martes, 15 de diciembre de 2015

SALVAR EL FÚTBOL.


por HENRIQUE SANFIZ 
perarnau magazine. com

Actualmente, el fútbol es un fenómeno humano único a nivel mundial, el cual influye y es influenciado por las diversas sociedades, hecho que lo convierte en un poderoso medio de expansión cultural. Únicamente es preciso observar datos como la audiencia televisiva, asistencias a estadios, la publicidad o la enorme repercusión e impacto social que tiene en la sociedad y, como consecuencia, en los jóvenes. Los entrenadores de fútbol base tenemos la responsabilidad añadida, delegada por los padres y madres de los jóvenes, que nos buscan como medio auxiliar para la formación de sus hijos e hijas, formación que, aunque parte de ellos no sean conscientes, no es exclusivamente deportiva.

Cada vez en mayor medida, los padres no disponen del tiempo suficiente para divertirse desenvolviendo todo aquel espíritu creativo y espontáneo que puedan tener, en parte, como evolución que afecta a la sociedad en general. Esto tiene relación con una disminución del fútbol callejero, donde los niños y niñas se convierten en adultos cada vez de forma más precoz, con todo lo que ello conlleva. Estos hechos, manifestados en la formación de base, definida por Jorge Maciel como un tipo de formación “sobre carriles” (1), donde se tiende en muchos casos a la no formación, al formateo del niño o niña construyendo (o más bien destruyendo) sin creatividad, autonomía y mediante comportamientos altamente estereotipados.

Es una realidad que la cada vez mayor velocidad y dinámica constante del día a día hace que muchos padres y madres se decidan por colocar a sus hijos en escuelas de fútbol. En el caso de que el proceso que estas llevan a cabo sea de calidad, eso podrá provocar una tendencia positiva para el fútbol en general y la creatividad de los jóvenes en particular. Será beneficiosa para la mejoría del juego, de la calidad de los potenciales jugadores y la formación de los propios niños y niñas como personas, y este se convertirá en un proceso que permita despertar y potenciar diferentes cualidades en los jóvenes.

Es inevitable observar actualmente la disminución del fútbol callejero que se veía en el pasado; de nada sirve lamentarse de tal situación ante el dinamismo de la sociedad actual, pero sí pensar en un intento de reproducción de ese fenómeno a través de proyectos basados en procesos cualitativos que intenten superar los límites creados por la sociedad actual. Si queremos que estos procesos, llevados a cabo en las escuelas de fútbol, puedan ser lo más similares posible al fenómeno en cuestión, será imprescindible que la iniciación en el proceso de la práctica del fútbol sea realizada de forma similar a como sucedía en la calle, es decir, mediante la propia iniciativa de los jóvenes y no mediante la imposición por parte de padres que ven un futbolista profesional en casa antes de haber tocado un balón. Por lo tanto, la pasión tiene que ser descubierta y despertada, no impuesta.

Otro factor que sin duda influye en la calidad que puedan presentar esta serie de proyectos son los intereses comerciales. Muchos clubes de fútbol ven en la creación de escuelas de base la oportunidad perfecta para hacer caja y aumentar el sentimiento de pertenencia de muchas familias hacia el club, haciendo que los jóvenes se inicien cada vez a edades más precoces y mediante procesos de peor calidad, prestando una menor atención a la ética vinculada al proyecto. La cuestión, por lo tanto, no es cuándo comenzar, sino la manera en la que se comienza. Es preciso un cambio de paradigma que refleje la complejidad inherente al fútbol y su enfoque sistémico.
“Quem só sabe de futebol, nem de futebol sabe”
Vitor Frade (1985)

Numerosos autores reflejan el hecho de que la desaparición del fútbol callejero podría causar cada vez una mayor disminución de la calidad del juego (2). Observamos por lo tanto una necesidad de mantener la propia calidad del proceso de formación, tanto en beneficio del propio deporte como de la educación de los jóvenes. Por lo tanto, debemos tener cuidado en preservar y recrear lo más cualitativamente posible los ambientes y contextos en los que los jóvenes se iniciaban en este deporte, entendiendo la diversidad como una expresión fundamental a nivel cualitativo del fenómeno ya que en caso de renunciar a ella podríamos estar hablando de la desaparición de una especie cada vez más escasa: los talentos. Esta diversidad deberá estar presente relacionando a individuos diferentes y con sus particulares características, tanto en relación al juego como a su personalidad, dando mayor calidad a su proceso de formación, y también en los diferentes estímulos que estos reciben en la actividad en cuestión con el objetivo de escapar de aquellos hábitos y comportamientos actuales de los jóvenes, cada vez más homogéneos y sedentarios.

De esta manera, entendiendo el fútbol como fenómeno social total que ejerce una gran fascinación en los jóvenes, deberemos tener en cuenta a aquellos responsables de acercarles este fenómeno, una elevada calidad de intervención, promoviendo contextos adecuados donde estos vivan, desde edades tempranas, aquel tipo de interacciones de calidad que favorezcan su crecimiento.

(1): Maciel, J. (2011). Nao o deixes matar. O bom futebol e quem o joga. Chiado editora.
(2): Cruyff, J. (2002). Me gusta el fútbol. Círculo de Lectores.
* Henrique Sanfiz es Entrenador base del FC Porto Dragon Force


OPTIMIZACIÓN DE FORMA PREFERENTE DE LA ESTRUCTURA EMOTIVO-VOLITIVA.


La motivación intrínseca
por XAVIER DAMUNT - LAIA LETOSA
martí perarnau.com. 

CONSIDERACIONES TEÓRICAS
Muchos entrenadores ya saben que un entrenamiento parcelado de la técnica, táctica o preparación física tiene una transferencia limitada al partido. Muchos de ellos ya trabajan de forma interrelacionada objetivos técnicos, tácticos y físicos. Por otro lado, se acepta que el rendimiento de un deportista no solo depende de estos aspectos, también tienen en cuenta el factor psicológico del deportista, sobre todo a raíz de la eclosión del coaching.

Encontramos artículos años atrás que revelaban que tenemos que entender el deportista desde el punto de vista de la Teoría General de Sistemas: podemos interpretar la persona del deportista como una estructura hipercompleja configurada por interacciones y retroacciones de las estructuras (Seirul·lo, F.;1998). Seirul·lo desgrana el comportamiento del deportista en varias estructuras y propone optimizarlas desde un perspectiva sistémica, preferenciando en cada momento la que el entrenador crea conveniente.

Ya hay amplia bibliografía sobre las estructuras que presenta Seirul·lo, así que obviaremos definirlas aquí, pero con algunas de ellas, por el hecho de que no son las que se han entrenado tradicionalmente (la condicional, la coordinativa y la cognitiva), hay cierta dificultad en ponerlas en práctica de forma interrelacionada con el resto. Las estructuras que a menudo suponen un reto de trabajo en las sesiones de entrenamiento son entonces la mental, la socio-afectiva, la expresivo-creativa y la emotivo-volitiva. Así pues, algunos entrenadores optan por no introducirlas de forma preferente en sus entrenamientos, dejando estas estructuras en un segundo plano, ya sea mediante reglas potenciadoras de situaciones en las cuales el deportista deba tener en cuenta objetivos relacionados con dichas estructuras o directamente, evitando utilizarlas dentro de la sesión y usándolas en las charlas a nivel grupal o individual.

Esto último suele pasar con la estructura emotivo-volitiva, que es aquella que nos mueve a hacer acciones por las cuales conseguimos la satisfacción del deseo personal de obtener reconocimiento, fama, dinero o simplemente la satisfacción de haber hecho bien la tarea. La podemos relacionar con las necesidades personales del individuo y que supondrán que este se mueva para satisfacerlas. Las necesidades a satisfacer, la urgencia en la actuación para satisfacer las expectativas del grupo, en un determinado episodio del juego, activan los sistemas de la estructura emotivo-volitiva (Seirul·lo, F.; 2004).

Aunque todo el mundo pueda tener una comprensión genérica de esta estructura, es necesaria una prospección más profunda para poder encontrar objetivos concretos que sean trasladables a una sesión de entrenamiento. Es para eso importante, que los entrenadores consulten a psicólogos, o incluso los hagan participar de la elaboración y realización de la sesión de entrenamiento, como es el caso que presentaremos en este artículo.

En ese sentido, podemos optimizar las motivaciones del deportista en cuanto a la práctica deportiva. Es lo que sugiere la Teoría de la Autodeterminación (Ryan, R. y Deci, E.; 1985), que apunta a explorar y explicar la motivación humana desde un enfoque basado en necesidades y que pone el acento en el grado en que las personas escogen sus conductas (adaptado de Giesenow, C.; 2015).
Podemos decir que lo que mueve el deportista a hacer una tarea y, en general, a practicar el deporte se puede dividir en dos necesidades: la que proviene de su interior, o intrínseca; y la que proviene del exterior, o extrínseca.

