, R. A (1975) A schema theory of discrete motor skill learning. Psychological review. 82, 225-260
v. Sherwood, D. E & Lee, T. D (2003). Schema theory: critical review and implications for the role of cognition in a new theory of motor learning. Research quarterly for exercise and sport. 74, 376-382.
 Enmarco estas cinco referencias de forma conjunta pues todas ellas vienen a hablar de la TSD, desde la perspectiva del control y aprendizaje motor.

Para situarnos en el marco adecuado, comenzamos aclarando que el aprendizaje es el proceso de modificación de la conducta, un cambio estable de la conducta producto de la práctica. En el caso del aprendizaje motor, estos cambios hacen referencia a las conductas motoras. Un gran autor dentro de este ámbito fue, sin duda, Bernstein, creador de uno de los modelos del comportamiento motor, concretamente del modelo de los sistemas complejos, dinámicos o no lineales, o dicho de otro modo de la TDS. Fue capaz de integrar el estudio de las nociones del comportamiento motor con el de la neurofisiología, la biomecánica y la anatomía, pero su obra no se conoció en el resto del mundo hasta finales de la década de 1960. Su obra no se tradujo al inglés hasta 1967, por lo que sus ideas tardaron en llegar a occidente. Muchas de ellas son todavía válidas, pero han evolucionado para explicar cómo se forman las sinergias (interacción entre varios elementos para conseguir un objetivo común), y cómo se produce la organización del control del aparato locomotor que produce la coordinación. El aprendizaje implica una inicial congelación de muchos grados de libertad, lo cual provoca que al inicio del proceso de aprendizaje de una habilidad los movimientos sean toscos. Mientras progresa el aprendizaje, estos iniciales grados de libertad suprimidos son captados dentro del modelo de coordinación, de forma que la habilidad aprendida se vuelve más flexible y adaptable a las condiciones cambiantes del medio. Los grados de libertad se ensamblan en unidades funcionales que se constriñen para actuar, a modo de estructura coordinativa.

    Así pues, los principios de su modelo son: los grados de libertad (todos los elementos implicados en un movimiento, cada músculo y cada articulación en los distintos planos son distintos grados de libertad) y la autoorganización del aprendizaje por parte del sujeto. Considerando al organismo como un “todo”, Bernstein da más importancia a los factores periféricos que a los centrales. Una de las principales aportaciones de este modelo es que se propone la denominada práctica variable para optimizar el aprendizaje del esquema motor. Desde esta perspectiva todo esquema motor se reforzará a través de la variabilidad de la práctica. Numerosos estudios demuestran la utilidad de la práctica variable en el aprendizaje de tareas, en la retención de éstas y en la transferencia a otras similares en diferentes tipos de individuos y de tareas.

Martín Acero, R & Lago Peñas, C. (2005). Deportes de equipo. Comprender la complejidad para elevar el rendimiento. Barcelona. Inde
 Así pues, de acuerdo con estos autores, el enfoque sistémico pretende responder a tres preocupaciones esenciales:
La voluntad, como reacción a las tendencias analíticas, de algunas ciencias de restaurar un enfoque más sintético que reconozca las propiedades d interacción dinámica entre los elementos de un conjunto, lo que le confiere un carácter de totalidad.
La necesidad de concebir y dominar conjuntos amplios y complejos, de disponer de un método que permita movilizar y organizar los conocimientos para una mejor adecuación de los medios a los objetivos que se pretenden alcanzar.
La necesidad de promover un lenguaje utilitario que frente a la fragmentación y a una dispersión del saber (enfoque analítico), pueda servir de soporte a la articulación y la integración de modelos teóricos y preceptos metodológicos por varias disciplinas.
El modelo sistémico se asienta en 4 categorías fundamentales: interacción, globalidad, complejidad y organización. En este sentido parece revelarse como un enfoque fértil para dar cuenta de fenómenos complejos como la acción motriz en los deportes colectivos. Así pues, en este caso estaríamos ante una realidad…
Interactiva, porque la acción de juego se concibe como algo cambiante y móvil que vincula a los jugadores entre sí.
Global o total, porque el valor de los equipos participantes puede ser mayor o menos que la suma de los valores de los jugadores que lo componen.
Compleja, porque la composición de las acciones individuales de los deportistas da pie a los llamados efectos agregados y puede hacer emerger consecuencias no intencionadas en los comportamientos de los participantes.
Organizada, porque su estructura y su funcionalidad se configuran a partir de las relaciones de cooperación y de oposición establecidas en el respeto por unos principios y reglas y en función de finalidades y objetivos.

