domingo, 12 de julio de 2015

JULIO GARGANTA


Y SUS VERDADES SOBRE EL FUTBOL:

 "LO IMPORTANTE NO ES QUEDAR ATADO A LAS MODAS PERO PARA SER COHERENTES CON LO QUE QUEREMOS".

Las modas están acabando con el fútbol.
Hoy gran cantidad de entrenadores y especialistas en el fútbol solo hablan de la Periodización Táctica como la solución y panacea para resolver todos sus problemas. Me parece y creo que ese no es el camino para un mejor desarrollo del fútbol en Latinoamérica y el mundo.

 Por lo cual los invito a ver estos 11 partes en donde el Dr. Julio Garganta uno de los grandes Maestros de la  Cátedra de fútbol de Universidad de Porto de Portugal a través de una entrevista que da a la Universidad del Fútbol  nos aclara muchas dudas de cuales debe ser las pautas para el desarrollo de un fútbol más sistémico y global.

PRIMERA PARTE DIMENSIONES DEL CONCEPTO DE JUEGO "El concepto de modelo de juego se puede transmitir a través de entrenadores como Arsene Wenger, José Mourinho, Rafael Benítez, para hablar de lo que creen (en términos metodológicos) tienden a crear referencias. (...) En 1989 la Facultad del Deporte (Porto, Portugal), el prof. Jorge Pinto y yo  escribimos  un artículo académico sobre el modelo de juego de una manera que también fue válida como referencia. (...) Pero lo importante es no quedar atado a las modas, pero para ser coherente con lo que creemos. " (Julio Garganta).

 SEGUNDA PARTE MODELO TÁCTICO DE JUEGO "La formación es lo que hace que el juego  justifique la práctica. (...) La formación del modelo es el modelo de los principios y no los extremos. Busca expresar el comportamiento de un futuro cierto. "(Julio Garganta).


 TERCERA PARTE LOS MALES DE LA TENDENCIA DE LA STANDARIZACIÓN "Sólo hay una manera de jugar, no sólo una manera de entrenar. (...) Standarización (incluso el éxito) se podría agotar el fútbol. (...) Yo recomiendo a mis estudiantes a elegir su propia metodología, su forma particular de intervención, el aprendizaje de todos, sino por el desarrollo de sus propias formas de trabajar y de ser. (...) La diversidad es más rica que la estandarización. "(Julio Garganta).

 CUARTA PARTE HADWARE O SOFWARE EN LA ESTANDARIZACIÓN DEL FÚTBOL "Es importante hacer hincapié en la formación tecnificada a baja  edades, comenzando por los sistemas de formación, programas o posiciones de ajuste inicial. (...) En este sentido, el fútbol callejero permite la oportunidad de desarrollar habilidades para jugar desde el propio juego, con varias situaciones sin mucha incertidumbre y los controles, que ahora no son tan comunes”. (Julio Garganta).

 QUINTA PARTE SOBRE LA LÓGICA Y LOS PRINCIPIOS DE JUEGO "La lógica está relacionada principalmente con el contenido, los principios del juego. (...) Se refiere a los códigos, cómo comunicarse, cómo actuar en el juego,  ir a través de un "saber en acción", materializando ideas para diferentes momentos del juego".  (Julio Garganta).

 SEXTA PARTE IMPORTAR MÉTODOS Y IDEAS SOBRE FÚTBOL "Desde mi punto de vista, el fútbol se juega con las ideas.   El jugar bien al fútbol es con buenas ideas.   El fútbol se juega mal, sin ideas o malas ideas.  Por lo tanto (en el fútbol) las cuestiones tácticas y estratégicas, son fundamentales. " (Julio Garganta).

 SÉPTIMA PARTE LA TEORÍA Y PRACTICA EN EL FÚTBOL "Yo no creo que haya ningún entrenador que rechace  el conocimiento que puede mejorar el rendimiento de su equipo.  (...) El rechazo del (conocimiento) a menudo se produce por culpa  de los propios académicos que no pueden  comunicarse en el idioma del entrenador".  (Julio Garganta).

