martes, 27 de noviembre de 2018


Quique Setién : Conceptos futbolísticos y modelo de juego

 El que haya visto jugar al Lugo, tendrá claro que detrás de ese juego vistoso hay una clara propuesta futbolística y un trabajo que ayuda a expresar dicha propuesta.
En futbolofensivo hemos querido recoger la charla que tuvo lugar en el congreso de entrenadores de Coruña,en donde Quique expuso su visión sobre el fútbol y todo aquello que le llevó a intentar reflejar el modelo de juego que hoy lleva a la práctica en el Lugo.

Conceptos futbolísticos
Johan Cruyff ha sido el espejo de mi idea futbolística,cuando yo los veía mantener el balón con el mínimo esfuerzo, lo veias pasar cerca de ti y sin embargo te hacian creer que estaba lejos porque era imposible de recuperar.

Creo en sentir y comprender como un futbolista. No hace falta estar en un plano diferente siempre que expliques claramente en que situación está cada uno. El futuro del entrenador está en manos de sus jugadores y es mejor estar cerca de ellos y saber lo que piensan que estar alejado.

Tengo que hacerles creer para que caminemos juntos en el camino porque yo como jugador tuve que hacer muchas cosas en las que no creía y mi rendimiento era muy,muy bajo.
Hay acciones que el futbolista no es capaz de percibir dentro del terreno de juego, cuando se la explicas con imágenes, cambia totalmente su percepción, hay que preguntarles qué les parece y si ven una manera diferente de solventarla.

Lo importante de verdad es que el futbolista sepa que tiene que hacer en cada momento y entienda el juego.
Lo primero que debe percibir el jugador es que el que tiene en frente está convencido de lo que pretende hacer. Cuando lo aceptan es más fácil y cuando lo comprenden todavía mucho más. El jugador debe comprender, entender porque le pides que haga las cosas que tiene que hacer.
Todo el mundo tiene libertad para equivocarse pero tiene la responsabilidad de saber que tiene unas obligaciones y el equipo un orden que se debe mantener para poder hacer lo que pretendemos en nuestro modelo de juego.

Cada jugador tiene unas obligaciones impuestas en función de su puestos sobre cómo se debe desenvolver en el campo que ha de cumplir.
Todos los partidos que jugamos los analizo con máximo detenimiento para ver en que hemos fallado y después se lo muestro a los jugadores para que lo vean y lo discutamos hablando ellos y yo aportando nuestras opiniones al respecto de cómo podemos solucionarlas.

La situación ideal para mi es tener al equipo contrario metido en su área, defendiendo en su portería y alejándolo de la nuestra. Es cierto que esto a veces facilita las contras, pero creo que las menos en comparación a si tuviéramos que estar defendiendo permanentemente. Jugar de la forma en la que lo hacemos nos cuesta muchos menos perjuicios de lo que la gente se cree, no corremos tantos riesgos como pueda parecer.
Hemos conseguido que jugadores vinieran a jugar con nosotros cobrando menos que en otros lugares por la propuesta futbolística que tenemos que los atrajo.
El defender esta idea ha sido posible por el apoyo total del club, sobre todo que crean en tus ideas, aún perdiendo.
Modelo de juego
El modelo de juego que expone Quique Setién es un modelo combinativo que trata de expresar un gusto por el balón y que trata de desarrollar las tres fases del modelo: 1) fase inicial 2)fase creativa 3) fase de finalización.
Sin balón trata de desarrollar el pressing tras pérdida y mejorar las situaciones de atención-concentración del futbolista.
Pasamos a exponer las funciones por puestos:
Portero : Ha de ser uno más en la concepción del juego, decidir y los errores que se produzcan de esa lectura, tiene que cargar el entrenador con ellos para que así el portero gane en confianza.
Laterales: Su situación variará en función de la presión de los rivales, dando siempre amplitud buscando líneas de pase.
Centrales : Estar siempre ordenados en disposición de poder jugar.
Salir conduciendo por un lado u otro va a reconducir lo que pase después.
Mediocentros: Uno de ellos debe ser consciente si se coloca delante o detrás de los centrales, según necesite la salida del juego, el otro medio centro debe manifestar progresión en el juego y ser el enlace con la línea contigua.
Media punta: Aporta creatividad al juego, tiene libertad para aportar en la búsqueda de mejores soluciones para conseguir ocasiones de gol.
Bandas: Siempre parten de posiciones muy arriba para luego venir a recibir, a partir de ahí, deciden ellos.
Punta: Arriba, intentando ser el último eslabón de la cadena que desarrolla el modelo y siempre pendiente de establecer progresión en zona de finalización, tratando de rematar todo aquello que llega.
“De jugador nunca tuve el deseo de ser entrenador; es un puesto muy complicado. Muchos de los entrenadores que tuve no me enseñaron nada y no guardo un buen recuerdo de ellos. De otros sí que aprendí. No sabía si me iba a satisfacer de lleno ser entrenador”.
“Tener a Luis Aragonés de entrenador me hizo ver lo que yo ahora trato de hacer ver a otros jugadores: que no se tienen que conformar”.
“Eso de que yo juego en función de los jugadores que tengo no lo lleva a cabo ningún entrenador. Los equipos juegan como quieren sus entrenadores. Transformas a los futbolistas para que hagan lo que tú quieres, no lo que ellos sienten”.
“A muchos futbolistas les digo que corren demasiado, que van a todos lados. Deben correr con más inteligencia, entendiendo los espacios”
“Es importante hacer circular rápido el balón, pero también es importante saber retenerlo para atraer rivales y generar espacios en otras zonas”
“No hay mayor satisfacción para mí que venga un colega y me diga, cuando me da la mano, que da gusto vernos jugar”



Pep Guardiola
Por David Lagar | 2 octubre, 2018

Pep Guardiola, el entrenador del que quizás haya sido el mejor equipo de la historia, el F.C. Barcelona. Inspirándose en Cruyf, Lavolpe, o Lillo entre otros ha conseguido reinventar el fútbol, actualizando y perfeccionando los aprendizajes extraídos de estos. Escuchar o leer sus palabras sobre fútbol es cultivarse. 


Por ese motivo hemos decidido hacen una recopilación de sus mejores frases junto con la interesante charla que mantuvo con Jorge Valdano en el programa de televisión de este.

  1. Sobre táctica:
    • “La táctica es, estos defienden de esta manera el espacio estará aquí… La táctica es esto, qué hacen ellos y a partir de ahí adaptar las cualidades de los jugadores“.
    •  
    • “El fútbol le pertenece a los futbolistas, nunca debemos olvidarlo”.