La extrínseca es aquella que recibe el deportista por parte de otras personas de forma directa o indirecta; ya sea con el reconocimiento de compañeros o de la sociedad, el dinero o, desde un punto de vista punitivo, para evitar un castigo de, por ejemplo, el entrenador, los compañeros de equipo o de la prensa. Esta es la que más dominan los entrenadores, ya que por la propia definición es relativamente sencillo que el entrenador, al ser una persona externa al deportista, pueda intervenir en el deportista mediante el uso de ella.

En cambio, la conducta intrínsecamente motivada es aquella que no tiene otro objetivo que el propio placer o interés personal en realizarla. La motivación intrínseca, por tanto, encuentra su fundamento en una serie de necesidades psicológicas definidas que incluyen, entre otras, la causación personal, la efectividad y la curiosidad (Monroy, A. Y Sáez, G.; 2011).

En cuanto a los humanos, la conducta motivada intrínsecamente se debe a una necesidad (psicológica) innata de sentirse competente y de sentirse autodeterminado (Limonero, J; 2003). También la búsqueda y el desarrollo de relaciones seguras y conectadas con otros (Giesenow, C; 2015). Por tanto, podemos subdividir la motivación intrínseca en la búsqueda de la competencia, de la autonomía y de las relaciones.
Si consideramos que la motivación extrínseca es ampliamente conocida y ya utilizada por los entrenadores y otras personas que puedan intervenir en el rendimiento del deportista (familia, agentes, directivos, prensa), podemos centrarnos en la optimización de la motivación intrínseca para balancear el peso de ambas motivaciones mediante objetivos que conseguirán la optimización de estas necesidades psicológicas que configuran la motivación intrínseca:
  • La búsqueda de la competencia en la tarea a realizar. Los deportistas encuentran motivante sentir que están mejorando en eso que están llevando a cabo.
  • La autonomía en la toma de decisiones. Los deportistas encuentran motivante notar que pueden decidir cómo y cuándo hacer eso que están llevando a cabo.
  • El desarrollo de sus relaciones personales. Los deportistas encuentran motivante sentir que mejora la relación con los compañeros en la tarea que están llevando a cabo.
Reglar tareas donde salgan estos objetivos sería un buen punto de partida para incorporar estos conceptos a la sesiones de entrenamiento de forma no preferencial, pero ahora mostraremos un ejemplo de tarea donde la estructura preferencial es la emotivo-volitiva, concretamente la optimización de la motivación intrínseca.

ELABORACIÓN DE LA TAREA EN EL FÚTBOL
Para tal efecto, consideramos cualquier procedimiento metodológico que incluya porterías, como por ejemplo el ataque-defensa, el juego reducido o el juego real. El objetivo de ellos es poner en práctica los contenidos trabajados durante los entrenamientos en situaciones cercanas a la competición (Guerrero, I.; 2011).

En nuestra tarea se trabajarán objetivos a optimizar de otras estructuras, típicamente la coordinativa y la cognitiva, pero podrá incluir cualquiera de las otras siempre de forma subyacente a la preferente.
A ojos de los jugadores que participen en la tarea, de inicio creerán que están trabajando conceptos tácticos entrenados en tareas o sesiones anteriores, mediante un procedimiento donde aparezca de forma inherente la motivación extrínseca de los jugadores que participan. Estos procedimientos son los que incluyen porterías, ya que el jugador, al marcar un gol, siente que es de las maneras que obtiene más reconocimiento por parte de compañeros, entrenadores y espectadores. Por tanto, es el que de forma espontánea motiva más a un jugador de forma extrínseca.

Antes de iniciar la tarea explicaremos a los jugadores las reglas que hacen referencia a la optimización de las otras estructuras. Acto seguido iniciaremos la tarea, que estará dividida en tres partes donde dichas reglas no variarán, así como el tiempo de juego.
Durante el juego tendremos que registrar los jugadores que se comportan según los ítems a valorar de la tabla que se muestra a continuación, y recibirán los puntos correspondientes que se sumarán a su equipo o se les restará si actúan de forma contraria.

En la columna Tipo de la tabla de los ítems podemos ver la relación del ítem con una de las tres necesidades psicológicas de la motivación intrínseca. La importancia de cada ítem es subjetiva y susceptible de añadirle o quitarle puntos, así como la inclusión de nuevos o exclusión de algunos de estos ítems.
Al finalizar la primera parte de la tarea se informará a los jugadores del marcador de goles, pero sumando todos los puntos que ha hecho cada equipo. Aún no se les desvelará de dónde sale esta puntuación. Esto también se hará al final de la segunda y de la tercera parte. También entre partes se hará una pregunta que servirá para ganar más puntos y que tendrá el objetivo de ir mostrando poco a poco cómo han estado ganando los puntos. Las preguntas son las siguientes:
  1. Dos puntos para el equipo del primer jugador que diga algún momento en que gracias a estar concentrado, ha podido realizar una acción correctamente.
  2. Dos puntos para el equipo del primer jugador que diga algún momento en que haya ayudado a un compañero, y eso haya supuesto algo positivo para el equipo.
  3. Tres puntos para el equipo del primer jugador que diga qué ha aprendido de nuevo con esta tarea.
La primera pregunta hace referencia al ítem 1, y creemos que es el primero que se tiene que desvelar para que sirva a la vez como consigna de control, ya que automáticamente los jugadores intentarán participar en la tarea de forma más concentrada (y aquí se verá cómo los jugadores interpretan esto de maneras distintas). Si por el contrario lo que se hace es una pregunta sobre, por ejemplo, el ítem 6, la realización de la tarea se acaba tergiversando porque los jugadores pasarán a estar completamente atentos a este ítem para poder sumar puntos y dejarán de lado los objetivos explicados al inicio de la tarea.
La segunda pregunta hace referencia al ítem 3 (pero se podría haber hecho preguntas sobre el 5, 6, 8…) y la última se hace como parte introductoria a la reflexión final.

Esta reflexión servirá para desvelar todos los ítems, para explicar cómo han conseguido los puntos y hacerles entender que la motivación extrínseca no es la única en la cual un jugador se debe sustentar. Aunque es importante y necesaria, un jugador no puede depender solo de ella porque al proceder de terceras personas no siempre podrá recibir su contribución. De hecho, se puede considerar que convivir con altas dosis de motivación extrínseca es potencialmente peligroso para su rendimiento si, por las razones que sean, se deja de recibirlas.
Por eso es importante que los jugadores, ya de jóvenes, conozcan e identifiquen su motivación intrínseca y la movilicen constantemente.

Esta tarea con preferencia de la estructura emotivo-volitiva es un primer paso para presentar a los jugadores estos conceptos. Es como abrir una ventana a la introspección y conocimiento de la motivación intrínseca y que, como todas las estructuras, se tienen que trabajar de forma periódica para consolidar su aprendizaje, ya sea con otras tareas similares a la presentada, con charlas o con la introducción de reglas recordatorias en otras tareas que den preferencia a objetivos de otras estructuras.

BIBLIOGRAFÍA
  • Deci, E. L., y Ryan, R. M. (1985).The general causality orientations scale: Self-determination in personality. Journal of Research in Personality.
  • Giesenow, C. (2015).Promoviendo la motivaciónintrínseca.CimaPerformance.com
  • Guerrero, I. (2011).Terminologiad’exercicis de l’Escola del FC Barcelona, temporada 2011-2012.Documentode la FCBEscola.
  • Limonero, J. (2003).Motivació i emoció. Edicions UOC.
  • Monroy, A i Sáez, G (2011). La motivación y el rendimiento en el deporte. EfDeportes.com.
  • Seirul·lo, F. (1998).Planificación a Largo Plazo en los Deportes Colectivos. Curso sobre Entrenamiento Deportivo en la Infancia y la Adolescencia. Apuntes de la Escuela Canaria deldeporte.
  • Seirul·lo, F. (2004). Estructura socio-afectiva. Documento del departamento de educación física del INEF Barcelona.
* Xavier Damunt es entrenador nacional de fútbol y Laia Letosa es psicóloga y psicopedagoga.


FEEDBACK EN EL FÚTBOL.


Por José Luis Schneider.
Feedback en el fútbol/ educaentrenadores.com.
21 nov, 2015
La comunicación entre jugador y entrenador es uno de los procesos más importantes en la enseñanza-aprendizaje del jugador. Hasta hace unos años, los partidos callejeros eran el sitio donde los jugadores aprendían y desarrollaban sus habilidades. Poco a poco y con el paso de los años, la sociedad ha ido cambiando los hábitos siendo los clubes deportivos en la imagen de su entrenador el que ha adquirido importancia para sacar el máximo desarrollo de su potencial.

Podemos definir feedback como aquella información que el entrenador aporta al jugador sobre cómo éste está ejecutando el ejercicio (errores que comete y que debe corregir, avances que va consiguiendo, etc.). Esta infomación no es más que una corrección o aportación sobre la información inicial o feedforward.