OCTAVA PARTE MOURINHO SU FORMA DE SER Y PARECER "No acabo de estar de acuerdo cuando dicen que Mourinho es diferente por su metodología.  Eso es parte, pero son mucho más las cosas. (...) Él tiene un cóctel o un conjunto de características que se ha desarrollado a través de experiencias muy ricas en el fútbol y también tiene la formación, la personalidad y el liderazgo que lo convierte en un verdadero 'animal de carreras.

NOVENA PARTE EL TALENTO, APRENDIZAJE Y LA FORMACIÓN "El talento no está allí ...  El talento emerge de las oportunidades que  se obtienen de la persona que se convertirá en un talento. "  (Julio Garganta).

 DÉCIMA PARTE NUEVOS PROCESOS PARA LA IDENTIFICACIÓN DEL TALENTO "Cuantas más oportunidades, el talento más se manifiesta."  (Julio Garganta) DÉCIMA PRIMERA PARTE ASPECTOS BIOLÓGICOS Y HUMANOS DEL JUEGO "Los músculos deben estar preparado para servir a las ideas. Podemos lograr resultados similares en diferentes maneras, pero cada vez es más difícil obtener resultados haciendo ejercicios que no tienen nada que ver con el fútbol. "
 (Julio Garganta) JULIO GARGANTA.  

UNIVERSIDAD DEL FÚTBOL BRASIL RECOPILACIÓN  FÚTBOL FORMATIVO
Recopilación: fútbolendesarrollo.blogspot.com

sábado, 11 de julio de 2015

DE PEP GUARDIOLA.


PEP GUARDIOLA.

Yo todo lo que sé lo he aprendido, me lo han enseñado, lo he observado. No soy mejor entrenador que otros, y no es por falsa modestia. Todo lo que sé no es mío, lo he aprendido y lo he robado de otros. Y si quieren robarme a mí, me pueden robar.

Lo más maravilloso de mi profesión es imaginar el partido que va a suceder mañana. Con los jugadores que yo tengo, con esas herramientas que tengo, con el contrario, que se lo que hace, soñar qué va a pasar.

El secreto de un buen equipo está en el orden … que todos sepan lo que hay que hacer.

La herramienta más educativa que yo he tenido ha sido a través del deporte. Allí he aprendido a aceptar la derrota, que otro es mejor, a levantarme después de no haber hecho bien las cosas, esforzarme para hacerlo mejor.

El talento depende de la inspiración, pero el esfuerzo depende de cada uno.

Siempre nos habían dicho "no, es que todos sois iguales", el entrenador, "para mi todos sois iguales", y es la mentira mayor que existe en el deporte. No todos son iguales, ni todos tienen que ser tratados igual.

Yo no he encontrado aún a un futbolista, a un deportista de alto nivel, que no le guste aquello que hace.

El secreto de este equipo son los jugadores. Les hago correr y que jueguen todos. Son muy buenos. Mucho trabajo. Cuando no corren les denuncio y como no les gusta, corren.

Tenemos que ser audaces, salir al campo y hacer las cosas, no sentarnos y esperar a que suceda. Tenemos que demostrar lo que podemos hacer y que merecemos ganar el título. Tenemos que ser valientes y salir a jugar.

Más allá de la educación que me han dado mis padres, que ha sido muy buena, el deporte también me ha educado. Lo que me ha formado como persona es el deporte. He aprendido a ganar y a celebrarlo con moderación, y también he aprendido la dureza de la derrota.

No estoy en las cabezas de los jugadores, pero sé que si ganamos damos un paso de gigante en la Liga. Yo no soy psicólogo. Soy un tío que jugó al fútbol, y sólo tengo el título de entrenador y la selectividad. Mañana nos va la Liga, ganamos tres cuartos de Liga. Ésa es motivación suficiente.

Lo que te hace crecer es la derrota, el error.

No pido nada especial a los jugadores. Sólo que hagan lo que saben y sean atrevidos. Sin atrevimiento, no se sacan adelante los partidos importantes.

No podemos mirarnos siempre en el espejo y decir lo buenos que somos. Cuando las cosas van bien es cuando hay que estar más atentos. El miedo a perder es la razón fundamental para competir bien.

Eres bueno y sabes que eres bueno. Entra. Yo soy un gran defensor del ser humano y creo mucho, mucho, mucho en él. Hay que correr, hay que correr, moverse, porque si no… ¡Nos están esperando en ese lado, sácala atrás y mételo al otro lado!