    • “Yo solo busco dotar a mis jugadores de unos principios de juego que reduzcan los riesgos al mínimo y potencien sus virtudes al máximo”.

    • Si no hay una secuencia de quince pases previos es imposible realizar bien la transición entre ataque y defensa, imposible“.

    • “Solo quiero que avancen juntos unos metros al principio para que, si perdemos el balón, no nos pillen separados.

    • “La intención no es mover el balón, es mover al oponente”.

    • “Es que yo odio eso de pasarse el balón porque sí, eso del tiquitaca. Eso es una porquería que no sirve para nada. Hay que pasarse el balón con una intención, con la intención de hacer gol en la portería rival”.

    • “La táctica depende de la calidad de los jugadores. Cuando tenemos a Xavi, Iniesta, Busquets, Messi y Fábregas, es normal jugar por el centro. Cuando tenemos a Sané, Sterling y De Bruyne, jugadores que atacan más los espacios, jugamos de forma diferente”.

    • A veces fichamos jugadores y les estamos limitando su creatividad porque todo es: desde el punto de partida y a partir de ahí… a veces la forma de jugar les condiciona“.

    • “Metí a los laterales a zonas interiores para tener más extrapases y además nos generaba en las pérdidas transiciones más efectivas por dentro”.

  2. Sobre la preparación física:
    • “Al principio les (jugadores del Bayern de Múnich) sorprendió que no hiciéramos series de carreras de 1km… De hecho sin balón no hacemos nada, solo algunas recuperaciones y algún trabajo específico para ajustar a algún jugador”.

  3. Sobre la dirección de equipo:
    • “Si dudas no le hables (a los jugadores), vete a casa, y mañana ya veremos. Cuando les hables es porque lo tienes claro… porque los jugadores cuando te ven débil no perdonan”.

    • “Necesito abrazar a mis jugadores y explicarles, necesito convencerles, no hay cosa más maravillosa que intentar meterles tus ideas en las cabezas a tus jugadores”

    • “Perdonaré a los jugadores que no acierten, pero nunca les perdonaré que no se esfuercen”.

    • “Cuando ya no puedes motivar a tus jugadores como entrenador es cuando sabes que ha llegado el momento de marcharte”.

  4. Sobre la convicción:
    • “En el proceso hay muchas dudas, lo único que vale la pena es la convicción de tener una idea clara”.



Paco Jémez
Por David Lagar | 24 noviembre, 2014

Paco Jémez, uno de los entrenadores del momento, actualmente dirige al Rayo Vallecano F.C. con el que ha cosechado dos permanencias en Primera División siendo una de ellas la mejor clasificación en la historia del club quedando en 8ª posición con 53 puntos, siendo la mejor temporada (tanto en puntos como en clasificación). De ellas podemos aprender mucho.

 He aquí algunos ejemplos:
Dicen que hemos tenido el 74% de la posesión y la posesión no vale ni para tomar por el culo si cada vez que llegan nos meten“.
“Somos los más pequeños de la categoría, los más mierdas de la categoría somos nosotros. Cuando sepamos eso podemos competir con cualquiera”.
Hay jugadores que te fuerzan a demostrar quién la tiene más grande y aquí el que más grande la tiene soy yo“.
“La cuestión es cuánto eres capaz de arriesgar para llevar tus ideas adelante cuando vienen duras”.
Para sacar el balón jugado hace falta un adiestramiento y un convencimiento… ‘¿Pero y si fallo el pase?’ ‘Ese es un riesgo que tenemos que correr. Los partidos se pierden de cualquier manera. Es más: se pierden más regalando balones con pelotazos largos que perdiéndolos por un pase mal dado. Porque si tú miras el cómputo general del año los goles que nos hacen por errores nuestros en la salida del balón no son ni el 5% de los goles que recibimos. Cometemos unos siete errores en el año y nos cuestan tres o cuatro goles. No es una cantidad como para que nos planteemos que esto nos está llevando a la ruina“.
La peor decisión es no tomar ninguna decisión. Si tú te quedas parado no vas a acertar nunca. Tú muévete. Es posible que te equivoques, pero ya has hecho algo por buscar una solución. Odio a los jugadores que se paran“.
“Habitualmente se piensa que la línea defensiva tiene que moverse en virtud de lo que hagan los delanteros… Si nuestra línea defensiva se queda por detrás de los delanteros rivales jugamos 11 contra 11. Pero en el momento que la línea se pone por delante, sus tres delanteros ya no juegan porque se quedan en fuera de juego: entonces somos 11 contra 8. No es tanto tirar el fuera de juego (nosotros no tiramos el fuera de juego) sino ocupar una situación ventajosa antes de que se produzca el pase largo del rival. Conque los zagueros den cuatro o cinco pasos los delanteros rivales ya no pueden jugar. Pero tienen que ser cuatro pasos rápidos. Si lo haces lento habilitas al rival“.
Siempre manda el central que más cerca está del peligro, porque el resto, por la orientación, lo ven tanto a él como al balón… Si él da dos pasos no tiene ni que avisar. El resto debe seguirlo. La clave es la atención y la perspectiva: el primer central no se va a colocar en función de los otros porque no los ve”.
El mejor es el que se desordena y es capaz de ordenarse para que el contrario no aproveche ese desorden. Porque si todo es orden, orden, orden… ¿Cómo sorprendemos? Con el talento individual, vale. Pero tu capacidad como equipo se ve mermada.
Buscamos que nuestros desórdenes se produzcan en las zonas más alejadas del balónPor eso metemos mucha gente en la zona activa del balón con mucha presión para que el contrario no pueda salir a donde nos haría más daño. Esa presión juntándonos en 20-25 metros hace que nos ordenemos hacia el balón y nos desordenemos por fuera, y que tengamos que estar reajustando continuamente. Si veo que un compañero va a hacer una ayuda y ha generado un desorden en nuestro sistema tengo que ir a taparlo.  Al final los jugadores lo hacen por intuición Yo soy un enamorado del desorden pero siempre que vaya acompañado de un orden. Porque si te desordenas y luego no te ordenas te acaban destrozando“.
“Los movimientos de adelante hacia atrás me gustan menos que los de atrás adelante. Porque un paso atrás tuyo es un paso adelante del contrario. Me encantan los jugadores que juegan de atrás adelante. No me gusta la gente que a las primeras de cambio sienten temor. He visto grandes jugadores convertidos en mediocres por el miedo”.
Queremos que el contrario sea reactivo, no activo. Prefiero que nos esperen antes que tener que verlos venir. El lateral no tiene que preocuparse del desorden que crea. De eso tiene que preocuparse la gente que tiene por detrás. Yo nunca le he dicho a un lateral que suba y que esté pensando en defender: ‘Si tú estás atacando ataca, y ataca lo mejor que puedas… Si pierdes el balón ya nos habremos organizado en función tuya”.
Hay un tópico que dice que ningún equipo puede estar presionando los 90 minutos. Es mentira El tema es hacerlo con ayudas y que al final esas carreras sean cortas. Lo que no aguanta un equipo son 90 minutos yendo y viniendo pegándose carreras de 60-70 metros. Nosotros perdemos el balón y tardamos una media de 5,4 segundos en recuperarlo. ¿Acaso no se pueden hacer esfuerzos de cinco segundos? Lo que ocurre es que si coges el balón y lo pierdes inmediatamente te cansas… Contra equipos grandes te cuesta más. Pero al final todos los años somos el tercero o cuarto equipo con más posesión de Europa”.
Si no eres capaz de convencer a tus jugadores tienes dos opciones: o cambias de sistema o presentas tu dimisión. Lo que no se puede hacer es que presionen ocho por un lado y dos por el otro. Ante eso, lo más sensato es replegarte y esperar atrás, que es lo que hacen otros equipos”.