TIPOS DE FEEDBACK
El feedback puede ser intrínseco (marcado por el propio deportista) o extrínseco (marcado por el entrenador). Una de las pautas importantes a la hora de realizar el feedback es no darlo sistemáticamente en cada acción para no crear dependencia en el jugador, ir jugando con el momento idóneo para que el propio jugador sea capaz de analizar y aplicar la mejor respuesta para la corrección del error o afianzamiento del gesto motor.

También podemos encontrar un feedback en función del momento tras la ejecución y que podrá ser expuesto de manera individual o grupal sobre los jugadores, existen 3 tipos:
  • Concurrente: Feedback que se realiza  en la ejecución. Está condicionado al tipo de tarea. En una tarea continua más facilidad para dar feedback concurrente. Ventaja: Que el alumno vaya modificando mientras ejecuta. Son más eficaces desde el punto de vista de la ejecución, pero una un nivel de dificultad que es la atención del alumno, con lo cual el feedback debe ser concreto y sencillo.
  • Inmediato: Feedback que se realiza inmediatamente después a la ejecución. Permite un recuerdo cercano de la actividad y detenerse en explicarlo. Si queremos corregir a todos los alumnos no puede ser muy extenso, con lo que conviene ser concreto y sencillo.
  • Retardado: Es menos eficaz porque es muy posterior a la ejecución o al momento de la acción, pero muchas veces se da por las condiciones de la tarea. Por ejemplo durante un partido o tras un determinado número de acciones en un ejercicio.
El entrenador puede ofrecer el feedback sobre el jugador de diferentes formas:
  • Interrogativa: preguntando al jugador por sus sensaciones e intentando que el propio jugador nos dé respuesta sobre la ejecución. Este tipo de respuesta tiene un carácter propioceptivo y depende mucho de la capacidad madurativa del jugador.
  • Explicativo: el entrenador da las causas del error en la ejecución. El jugador por tanto no analiza el error pero si la solución para el error.
  • Prescriptivo: el entrenador da las causas y la solución. Desde mi punto de vista es una forma rápida de que entiendan las causas pero hace a los jugadores muy dependientes del entrenador.
  • Emocional: reforzamos la actitud del jugador sin más.
Actualmente nos encontramos con jugadores cada vez más dependientes del entrenador en los campos. Esto es debido a la sociedad y a todos los avances que hacen que las personas y sobre todo la juventud se encuentren con soluciones al alcance de su mano de manera muy fácil y accesible que les hace ser dependientes de ellas y no usar su intelecto, provocando cualquier obstáculo un desafío, un muro del cual tienen difícil escapatoria y de la que no saben salir por ellos mismos. Podemos decir pues que el proceso de enseñanza mediante el descubrimiento guiado poco a poco irá desapareciendo, apareciendo la figura del entrenador autocrático, el cual deberá de solucionar cada uno de los errores de cada uno de los jugadores que se encuentran en el campo. El famoso “entrenador con mando de videoconsola”.

Análisis del comportamiento del entrenador en la aplicación del feedback
  1. Fase de observación:
El entrenador realizará una comparación intrínseca entre lo que quiere del jugador y el resultado de la acción. Para ello se debe identificar el error, valorar su importancia y decidir el momento de intervención.

  1. Fase de intervención:
Momento en el que el entrenador tiene tomada la decisión de intervención y ya ha seleccionado el tipo de feedback para la intervención y decide actuar solo sobre el jugador o sobre el grupo. Hay que ser consciente que la intervención del feedback tiene un gran peso sobre el alumno.
Por último, siempre es importante destacar que el deporte ayudara a formar a los jugadores  como personas y a estar preparado para los malos y buenos momentos que tendrán  en la vida. El trabajo en equipo, compañerismo, confianza, sacrificio, autocontrol, serán valores que le ayudaran fuera del ámbito deportivo. Debemos tener claro que en edades tempranas lo más importante no es ganar, si no que el jugador progrese a nivel técnico-táctico-físico. Gestionar esto no es tarea fácil. En una sociedad competitiva, donde muchos padres ven a sus hijos a “Messis o Cristiano Ronaldo” en potencia, la misión del entrenador/educador es la de proteger al jugador y educarle en la práctica del fútbol.

AUTORJosé Luis Schneider Tirado


viernes, 11 de diciembre de 2015

CÓMO ME CONVERTÍ A LA PERIODIZACIÓN TÁCTICA.


por AGUSTIN PERAITA el 9 diciembre, 2015 •
magazineperarnau.com.

Cuando me preguntan por qué utilizo la Periodización Táctica, solo acierto a responder: “Porque creo en ella”.
Puede parecer una respuesta débil, pero es la más contundente que tengo como entrenador. Creo en la Periodización Táctica desde la convicción y no desde la fe. O quizás también desde la fe.

¿RELIGIÓN O MÉTODO?
Reconozco que me acerqué a la Periodización Táctica (PT) al presenciar la emergencia de un joven entrenador portugués que apareció para ganarlo todo.

La información que se daba al respecto de la Periodización Táctica en los cursos de entrenadores hace cinco o diez años, era muy superficial, por no decir muy escasa. Comencé entonces una búsqueda más o menos concienzuda sobre el tema: leyendo blogs de la época y preguntando a otros entrenadores que afirmaban practicarla. De aquella época sóoo conservo un recuerdo, una idea:
Cada tarea de la sesión tenía que tener un contenido táctico.

¿Todos los ejercicios de todos los entrenamientos? ¿Qué es exactamente un contenido táctico? Ambas dudas dejaban mi ingenuidad y mi inexperiencia al descubierto. Suponían una brecha que me impedía experimentar con la idea de entrenar como Mourinho, o como decían que entrenaba el portugués.
Un tiempo más tarde me atreví a leer a Xavier Tamarit. Reconozco que conseguí dar sentido a poco del contenido de “¿Qué es la Periodización Táctica?” (2007, MC Sports). No fue hasta leer “Mourinho ¿Por qué tantas victorias?” (2011, MC Sports) cuando empecé a tener una noción global de lo que la metodología proponía.

Decidí empezar a experimentar con todo ello. Mezclar mis microciclos de corte seirul.lista con trazos de Periodización Táctica.
  • Fase 0. Genial. Esto ya lo hago así y considero que funciona.
Así me sentí al conocer el principio de las propensiones:

Los contenidos pedagógicos de la tarea debían aparecer en gran densidad.

Cuantas más veces se repita la situación deseada en un ejercicio, más efectivo será. Digamos que este principio es común a la mayoría de corrientes metodológicas.
  • Fase 1. Salir de la zona de confort. Pensar diferente.
En ese momento ya detecté que lo diferencial entre la PT y el Microciclo Estructurado era el principio de especificidad. La PT va más allá de la noción convencional de la teoría del entrenamiento en cuanto a este principio:

No basta con que las tareas contengan algo del juego. Tienen que expresar nuestro jugar. 

Me dispuse a generar ejercicios que pudiesen entrenar los diferentes aspectos de nuestro modelo de juego. Entrenar siempre jugando. Durante este proceso descubrí la riqueza de los rondos y de los juegos de posición para dotar de contexto al aprendizaje. Eran herramientas perfectas para potenciar las características tácticas que buscaba. Combinando el principio de propensiones con el de especificidad, me di cuenta de que cualquier concepto se podía avivar con una de estas tareas.
La preparación física y técnica más efectiva era la que se realizaba por arrastre durante los ejercicios específicos que se hacían bajo la supradimensión táctica:

Para entrenar nuestro jugar había que estructurar el modelo de juego que se pretendiese practicar.

¿Cómo queríamos atacar? ¿Cómo defender? ¿Cómo transitar? Para entrenar nuestro jugar teníamos que identificar primero cómo era este jugar en cada uno de sus momentos. Recuerdo el primer listado de conceptos que trabajar.
Después de implantar esta fase, me sentía más en control del proceso de entrenamiento y percibía que el equipo jugaba mejor (a nuestro jugar). Esto fue suficiente para que siguiera adelante, para que empezase a creer en algo que aún no entendía.

  • Fase 2. Orden, Jerarquía e Interacción
  • Era preciso desarmar el modelo de juego en conceptos para armarlo de nuevo. Generar un sistema de conceptos tácticos que diera sentido a nuestro jugar.
Articular cada uno de los momentos del juego en principios, subprincipios y subsubprincipios. Jerarquizarlos e interrelacionarlos. Solo de esta manera podía dar sentido al principio de progresión compleja:

Ordenar los conceptos dependiendo de su nivel de complejidad y seleccionar las tareas dependiendo del grado de adquisición de cada concepto.

Y aquí es donde un entrenador se enfrenta al pensamiento sistémico: lo asimila o lo rechaza. O bien concibe su modelo de juego como un sistema etéreo que su equipo tiene que hacer inconscientemente propio, o sigue pensando que la táctica son movimientos dependiendo de dónde está el balón y el rival. O bien empieza a verse como un facilitador o sigue viéndose como un general. La conciencia sistémica lo cambia todo.

