martes, 14 de julio de 2015

EL ARTE DE CREAR UN EQUIPO.


David Martínez/ entrenador español de fútbol.

En el presente artículo, os presento la aportación y colaboración  de un compañero, Rafa Fernández, con una reflexión personal sobre la dificultad y al mismo tiempo importancia, de la constitución de un equipo, grupo o plantilla competitiva en toda la extensión de su palabra.

 “Podeís llamarme valiente, osado o incluso imprudente. La palabra arte, diréis, no se puede utilizar tan al libre albedrío.
Mozart, Van Gohg o Miguel ángel se retorcerían en sus tumbas si leyesen semejante barbaridad….puede ser.
Pero no encuentro otra palabra que me llegue tan adentro, que me haga sentir y me deje explicar de mejor forma que es para mí confeccionar un equipo de fútbol.
Que vaya por delante que amo este juego por encima de todo, así que, que me perdonen artistas pero allá vamos.

Quizás a simple vista nos parezca sencillo: 22 jugadores, un balón, una portería propia, otra rival, ganar empatar o perder. En esto consiste nuestro juego. Pero nada más lejos de la realidad. Detrás de todos esos ítems se encuentra el verdadero arte, el talento intrínseco de cada uno de los que lideramos a grupos para formar la mejor tripulación posible para nuestro barco.

Voy más allá de la táctica, la técnica, los principios ofensivos, o los comportamientos sin balón. La confección va mucho más allá.


 Se trata de crear un barco, con todas sus piezas, llenarlo de valores humanos, de mismos objetivos y similares patrones. De proporcionar al jugador/equipo herramientas para no sólo el juego sino para su cohesión grupal, para sus emociones, para que se quieran unos a otros como si de una familia se tratase.

Y créanme, eso es harto complicado. Por eso creo vital antes de fichar a ningún jugador para nuestro proyecto que conozcamos bien cada una de sus características no deportivas, porque al final será de necesidad básica para poder acoplarlos en el contexto que nosotros queremos crear.

Cada jugador/persona tiene sus intereses, valores, principios, contexto social etc, por lo tanto encajar 22 piezas en un mismo marco es arte puro. Arte solo al alcance de unos pocos, al alcance de los que saben llegar, de los “justos”, de los que ponen el bienestar grupal por encima de cualquier resultado, de los que “quieren” al jugador por encima de su rendimiento, de los que renuncian a momentos, incluso a entrenamientos, por compartir una charla, un café o un paseo.

Crear la necesidad de querer estar juntos, de vivir que somos uno, de que los jugadores tengan el sentimiento de pertenencia y se sientan orgulloso de ello y por ello. Sólo así conseguiremos bajo mi punto de vista el rendimiento real, el rendimiento puro, ya que desde la emoción y la pasión podemos dar y extraer lo mejor de nosotros mismos.


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