En un enfoque clásico, la única forma de explicación de los fenómenos suele ser la causalidad lineal, es decir, un modo explicativo que se basa en una cadena lógica de causas y efectos. A través de la perspectiva sistémica, lo cambiante sustituye a lo permanente; flexibilidad y adaptabilidad sustituyen a rigidez y estabilidad. Resumiendo, al integrar el tiempo aparecen la interdependencia de fenómenos y su devenir. La causalidad se torna compleja y circular, la complejidad tiene en cuenta la variedad y la interacción entre los elementos. Cuando más complejo es un sistema, más importante y menos lineal es la variedad de las relaciones.

TSD= Teoría de los Sistemas Dinámicos, complejos y/o no lineales.
vii.  Seirul-lo, F. (1994). Preparación física aplicada a los deportes colectivos. Balonmano. Santiago de Compostela: Lea.
 Seirul-lo, en otra obra, quizá menos relacionada con la TSD, recuerda algunos de los principios fundamentales de su ideología acerca de la TSD ya nombrada. Así pues, de acuerdo con el autor catalán, las características más sustantivas del modelo cognitivo de preparación pueden sistematizarse de la siguiente forma:
Se interesa por lo que sucede en el interior del deportista después de analizar las condiciones del entorno donde debe realizar su actividad competitiva.
Modificando la organización de los acontecimientos y situaciones del entorno, se estimula al deportista a elaborar nuevos comportamientos producto de la interpretación personal.
Lo que se intenta mejorar es la interpretación del sujeto, para que ello ocasione la modificación de la conducta externa.
Se logran actitudes motrices aplicables a situaciones variables.
La evolución del aprendizaje está centrada en la capacidad que tenga el deportista para analizar las señales del entorno, saber interpretarlas y tomar variadas soluciones motrices.
Se tienen en cuenta, mucho más, las necesidades del deportista. La persona antes que la actividad.
 Seirul-lo entiende que "para los deportes de equipo se hace necesario elaborar nuevas formas de entrenamiento que sean simuladores sectoriales de la competición, es decir seleccionar determinadas partes de la competición e introduciendo las modificaciones adecuadas conseguir que su ejecución incida sobre alguna determinada capacidad o aspecto, con lo que se obtendrá una mejora específica de estos tal y como se da en el juego real".

 Duarte Araujo, J. M. (2004). O contexto da decisão: a ação táctica no desporto. Coimbra. Visão e Contextos.
ix.     Del Villar, F. (2005). Recensión a Duarte Araujo en “O contexto da decisão: a ação táctica no desporto”. Cuadernos de Psicología del Deporte. 5: 1-2.
    En ambas referencias bibliográficas se trata el mismo tema, ya que al fin y al cabo, la segunda no es ni más ni menos que una reflexión acerca de la primera en la que el autor, al mismo tiempo, aporta datos de su propia cosecha. A modo de resumen intentaré extraer lo más importante, la esencia de la obra de Araujo.
    El texto titulado “O contexto da decisão: a ação táctica no desporto”, editado por el profesor Duarte Araujo es un magnífico libro sobre los procesos de toma de decisiones en el deporte, realizado desde la perspectiva ecológica, en sintonía con los presupuestos conceptuales de la teoría de la complejidad, también denominada perspectiva de los sistemas dinámicos. El libro entra de lleno en el debate actual entre los paradigmas existentes para el estudio del comportamiento humano en el deporte. El paradigma cognitivo, cuya base es la teoría del procesamiento de la información ha sido hasta el momento el modelo a partir del cual estudiar el proceso decisional de los deportistas durante la acción de juego, especialmente en lo concerniente al proceso de selección de la respuesta; pero en la actualidad el emergente paradigma ecológico (interacción sujeto-entorno), aporta nuevos enfoques en el estudio de las acciones deportivas. La concepción de la acción táctica como una interacción funcional entre el individuo y su contexto de juego, realizada con un determinado propósito, sitúa el centro de interés científico en el producto de la acción deportiva, y nos abre nuevas perspectivas para el estudio del comportamiento táctico del deportista.