  • Fase 3. Entrenar el todo.
La nueva conciencia te lleva inexorablemente a modificar las maneras de ver tareas de entrenamiento. El principio de entereza inquebrantable entra en juego:

No basta con que todos los ejercicios sean contextualizados. Tienen que tener estructura de juego (los cuatro momentos del juego han de estar presentes).

Igual que no se entiende la técnica o la preparación física de manera aislada al juego, tampoco se entiende el ataque sin la defensa o sin las transiciones. Tampoco el fútbol sin direccionalidad. Para que el entrenamiento sea realmente adquisitivo no se podía desnaturalizar el juego. El jugador tenía que seguir concentrado en las circunstancias reales del juego, siendo el contenido a entrenar un medio para mejorar su desempeño táctico y no un fin en si mismo.
Esta perspectiva mejoró enormemente la calidad del entrenamiento. Los jugadores jugaban según el modelo de juego por convicción, sin necesidad de demasiada reflexión consciente. Como entrenador, cada vez hablaba menos, pero mis jugadores cada vez lo tenían más claro.

  • Fase 4. El final de los entrenamientos a “medio gas”.
Recuerdo de mi época de jugador que, dependiendo del día del microciclo en que nos encontrásemos, el entrenador nos pedía una intensidad de trabajo u otra. Como entrenador, después de formarme en la teoría del entrenamiento, entendí el origen y el sentido de esa dosificación de la intensidad. Me sentí muy afín al siguiente mandamiento de la Periodización Táctica en cuanto entré en contacto con él:
Entrenarás siempre con intensidades máximas relativas.

Algo de razón debe haber en la frase se juega como se entrena. Si en una fracción de la semana de entrenamiento se reduce la intensidad, también se verá mermada en algún momento de la competición semanal.

Había que proponer trabajos cuya intensidad máxima y óptima para el desempeño, fuera coincidente con los requisitos del momento semanal.
Hay que reconocer que fue un proceso largo y complicado. Encontrar las tareas para que la intensidad relativa fuese máxima en todo momento me abrió los ojos a la última fase. No puedo negar que me costó renunciar a mi libertad y casarme con el Morfociclo Patrón.

  • Fase 5. Entrenábamos como leones. Competíamos como gatitos.
Pasaron años hasta que me tomé en serio el principio de alternancia horizontal. No le daba importancia a cuándo debía de entrenar según qué contenido o utilizar según qué tipo de tarea. Los entrenamientos iban genial. Los jugadores estaban motivados y volaban sobre el césped. Pero en los partidos rara vez competíamos al 100 %:
El objetivo de la semana de entrenamientos tiene que ser competir bien el día de partido.

Fue en ese contexto cuando me dije: voy a probar a planificar un par de semanas según las especificaciones del Morfociclo Patrón. Ajusté las formas de los ejercicios, los tiempos de trabajo y recuperación y los tipos de concepto a trabajar según el día. El resultado fue inmediato. Los jugadores se vieron más en forma (táctica-técnico-física) durante el partido. Y lo que antes era jugar bien pasó a ser jugar y competir.
Desde ese momento tomé consciencia de la importancia de las directrices que marcan el Morfociclo Patrón. Entendí la idiosincrasia de la carga cognitiva en el proceso. Y eso fue como volver a empezar.

LA PERIODIZACIÓN TÁCTICA Y LOS PURISTAS
Es difícil determinar si uno mismo, o un compañero, pone en práctica la Periodización Táctica tal cual la parió Victor Frade. Seguramente pocos lo harán. Puede que ni Rui Faria ni André Villas Boas puedan considerarse puristas, dependiendo de lo meticuloso que se sea con el análisis. Lo que está claro es que los entrenadores que siguen los principios fundamentales de la PT con un alto grado de ortodoxia pueden considerarse creyentes y practicantes.

Como he descrito anteriormente, no implementé la PT como un paquete de medidas para cambiar mi manera de entrenar. Creí entender la importancia un principio y lo apliqué. Revisé si había incrementado la efectividad de los entrenamientos. Si el cambio suponía mejora, lo mantenía. Cuando la actualización del método se había consolidado y creía que aplicar un nuevo principio podía suponer un progreso. Volvía a iterar sobre mi manera de trabajar. Maduraba el cambio y revisaba los resultados.

Si me hubiese bastado con la fase 1 para sentir que el método funcionaba, habría parado allí. Si tras probar experimentar con alguna de las demás fases, hubiera visto que no aportaba nada, la habría abandonado.
Es muy común escuchar a entrenadores que afirman aplicar algunos principios de la PT y algunos del Microciclo Estructurado. Que mezclando se han hecho con su propio libreto. Entrenadores que no quieren verse encarcelados en estructuras metodológicas demasiado limitantes.

Como es natural, lo respeto e incluso acepto la posibilidad de que estén en lo correcto (entendido como lo efectivo). Pero yo, hoy por hoy, creo estar de este lado de unas trincheras metodológicas que se dibujaron después de que Xavier Tamarit publicara en 2013 Periodización Táctica vs Periodización Táctica.

* Agustín Peraita es entrenador y autor del libro “Quiero que mi equipo juegue como el FC Barcelona de Guardiola”.


ENTREVISTA A KIBU VICUÑA.


Entrevistamos a Kibu Vicuña, segundo entrenador de Osasuna
Irati Prat

Hace frío, aunque no demasiado, en Alcorcón. Han decidido alojarse en un hotel alojado del centro de la localidad madrileña y allí nos encontramos, nos pide que esperemos hasta que terminen la sesión de activación que tienen en aquella mañana previa al partido de por la tarde. La entrevista transcurre como nos habían comentado que podría transcurrir, Kibu es un sabio del fútbol y no duda en no callarse nada. Es un placer escucharle. A la tarde, ya en el estadio, vemos a Osasuna perder en Santo Domingo, no pudimos ser un amuleto para él pero Kibu sigue tan optimista como siempre.

Vives hasta los nueve años en San Sebastián y entonces te mudas a Pamplona. Ahora, eres socio de la Real Sociedad y de Osasuna, ¿es compatible apoyar a ambos equipos?
Es una rivalidad positiva, no es lo mismo que la Real y el Athletic u Osasuna y el Athletic en los últimos años. Yo desde pequeño era socio de la Real, mi padre me llevaba a los partidos de la Real… Me tocó la época de las dos ligas de la Real viviendo en Pamplona, muchas lloreras y, también, muchas alegrías. Con mis hermanos me escapaba a San Sebastián, por aquella carretera antigua de cuando no había autovía, era un mareo con tanta curva, para ver a la Real Sociedad. Por circunstancias de la vida, teniendo yo nueve años, nos fuimos a vivir a Pamplona y, claro, vas cogiendo cariño a Osasuna.

Aunque jugabas al fútbol de pequeño, descubriste que nunca llegarías a ser futbolista profesional, ¿cuándo fue eso?
Iba estudiando, jugando y entrenando al mismo tiempo. Llegó un momento, mientras estaba estudiando la carrera, que jugaba en el equipo de la universidad, en regional preferente, y me estaba sacando el título de entrenador al mismo tiempo. Y llegó un momento en el que, tras acabar la carrera, compaginé el equipo de regional preferente con la Selección de Navarra cadete, donde tuve la suerte de entrenar a jugadores como Raúl García, Natxo Monreal, Jon Erice u Oier Sanjurjo. Con ellos hicimos un gran campeonato y de ahí me ficho Osasuna al año siguiente, donde estuve tres años en el liga nacional juvenil. Estuve tres años en Osasuna, me saqué el título nacional al mismo tiempo… Y bueno, a mí el fútbol me ha gustado siempre muchísimo, claro está, pero cuando entré en la universidad ya sabía que el fútbol era una afición y que no iba a vivir de eso. Sin embargo, cuando empecé a entrenar yo nunca aspiré a llegar al fútbol profesional, solo aspiraba a ser el mejor entrenador posible. Y de ahí no sabes hasta dónde vas a llegar. Y que llegues al fútbol profesional no significa que seas mejor entrenador que uno que lleva toda la vida con juveniles o cadetes. Pero vamos, lo de dejar el fútbol me tocó de una manera completamente accidental pues yo jugaba en el equipo de la universidad, tenía mi título de entrenador, y en un momento determinado el entrenador que estaba lo tuvo que dejar por motivos personales así que él me pidió, yo era el capitán, que fuese el nuevo entrenador. De un día para otro pasé de ser jugador a entrenar a mis compañeros.

Sin embargo, te licenciaste como periodista. ¿Había vocación periodística?
Si, de periodismo deportivo. De hecho en el Diario de Navarra estuve haciendo un par de años de prácticas en la sección de deportes, estuve también haciendo prácticas en Argentina, también en Onda Cero, en un programa de caza y pesca. Pero hubo un momento en el que tuve que elegir, al terminar la carrera, y tenía dos opciones: podía seguir con el periodismo, cosa que me iba a poner muy difícil seguir entrenando; o entrar en la empresa familiar y tener flexibilidad para seguir entrenando. Opté por la segunda opción.