Pero es que ya no hay casi mediocentros puros!, de ésos que juegan solos ahí. Ahora todo es doble pivote. Pero sí, yo creo que a través de la pelota se empieza a construir un equipo.

La tarea más difícil de un DT, sea el deporte que sea, es que tratas con personas. Y cada persona de un grupo es diferente. Lo más difícil es convencerlos a todos, a los que juegan y los que no juegan. Porque los jugadores que no juegan quieren que pierdas, y es así.

La clave de todo es dar en la tecla de los jugadores. Y los jugadores huelen sangre, si te ven dudar estás listo. Si no estás seguro, mejor andáte a tu casa y ni les hables.

Todo vale en el fútbol, todo. No hay formas buenas y malas, mejores ni peores. Se puede ganar de mil maneras. Pero hay que sentir una manera como propia.

Desde chicos, en Barcelona aprendíamos por qué ganábamos y por qué perdíamos. Después de ganar nos explicaban por qué habíamos ganado, y lo mismo cuando perdíamos. Nos hicieron entender y aprender. Y todo eso me fue quedando en la cabeza.

La pelota tiene que pasar siempre por el centro. Y ahí siempre hay que tener un hombre más. Cuando tienes uno más en el mediocampo que el rival tienes más posibilidades de pasar el balón y tener superioridad.

Ustedes que son contemporáneos deben agradecerle a (César) Menotti y (Marcelo) Bielsa por lo que hicieron por el fútbol argentino.

Yo soy muy egoísta en algo: la pelota la quiero para mí. Y no espero que me lo entreguen, si la tienen los rivales tienen que saber que la voy a ir a buscar para volver a tenerla.

Messi me enseñó a mí. Por favor. Definitivamente no vi ninguno mejor que él, sus padres lo hicieron bueno.

Creo que es una etapa cerrada (en Barcelona). Uno se hace adulto, fue una etapa fantástica de mi vida pero se acabó.


viernes, 10 de julio de 2015

DIFERENCIANDO CONCEPTOS: PROFUNDIDAD Y PROGRESIÓN OFENSIVA.


por JOAQUIN LOBON
 3 marzo, 2015 •

En esta sección hablaremos de conceptos tácticos mal utilizados en la jerga popular o cuya definición pudiera generar conflicto con otros similares. Y qué mejor manera de explicar los conceptos hoy expuestos que a través de su aplicación práctica: en una tarea de entrenamiento.

Vamos a solicitar a nuestros jugadores que repliquen el sistema de juego del equipo para realizar, a lo largo del terreno de juego, un avance sin adversarios a través de acciones colectivas que culminen con una finalización en la portería adversaria. Pretendemos generar automatismos entre los jugadores, no a través de acciones dirigidas, sino de las conexiones que se generen entre ellos. Les pedimos, asimismo, que muestren profundidad ofensiva.

¿Cómo deben llevar a cabo esta profundidad? ¿Es lo mismo que pedir progresión ofensiva? ¿En qué se diferencian?
Lo que para algunos puede resultar una pequeña disimilitud, en la práctica podría hacer referencia a dos estilos opuestos de ataque. Atendiendo al último enfoque, el equipo cuyo estilo consiste en ataques directos será más proclive a realizar una progresión ofensiva, mientras que los equipos que prefieren los ataques organizados suelen mostrar más profundidad, aunque hablamos de una tendencia, no de una regla.

La escuela de entrenadores define la progresión como “aquellas acciones tanto individuales como colectivas que permiten llevar o enviar el balón en sentido a la portería contraria”. Así, el avance del balón a través de pases entre los jugadores en dirección hacia la portería contraria implica progresión, sin necesidad de que los jugadores avancen con él. Esto puede darse en ciertos tipos de ataque directos.

Distinto sería hacer referencia a la profundidad, definida por la Real Academia Española como la“dimensión de los cuerpos perpendicular a una superficie dada”. La profundidad no está contemplada como un concepto táctico por la Escuela Nacional de Entrenadores (carente de interés por adaptar e introducir conceptos del fútbol moderno), pero la profundidad ofensiva se conoce popularmente como uno de los fundamentos del juego, aquellos que aplicamos para alcanzar un estilo de juego propio. Dado que la profundidad hace referencia a un fundamento colectivo (la progresión puede llevarse a cabo mediante acciones individuales), implicaría el avance no solo del balón, sino de los jugadores que componen el equipo.