    ¿Existe procesamiento de la información y por tanto, posibilidad de mejorar el proceso de selección de respuesta, o toda acción táctica es únicamente el resultado del proceso de interacción del deportista y su contexto de juego, emergente en cada una de las acciones que realiza? ¿Debemos incidir, durante el entrenamiento, en los procesos de interpretación y análisis de la propia decisión tomada, a partir de las verbalizaciones del deportista, o por el contrario centrarnos en intervenir sobre la tarea motriz, manipulando en el entrenamiento las condiciones o factores de ejecución (variabilidad) que intervienen en el juego, buscando respuestas adaptativas del deportista, que transferirá posteriormente al entorno competitivo?
    Estas y otras muchas preguntas se plantean en el centro del debate entre paradigmas, entre modelos de estudio de la acción táctica en el deporte y es por ello que la obra editada por Duarte Araujo contribuye de manera brillante a reforzar el posicionamiento del paradigma ecológico, ofreciéndonos un modelo conceptual brillantemente elaborado y presentándonos diferentes aplicaciones, en diversos deportes, de la manipulación de los contextos de decisión.

    El libro, escrito en lengua portuguesa, está estructurado en tres apartados. El primero de ellos se centra en el estudio de la acción táctica en el deporte, destacando el capítulo 2, elaborado por Keith Davids, uno de los principales investigadores en el mundo del deporte de la teoría de los sistemas dinámicos, ahí, sienta las bases conceptuales del modelo de manipulación del contexto decisional del deportista.
La segunda parte, elaborada por prestigiosos científicos del deporte, presenta investigaciones realizadas en diversas especialidades deportivas (Balonmano, baloncesto, fútbol, rugby, tenis, vela y orientación) que permiten comprender las aplicaciones del modelo ecológico a los diferentes contextos de decisión, reforzando el hecho de que la investigación de la toma de decisiones, debe partir necesariamente del estudio de cada modalidad deportiva. Cada contexto de decisión es en sí mismo diferente, y el estudio de los elementos estructurales en cada deporte es un buen modelo referencial para su optimización.

 Finalmente, en la tercera parte del libro se aborda el contexto de práctica en el entrenamiento del comportamiento decisional en el deporte, presentándose ejemplos en voleibol y en fútbol, en las que los entrenadores aplican tareas cargadas de variabilidad para la mejora de la capacidad de toma de decisiones del deportista, especialmente a través de la resolución de problemas, buscando con ello que el jugador sea capaz de resolver las situaciones tácticas de manera eficaz, en el entorno real de juego. Estamos por tanto ante un valioso libro para todos aquellos investigadores y estudiosos de la acción táctica en el deporte, por la conceptualización que se realiza de un modelo de investigación emergente, el paradigma ecológico, y por las interesantes aplicaciones que se presentan para el trabajo de los entrenadores que deseen mejorar el comportamiento decisional de sus deportistas.
 Díaz, G. (2004). La salud desde una perspectiva sistémica. ENSAP.

 La comprensión de la salud como emergente de la compleja relación de elementos de diversa naturaleza, interconectados entre sí, no puede prescindir del conocimiento de los conceptos esenciales aportados por la Teoría General de Sistemas.
 La ciencia, en su devenir histórico, ha propiciado su creciente especialización y segmentación en múltiples disciplinas, cada una de las cuales se ha dividida en sub-disciplinas. Como consecuencia de la gran cantidad de contenidos que se han ido incorporando a las ciencias particulares, éstas se han visto en la imperiosa necesidad de esta segmentación, lo que a su vez ha condicionado que los científicos se encuentren encapsulados en sus universos privados y hayan perdido la perspectiva del todo.