Durante tu vida en Polonia, de la que ahora hablaremos, hemos visto como actualizabas una especie de blog con cierta frecuencia. ¿La figura de entrenador no tapó nunca la de periodista, no?
Si, aunque tengo la web un poco desactualizada. También hace mucho tiempo que no escribo en un blog que tenía en Marca, también he tenido colaboraciones en revistas de fútbol polacas, también algo en Diario de Navarra… Pero vamos, más colaboraciones para matar el gusanillo que otras cosas.

Sacaste los cursos de entrenador uno a uno y acabaste llegando a las categorías inferiores de Osasuna. Nos hablaste antes de que coincidiste con jugadores como Raúl García o Natxo Monreal en la selección navarra de cadetes…
Así es, coincidí con Raúl García, con Natxo Monreal el primer año y, el segundo año, con Javi Martínez, que aunque era cadete jugó 8-10 partidos con nosotros. Y después llegó César Azpilicueta, que jugó de medio para arriba en todas las posiciones. También Oier, Echaide, Jokin Esparza, Mikel Santamaría… pero claro, los que más llaman la atención son los primeros.

También coincidiste con Raúl García, ¿Qué valoración te merece uno de los mejores jugadores que ha dado Tajonar en los últimos tiempos?
Yo siempre he dicho que, para mí, el mejor jugador que he entrenado ha sido Raúl García. Por todo, por el conjunto. Técnicamente es muy bueno, es muy completo, es muy trabajador, es muy buen compañero y es un jugador, para mí, especial. No es solo como juega, es como entrena. Y luego tiene las ideas muy claras, es un tío muy sencillo y que tiene liderazgo, eso es un plus muy importante. Además, que siempre ha sido un magnífico goleador pese a ser mediocentro.
¿Cuándo conociste a Jan Urban?
En persona lo conocí porque coincidimos sacándonos el título nacional, lo hicimos juntos. Luego, cuando llegué a Osasuna, él entrenaba al División de Honor juvenil y yo al Liga Nacional juvenil, y lógicamente ahí se da mucha comunicación, para bajar y subir jugadores en determinados partidos…  Nos fuimos conociendo y, cuando llegó la oportunidad de ir al fútbol polaco, me llamó para ir.
¿Cómo te convence para marcharte con él a Polonia?
Bueno, la verdad es que era una cosa que yo no esperaba. Él me decía siempre que yo valía para el fútbol profesional, pero claro, alguien te tiene que dar la oportunidad. Sobre todo porque si no has sido futbolista profesional es muy difícil llegar. Y fíjate, yo le llamé cuando estaba en Polonia para darle la enhorabuena y él me dijo: ‘’Bueno que, ¿te vienes?’’. Yo me lo pensé, le dije que sí. Y bueno, hasta hoy, esta es la octava temporada juntos.

Hasta entonces el fútbol no dejaba de ser una afición y ahora ibas a formar parte de él profesionalmente aunque fuese en una liga menor como la polaca, ¿se nota mucho el cambio?
Al principio con mucho respeto, porque no es lo mismo dirigir a un equipo juvenil que a uno profesional. Pero te tienes que adaptar rápido y ahí te das cuenta de lo distintos que son los vestuarios, la cultura… En el profesional hay multitud de nacionalidades con culturas distintas. Tu acercamiento a los jugadores tiene que ser distinto, al principio es difícil porque hay algunos jugadores que solo hablan polaco y nada de inglés. Es un trato diferente, de cara a los jugadores y de cara al entrenamiento. Y que no es lo mismo entrenar a un equipo español que a uno polaco.

Para Urban fue más fácil porque era polaco pero tú, ¿cómo te adaptaste?
Si, al principio fue duro sobre todo el tema del idioma porque es fundamental comunicarte con la gente para mostrar tu punto de vista, para dar consejos, instrucciones… Así que al principio tenía yo un papel más de asesor, por así decirlo, ya que solo me podía comunicar en inglés con algunos jugadores o con los de habla hispano-portuguesa, pero no podía hacer cosas en el campo que en mi última etapa en Polonia ya si podía hacer.

Llegáis y os encontráis perdiendo en Lituania al descanso en un partido de competición internacional, con vuestros ultras invadiendo el césped al entretiempo y suspendidos por un año en competiciones UEFA por dichos disturbios, ¿no era la mejor manera de empezar, no?
Ese partido no se me olvidará nunca, contra el Vètra Vilnius, fue nuestro debut profesional. Antes del partido estábamos Jan Urban y yo hablando de las posibilidades que teníamos y del partido, de lo que podíamos hacer. Habíamos estudiado al equipo rival pero no habíamos estudiado que aquello que pasó en el descanso pudiera pasar. Me acuerdo que en el calentamiento, nuestro saltaban nuestros aficionados al césped e iban a por los aficionados rivales cruzando todo el campo. 
Claro, era un estadio pequeño, de unos cinco mil o seis mil espectadores, y al menos cuatro mil de todos ellos eran polacos pues es un desplazamiento relativamente corto. Se montó un lío importante. Al descanso teníamos jugadores calentando, saltaron los aficionados y les quitaron los balones, son cosas que no pasan ni en el fútbol regional. Los antidisturbios empezaron a lanzar gas, se oían disparos… salí a ver qué pasaba y me encontré una escena de Braveheart. Estaban luchando los aficionados del Legia peleando contra la policía lituana con las vallas de publicidad como escudo, tremendo. Y nos sancionaron, fue una pena porque éramos superiores y fueron dos detalles los que nos pusieron dos a cero abajo al descanso, pero sabíamos que aquello se podía remontar en Polonia, vaya.

¿Sentiste miedo por lo que pudiera hacer esa afición si Urban y tú no conseguíais enderezar el rumbo del Legia?
No, la verdad que no, fue una sensación de incredulidad pero miedo en ningún momento. Me llamó mi padre y me dijo que donde me había metido, estaban viendo el partido en casa de Urban, en Pamplona. Fue más la impotencia de que te echen fuera por una cosa así.

¿Cuál era la situación del fútbol polaco cuándo llegaste? Una selección que fue potencia mundial en la década de los 70 y principios de los 80.
De aquello a la realidad del fútbol polaco en la actualidad hay un trecho. La selección no está pues tiene jugadores en grandes equipos pero los resultados no están siendo buenos. Yo pienso que, en estos siete años que hemos estado en el fútbol polaco, si ha evolucionado. Pienso que era, sobre todo, un problema de infraestructuras. El Legia, que es el mejor equipo polaco, tenía y tiene un solo campo para toda la academia de fútbol base. Ningún equipo de fútbol polaco tiene unas instalaciones tipo Tajonar que tiene todo club español, no tienen esa estructura. Les falta eso, les falta metodología. Aquí la gran diferencia que veíamos era técnico-táctica, no solo a nivel colectivo sino también individual, el jugador polaco es un jugador Play Station, al que le tienes que indiciar siempre lo que tiene que hacer. No es cuestión de dedicación, pues un chico polaco dedica las mismas horas que uno español pero aquí hay muchos más entrenadores titulados que en Polonia, aquí las instalaciones son mucho mejores que las de allá. Yo he visto a chavales de once años entrenar a las ocho de la mañana porque el campo no estaba iluminado y a partir de las tres y media de la tarde es de noche. Una barbaridad. Pero eh, ni mu. Aquí no le puedes decir a un crío que vaya a esas horas a entrenar pero allí están totalmente mentalizados. Yo creo que el fútbol polaco irá para arriba ya que las cosas se están igualando poco a poco.

Ahora has vuelto a Pamplona, junto a Urban también, para dirigir a Osasuna, ¿Cómo os lo comunicaron desde acá?
Comunican con Jan, que estaba en Pamplona. Yo estaba viviendo en Varsovia pues tras lo del Legia estuve seis meses viviendo allí. Para nosotros era un reto muy bonito, nos encontramos con jugadores que habíamos entrenado en juvenil, íbamos a luchar por cambiar esa dinámica de que en Osasuna cada vez hubiera más jugadores de fuera y menos de Tajonar. Y en ese proceso estamos, aunque está siendo complicado porque no es fácil bajar de Primera División a Segunda y la situación en la que nos hemos encontrado el club no es la más idónea.

¿No dudasteis al haber descendido el equipo a segunda división y conocer su precaria situación económica?
La verdad que no, no hubo ni negociación desde el punto de vista económico. Entramos en Osasuna por lo que significa para nosotros el club. No hubo dudas. Y eso que hubo otras oportunidades, ofertas de Chipre, de Australia, del equipo donde está ahora David Villa precisamente, de otros equipos polacos…

En el Legia potenciasteis la política de cantera y ahora lo hacéis en Osasuna, ¿es por obligación o ya lo teníais pensado desde el momento en que fichasteis?
Si, ya queríamos hacerlo nosotros. Estamos en un continuo contacto con la cantera, pero hay que ir subiéndolos poco a poco, que sea algo natural, no puedes obligar al chaval a meterlo porque igual lo quemas sino está preparado. Tenemos un equipo con jugadores con experiencia en Primera División, otros con experiencia en Segunda y otros chicos que están saliendo de Tajonar. Estamos en ese proceso de ir introduciendo a los chavales en la dinámica del fútbol profesional.