Marcelo Bielsa
Por David Lagar | 22 octubre, 2017

Marcelo Bielsa, el maestro de los maestros, aquel al que todos los entrenadores brindan su respeto y admiración. Su pasión por lo ofensivo y lo analítico le lleva a analizar el fútbol hasta el más mínimo de los detalles. De él aprendimos los cinco tipos de desmarques que hay (https://goo.gl/198Cjo) o cómo se debe defender una pared (https://goo.gl/HBMWGz), cada palabra suya es elocuente y merece ser tomada en cuenta.

 He aquí sus mejores frases:
  1. Sobre la dificultad de fichar o describir el talento en aquellos jugadores que no sobresalen en demasía: “Pep, a los buenos jugadores los vemos vos, yo y la mayoría de la gente. Pasa lo mismo con los jugadores malos. El mérito está en advertir y saber que el jugador normal va a ser bueno.
  2. Sobre el papel fundamental del entrenador:
    • “Un buen entrenador debe acercar a sus jugadores a su máximo potencial, o descubrirlo. Esa es su principal función”
    • “Un entrenador no es mejor por sus resultados ni por su estilo, modelo o identidad. Lo que tiene valor es la hondura del proyecto, los argumentos que lo sostienen, el desarrollo de la idea.”
    • Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota. La adversidad es el momento de la observación de las cosas”.
  3. Sobre su estilo de juego:
    • “La única manera de la que entiendo el fútbol es la de la presión constante, jugar en campo rival y el dominio de la pelota”.
    • “Lo importante no son los porcentajes de posesión, lo importante es la cantidad de llegadas que usted obtiene”.
    • “Todo el mundo defiende espacios cortos y ataca espacios grandes. En cambio, yo quiero atacar espacios pequeños y defender espacios grandes”.
  4. Sobre la fase ofensiva:
    • Hablando sobre el pase: “Sin riesgo a la interceptación no hay eliminación de rivales”.
    • Cuanto más cerca esté el rival de uno, ese es el mensaje de que la pelota hay que recibirla por detrás de él. Cuando el rival esté viniendo hacia a mí, busco la espalda”.
    • “Para desmarcarse hay que hacer un movimiento previo para llevar al defensa a un lugar desde a donde a él le resulte más incómodo ir hacia donde yo ya decidí que voy a ir”.
  5. Sobre la fase defensiva:  
    • “¿Sabe cuál es mi lectura? Hasta me da vergüenza decirla: es que defendemos con demasiada gente. Porque siempre, siempre, en todas las situaciones de gol hay más jugadores nuestros que del rival. Este tema de defender con más gente y volver más hermético el sistema defensivo no se soluciona agregando más jugadores. La cantidad de gente con la que defendemos es altísima, y la solución no pasa por lograr que se defienda mejor poniendo más jugadores”.
    • No se puede presionar si cerca del lugar de presión hay un hombre libre del rival porque seguro la pelota le va a llegar al hombre libre. Por eso hay que tener igualdad numérica y respaldo en el sector de la presión”.
  6. Sobre la filosofía de la cantera y formación:
    • “Dicen que todos los equipos del club tienen que jugar con el mismo esquema. Mi opinión es que todos los equipos del fútbol formativo tienen que jugar un año con cada esquema y su derivación”.
    • “Se escucha mucho la pregunta ganar o jugar bien. Creo que debería ser una afirmación: jugar bien para ganar, y no una interrogación entre dos opciones.”
    • “Para saber que hay que enseñar hay que ver que contiene el juego, porque lo único que hay que enseñar es lo que el juego contiene” .
    • “Las mejorares condiciones de elección del pase se dan desde el puesto de central”.
    • “El ejercicio hay que vivirlo, no actuarlo, cuando el ejercicio se actúa, este no sirve”.
    • “Los tiempos en el fútbol (el timming del desmarque) no son tiempos anárquicos, son tiempos que se pueden aprender”.
  7. Sobre el éxito y el fracaso:
    • “Si uno intenta y falla, merece el reclamo, pero mucho más reprochable es la no acción”.
    • “Soy un especialista en fracasos y sé perfectamente que las adhesiones se pierden cuando se acaba el éxito. Hay gente exitosa que no es feliz, y gente feliz que no necesita del éxito. El éxito es una excepción y no un continuo”.
    • “Cuando mi equipo gana, y gana con regularidad, no reviso mucho las opiniones que giran alrededor de él. Lo puedo hacer por vanidad porque hablan bien, por hobby porque me sobra tiempo, pero no lo necesito. Pero cuando mi equipo pierde, sí lo necesito. Porque en la adversidad, los mensajes que surgen del alrededor convergen al primer equipo, a los intérpretes” .


lunes, 12 de noviembre de 2018


EL ENTRENADOR Y LA GESTIÓN DE RESULTADOS.
/Conceptuando. /opinión.

Sobre la influencia del entrenador en los éxitos o fracasos de sus equipos  podríamos decir que depende. Es quién debe tener claridad para descubrir en que sector de la cancha resulta más eficaz un jugador, por ejemplo. Y ensamblar esas características a una idea colectiva de juego. Él será quién defina las estrategias y tácticas. En definitiva es un organizador. Si se equivoca, el conjunto se verá en circunstancias complicadas. Debe ser el entrenador un gran complemento para las ideas, capacidades, de sus jugadores, es vital eso. Un buen entrenador debe convertir a sus jugadores en lo más importante del juego, a través de su talento, su creatividad, su motivación, su carácter, personalidad, su clase,  su manera de transmitir lo que se necesita.