 La preocupación de algunos científicos por tal estado de cosas condujo a la formulación de una teoría que diera cuenta de la aplicabilidad de modelos, principios y leyes a todas las ciencias, con independencia de lo disímiles que puedan resultar sus objetos de estudio, lo cual podría conseguir la unificación de ésta, a partir del isomorfismo estructural en diversos campos, en contraposición con la tradicional reducción de todas las ciencias a la física. Ese fue el propósito que inspiró la aparición de la Teoría General de Sistemas, que se erige como un enfoque interdisciplinario y, por lo tanto aplicable a cualquier sistema tanto natural como artificial y ha servido de base al ulterior desarrollo del enfoque de complejidad.

    La Teoría General de Sistemas constituye una poderosa herramienta para la explicación de los fenómenos que se suceden en la realidad a través del análisis de las totalidades, a partir de las interacciones entre sus componentes y las externas con su medio. Según Bertalanffy, su creador, un Sistema es un orden dinámico de partes y procesos en interacción mutua.
    Se describe un nivel de construcción teórico de modelos que se sitúa entre las elaboraciones altamente generalizadas de las matemáticas puras y las teorías específicas de las disciplinas especializadas, que en estos últimos años ha hecho sentir, cada vez más fuerte, la necesidad de un cuerpo sistemático de construcciones teóricas que pueda discutir, analizar y explicar las relaciones generales del mundo empírico, a la vez que ofrecer un marco interdisciplinar que contribuya a la fluidez en la comunicación entre los diferentes campos del saber.
    No se trata de desestimar los innegables avances que trajo el abordaje analítico de los objetos de la realidad, sino de darle continuidad, a partir de una perspectiva que visualice el Todo y propicie la necesaria alternancia entre éste y las partes en la construcción del conocimiento, sobre todo de los objetos complejos. Como tampoco persigue la aniquilación de las disciplinas particulares. Es exactamente aprovechar el caudal de conocimientos alcanzado por éstas en una nueva dimensión relacional subordinada al objeto de estudio en cuestión.

4.     Autores más relevantes
 Dr. Francisco Seirul•lo Vargas
 El profesor Francisco Seirul•lo Vargas es licenciado en Educación Física y entrenador nacional de Atletismo. Su actividad educativa la ha desarrollado prioritariamente en el INEFC de Barcelona. Allí, ha colaborado con varios profesores en la enseñanza de programas avanzados de especialización del Baloncesto, Balonmano, Fútbol, Voleibol, Rugby y Atletismo. Ha impartido diversos cursos de Postgrado y Doctorado. Igualmente, ha sido profesor del Máster de Alto Rendimiento Deportivo del Comité Olímpico Español y de la Escuela Profesional de Medicina de la Educación Física y el Deporte. Además, ha ejercido como profesor en los cursos de entrenador de las Federaciones Nacionales de Atletismo, Balonmano, Voleibol, Judo y Tenis.
 Durante más de 25 años, el profesor Francisco Seirul-lo Vargas ha aplicado sus teorías a la práctica como entrenador de Equipos Nacionales de Atletismo, Balonmano y Judo en Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos. Por otro lado, ha entrenado tenistas, boxeadores y ciclistas de alto nivel. Durante las décadas de los 80 y 90 fue preparador físico / asesor técnico-táctico del equipo de Balonmano del F.C. Barcelona y construyó junto al entrenador Valero Rivera –alumno del profesor Seirul-lo- toda la estructuración de entrenamientos que permitió a este equipo obtener los mejores resultados internacionales que un equipo deportivo ha conseguido en toda la historia. También, ha sido preparador físico y asesor de entrenadores de las categorías inferiores de Fútbol y Balonmano.
 Desde 1994 es el preparador físico del primer equipo de Fútbol del F.C. Barcelona y Director de la Comisión Técnica responsable de la planificación de entrenamiento de todas las secciones deportivas profesionales del club. En mayo de 2006 se convirtió en el único técnico en conseguir un doblete histórico: ganar la Copa de Europa en fútbol y balonmano. Igualmente posee experiencias muy significativas en los ámbitos de la educación física y de la iniciación deportiva; por ejemplo hacia la década de los 80, participando en la creación, desarrollo e implementación práctica de los importantes centros CID de iniciación deportiva. En el ámbito del entrenamiento coadyuvante lleva años solucionado de forma excepcional y particular las lesiones de muchos deportistas. Como ejemplo significativo de entrenamiento coadyuvante destacamos el excelente trabajo de prevención y recuperación de lesiones que desarrolló de forma interdisciplinar con el médico del equipo de balonmano del F.C. Barcelona durante más de una década. Además, durante más de 25 años ha asesorado, siempre con su maestría y eficacia características, a muchos otros técnicos para que resuelvan efectivamente los problemas de lesión de los deportistas con los que trabajan.
 El Profesor Seirul-lo ha impartido más de 50 cursos en diferentes ciudades españolas, así como en otros países como Portugal, Francia e Italia. Ha sido el Director de la Revista de Entrenamiento Deportivo y de la Revista de Educación Física. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas, libros para la Escuela Nacional de Entrenadores de Atletismo y el Máster de Alto Rendimiento Deportivo; así como diversos documentos para la revista “Cuadernos Técnicos Pedagógicos” (INEF-Galicia).
 Desde mediados de los 80 está desarrollando una nueva teoría de entrenamiento para los deportes de equipo, basada en la teoría de los sistemas dinámicos, que ha sido contrastada y aplicada a sus experiencias de entrenamiento con deportistas de alto nivel.
Es invitado a menudo como ponente en congresos internacionales y en la universidad imparte cursos avanzados sobre educación motriz, entrenamiento deportivo y entrenamiento coadyuvante.
Aparte de su actividad profesional en el F.C.Barcelona y en el INEFC Barcelona (Universidad de Barcelona), también es asesor científico del Centro Internacional de Entrenamiento Deportivo EEB "Entrenament Esportiu Barcelona".