¿Qué problema hay en la defensa?
No esperábamos esto pues creíamos que teníamos un problema de meter goles y en pretemporada nos dimos cuenta de que este año el marcar no iba a ser problema, le metimos 0-4 al Brentford y 3-1 al Athletic en El Sadar. Ganamos 2-0 en el estreno al Barça B y parece que todo va bien, luego perdemos con el Alavés y empatamos en Llagostera. Demasiados vaivenes… Y para nosotros el partido en el que mejor hemos defendido fue la derrota contra el Racing, 0-2, en cuanto a equilibrio. Fueron dos errores que nos penalizaron. Sin embargo, en otros partidos hemos estado más desequilibrado y hemos ganado. Hay mucho desequilibro, estamos tratando de conocer esto pues ha sido inesperado. Pero el fútbol es así, parece que tienes todo controlado y de golpe te empiezan a salir diferentes vías de agua por todos lados. Luego, lesiones de jugadores importantes como Oier o Lotiès, que eran muy importantes. Sobre todo Oier, que era un líder en el campo y en el vestuario.

El año pasado se criticó mucho a Javi Gracia porque intentó cambiar el estilo de juego de Osasuna y, al final, se descendió. ¿Osasuna puede jugar de otra manera a la tradicional?
Nosotros estamos intentando adaptarlo. Queremos que sea un equipo con mucho ritmo, agresivo, que presione bien tras perder el balón, que en El Sadar imponga el ritmo del partido desde el principio. Y en eso estamos, hemos hecho muy buenos partidos.

Tras su experiencia en el fútbol polaco, Kibu y Urban vuelven a Osasuna para intentar devolver al equipo de Pamplona a Primera División.
Para terminar, ¿qué consejo le darías a cualquier aspirante a entrenador profesional que no tiene las facilidades de ser un ex futbolista?
Mira, al final esto es una carrera de fondo. Hay que ser constante, no rendirse, huir de la comodidad, hay que estar preparado y hay que atreverse y ser valiente. En mis tiempos había mucho autodidacta, ahora es más fácil estar al día. Hay que estar al día de los últimos libros técnicos, estar suscrito a alguna revista, ver los entrenamientos de los entrenadores que crees que se parecen a tu forma de entender el juego, y de los otros porque al final de todos se aprenden, hay que aprender idiomas porque seguramente te salgan oportunidades en el extranjero. Y esto es lo fundamental, además de ir sacándose los títulos de entrenador, obviamente. Y, por supuesto, ver fútbol, de todas las categorías posibles. Formarse en psicología… Hay que estar formado y mejorar de forma continua, hasta que no dejas de entrenar sigues mejorando.


DESARROLLO PERSONAL


... para Gente Inteligente” de Steve Pavlina
POR MIGUEL GUZMÁN.

Comentario: “Desarrollo Personal para Gente Inteligente” por Steve Pavlina
Desarrollo Personal para Gente Inteligente (Personal Development for Smart People) es el esperado primer libro en papel del Blogger más famoso de Desarrollo Personal en la web. Su blog ha sido una fuente de conocimiento, motivación e inspiración para muchas personas a nivel mundial, incluyéndome por supuesto a mí mismo.

Ya hay muchos comentarios sobre este libro en internet, así que no quiero que ésta sea otro resumen del libro. En lugar de eso, daré únicamente una breve introducción y después comentaré mi opinión sobre cada uno de los principios de este libro.

Parte I: Los Principios Centrales
Steve Pavlina define el crecimiento personal alrededor de 7 principios centrales: Verdad, Amor, Poder, Unión, Autoridad, Valor e Inteligencia.



Esta es mi opinión en cada uno de los capítulos de la primera parte del libro, correspondiendo cada uno a uno de los principios centrales.

Verdad
“Mírate en un espejo. La persona que te devuelve la mirada, ¿es tu amigo?”
El primer paso para crecer como persona es ser capaz de evaluar la realidad de forma precisa. Si no puedes enfrentarte a tus propios defectos, no sabrás dónde mejorar. Si crees que nunca te equivocas, no te darás espacio para aprender. Si dejas que los prejuicios controlen tu forma de pensar, no podrás ver el mundo real y en consecuencia la mayoría de tus esfuerzos estarán equivocados.
En esta web yo también escribiré exhaustivamente acerca del Pensamiento Crítico. El Pensamiento Crítico o Racional es la capacidad de ver a través de los prejuicios, como las generalizaciones comunes, los memes venenosos, y el peor de todos que es la racionalización (actuar emocionalmente y justificarte después).
El mayor enemigo de la Verdad es el Ego. Elimina tu Ego, y ya estarás en el camino del verdadero crecimiento personal.

Amor
Es una triste existencia el estar toda la vida amargado y lleno de cinismo. La palabra “Amor” puede sonar un poco cursi, pero independientemente de cómo lo llames, el concepto de apreciar y conectar con el resto del mundo es lo que hará tu vida feliz en lugar de miserable. La amargura y el resentimiento lo único que harán es impedirte disfrutar de la vida, y desafortunadamente también se contagia a los demás, creando un círculo vicioso de miserias.
El ser capaz de conectar con otros, de ser honestos con nuestros propios sentimientos, de apreciar en lugar de criticar y quejarnos, y el mostrar gratitud en lugar de ser unos petardos egoístas. Estas son las bases para conseguir disfrutar de la vida.
Adicionalmente, este capítulo se adentra en la filosofía de que todos somos partes del mismo todo. Aún tengo pensamientos contradictorios acerca de estos conceptos, que comentaré en el capítulo de Unión.

Poder
¡Sí! ¡Poder!  ¡ahora ya estamos hablando de cosas serias! Bueno, en realidad no, porque Steve no se refiere aquí al concepto común de poder (como un general al mando de un gran ejército), sino al poder sobre tu propia vida, tus decisiones y tus actos. Se refiere a la autodisciplina, a la responsabilidad, al esfuerzo. El que controla su vida es capaz de conseguir cualquier cosa que se proponga.
Me encuentro especialmente alineado con el concepto de responsabilidad. Vivimos en una época en la que la responsabilidad personal es un valor poco apreciado. Parece que siempre queremos culpar a otros de nuestros problemas, errores e infortunios generales. Siempre es culpa del gobierno, los bancos, las corporaciones, los medios de comunicación y demás. Sería muy bueno que la mayoría de nosotros asumiésemos la responsabilidad de las consecuencias de nuestros actos.

Unión
Debo decir que el capítulo de Unión (alineación con el todo de los seres humanos) ha sido para mí el más difícil de asimilar. Estoy dividido entre pensar que este tipo de ideas son una tontería y la parte de mí que los siente como verdad. Y me explico:
A un nivel racional creo que las interacciones entre individuos y sociedades en nuestro mundo funcionan tal y como las explican distintas estrategias como el Dilema del Prisionero o la Tragedia de los Comunes. Necesitas tener una mayoría de individuos respetuosos con la sociedad para que dicha sociedad prospere. Y sobre esta sociedad, las rémoras pueden aprovecharse de los individuos respetuosos con las reglas. Y así, en la sociedad parece que el movimiento más ventajoso es engañar a todos los demás mientras aparentas ser un ciudadano ejemplar. Hasta que hay demasiados aprovechados en el sistema,  momento en el cual toda la estructura se viene abajo (la crisis económica actual es un bonito ejemplo de ello).
Como nota al margen, parece que en una relación de pareja, la infidelidad funciona de la misma manera: la mejor estrategia para tus genes es aparentar ser fiel mientras en realidad engañas a la pareja.
Y por otro lado tengo la sensación de que lo que dice Steve es cierto. Durante la mayor parte de mi vida yo mismo he sido una persona amargada, albergando un profundo cinismo y despreciando al resto del mundo.
 No era sorprendente que mis relaciones sociales no fuesen precisamente ideales. Sólo cuando comencé a demostrar un verdadero interés en los demás, y a intentar conectar de forma genuina con otras personas, es cuando mi vida social comenzó a mejorar. Y sí, el hecho de ser más abierto con otras personas, más amable, ha permitido a algunos el aprovecharse de mí de algunas formas, confundiendo mi deseo de conectar con ingenuidad. Por otro lado, mientras más estableces conexiones genuinas con las personas, más aprendes acerca de las personas y sus dinámicas, y aprendes a ver venir a los aprovechados desde lejos. Al final comprendí que ser abierto no implica ser vulnerable, y que crear conexiones no necesariamente implica el darle a todo el mundo la oportunidad de que te pisotee.

