Paco Jémez
Por David Lagar | 24 noviembre, 2014
Paco Jémez, uno de los entrenadores del momento,
actualmente dirige al Rayo Vallecano F.C. con el que ha cosechado dos
permanencias en Primera División siendo una de ellas la mejor clasificación en
la historia del club quedando en 8ª posición con 53 puntos, siendo la
mejor temporada (tanto en puntos como en clasificación). De ellas podemos
aprender mucho.
He aquí algunos ejemplos:
“Dicen que hemos tenido el 74% de la posesión y la
posesión no vale ni para tomar por el culo si cada vez que llegan nos meten“.
“Somos los más pequeños de la categoría, los más mierdas de
la categoría somos nosotros. Cuando sepamos eso podemos competir con
cualquiera”.
“Hay jugadores que te fuerzan a demostrar quién la tiene
más grande y aquí el que más grande la tiene soy yo“.
“La cuestión es cuánto eres capaz de arriesgar para llevar
tus ideas adelante cuando vienen duras”.
“Para sacar el balón jugado hace falta un adiestramiento
y un convencimiento… ‘¿Pero y si fallo el pase?’ ‘Ese es un riesgo que
tenemos que correr. Los partidos se pierden de cualquier manera. Es más: se
pierden más regalando balones con pelotazos largos que perdiéndolos por un pase
mal dado. Porque si tú miras el cómputo general del año los goles que
nos hacen por errores nuestros en la salida del balón no son ni el 5% de los
goles que recibimos. Cometemos unos siete errores en el año y nos cuestan tres
o cuatro goles. No es una cantidad como para que nos planteemos que esto nos
está llevando a la ruina“.
“La peor decisión es no tomar ninguna decisión. Si tú te
quedas parado no vas a acertar nunca. Tú muévete. Es posible que te equivoques,
pero ya has hecho algo por buscar una solución. Odio a los jugadores que se
paran“.
“Habitualmente se piensa que la línea
defensiva tiene que moverse en virtud de lo que hagan los
delanteros… Si nuestra línea defensiva se queda por detrás de los
delanteros rivales jugamos 11 contra 11. Pero en el momento que la línea se
pone por delante, sus tres delanteros ya no juegan porque se quedan en fuera de
juego: entonces somos 11 contra 8. No es tanto tirar el fuera de juego
(nosotros no tiramos el fuera de juego) sino ocupar una situación ventajosa
antes de que se produzca el pase largo del rival. Conque los zagueros den
cuatro o cinco pasos los delanteros rivales ya no pueden jugar. Pero tienen que
ser cuatro pasos rápidos. Si lo haces lento habilitas al rival“.
“Siempre manda el central que más cerca está del peligro,
porque el resto, por la orientación, lo ven tanto a él como al balón… Si
él da dos pasos no tiene ni que avisar. El resto debe seguirlo. La clave es
la atención y la perspectiva: el primer central no se va a colocar en función
de los otros porque no los ve”.
“El mejor es el que se desordena y es capaz de ordenarse
para que el contrario no aproveche ese desorden. Porque si todo es orden,
orden, orden… ¿Cómo sorprendemos? Con el talento individual, vale. Pero tu
capacidad como equipo se ve mermada.
“Buscamos que nuestros desórdenes se produzcan en las
zonas más alejadas del balón. Por eso metemos mucha gente en la
zona activa del balón con mucha presión para que el contrario no pueda salir a
donde nos haría más daño. Esa presión juntándonos en 20-25 metros hace que nos
ordenemos hacia el balón y nos desordenemos por fuera, y que tengamos que
estar reajustando continuamente. Si veo que un compañero va a hacer una ayuda y
ha generado un desorden en nuestro sistema tengo que ir a taparlo. Al
final los jugadores lo hacen por intuición… Yo soy un enamorado del
desorden pero siempre que vaya acompañado de un orden. Porque si te desordenas
y luego no te ordenas te acaban destrozando“.
“Los movimientos de adelante hacia atrás me gustan menos
que los de atrás adelante. Porque un paso atrás tuyo es un paso adelante
del contrario. Me encantan los jugadores que juegan de atrás adelante.
No me gusta la gente que a las primeras de cambio sienten temor. He visto
grandes jugadores convertidos en mediocres por el miedo”.
“Queremos que el contrario sea reactivo, no activo.
Prefiero que nos esperen antes que tener que verlos venir. El lateral no tiene
que preocuparse del desorden que crea. De eso tiene que preocuparse la gente
que tiene por detrás. Yo nunca le he dicho a un lateral que suba y que
esté pensando en defender: ‘Si tú estás atacando ataca, y ataca lo mejor que
puedas… Si pierdes el balón ya nos habremos organizado en función tuya”.
“Hay un tópico que dice que ningún equipo puede estar
presionando los 90 minutos. Es mentira… El tema es hacerlo con
ayudas y que al final esas carreras sean cortas. Lo que no aguanta un equipo
son 90 minutos yendo y viniendo pegándose carreras de 60-70 metros. Nosotros
perdemos el balón y tardamos una media de 5,4 segundos en recuperarlo. ¿Acaso no
se pueden hacer esfuerzos de cinco segundos? Lo que ocurre es que si
coges el balón y lo pierdes inmediatamente te cansas… Contra equipos grandes te
cuesta más. Pero al final todos los años somos el tercero o cuarto equipo con
más posesión de Europa”.
“Si no eres capaz de convencer a tus jugadores tienes dos
opciones: o cambias de sistema o presentas tu dimisión. Lo que no se
puede hacer es que presionen ocho por un lado y dos por el otro. Ante eso, lo
más sensato es replegarte y esperar atrás, que es lo que hacen otros equipos”.
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