Dice Angel  Cappa que se puede ganar un partido de varias maneras. Inclusive de casualidad, pero hay una sola forma de  jugar bien. No hay alternativa, se juega bien o se juega mal., aunque de vez en cuando la suerte influye perjudicando o protegiendo a un equipo.

Lo primero que define la calidad de un equipo es su relación con la pelota. Innegociable. Paciencia, control y pases precisos, combinaciones rápidas para mover al adversario, amplitud en juego por bandas que permita utilizar con ventaja los carriles interiores, defender bien para atacar mejor, o atacar bien para defender mejor pero siempre que vayan unidas en ese accionar de conexiones, interacciones, que exige un inteligente juego colectivo.

Un entrenador tiene su idea de juego. Pero debe adaptarla no solo a las características de sus jugadores sino a su saber hacer. Eso es clave. Dar en la tecla, como bien dice Guardiola. A partir de ahí va llevando progresivamente a sus jugadores, construyendo y reconstruyendo siempre, aprovechando cada entrenamiento, cada juego, cada triunfo o derrota, gestionando con inteligencia, coherencia ese orden y caos que se alternan durante todos los momentos del partido.

El jugador de fútbol debe convencerse razonando. No obedeciendo. Jugar, actuar, sin sentido a lo que se hace en la semana previa al partido es nefasto. El jugador debe concientizarse de que cada que entre a un entrenamiento o juegue un partido, al finalizar éste debe salir mejorado. La autoexigencia será un factor clave para ir en la búsqueda de esa excelencia, que será imposible de alcanzarla, pero le obliga a avanzar, crecer, mejorar.

Primero están las ideas, después los jugadores y sus características y luego el modelo de juego y su continua evolución. El entrenador ver-observar-comprender- todas las situaciones que se van viviendo e ir adaptándolas.

El juego y su intratable dinámica impensada, muchas veces no gana quién tiene las mejores cartas, sino quién juega mejor con las que ya tiene. En la vida, en el fútbol, y su maravilloso juego, no existe una verdad única que sea igual para todos. Hay que distinguir lo diferente. Apreciar lo similar. Cada quién es cada cual. La incertidumbre y la certeza juegan un papel decisivo en su acertada gestión de cara a los intereses del equipo y los rendimientos.  

“Voy avanzando muchas veces con más dudas que certezas. Sé que la duda es ansiogénica y la certeza es analítica, pero en ese camino, construyendo conocimiento, prefiero convivir con el riesgo de la incertidumbre que con la ilusión de la certeza”.

miércoles, 7 de noviembre de 2018


Perarnau: “Guardiola ha aprendido a matar el dogma”
Para comprender a Guardiola, hay que seguirle los pasos desde muy cerca. Eso es lo que ha hecho Martí Perarnau durante los últimos 3 años. Le entrevistamos
MARCEL BELTRAN04/11/2016.

Camisa blanca, sonrisa de hilo y manos encajadas con ternura, como si estuvieran protegiendo a un pajarillo. A su derecha, un cuadro de colores. A su izquierda, una mesa de madera sobre la que descansan un pilón de folios y dos vasos de agua. Por todos lados, palabras. Martí Perarnau nos atiende en plena promoción del segundo libro que ha escrito sobre Josep Guardiola, La metamorfosis (Editorial Córner). Sabe que le caerán encima muchas preguntas durante las próximas semanas. Lo sabe. Pero aun así estira y estira sus respuestas, dejando que su voz ocupe todo el espacio necesario. 
Tal vez lo hace por cortesía; tal vez porque es consciente que en estos tiempos nombres como el de Pep flotan en el imaginario colectivo envueltos en material explosivo, y no conviene ponérselo fácil a los pirómanos. A lo largo de la conversación, insiste en que el nuevo técnico del Manchester City no se corresponde con la figura que las etiquetas indican. Un poco como él mismo, un poco como Martí Perarnau, piensa el periodista. Un hombre alto que habla bajo. Una mente analítica que dice no saber nada. Un apasionado del deporte que cita a Nietzsche. Un observador silencioso que, durante el día de hoy y los que siguen, es y será el observado.

