viernes, 17 de agosto de 2018


Breve entrevista a Rodrigo Vicenzi Casarin (Chipp)
 jordiestopi / junio 26, 2018

¿Existe el modelo de juego? ¿Cómo lo concibes?
Hablar de modelo de juego es hablar de jugadores. No existe una idea sin la observación de la naturaleza de los jugadores. Por lo tanto, el modelo de juego no existe especialmente en la constitución de un papel, un documento o una idea preconcebida. Va existiendo, va ganando vida diariamente con las construcciones relacionales y químicas que van surgiendo y ganando cuerpo con la interacción jugador-ejercicio-contexto, y no ejercicio-entrenador. La idea que tenemos de fases, momentos, distribución de principios o contenidos de una forma lineal, extrapolando los “famosos conceptos”, cae por tierra. Al definir, seleccionar o fraccionar el modelo de juego y forzar, retiramos la naturaleza de su naturaleza. Es decir, su construcción es abierta y contextual. Personalmente, no tengo un modelo de juego, solo observo diariamente quién realmente es el modelo: jugadores, pelota, tiempo y espacio.

¿Se entiende el juego igual en Brasil que aquí en España?
El fútbol es un fenómeno mundial, un deporte que tiene reglas y objetivos claros para todos, pero su constitución cultural representa una diversidad importante para el juego: tener diseños y rasgos marcados. Hay muchas diferencias en todas las dimensiones procesales entre Brasil y España: en el entendimiento de juego (a causa de la cultura inicial), la información, el proceso educativo, la formación de jugadores, el perfil de entrenamiento, cómo el jugador enfrenta y soporta el entrenamiento, la formación de entrenadores, la prensa… En definitiva, existen diferencias claras. Debido a todo esto (que es inherente a la cultura) se observan diferencias claras organizativas y funcionales en una dinámica colectiva junto a una inteligencia de juego menos cinética, que al mismo tiempo da una posibilidad a la identificación caótica para generar talento y a una inteligencia de juego más intuitiva. Por la parte brasileña con la formación bruta de talento para jugar la pelota y sus tiempos anárquicos. Y por la parte española con la formación más sistematizada para jugar al espacio-tiempo, balón y su interpretación. Son algunas de las diferencias, aun siendo el mismo juego.

¿Qué método de entrenamiento crees que es el mejor para acercar al jugador a la idea colectiva de juego?
No creo mucho en los métodos. El método es una palabra que remite a algo cerrado, a una secuencia de procedimientos que particularmente no me gusta. Prefiero metodología que suena algo más abierto y contextual. Construir una idea colectiva es observar cómo los jugadores interactúan en grandes y pequeñas sociedades y cómo encaran las posibilidades funcionales del juego en esas constituciones que van generando y transformando un estado y un espíritu de descubrimiento. Por lo tanto no hay un método para fomentar una idea colectiva, sino ideas que generan nuevas ideas, pautadas por la realidad diaria que los jugadores van interpretando y descubriendo a partir de sus tiempos, espacios y sus timings: la belleza de jugar. Más que formar un colectivo, es “ser” colectivo, actuar y interactuar colectivamente. Esto existe en varios hilos invisibles del juego.

¿Para llevar a cabo una idea de juego, es necesario un jugador específico o cualquier jugador que cumpla unos procesos puede llegar a ser válido?
No sé si hay un jugador específico para un modelo específico. En mi realidad es más difícil. Quien sabe si pueden existir criterios para un perfil. Pero… ¿Es bueno? Creo que hay jugadores que poco a poco van encontrando timings e instantes dentro del juego. Es evidente que debido a la tendencia de los entrenadores a controlar el juego y ser el centro de él, existe una manía de querer contar con jugadores así, es decir, con ese perfil o parecido. No sé si eso garantiza un perfil de juego. Puede potenciar el inicio de una idea, pero si la idea no tiene alimentos diarios y sensibilidad diaria, de nada sirve tener un jugador específico si el juego no es específico para los que juegan.

¿Cree que un tipo específico de sistema de juego puede favorecer la aparición de unos fundamentos y principios específicos?
El sistema son los jugadores. Creo mucho en eso. Dejarles claro lo que quieres no es condicionar o delimitar una condición absurda y mecanizada. Es simplemente crear condiciones y probabilidades para expresar sus capacidades creativas y evolucionar dentro de un escenario que puede ser específico pero no definido y cerrado. La pelota, el tiempo y el espacio son las pociones mágicas del juego, y tratar de hacer que los jugadores interpreten eso y se identifiquen sin cerrar o delimitar reglas o miedos, es un desafío para mí. La libertad de la especificidad es el mejor camino para mí, pues crea una intencionalidad real de juego.

Últimamente existe mucho debate sobre los rondos. ¿Qué utilidad tienen para usted? ¿Qué traslado tienen en el juego?
Hay varios perfiles de rondo y varias posibilidades de ser realizados. Va a depender mucho del equipo y de lo que representa (el rondo) para ellos. La generalización y globalizan del rondo es buena, pero actualmente muchas personas lo utilizan porque se convirtió en moda. El rondo tiene muchas enseñanzas y sus variantes son tremendas en cuanto espacios, jugadores y superioridades. Es un vehículo y una herramienta potente para la identificación de aspectos micros del dominio del espacio. Especialmente para la gestión de la posición: saber estar perfilado y orientado viendo todo el campo y las localizaciones. También para reconocer quién tiene más tiempo y espacio, dar el balón con precisión al siguiente y mucho más. Además, el rondo proporciona el “actuar” y no el “reaccionar”, el estar anticipando y creando saltos futuros en los desequilibrios siguientes o transformando situaciones para el beneficio colectivo. Podemos utilizar el rondo que lo tiene todo, y no dejarlo en un ejercicio mecanizante lleno de adornos y reglas sin fundamentos.

¿Y sobre los juegos reducidos?¿Que importancia tienen? ¿Que traslado tienen en el juego?
Existen muchos tipos de ejercicios, pero delinear un ejercicio por números no suena bien. Lo importante del ejercicio es el espacio-tiempo y lo que se transforma en él, pues un 4 x 4 puede quedar en un 2 x 1 o 3 x 2 y cosas diversas que no están en los números. La configuración y la coordinación es lo que hace al “número” ganar vida, pues todo es transformado en nuevos diseños e incertidumbres en el juego. El fútbol no es solo jugar en un espacio, o espacios mecanizados dónde el jugador no puede tener libertad, y también en una única configuración numérica siempre determinada por esos espacios. Por lo tanto, existen espacios individualizantes que no son individuales y no son un “espacio mecanizante” para satisfacer las convicciones del entrenador y sus convicciones del juego que nunca van a existir. Así pues, el uso del tiempo-espacio-engaño-velocidad-precisión es lo que hace que esos espacios individualizantes tengan un significado colectivo y que el juego sea de química interactiva (cubre diversidades) y no de espacios marcados, o de superioridades limitantes. Las superioridades que no son numéricas, se van diseñando por esos espacios y por los tiempos de los jugadores en ellos, o sea los timings adecuados.


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