Los ejercicios “Pasa Tiempo en la Naturaleza” y “Contacto Físico” están relacionados con un tema al que he estado dándole vueltas de un tiempo a esta parte. En PNL (Programación Neurolingüística) existen tres canales: visual, auditivo y kinestésico. Normalmente los sentimientos están conectados con el canal kinestésico, y la mayoría de gente kinestésica que he conocido aprecian mucho el contacto humano y les gusta conectar con los demás. Las mujeres, particularmente, suelen ser más kinestésicas que los hombres. 
Yo trabajo predominantemente en modo visual, mientras mi kinestésia permanece latente. Cuando he enfatizado mi kinestesia, he sido capaz de llegar a tener sentimientos más fuertes, realizar conexiones más profundas con los demás y en general ser consciente de pensamientos más trascendentes que los que tengo en el ajetreo de la rutina diaria cuando estoy en modo visual.
Autoridad

Es sorprendente cómo la gente no quiere tener la responsabilidad de su propia vida, y en su lugar ceden ese poder a su pareja, a su jefe o compañeros de curro, a su círculo social, la televisión, el gobierno, etcétera. Subcontratar las decisiones de tu vida es una forma muy triste de vivir. Este capítulo resuena muy fuerte conmigo porque yo siempre he tratado de vivir de acuerdo al siguiente mantra:
Toma las riendas de tu vida. Tú eres el amo de tu destino.
Nuevamente las mejores ideas de este capítulo están en los ejercicios. “Lleva a cabo pequeñas rebeliones” es algo que hago diariamente  Es verdaderamente efectivo, tengo que trabajar en ello porque ahora mismo considero que me distraigo muy fácilmente por la rutina de la vida diaria para poner de verdad el grueso de mi esfuerzo en las cosas que verdaderamente importan. Ah, y no hay que subestimar el poder de “Experimentar”.

Valor
¡La suerte favorece a los valientes! Los miedos irracionales son lo que nos impiden hacer realidad nuestros sueños. ¡Destruye esos miedos y adopta una vida de valor y podrás conseguir prácticamente cualquier cosa que te propongas!

Una nota acerca de este capítulo: no me gusta mucho el ejemplo que pone Steve acerca de pedirle una cita a una chica. Ser valiente es una cosa, pero además tenemos que intentar hacer las cosas de la forma correcta para maximizar nuestras oportunidades de éxito. Sé lo suficiente acerca de las relaciones como para saber que decirle a una chica “llevamos un tiempo siendo amigos, y debo confesarte que siento algo por ti” no es la mejor forma de avanzar en un interés romántico. ¿Puede funcionar? Pues claro. Cualquier cosa puede funcionar con la suficiente autoestima, y este es un acercamiento muy directo que viniendo desde una posición de confianza en uno mismo puede resultar muy encantador, con una cierta ingenuidad.
Pero yo no recomendaría esta forma de hacer las cosas, especialmente para chicos sin experiencia, que se pondrían totalmente nerviosos, se harían un lío y obtendrían la temida respuesta de “yo te quiero como amigo”. No es un consejo nefasto, ya que pasar a la acción siempre es mejor que no hacer nada y esperar un milagro, pero ahora mismo ya existe información mucho más detallada en temas de chicas y relaciones en la comunidad de seducción, que puede ofrecer mejores resultados que esta forma de hacer las cosas.
Aparte de esto, el resto del capítulo del valor es muy interesante y muy motivador. Merece mucho la pena.

Parte II: Consejos Prácticos
La segunda parte del libro trata de la aplicación práctica de estos principios. Obviamente, está más orientada a la parte práctica: cómo podemos aplicar los principios anteriores a la vida diaria. Esta segunda parte está llena de consejos. Nuevamente discrepo un poco de Steve en el capítulo de las relaciones, pero hay que tener en cuenta que viniendo de la comunidad de seducción es más fácil tener una visión distinta de las relaciones. La visión de Steve es diferente pero también puede ser útil.
(Nota: intentaré actualizar pronto este artículo con un comentario de la segunda parte capítulo a capítulo, como los anteriores).

Resumen
Este libro es un acercamiento general al desarrollo personal de uno de los autores más prolíficos y dedicados en este campo. Además el enfoque completo es coherente e integrado, todo lo que se dice tiene bastante sentido.
No es la biblia del desarrollo personal, de hecho se puede aprender mucho más de cada uno de los puntos aquí descritos en otros libros más especializados para cada uno de ellos. Lo considero más bien un muy buen comienzo en el camino del crecimiento personal, y una filosofía verdaderamente útil en la que basar el resto de tu camino hacia la excelencia.
Lo bueno: la forma de escribir de Steve engancha al lector, y le lleva a través de un viaje de autodescubrimiento y aprendizaje. El libro está muy bien escrito, y se disfruta de principio a fin. Es generalista, pero también tiene bastantes consejos prácticos, un buen equilibrio entre filosofía y práctica.

Lo que podría mejorarse: en realidad, el libro ya es bastante bueno como está. Salvo algunos conceptos espirituales que pueden ser difíciles de asimilar para alguien tan pragmático como yo, se nota que en este libro se han cuidado todos los detalles y es una verdadera obra maestra. Por supuesto, siendo un libro generalista, se podría decir mucho más sobre cada uno de los temas. Pero este es sólo el primer libro de Steve, y esperamos que estas ideas se expandan en futuras publicaciones.

Para quién es este libro:
 para todo el mundo. Creo que cualquiera interesado en el Desarrollo Personal puede aprender un par de cosas de este libro.

Para quién no es este libro: en cierta forma si eres un ávido lector del blog de Steve, ya estarás familiarizado con la mayoría de los conceptos de este libro, así que técnicamente no lo necesitas, ya que, básicamente, te lo sabes. Pero sabes que lo quieres porque es un libro magnífico.


martes, 8 de diciembre de 2015

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN UN EQUIPO DE FÚTBOL.


Comentario/en Artículos, Destacados /por fiebrefutbol.es.

El conflicto es parte natural de la vida cotidiana, y un comportamiento normal en equipos y organizaciones, jugando un papel importante en ellos las emociones y los sentimientos. Posee tradicionalmente vínculos negativos y se percibe como violencia, odio e ira. Pero la resolución pacífica de conflictos puede significar un cambio de actitudes, dejando de percibir al rival como un enemigo, poniéndonos en su lugar, intentando comprender su punto de vista y buscando juntos una solución que satisfaga a ambas partes.

El liderazgo juega un papel vital en el manejo y resolución de conflictos entre los miembros de un equipo y de sus jugadores. El entrenador debe mantenerse informado e involucrado en los asuntos diarios del grupo a fin de comprender sus razones, para encontrar una solución. Debe saber identificar y tratar los conflictos de una manera dinámica, evitando conductas autoritarias donde los padres griten a sus hijos, recurriendo a la violencia física por una mala conducta o entrenadores autoritarios que traten mal a sus jugadores por alguna equivocación, donde se les increpe y humille.

Situaciones de conflicto.
Los conflictos tienen diversas y complejas causas, las principales son los intereses y las necesidades percibidas como desconformes entre entrenadores, padres y niños. Sin embargo, hay que considerar que también es causa de conflicto la forma cómo se maneja y se hace uso del poder, lo que puede generar diversas situaciones de violencia.

Unas, las relacionadas a comportamientos o actitudes de directivos. Al tomar cualquier tipo de decisión que pueda considerarse parcial, excluir de la escuela a niños problemáticos, no atender las quejas de los padres de manera inmediata y justa o permitir el ingreso o la permanencia en el equipo de futbolistas violentos.
Otras, las relacionadas a comportamientos o actitudes de los entrenadores. Donde estos tengan actitudes y comportamientos discriminatorios contra los deportistas y padres, puedan ejercer maltrato hacia los niños, tengan preferencias por jugadores de mayor rendimiento deportivo, no promuevan la participación de todos jugadores en el campo, muestren tolerancia e indiferencia ante la agresión entre miembros del equipo o no cumplan sus funciones y responsabilidades en la institución.

Y por último, las relacionadas a comportamientos o actitudes de los padres. Cuando interfieren en el trabajo del educador en el entrenamiento o partido y expresan de forma negativa y sin dialogo sus opiniones sobre las actitudes del entrenador o del club.

El rol de los integrantes del equipo.
El conflicto en un equipo de fútbol es un suceso natural de la convivencia diaria, por ser un espacio donde se interrelacionan personalidades, intereses, estilos y experiencias de vida muy diversas. El desafío está en que el conflicto se resuelva siempre y en todos los casos por sus integrantes (coordinadores y directivos, entrenadores y padres), conociendo y cumpliendo sus roles y considerando las motivaciones y necesidades de los deportistas.

Rol del entrenador
El entrenador es el elemento fundamental del proceso educativo, por su cercanía con deportistas y padres, el rol que cumple en la resolución de conflictos consiste en velar porque el fútbol se dirija de modo compatible con el respeto a la dignidad del niño respetando sus habilidades y diferencias. Acordando con los deportistas normas de convivencia en el terreno de juego que faciliten un ambiente agradable, tolerante y respetuoso, creando un clima favorable al buen entendimiento con entrenadores, directivos, compañeros y padres.