Saltador olímpico, periodista y escritor sobre fútbol. Estaremos de acuerdo que no es el relato común. ¿Cómo se gesta un cambio así?
No hay ningún plan. Las cosas te llevan al cambio. Yo era atleta, y luego empecé a trabajar como periodista escribiendo de atletismo. Por aquel entonces, mis maestros en la profesión, gente como Alfonso Soteras o Alex Botines, sabían mucho de fútbol, y se encargaron de que yo fuera aprendiendo algunos de sus fundamentos. También es verdad que aquella era una época en la que el trabajo de periodista era más próximo, más cercano a los protagonistas. Yo, por ejemplo, tuve relación con Johan Cruyff desde muy jovencito, porque ese fútbol al que yo me acerqué por primera vez era mucho más abierto, podías estar al lado de los jugadores y de los entrenadores. Así fui aprendiendo. Aunque uno nunca sabe de fútbol, ni de ningún deporte. El conocimiento es algo gradual, y siempre te deja la sensación de que falta mucho por comprender.
Te has apartado de los medios de comunicación en dos ocasiones.
Sí, bueno. Primero los abandoné para dar el salto a otros ámbitos de gestión. Monté mi propia empresa de publicidad, que es de lo que sigo viviendo, y estuve más o menos diez años sin tener ninguna relación con los medios. Después, de la mano de Jordi Basté, volví un poquitín a la radio, más tarde retomé mis colaboraciones con algunos periódicos, y así hasta que hubo un momento en el que parecía que casi volvía a ser periodista. Pero luego vino la propuesta que le hice a Pep de ir el primer año a Múnich y hacer un libro sobre él (Herr Pep), y claro, eso me creó una contradicción, que era conocer las interioridades de un equipo de élite y luego a la salida seguir ejerciendo mi labor en los medios. Me pareció que eso era incompatible, y por eso volví a abandonar el periodismo. Entonces, en esa evolución, descubrí que el mundo del libro era muy interesante y apasionante, y ya voy por el tercero. Pero insisto: no hay ningún plan.
¿Cuándo y cómo conociste a Guardiola?
A Pep lo conocí en 2010, cuando yo estaba trabajando en Senda de campeones, un libro sobre la metodología de trabajo de La Masia. Durante el proceso de documentación para ese proyecto, se me ocurrió que él me podría echar una mano, aportándome algunos datos sobre el tema. Se lo propuse, tuve la suerte de que aceptara y un día tomamos un café durante una hora en el Camp Nou, en la que estuvo contándome su visión sobre la cantera del Barça. Después de eso ya no volví a verle más hasta 2013. Yo estaba buscando un tema para escribir un segundo libro, porque me había gustado la experiencia del primero, y no me salía nada, pero de pronto un día el Bayern anunció que fichaba a Guardiola, y pensé: ‘hombre, pues esta sería una aventura que me gustaría vivir: irme a Alemania, conocer la Bundesliga y ver cómo le va a Guardiola’. Pero yo me imaginaba más bien haciéndolo desde el exterior, como un observador. Al final me decidí a hacerle llegar esa idea, para saber qué le parecía, y al cabo de unos meses recibí la respuesta. Me dijeron que Pep no lo veía mal, y que sí, que me acercara y que ya iríamos viendo. Entonces me fui a Múnich, y de la manera más natural, ocurrió. En otro momento hubiera sido imposible, pero me abrió las puertas y poco a poco, porque esto no fue desde el minuto cero, se fue creando una cierta confianza entre nosotros. Él vio que me podía ir contando cosas y que yo no las soplaría en la calle. Y así es como primero salió Herr Pep y más tarde La metamorfosis.
Imagino que radiografiar a Guardiola en su dimensión de entrenador no es tarea sencilla. Su mente tiene pinta de ser tan interesante como compleja y desbordante. ¿Cómo se acomete un propósito así?
Mira, para empezar, te diría que igual Guardiola no es tan complejo como pensamos. Yo matizaría. En primer lugar, hay una facilidad, y es que su lenguaje es muy llano. La manera que tiene de comunicarse es muy poco sofisticada, lo cual supone una ventaja. La desventaja es que es verdad que Guardiola es un ser desbordante. Más desbordante que complejo, diría yo. Y lo es porque siempre, ante cualquier situación, te plantea variantes a lo que está ocurriendo. Para que nos entendamos. Es como si un jugador de ajedrez, cuando te está explicando la jugada que acaba de hacer, también se pone a contarte todas las variantes de ese movimiento, y no solo eso, sino que además te expone todas las cosas que podría hacer el rival tras esa jugada, con sus propias variantes. Hay mucho movimiento en la cabeza de Pep, y si no estás concentrado, te pierdes. Yo mismo, de hecho, y aunque siempre he intentado prestar mucha atención a sus palabras, a veces me he perdido. Durante estos tres años que he pasado a su lado, lo que he aprendido es que no sé. Y como no sé, he intentado esforzarme mucho para comprender todo lo que me estaba contando. También me ha tranquilizado el hecho de que he visto que hay muchos entrenadores o jugadores, personas del mismo mundo del fútbol, a los que les cuesta seguirle. Eso me ha reconfortado un poco [risas].

“Guardiola no es tan complejo como pensamos. Yo matizaría. Hay una facilidad, y es que su lenguaje es muy llano. La manera que tiene de comunicarse es muy poco sofisticada”

¿Qué te cautiva más? ¿Guardiola como persona y personaje? ¿O Guardiola como uno de los entrenadores más exitosos de nuestro tiempo?
Posiblemente, cuando me fui a Alemania para escribir Herr Pep, mi motivación era que se trataba de unos de los grandes entrenadores de la historia, y yo era consciente de la oportunidad única que tenía al acercarme a él. Esa era la motivación inicial, sí. Pero si esa misma pregunta me la hicieras respecto al segundo libro, entonces cambiaría la respuesta. Mi motivación en el segundo y el tercer año de Pep en Múnich ya no es la aproximación a uno de los grandes entrenadores, sino la aproximación a una persona mucho más llana, sencilla, clara y sincera de lo que las etiquetas indican. Es decir, a medida que vas conviviendo con él, te vas dando cuenta que Pep no tiene un personaje detrás. Y no digo que sea una virtud. Al contrario: creo que eso en muchas ocasiones le ha perjudicado. A veces, cuando uno está tan expuesto al público, posiblemente sea bueno tener ese personaje que te permita proteger tu esfera privada. Pero en su caso esta barrera no existe. Él es transparente, para lo bueno, sí, pero también para lo malo. También para sus defectos es transparente. Se le ven mucho los errores. Fíjate. Cuando en alguna rueda de prensa utiliza una expresión de manera incorrecta, cuando nota que alguna palabra no acaba de reflejar del todo lo que él quiere, se ve muy fácilmente como se pone nervioso.
Es igual en privado que ante los medios. Exactamente igual. E insisto: no tengo nada claro que eso sea una virtud, sobre todo tratándose de un personaje que está sometido a la presión pública. Eso te deja sin protección.
Tu ejemplo, sin duda, constituye una muestra de que ese muro imaginario que separa a los protagonistas del deporte (jugadores, entrenadores) y a los medios de comunicación (periodistas) no tiene por qué estar siempre presente. Pero es la excepción que confirma la regla. ¿Por qué crees que ambos mundos tienden a estar cada vez más alejados? ¿Qué se ha hecho mal?
Para mí la responsabilidad es de los medios de comunicación. Rotundamente. Además, tengo la ligera impresión de que cuanto más se vayan popularizando otros deportes, posiblemente más se irá extendiendo este fenómeno. Yo creo que los medios han empujado al futbolista a blindarse. ¿Cómo? Pues a base de faltarle al respeto. A base de mala educación, de no querer aprender ni comprender cuál es su realidad. A base de utilizar el espectáculo pensando en su propio beneficio. El ejemplo más clásico es el habitual, la típica pelea entre dos jugadores en un entrenamiento. ¡Pero es que no nos damos cuenta que esa es la esencia del deporte! A mí me ocurrió mil veces en el atletismo. Tu entrenador te decía algo, tú intentabas hacer lo que te decía, no te salía, y a partir de ese punto te cabreabas y todo se calentaba. Situaciones de ese tipo las he tenido yo con 18, con 20 y con 25 años con mi entrenador de atletismo de toda la vida. ¡Y todavía hoy le quiero a horrores! Bueno, pues esto mismo que te estoy contando que a mí me pasaba, y que es la esencia y la naturaleza de la progresión deportiva, los medios de comunicación lo han utilizado simplemente para exaltar y encender los instintos más primarios que tenemos los seres humanos. Y entonces ese roce natural lo hemos transformado en ‘Koke ha insultado a Gabi’ o en ‘Cristiano se ha metido con fulanito’. ¿Por qué? Pues porque ha habido un momento en que, no los periodistas sino los que mandan en industria periodística, han creído que esa era la línea a seguir, porque iba a llevar al periódico o a la televisión ‘x’ a un incremento de sus ingresos en un contexto de crisis. ¿Y al final qué se ha conseguido? Pues poner al futbolista o al entrenador contra las cuerdas, y provocar en ellos la reacción tremenda de encerrarse por completo, que también es una reacción negativa, pues acaba repercutiendo en su rendimiento.
Volvamos a los libros. ¿Qué hay en La metamorfosis que no estuviera ya en Herr Pep?
Herr Pep era un proyecto que arrancó con un objetivo relativamente claro: irme a Alemania para ver y contar lo que ocurría con Guardiola y su equipo. Luego la metodología fue cambiando, entre otras cosas porque el acceso que tuve a la información fue infinitamente más extenso de lo que yo había imaginado, pero el fin en sí mismo siguió siendo el mismo. El segundo libro, en cambio, ya no nace con un plan tan programado. Es decir, cuando termino el primero yo no tengo ninguna idea de hacer un segundo libro. De hecho, lo único que ocurre es que no provoca reacciones negativas, ni en el entorno de Pep ni tampoco en el Bayern, en contra de lo que ha dicho mucha gente. Entonces, cuando ves que la respuesta ha sido correcta y que nadie está dispuesto a cerrarte las puertas, te dices: ‘Esto es una experiencia única, y yo ya he tomado la decisión de abandonar el periodismo. ¿Por qué no sigo yendo a Múnich?’. Pero no con el objetivo de hacer un segundo libro, sino simplemente porque soy consciente que es una experiencia atípica en estos tiempos. Tengo la oportunidad, pues sigo aprovechándola y tomando notas. Y bueno, con el paso del tiempo, llega marzo de este año, y ya es cuando de pronto, hablando con Isaac Lluch, que era corresponsal en Múnich de varios medios de comunicación, empiezo a ver que realmente, más que el día a día y más que esas notas que estoy recogiendo, o sea, más que un Herr Pep 2, aquí lo importante es cómo ha cambiado Guardiola con el paso de las temporadas, porque ha cambiado mucho. Y es a partir de ahí cuando comienzo verdaderamente el trabajo del libro, planteándome un guion… etcétera. Pero, como digo, al principio escribir La metamorfosis no entraba en mis planes.