Dr. Wolfgang Schöllhor
 El Dr. Wolfgang Schöllhor estudió Física, deportes y Psicología en Francfort y Colonia. Su trabajo se basa en las bases estructurales del movimiento humano y animal.
Su investigación se centra en el reconocimiento de los patrones complejos del movimiento y de las consecuencias prácticas de las estructuras específicas del movimiento.
 Particularmente, él estudia las bases epistemológicas de teorías en el movimiento que aprende y que enseña. Schllhorn ha hecho contribuciones al reconocimiento de los sistemas dinámicos como aplicación al entrenamiento deportivo, buena prueba de su gran conocimiento acerca del tema queda contrastada cuando se puede confirmar con total seguridad que junto a la Dr. Natàlia Balagué Serre, ha dirigido la confección uno de los documentos más importantes acerca del binomio TDS-Entrenamiento deportivo: la tesis doctoral de Carlota Torrents (2005).
Reflexiones a tener en cuenta
A lo largo de la revisión bibliográfica, hemos tenido la posibilidad de conocer con mayor detalle a verdaderas instituciones del mundo del entrenamiento deportivo. Se ha considerado oportuno recopilar algunas de sus afirmaciones, cuya sencillez y rotundidad, son capaces de impregnar a cualquiera de esa sabiduría que transmite quien las realizó.
"La Teoría General de Sistemas constituye una poderosa herramienta para la explicación de los fenómenos que se suceden en la realidad a través del análisis de las totalidades, a partir de las interacciones entre sus componentes y las externas con su medio; un Sistema es un orden dinámico de partes y procesos en interacción mutua” (Bertalanffy -creador TGS-, 1995).
“Todo esquema motor se reforzará a través de la variabilidad de la práctica" (Bernstein, 1967).
“Desde la teoría general de sistemas (TGS) de Bertalanffy, en 1976, el concepto de aprendizaje se transformó en un acto dinámico en el que se producen complejidad de interacciones y en el que el individuo es el verdadero protagonista” (Seirul-lo, 1994).
"Si el jugador está conformado por la estructura coordinativa, estructura cognitiva y estructura condicional, debemos plantear tareas de entrenamiento que aunque prevalezca una de las estructuras de forma prioritaria, en dicha tarea estén presentes elementos de las otras estructuras, para no alejarnos de la exigencia y realidad de la competición, que constituye la carga más específica del entrenamiento" (Domínguez, 2005, en Cano, Morcillo, Martínez, 2006)
“Cualquier sistema vivo, incluido el cuerpo humano, es más que la suma de sus partes” (Punset, 2004).
"Los medios y métodos de entrenamiento se deberán adoptar y modificar de tal manera que integren elementos que vayan dirigidos a la mejora de todos los sistemas de capacidades". (Arjol, 1997).
"Las cualidades y capacidades son indivisibles, no se dan por separado nunca y por lo tanto, han de estar siempre unidas en las actividades del entrenamiento” (Cano, 2001).
“No se trata de sumar, unir, ni mezclar capacidades, sino de intentar separarlas lo menos posible” (Cano, Morcillo, Martínez, 2006)
"El juego en el fútbol se manifiesta globalmente sin que podamos fragmentar las partes que lo constituyen" (Domínguez y Valverde, 1993, en Cano, Morcillo, Martínez, 2006).
Conclusión
    Tras dar por finalizada la investigación acerca de esta nueva e incipiente concepción del entrenamiento, considero oportuno realizar una reflexión crítica a modo de conclusión donde pondré de manifiesto lo que personalmente he extraído de mi estudio, la esencia del mismo, por así decirlo, desde mi punto de vista.
 En primer lugar he de decir, que hay aspectos dentro de la perspectiva tradicional del entrenamiento que son tan criticables como perjudiciales (prácticas analíticas, multitud repeticiones, etc.), y que por otro lado, son fácilmente mejorables si consideramos al sujeto como un todo, como un ser global que interactúa consigo mismo y con su entorno. Estas propuestas pueden aplicarse tanto a deportes individuales como colectivos. En el caso de los deportes de equipo, y centrándonos en fútbol, la variación constante de las condiciones de juego es evidente, por lo que el aprender a adaptarse a esta variación, valga la redundancia, será de gran utilidad. En deportes individuales, las propuestas se dirigen principalmente al método utilizado para aprender la técnica más eficaz para realizar cualquier acción motriz.