De una manera coloquial, la progresión ofensiva hace referencia al avance del balón hacia la portería contraria, mientras que la profundidad ofensiva hace hincapié en el avance de los jugadores en el mismo plano.

La profundidad es una característica habitual entre los equipos que realizan juego de posición. El mejor ejemplo es el Bayern de Múnich, que hace hincapié en la profundidad de ataque como herramienta ofensiva y de transición. Con ello se pretende crear superioridad numérica (tan importante en el juego de posición que predica Pep Guardiola) y aumentar las posibilidades de recuperación del balón en caso de pérdida como consecuencia de la carencia de espacios (provocado por la acumulación de jugadores en la fase ofensiva).

En el caso de la progresión, un equipo que realiza ataques directos a través de balones largos a su delantero puede realizar una rápida progresión hacia la portería contraria sin necesidad de mostrar profundidad.
Podemos entrenar la progresión sin profundidad, pero la profundidad sin progresión carece de sentido.

* Joaquín Lobón es entrenador y autor de “Modelo de Juego: estructura, metodología y aplicación práctica”.


LO QUE CODICIAMOS NOS DESTRUYE. LO QUE ADMIRAMOS NOS CONSTRUYE.


Por ivanero9
“Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”.

Marianne Williamson
En 1951, el reconocido psicólogo estadounidense Solomon Asch fue a un instituto para realizar una prueba de visión. Al menos eso es lo que les dijo a los 123 jóvenes voluntarios que participaron –sin saberlo– en un experimento sobre la conducta humana en un entorno social. El experimento era muy simple. En una clase de un colegio se juntó a un grupo de siete alumnos, los cuales estaban compinchados con Asch. Mientras, un octavo estudiante entraba en la sala creyendo que el resto de chavales participaban en la misma prueba de visión que él.

Haciéndose pasar por oculista, Asch les mostraba tres líneas verticales de diferentes longitudes, dibujadas junto a una cuarta línea. De izquierda a derecha, la primera y la cuarta medían exactamente lo mismo. Entonces Asch les pedía que dijesen en voz alta cuál de entre las tres líneas verticales era igual a la otra dibujada justo al lado. Y lo organizaba de tal manera que el alumno que hacía de cobaya del experimento siempre respondiera en último lugar, habiendo escuchado la opinión del resto de compañeros.
La respuesta era tan obvia y sencilla que apenas había lugar para el error. Sin embargo, los siete estudiantes compinchados con Asch respondían uno a uno la misma respuesta incorrecta. Para disimular un poco, se ponían de acuerdo para que uno o dos dieran otra contestación, también errónea. Este ejercicio se repitió 18 veces por cada uno de los 123 voluntarios que participaron en el experimento. A todos ellos se les hizo comparar las mismas cuatro líneas verticales, puestas en distinto orden.

Cabe señalar que solo un 25% de los participantes mantuvo su criterio todas las veces que les pre­­guntaron; el resto se dejó influir y arrastrar al menos en una ocasión por la visión de los demás. Tanto es así, que los alumnos cobayas respondieron incorrectamente más de un tercio de las veces para no ir en contra de la mayoría. Una vez finalizado el experimento, los 123 alumnos voluntarios reconocieron que “distinguían perfectamente qué línea era la correcta, pero que no lo habían dicho en voz alta por miedo a equivocarse, al ridículo o a ser el elemento discordante del grupo”.

A día de hoy, este estudio sigue fascinando a las nuevas generaciones de investigadores de la conducta humana. La conclusión es unánime: estamos mucho más condicionados de lo que creemos. Para muchos, la presión de la sociedad sigue siendo un obstáculo insalvable. El propio Asch se sorprendió al ver lo mucho que se equivocaba al afirmar que los seres humanos somos libres para decidir nuestro propio camino en la vida.