Tú que lo conoces de cerca… ¿Hasta qué punto es difícil ser Guardiola? Dices de él que “su partido perfecto siempre está por jugarse”. Y eso debe generar un desgaste enorme en uno mismo.
Sí, por supuesto. Pero creo que estamos otra vez ante uno de esos aspectos que magnificamos cuando los vemos desde fuera. Vale, de acuerdo, Guardiola es muy exigente consigo mismo, pero bueno, también les pasa a otros entrenadores como Ancelotti, Luis Enrique o Mourinho. Todos tienen mucha presión, todos juegan cada tres días, y todos son muy perfeccionistas, cada uno focalizando su atención en aquellos conceptos que considera prioritarios. Todos están obligados a destinar una dedicación completa a su trabajo. Dicho esto, uno de los grandes cambios que ha experimentado Guardiola en estas últimas temporadas, y que va precisamente en la línea de tu pregunta, es el intentar ser más eficiente en el gasto de la energía. Siendo muy importante el entrenamiento, en su entorno se proponen dejar que sea el resto del cuerpo técnico el que se desgaste con la preparación del entreno, de modo que Pep solo dedique intensamente la hora y media o las dos horas que dure la sesión, y que gracias a eso pueda centrarse más en análisis del rival, es decir, en aquellas facetas que suponen sus mayores fortalezas. Al final, estamos hablando de ahorrar energía, de saber de cuánta dispones y en qué vale la pena destinarla.
¿Y le ha costado autorregularse?
Yo creo que no, no mucho. Los cambios se producen cuando algo te induce a ver que estás cometiendo un error. La cuestión no es tanto si te cuesta o no adaptarte a ellos, sino si las circunstancias te han sugerido que los lleves a cabo.
En La metamorfosis retratas a un Guardiola que tras pasar por el filtro del Bayern cada vez está más abierto a nuevos dibujos tácticos, pero que al mismo tiempo sigue aferrándose a sus ideas de siempre. ¿Cómo conviven en él esas dos directrices?
Para responder a esto tendríamos que abrir una reflexión muy larga sobre lo que significa el cambio en el ser humano, no ya en un entrenador de fútbol. Pero si lo hiciéramos nos quedaríamos sin tiempo, así que voy a intentar resumirlo. Para que se dé el cambio en el ser humano es cuestión de que haya una cierta armonía entre tus esencias, lo que tú eres, y lo que aprendes y percibes en otros entornos. Eso es lo que se plantea Guardiola: cómo conseguir mantener su identidad (que en su caso es el ‘quiero ser protagonista del partido’, ‘quiero ser ofensivo’, ‘me construyo a través del balón y me defiendo a través de atacar’), pero a la vez ser capaz de captar y apropiarse de todas las virtudes que se va encontrando por el camino. Y en mi opinión lo que acaba consiguiendo después de los tres años en Múnich es reafirmar aún más sus ideas-fuerza, e incorporarle a estas una serie de conceptos del fútbol alemán muy diferentes e incluso opuestos a los que creíamos que manejaba. Mata el dogma y se vuelve muy ecléctico.
Durante ese proceso de reconversión tuvo que vérselas con el Barcelona. Es interesante, porque de algún modo, Guardiola, en esos encuentros, se enfrenta a su propio legado. Más allá de lo especial que debe ser para él volver a casa, ¿cómo has notado que afronta ese reto desde el punto de vista futbolístico?
De momento ha jugado en tres ocasiones contra el Barça [esta entrevista se realizó una semana antes del partido de Copa de Europa jugado el martes en el Etihad], y pienso que se han dado distintas lecturas. Cuando se produjo la eliminatoria de Champions estando él en el Bayern, que emocionalmente fue muy intensa porque era la primera vez que Guardiola se reencontraba con el Barça, los recursos con los que contaba eran un drama. Un drama. Faltaban Robben, Ribery, Alaba, Javi Martínez, Badstuber… Y luego estaban Lahm y Thiago, que venían jugando solo media hora cada uno después de recuperarse de dos lesiones graves. Ese equipo era un cromo, estaba totalmente destruido físicamente. Vamos, te diré que Lewandowski fue al Camp Nou, aparte de con la máscara facial, con una clavícula rota, algo que ocultaron en el Bayern para evitar que un defensa le pudiera dar un golpe en esa zona. Es por este motivo que Guardiola afrontó esos dos duelos desde el intento de supervivencia, no con la intención de pelearle de tú a tú al mejor equipo del mundo, porque sabía que no podía. En primer lugar, porque el Barcelona, sencillamente, era superior. Y en segundo lugar, porque los azulgranas se encontraban en un estado de forma óptimo, mientras que el Bayern, en cambio, llegaba a la eliminatoria roto. Ahí había muy poco que afrontar. Tal vez lo más interesante fue la huella sentimental que dejaron en él esos dos encuentros, que eso es algo que sí le sirvió muchísimo para mejorar su relación con los jugadores. Porque él, asumiendo ese contexto nefasto, vio como 14 futbolistas, algunos hechos polvo, se dejaban la piel por intentar algo que sabían que no se podría conseguir. A Pep lo que más le emociona es cómo en el partido de vuelta, con el 3-2 y el billete a la final prácticamente imposible, el Bayern siguió rematando y peleando arriba. Eso a él le sirvió para estrechar lazos con el vestuario. Hay una frase que dijo entonces a la prensa alemana y que resume muy bien ese sentimiento: “Estos jugadores siempre serán mis héroes, porque se han dejado la vida en esto”.
El enfrentamiento con el City, en cambio, es aún más diferencial, porque se enfrentan un equipo sólido y un equipo que está en construcción. Hay dos jugadores que ejemplifican la distancia que existe hoy entre el Barça y el City, y que son Gerard Piqué y John Stones. Piqué ya es el central consagrado, uno de los mejores del mundo, con un recorrido de 10 años en la élite. Y Stones, por su parte, es un proyecto de aspirante a ser un gran central. Pero claro, está muy lejos de Piqué. Y ese es el mejor reflejo del duelo que vivieron los dos equipos en el Camp Nou. Uno está consagrado, y el otro está en construcción, con lo que este segundo comete errores y los seguirá cometiendo. Antes de un año y medio, dudo que el City ofrezca una solidez consistente. Podrá dar algunas grandes exhibiciones, sí, pero me refiero a mantener un nivel altísimo de manera continuada.
Respecto a ese proceso de apertura que apuntas de Guardiola hacia los jugadores del Bayern, ¿acaso no lo vivió en su primera etapa en el vestuario del Barcelona?
Al contrario. El Barça le influyó para lo contrario, le influyó para tener esa distancia con los jugadores. Pero no lo veo como algo negativo, sino como una reacción ante un contexto determinado. ¿Por qué en el Barça mantiene distancias con el grupo? Pues porque cuando él llega al banquillo del primer equipo, se encuentra a Xavi, a Puyol, a Iniesta… A sus amigos. Xavi era y es su amigo. Xavi no era un simple jugador para él. Entonces, Pep, e insisto, creo que es correcta su postura, dice: ‘yo no puedo estar próximo a los jugadores, porque soy amigo de este, soy amigo del otro…’. Creyó que no podía poner su amistad por delante del fútbol, porque si favorecía mucho los lazos con los futbolistas, y luego no los ponía en la alineación, estos no lo entenderían. Por lo tanto le influye el Barça, sí, pero le influye al revés de lo que le pasó en el Bayern. Dejó muy claro su rol de entrenador para evitar que esa cercanía pudiera acabar influyendo negativamente en la dinámica del grupo.
Aun así, y eso es importante decirlo, no tiene nada que ver lo que te estoy exponiendo con que luego cogiera a uno en el entrenamiento y le diera un beso, o una patada en el culo, o una colleja, o un abrazo… Son cosas diferentes. Una cosa es el trato minuto a minuto, que en eso Pep siempre ha sido muy próximo a los jugadores, y otra cosa es la relación que establece con ellos fuera del campo.
Cuando llega al Bayern, en un principio, mantiene esa misma actitud distante con el grupo. Pero entonces ocurre lo que hemos mencionado antes, la epidemia de lesiones, los partidos dramáticos, y allí es donde Pep dice: ‘hostia, es que estos tíos me están dando un ejemplo de unidad, de sacrificio, de cariño hacia mí’. Y los hechos le hacen cambiar.