Figura 1. El cóctel del rendimiento deportivo (Morente-Sánchez, J., 2011).
 A través de esta nueva concepción del entrenamiento fundamentada en la TSD, el deportista no tendría una idea concreta y preconcebida de lo que debe hacer en cada momento y ante cada situación, lo que facilitará que esté más atento a las sensaciones y fuerzas reactivas interiores, o dicho de otro modo, que esté más atento a entender cómo se reorganiza su sistema. Esto puede lograrse dejando que el jugador participe activamente en el proceso de entrenamiento. Para aprender un nuevo movimiento o técnica deportiva se deberá tener en cuenta los movimientos espontáneos que surgen del sujeto (reorganización). Así pues este método, no pretende buscar una ejecución o un movimiento ideal basado en modelos externos de otros individuos, como se realizaba siguiendo el Paradigma tradicional.
    Se pueden proponer entrenamientos más centrados en una capacidad que en otra o en un aspecto o en otro, pero siempre teniendo en cuenta la influencia de todo el organismo como propone el entrenamiento diferencial de Carlota Torrents, fundamentado en Paradigma diferencial de Seirul-lo. Atendiendo a este nuevo Paradigma podemos considerar al deportista como una estructura hipercompleja configurada mediante interacciones entre las/sus estructuras. Esta nueva concepción sistémica del jugador como un “todo”, nos dará indicios sobre las condiciones en las que el deportista deberá desarrollar su actividad de entrenamiento para que obtener su autoestructuración. Dentro de esa red de estructuras (cognitiva, emotiva, volitiva, etc.) nada es lo más importante, todo lo es por igual. Se deben construir ejercicios que proporcionen esa actividad dinámica, es decir, hacer hincapié en prácticas de alta variabilidad y globalidad, lejos de aquellas, ya obsoletas, tareas analíticas, cerradas y repetitivas. La oferta variada de ejercicios propia de este entrenamiento, tiene además otras ventajas para trabajar en grupo, ya que cada sujeto puede llegar a su solución sin precisar de tantas instrucciones individuales por parte del entrenador, el sujeto se autoorganiza. La realización de variados ejercicios, y al mismo tiempo, cargados de variabilidad hace que el sujeto descubra de forma espontánea patrones individuales de movimiento que le permiten responder de una forma más eficaz a las tareas motrices planteadas. Se incrementa, por tanto, la responsabilidad del sujeto en el proceso de entrenamiento y se satisfacen mejor los aspectos motivacionales, al fin y al cabo, se puede realizar un símil con respecto al tan de moda aprendizaje significativo, donde el protagonista del mismo es el propio sujeto ya que él mismo construye su propio aprendizaje.
    Por otro lado, se debe reseñar que estamos considerando al ser humano como un sistema dinámico complejo, de tal modo que no podemos pretender que el entrenador conozca exactamente la respuesta adecuada para cada situación. Hacer hincapié también en que aprender a entrenar globalmente y a involucrarse de forma más activa (protagonista: sujeto) en el entrenamiento es un proceso largo que requerirá un gran esfuerzo por parte de todos atletas los implicados.