Más allá de este famoso experimento, en la jerga del desarrollo personal se dice que padecemos el síndrome de Solomon cuando tomamos decisiones o adoptamos comportamientos para evitar sobresalir, destacar o brillar en un grupo social determinado. Y también cuando nos boicoteamos para no salir del camino trillado por el que transita la mayoría. De forma inconsciente, muchos tememos llamar la atención en exceso –e incluso triunfar– por miedo a que nuestras virtudes y nuestros logros ofendan a los demás. Esta es la razón por la que en general sentimos un pánico atroz a hablar en público. No en vano, por unos instantes nos convertimos en el centro de atención. Y al exponernos abiertamente, quedamos a merced de lo que la gente pueda pensar de nosotros, dejándonos en una posición de vulnerabilidad.

El síndrome de Solomon pone de manifiesto el lado oscuro de nuestra condición humana. Por una parte, revela nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, creyendo que nuestro valor como personas depende de lo mucho o lo poco que la gente nos valore. Y por otra, constata una verdad incómoda: que seguimos formando parte de una sociedad en la que se tiende a condenar el talento y el éxito ajenos. Aunque nadie hable de ello, en un plano más profundo está mal visto que nos vayan bien las cosas. Y más ahora, en plena crisis económica, con la precaria situación que padecen millones de ciudadanos.

Detrás de este tipo de conductas se esconde un virus tan escurridizo como letal, que no solo nos enferma, sino que paraliza el progreso de la sociedad: la envidia. La Real Academia Española define esta emoción como “deseo de algo que no se posee”, lo que provoca “tristeza o desdicha al observar el bien ajeno”. La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas. Así es como se crea el complejo de inferioridad; de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más.

Bajo el embrujo de la envidia somos incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas. De forma casi inevitable, estas actúan como un espejo donde solemos ver reflejadas nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos. Solo hace falta un poco de imaginación para encontrar motivos para criticar a alguien.

El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte –de forma individual– lo mejor de sí mismo a la sociedad.





miércoles, 8 de julio de 2015

EL LIDERAZGO ES LA INDIVIDUALIZACIÓN. SABER QUE LE GUSTA A CADA UNO.


PEPGuardiola.

Ha explicado una anécdota de su etapa como entrenador:
“Tuve un jugador excepcional pero que no tiraba. Me lo llevé a hacer un café. Hablamos, pero no de fútbol sino de la vida. En el siguiente partido marcó dos de los cuatro goles del equipo. Se sintió especial porque se sintió querido.

Simplemente por eso. Hay que saber qué es lo que le gusta a cada uno. La individualización. Esta es la clave del liderazgo.

Hay factores externos que condicionan eso pero no nos queda más remedio que intentar sacar lo máximo de cada uno. Es muy complicado convencer al jugador de que hoy no le toca jugar y demás. Es parte del aprendizaje y hacerlo desde que son niños es fundamental”.

Y confiesa que “una de mis satisfacciones más grandes es ganar los títulos, pero a la mañana siguiente te piden más. Y sientes un vacío. El proceso es lo importante.

Que un jugador se sienta querido es lo que le da sentido a todo. Nunca he pensado, cuando hemos ganado, que ha sido gracias a mí. He pensado que he ayudado. Pero nada más.

Yo no soy mejor que nadie.
He tenido la suerte de estar en un gran club y tener grandes jugadores”.

por IvánRivilla./mundodeportivo.com. 

JOSÉ MOURINHO SOBRE ENTRENADORES Y DESENTRENADORES.



¿DIFERENCIA? MÁS QUE CANTIDAD DE CONOCIMIENTO, SU GESTIÓN  Y  USO.
EnricSoriano.

 “YO CREO HOY QUE EL ENTRENADOR, ANTES DE SER UN GESTOR DE RECURSOS HUMANOS ES UN GESTOR DE SU PROPIO CONOCIMIENTO.
ERES UN GESTOR  DE TU PROPIO BAGAJE DE CONOCIMIENTO DE DIFERENTES ÁREAS Y TIENES QUE TENER LA CAPACIDAD DE GESTIONAR Y TENER LA CAPACIDAD DE DAR UN BUEN USO DE ESE BAGAJE DE CONOCIMIENTO EN EL MOMENTO ADECUADO, DE LA MANERA ADECUADA.

¿QUÉ TIPO DE ENTRENADORES HAY AQUÍ? HAY BUENOS, HAY MUY BUENOS, HAY ESPECIALES, HAY MENOS  BUENOS… YO COMIENZO POR DECIR QUE HAY ENTRENADORES Y DESENTRENADORES. 
LOS ENTRENADORES SON LOS QUE MEJORAN A SUS JUGADORES Y A SUS EQUIPOS., Y LOS DESENTRENADORES SON LOS QUE EMPEORAN A SUS JUGADORES Y A SUS EQUIPOS.