“Pep es un tipo transparente, pero no tengo nada claro que eso sea una virtud, sobre todo tratándose de un personaje que está sometido a la presión pública”

Sigamos un poco más con sus reencuentros con el Barça. ¿Hasta qué punto Guardiola, que lo ha entrenado, es consciente que Messi supone un elemento diferencial, que hay ciertos jugadores a los que no puedes frenar con ninguna partitura? Esa ‘imposibilidad’ algún técnico podría vivirla como una ‘incapacidad’, como una derrota.
¿Y cómo quieres enfrentarte a Messi? Pues con la coraza, no hay enfrentamiento [se ríe]. Yo creo que Messi es uno de los hechos diferenciales más gordos de la historia del fútbol. No sé si el más gordo, pero si uno de ellos. A mí no me gusta nada el concepto del ‘mejor’, porque yo directamente no sé definir qué es ser el mejor en algo tan complejo como el fútbol. No lo sé, y por tanto no entro en ese juego. Pero que Messi es uno de los hechos diferenciales más brutales de la historia del fútbol, eso, es un hecho. Mourinho ya dijo en su día que un equipo es un equipo, y que un equipo con Messi es otra cosa. Y es así. Nos guste o no. Luego viene el Alavés y le para, porque el deporte no es lineal, tiene sus curvas y sus altibajos, aunque luego viene el Atlético y no le para, y representa que el Atlético debería tener más opciones de pararle que el Alavés. Pero independientemente de esos partidos más flojos, que acaban siendo anécdotas, Messi es el gran hecho diferencial. El deporte tiene muy pocas certezas, pero hoy en día básicamente hay cuatro de consolidadas: los All Blacks, Usain Bolt, Katie Ledecky y Leo Messi. Son certezas. Con los All Blacks sabes que después de la Haka vendrá esto y lo otro, y que luego en el minuto 60 te arrasarán. Y con Leo Messi sabes que, el día que toca, aparecerá. ¿Cómo te enfrentas a él? Pues, por lo que yo sé, Guardiola se enfrenta a él como otros entrenadores, sabiendo que hay esa diferencia. Él me dijo una vez: “si tengo que perder, por lo menos quiero perder como yo quiero”. Es decir, no desnaturalizándose. Si al final Leo Messi tiene que marcar la diferencia, que no sea porque has metido diez defensas dentro del área, que al final así te ganará igual, pero tu habrás renunciando a tus principios.
Últimamente se dice mucho eso de que los equipos estelares, más que un entrenador muy preparado en lo táctico, necesitan a un entrenador con dotes motivacionales. Ahí está la comparación Benítez-Zidane, por ejemplo. ¿Piensas que hay algo de cierto en esa observación o que es simplificar demasiado? Te lo pregunto porque esta idea choca frontalmente con lo que muestras que es Guardiola, un tipo que cuida cada detalle del juego.
Yo no haría mucho caso de las conclusiones sociológicas que se hacen en el corto plazo. Como en cualquier ámbito de la vida, los análisis se tienen que hacer de manera reposada, con todos los elementos de juicio sobre la mesa. Y eso es lo opuesto a lo que se hace en el día a día de los medios de comunicación, con lo cual me vale muy poco todo lo que se esté comentando ahora de que a ciertos equipos grandes les vale con un simple motivador. Hay una serie de etiquetas que se van adjudicando rápidamente a los jugadores y a los entrenadores para poder clasificarlos velozmente, pero que yo creo que luego no se corresponden con la realidad. Solo con los años uno puede ir viendo cual es el peso de los jugadores y los entrenadores. Ahora, por ejemplo, pienso que estamos en un tiempo en el que ya podemos empezar a valorar de verdad a personajes de los 70, 80, 90… Ahora es cuando podemos empezar a sacar conclusiones, si nos documentamos bien, sobre la aportación al fútbol de hombres como Happel, Lobanovski, Béskov, Michels, Sacchi, Cruyff… Es ahora. Y dentro de un tiempo podremos valorar a los Benítez, Ancelotti, Mourinho o Klopp. En primer lugar porque ellos no son, sino que están siendo. Están en evolución. Todos han cambiado y mientras estén en activo lo seguirán haciendo, no solo Guardiola, también Zidane o Luis Enrique.
Guardiola, sin quererlo, polariza el mundo futbolístico como pocos. Sus afines apenas le encuentran defectos, y sus detractores parece que no puedan ni verle. ¿Hasta qué punto le preocupa a él eso?
Yo no le he visto preocupado. Pienso que él es consciente de que pasa esto, y que es una realidad. Él es el primero que sabe, porque lo ve en el entorno, que genera amores y odios. Y que hay los que están con él y los que están contra él. Y no descarto que esto mismo ocurra también con Simeone o Luis Enrique, ¿eh? Demos tiempo al tiempo. Normalmente nadie es profeta en su tierra, y no lo es porque, como decía Nietzsche, los pueblos solo aman a los tibios, nunca a los apasionados. Da la sensación de que se quiere más a los tibios contemporáneos que a los muy apasionados. Pero yo lo que no veo es que esto a Guardiola le preocupe. Este es un cambio que también ha vivido en Alemania. Darse cuenta que no te puede querer todo el mundo. Y darse cuenta de algo más importante todavía: que no vale la pena que te quiera todo el mundo. Te tiene que querer aquel que realmente te importe a ti.