    Para finalizar, me gustaría hacer un análisis comparativo del entrenamiento diferencial versus entrenamiento integrado, que para muchos, al fin y al cabo son conceptos sinónimos (que no seré yo quien diga lo contrario), pero que tras realizar este estudio debo determinar una serie de matices entre ambos. Así pues, como hemos comentado en párrafos anteriores, la esencia del entrenamiento sistémico o diferencial (Torrents, 2005), fundamentado en el Paradigma diferencial de Seirul-lo, reside, además de en mantener el principio de globalidad, en crear un ambiente cargado de variabilidad donde el sujeto tenga que adaptarse a los cambios del entorno mediante su autoorganización. El propio deportista es el protagonista de su evolución en el proceso enseñanza-aprendizaje, será quien autoconfeccione sus propios patrones motores. En el caso de los deportes de equipo, la variación constante de las condiciones de juego es evidente dado las interacciones de distinta índole existentes, por lo que el aprender a adaptarse a esta variación/variabilidad será de gran utilidad.
    Por otro lado, pero, que en la misma perspectiva, nos encontramos con el entrenamiento integrado que, al igual que el entrenamiento anteriormente comentado fundamentado en la TSD, considera que el todo vale más que la suma de las partes. Del mismo modo apuesta por teorías de aprendizaje constructivistas y se aleja, del conductismo y del asociacionismo. Consideramos que desde un punto de vista integral, se considera que las diferentes estructuras o subsistemas componentes del deportista son igualmente necesarios para alcanzar el rendimiento, y aunque en función de la modalidad deportiva unas tendrán más importancia que otras, éstas deberán ser entendidas como complementos que están interrelacionados entre sí formando una globalidad. Llegados a este punto, podemos afirmar que no se trata de sumar, unir, ni mezclar capacidades, sino de intentar separarlas lo menos posible (Cano, Morcillo, Martínez, 2006), es decir, de diseñar situaciones de entrenamiento en general lo más próximos posible a la estructura y funcionamiento del juego del fútbol, a su lógica interna.
    En definitiva, a modo de conclusión personal, dado que ambos modelos de entrenamiento están fundamentados en el trabajo global, considero que el entrenamiento integrado podría encuadrarse dentro de la perspectiva sistémica, siendo ésta unos grados más compleja, ya que al mismo tiempo, busca la reorganización o reestructuración intrínseca, llevada a cabo por el propio deportista (verdadero protagonista de su rendimiento/aprendizaje), para lo cuya consecución requerirá de una cierta dosis de variabilidad en la tarea. Por su parte, el entrenamiento integrado no considera esta última cuestión, y centra su atención sobre todo, en el trabajo conjunto y simultáneo (integrado-global) sobre las distintas estructuras que componen al deportista en pos del rendimiento (algo que no deja de hacer el entrenamiento sistémico en ningún momento).
    En línea generales, se podría afirmar que “todo entrenamiento sistémico o diferencial es integrado pero que no todo entrenamiento integrado es sistémico”.
“Entrenamiento integrado = globalidad.
Entrenamiento sistémico= globalidad + variabilidad”
Bibliografía
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