¿PERO SERÁ QUE ESTOS DESENTRENADORES NO TIENEN CONOCIMIENTO? YO CREO QUE TIENEN, Y CREO QUE A VECES TIENEN HASTA MÁS, PERO NO SABEN GESTIONAR SU PROPIO CONOCIMIENTO.

ENTONCES YO DIRÍA QUE ESTA ES MI EXPERIENCIA., Y ME HACE PENSAR DE ESTA MANERA: CONOCIMIENTO SÍ, DE DIFERENTES ÁREAS, EN EL MAYOR  NÚMERO POSIBLE DE ÁREAS; Y CUANDO LLEGAS AQUÍ CON TU ÍNDICE, ASÍ LO PODEMOS LLAMAR, HAY SEGURAMENTE VALENCIAS QUE EN UN DETERMINADO MOMENTO NO TE SIRVEN PARA NADA”.

                                                          JOSÉ MOURINHO-entrenador portugués.

viernes, 3 de julio de 2015

ES LA METODOLOGÍA?. QUE SE PONGA.


¿Es la Metodología? ¡Que se ponga!
por ALEX COUTO LAGO el 2 julio, 2015

Hola, me llamo Miguel Gila, mi padre era carpintero, mi madre no…
Llegados al final de la temporada futbolística, tras los análisis más o menos afortunados, la justicia bien o mal repartida y el poso a fracaso colectivo de una mayoría perdedora en contraste con el único ganador en cada competición, se celebra el tradicional ciclo de congresos, simposios y jornadas varias en las que el fútbol es protagonista.

En todos ellos, el saber, las diferentes disciplinas que se asocian al fútbol y los cientos de profesionales que a lo largo y ancho del mundo regalan su conocimiento en foros cada vez más poblados. Se toca el fútbol en sentido amplio y también en sentido estricto. Cada vez son más las personas que se acercan a dichos encuentros, todos, o una gran mayoría, deseosos de conocer los secretos de este deporte, algunos buscando recetas ganadoras con las que sorprender el próximo ejercicio a sus rivales y unos pocos, los menos, buscando el diploma que certifique quince horas que los habilite a considerarse formados y así renovar su carné de entrenador con el objetivo de poder entrenar en el extranjero. Para ello, cientos de estudiosos abren sus libros y sus portátiles para mostrarnos e ilustrarnos con conceptos y disertaciones cada vez más complejas y más adaptadas a los tiempos que corren.

Es curioso que en todas las disciplinas que se acercan al fútbol se parte de la sencillez conceptual y se incorpora la complejidad a medida que se van testando los diferentes conceptos con la realidad futbolística, tratando de hacer asimilable todo lo que supone la recreación de un nuevo campo del saber dentro de un entorno tan volátil y diverso como es el deporte del fútbol. Pero de entre todas las más o menos recientes disciplinas que se han hecho un hueco en el fútbol para quedarse, hay una que ha cobrado especial protagonismo y que además se ha incorporado desde una complejidad conceptual y desde unos contenidos aplicables al fútbol sumamente elaborados, empezando por las definiciones propias de los conceptos y de las argumentaciones básicas que la caracterizan. Es la Metodología.

Se podría definir la Metodología de muy diversas formas, he aquí algunas de las más tradicionales:
  • Parte de la lógica que estudia los métodos.
  • Vocablo generado a través de tres palabras de origen griego: metá, que significa más allá; odós, que significa camino; y logos, que significa estudio. Por tanto podríamos considerarla como el plan de investigación que permite cumplir ciertos objetivos en el marco de la ciencia.
En fútbol, el método hace hincapié principalmente en la formas elegidas para desarrollar nuestro plan, qué criterios definimos, qué facetas ponderamos y qué desechamos para llevar a término nuestro modelo de juego y que este sea asimilable por nuestros jugadores para acabar configurando un equipo competente. Un método que nos identifica y que permite exaltar todo aquello que para nosotros es importante, desde la especificidad del propio juego a la globalidad del contexto en el que se desarrolla.