ENTREVISTA EN FRANCE FOOTBALL
Mourinho se confiesa: "Ahora estoy más apaciguado...
PETER POWELL
EFE

El entrenador del Manchester United ha dado una entrevista en el medio francés donde repasa aspectos de su vida profesional: filosofía de trabajo, competencia, evolución...
Frédéric Hermel
 
21 marzo 2017.

José Mourinho se sincera en una entrevista que saldrá publicada hoy en France Football. En ella, el técnico portugués hace un repaso sobre aspectos de su vida profesional. Después de muchos años siendo The Special One, ahora el propio Mourinho se ve como The Calm One.

Para Mourinho, su filosofía a la hora de gestionar equipos y grupos es muy importante: “Hay que adaptarse a la realidad del club y a sus necesidades. Eso se llama ser inteligente (…). La prioridad es establecer relaciones de paz y amor en el grupo y establecer una estabilidad.

El United ya no tiene estas superpersonalidades que eran los Giggs, Scholes o Keane. Aún están Rooney y Carrick, las últimas caras de esta generación, y hay un nuevo grupo de jugadores que deben adaptarse. Por eso era importante para mí que viniera Ibra. En este equipo tenía, sin ser inglés y sin conocer la cultura del club, la personalidad y el perfil para ser más que un simple jugador”.

Para el luso, la competencia en los últimos años es terrible: “En Inglaterra, los clubes son tan potentes económicamente que el mercado está abierto a todos.Tomad el ejemplo del Bayern en Alemania. ¿Sabe cuándo empieza el título cada año? Cuando en verano compran al mejor del Dortmund. Lo hicieron con Lewandowski y Hummels. Ningún club en Inglaterra, sea United, Liverpool o City, puede dominar siempre. El poder se ha dividido. Todo es más difícil: comprar, ganar, construir”.

Lo que está claro es que Mourinho ha evolucionado. Así lo reconoce: “El Mourinho hombre intenta ser lo contrario al Mourinho entrenador. Intenta ser discreto, tranquilo. 
Puedo volver a casa y no ver un partido, puedo no pensar en el fútbol.
 Al principio de mi carrera no podía, estaba conectado las 24 horas del día. He tenido que encontrar una cierta madurez. 
Ahora me siento bien con mi personalidad de hombre. He madurado, me siento más apaciguado.
Una victoria ya no representa la luna y una derrota ya no es el infierno.
Y creo que ahora soy capaz de transmitir esta serenidad a los que trabajan conmigo y a mis jugadores. Ahora controlo más mis emociones”.

Por último, habló sobre su metodología de trabajo y puso como ejemplo el Inter: “Tengo más empatía cuando un grupo es fuerte. La mentalidad de tratar de maniobrar a alguien psicológicamente a través de los medios de comunicación es una manera de crear un estado de ánimo, pero es más eficaz con un equipo lleno de personalidades. Como me pasó en el Inter. Estaba como pez en el agua con Materazzi, Córdoba, Ibra, Milito, Thiago Motta. Antes de ir en una dirección hay que entender primero las personas con las que se trabaja”.

“Prefiero ganar la Europa League que ser cuarto”
José Mourinho ve en la Europa League la mejor manera de entrar en la Champions de cara a la próxima temporada, aunque no tira la toalla en la lucha por entrar entre los cuatro primeros en la Premier League. Su equipo, el Manchester United está clasificado para los cuartos de la Europa League (se medirá al Anderlecht) y en el campeonato doméstico es quinto, a cuatro puntos de esa cuarta plaza que da acceso a la Champions. El portugués, como suele ser habitual en él, se mostró sincero respecto a este aspecto: “Si tengo que elegir, prefiero ganar la Europa League que acabar cuarto, porque al final te da lo mismo.
La Europa League es un trofeo prestigioso, es un trofeo europeo y te permite jugar la Supercopa de Europa al año siguiente”.
Sin embargo, Mou añadió que no se rendirá en la pugna por esa cuarta plaza: “Chelsea, Tottenham, Liverpool, Arsenal y City ya no juegan competición europea. Sólo tienen un partido por semana, pero vamos a luchar como hemos hecho hasta ahora en liga”.