Rol de los padres
Los padres también cumplen un rol importante para afrontar satisfactoriamente situaciones de conflicto que se puedan presentar en el equipo. Conociendo y respetando las funciones y competencias de todos sus miembros, educando a sus hijos en la práctica de valores y respeto de las personas, aportando opiniones a la gestión deportiva del club en los lugares y momentos apropiados.

Rol de los futbolistas
El futbolista aprende no sólo en el campo sino básicamente en la vivencia cotidiana, siendo el centro y destinatario principal de la formación. Con el apoyo y orientación de los entrenadores va a cumplir un rol protagonista y de participación activa en la resolución de conflictos en el equipo. Practicando la tolerancia, la solidaridad, el diálogo y la convivencia con su compañeros, entrenadores. Contribuyendo a que el equipo se construya alrededor de diálogos, acuerdos, tolerancia y respeto, por el bienestar del grupo.

Negociación y diálogo.
Para que la negociación sea posible, las personas o los grupos que están en conflicto deben mostrar voluntad para dialogar y escuchar, creer que es viable negociar, estar convencidos que están en condiciones de hacerlo, que el momento es oportuno, querer construir una solución que satisfaga a ambas partes, sin necesidad de la presencia de un tercero.

Para enseñar a negociar, la entidad deportiva debe establecer tutorías, un momento privilegiado para que el educador, entrenador o tutor, junto con sus deportistas, desarrollen sesiones que permitan reflexionar sobre los conflictos, identificando las diferentes maneras de actuar y sus consecuencias, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro, para comprender su punto de vista. La Hora de Tutoría debe permitir que los deportistas se conozcan y se entrenen para la negociación y el diálogo.

Normas y Disciplina.
El Reglamento de la institución deportiva debe contar con normas y disciplina, que orienten el comportamiento y las reacciones entre los miembros del equipo. Es importante que para la elaboración de estas normas tengamos en cuenta las características propias de cada institución, de cada equipo, su carácter formativo, la incorporación de valores, el desarrollo de las habilidades deportivas y su disciplina. Esta disciplina suele ser concebida, en muchas ocasiones, como un conjunto de normas que debemos cumplir a partir de acuerdos determinados por la dirección y que deben estar bajo su control y vigilancia para poder mantenerla.

Los entrenadores, debemos tener una intervención oportuna e inmediata ante la identificación de conductas antisociales, evitando que se conviertan en una práctica habitual, que perjudique el desarrollo personal del niño. Evitemos que las situaciones de indisciplina sean resueltas con suspensiones y expulsiones, perjudicando así el derecho al fútbol del practicante y aumentando la probabilidad de abandono deportivo y que este se involucre en conductas de riesgo, como la violencia infantil, el consumo de drogas o la delincuencia.

Evitar un conflicto es ganar la batalla.
Los niños se enfadan cuando sienten que alguien ha herido sus sentimientos o no pueden llevar a cabo lo que desean, cuando no los entendemos o sienten que les hemos mentido y cuando se sienten solos. Cuando los niños se enfadan, sus corazones comienzan a latir rápidamente, tienen mucha energía acumulada y necesitan liberarla. Es bueno entonces hacerles entender que deben expresar sus sentimientos con palabras, que no deben pelear o decir cosas que pueden ofender a terceras personas, ya que esto sólo empeoraría la situación.

Los niños imitan la actitud de los mayores, por eso es importante que los entrenadores y padres, desde edades tempranas, influyan en sus jugadores e hijos para erradicar de nuestra relación con ellos los gritos y la violencia, enseñándoles que han de aprender por sí mismos a solucionar sus conflictos. Debemos hacerles saber que se necesita más valor y más coraje para alejarse de una pelea que para enfrentarse a ella y llegar a las manos. Evitar un conflicto es ganar la batalla.

Considerando cada situación problemática como una ocasión para aprender a gestionar mejor el grupo y como un ejercicio práctico en el que los jugadores aprendan a construir un clima de convivencia respetuoso y favorable para el equipo, es necesario encontrar un cierto equilibrio entre respetar al otro e imponer nuestro deber de entrenadores o padres. Debemos evaluar que peso dar a cada elemento: el carácter y temperamento del niño, su edad o la importancia del asunto en cuestión, teniendo esto en cuenta, posiblemente, el conflicto se resuelva o no exista.

Pedro Meseguer Díez (@pmeseguer).
Técnico Deportivo Grado Superior.
Entrenador Nacional de Fútbol.


Por IGNACIO BENEDETTI. SEAMOS AGUA.


Correspondencia de un náufrago: seamos agua.
Magazineperarnau.com
por IGNACIO BENEDETTI el 5 diciembre, 2015 • 



“Estamos tan alejados de comprender este juego, que la lucha de los entrenadores se centra ahora en hacer creer al entorno que lo que acontece en la cancha pertenece a nuestras intenciones”.

Con esas líneas comienza un bello texto escrito por Óscar Cano Moreno. Su reflexión debería ser escuchada y comprendida no ya por sus colegas, conductores de grupo, sino por todos aquellos que de una u otra manera vivimos malsanamente de este juego. Sí, aun cuando trabajamos en el fútbol, pocos, la minoría de los trabajadores, somos protagonistas de esta actividad, así que disculpe si le ofendo, pero yo, el primero, pertenezco a ese bando, al de los que estorban.

No perdamos tiempo y vayamos al fútbol. ¿Cuántas veces escuchamos o leemos que tal futbolista entiende el juego? La expresión ha sido tan manoseada que ya se ubica en el estante de frases vacías en el que también yacen conceptos que en algún momento alguien puso de moda, y el hombre, siendo hombre una vez más, los adoptó sin mayor interés que el de demostrar su condición de borrego militante.

Para saber si un futbolista comprende este deporte basta observar su capacidad resolutiva, es decir, su adaptación a cada una de las situaciones que se generan en el partido y cómo, a partir de ese reconocimiento, interpreta y saca provecho en favor de su equipo. Entender no es más que adaptarse, ser flexible y poseer capacidad de respuesta frente a cada situación.

Quien entiende lo hace desde la inteligencia. Por ello en estos tiempos en los que se estudia tan minuciosamente el funcionamiento del cerebro aparece en cada escrito futbolístico otra frase que no es explicada en toda su dimensión: para jugar bien al fútbol se necesitan jugadores inteligentes.

¿Qué se entiende por un futbolista inteligente? Una pista la da José Mourinho, citado por Enric Soriano, en uno de esos episodios en los que el entrenador del Chelsea abandona la actuación y se dedica exclusivamente al juego, explicando su impresión acerca de lo que se conoce como modelo de juego:

“No soy un fundamentalista en fútbol. Quiero decir, eso de que en fútbol tienes tus ideas y mueres con tus ideas, no. La gente me pregunta cuál es mi modelo de juego. Les respondo, ¿modelo de qué? ¿Modelo para jugar contra quién? ¿Cuándo? ¿Con qué jugadores? ¿Modelo para jugar a qué? No puedo responder a eso. Soy demasiado estúpido, ¿o demasiado listo? ¿Qué significa eso? No lo sé. Mi modelo de juego es construir desde el portero a Eden Hazard. Mi modelo de juego es encontrar dónde se encuentran las debilidades de mi rival y sus fuerzas. ¿Es Diego Costa más fuerte que el defensa central? El modelo de juego, ¿qué es eso? Para mí, el modelo de juego son los principios que establezco en mi equipo, los principios prioritarios que nos otorga un cierto ADN (una identidad), pero esto es profundo”.

Lo que el portugués expresa es fundamental: si no consideramos al futbolista, sus relaciones y sus particularidades, moriremos de frivolidad. El jugador es la esencia del juego, y hasta que no se cree algún dispositivo que nos permita adelantarnos al tiempo, sus reacciones y sus respuestas, nacidas casi en su mayoría en la incertidumbre, dominarán la escena.

Ahora bien, si estas actuaciones se originan en mentes no cultivadas, o peor aún, nacen en espíritus mediocres que se resisten a la mayor evidencia de todas, que no es otra que no sabemos nada, el fracaso está asegurado. Por el contrario, si el futbolista acepta ser líquido y deja de lado la supuesta solidez de sus conocimientos, fomentando la evolución constante de su identidades, encontrará el camino hacia el progreso.
No hay victoria que no venga acompañada de la única obligación que tiene un deportista consigo mismo: seguir compitiendo. El triunfo corroe la esencia competitiva porque engaña y tapa la realidad; le hace creer a entrenadores, futbolistas, periodistas, dirigentes e hinchas que saben de qué va este deporte, olvidando que quizá mientras más se afianzan en sus victorias, mayor es el impacto de su caída.

Nadie puede saber de fútbol, aun cuando se observen millones de partidos y entrenamientos. Esta actividad es de futbolistas y estos, seres humanos al fin, cambian, evolucionan y se transforman día tras día. Quizá valga la pena dejarse llevar y ser agua, aunque esto nos conduzca a un naufragio en soledad.
* Ignacio Benedetti.