Pero la incorporación moderna de la metodología al enorme planeta fútbol ha hecho su entrada con una nomenclatura excesivamente elevada que además se ha complicado aún más en el momento en que ciertos modelos específicos se han tratado de explicar desde postulados teóricamente científicos.

Por ello es normal que en estas fechas de congresos, reuniones y tertulias más o menos profesionales nos encontremos con disertaciones sobre modelos analíticos, modelos fundamentados en el contexto, modelos basados en los desarrollos cognitivos y estructurales, modelos integrados, periodización táctica y además nos lleven a terrenos tan apasionantes como áridos, tales como: principio de la entereza inquebrantable, alternancia horizontal específica, constructivismo contextual, situaciones simuladoras preferenciales, disociaciones y compartimentaciones y un largo etcétera.

Yo mismo formo parte de tan excelsa profusión de terminología y participaré en un congreso en el que hablaré de los sistemas dinámicos, no lineales y complejos en el entorno del fútbol, amparado bajo la tutela de una temática tan amplia como la que ofrece Ludwig von Bertalanffy y su ya archiconocida Teoría General de los Sistemas.

Con ello, la metodología, en toda su terminología y en todo su rigor, ha llenado las aulas, los campos de fútbol y los foros de opinión de una cantidad de conceptos a cada cual más pedante, más elevado y más alejado de la realidad del fútbol, la gente que lo juega y la gente que lo ve.

Obviamente, es de obligado cumplimiento para un profesional dominar todos los métodos de aplicación, tanto los implícitos pasivos como los implícitos activos. Ahora bien, creo que en la difusión integral del fútbol no es necesario adornar los conceptos con esa profusión de floreo intelectual para explicar lo que en realidad es un método de trabajo, por mucho que sea más o menos complejo.

Ya lo hizo en su momento Vittorio Pozzo con su famoso Il Método en 1934, diseñando un modelo de trabajo que se adaptaba perfectamente a las particularidades de sus jugadores y a la propia filosofía defendida. Boris Arkadiev, que con su afán por controlar la anarquía propia del juego dio pie a finales de los años ochenta y en pleno apogeo de las estrategias basadas en la defensa hombre a hombre a que valientes como Bert Jakobs se hiciesen eco de tales propuestas para recordarnos en Gijón las virtudes de la anarquía controlada. A lo largo de los años el fútbol ha evolucionado a su ritmo, incorporando y evolucionando métodos que nos traen hasta nuestros días, en los que la profusión de modelos y tendencias es tal que nos desbordan.

Al final, los árboles nos impiden ver el bosque. Lo que en principio era una aportación para definir una evolución futbolística en términos absolutos, terminó convirtiéndose en nuestros días en la búsqueda del santo grial de la verdadera verdad del fútbol, aquella que se sustenta en la certificación palpable del método. Y de esta forma nos vemos expuestos a miles de cuidadosos estudios, cada cual centrado en su ratio de complejidad correspondiente, en los que se intenta explicar el camino hacia la victoria.

Así Vitor Frade en su momento nos regaló la Periodización Táctica, un método de entrenamiento complejo que excluye todo aquello que considera innecesario para el desarrollo del entrenamiento en fútbol y se manifiesta en unos enraizamientos conceptuales que poco a poco nos van llevando a situaciones que, aparentemente simples, se tornan sumamente complicadas de entender y, por extensión, más aún de explicar.
 Un método que parte de una conceptualización muy sencilla, periodizar la táctica, sabiendo como sabemos que la táctica es la aplicación en el terreno de juego de una estrategia preconcebida. En pocas palabras, la táctica es inmediata al juego, su aplicación solo se produce en el momento de la competición, tanto sea en partido o entrenamiento, la táctica es la expresión práctica de la estrategia. Si la estrategia se puede planificar, igualmente se puede periodificar en el tiempo, considerando a este, según Albert Einstein, como algo relativo. 

Pero periodizar la táctica, algo que acontece en un momento muy específico, se me antoja harto complicado. Por ello un método tan evolucionado conceptualmente no se ha parado a reflexionar en la frase determinante que lo fundamenta, su título. Si este está mal conceptualizado ¿nos podremos meter de lleno en el enigmático mundo de lo que es o no es periodización táctica, con la confianza suficiente para creer lo que nos cuentan? Yo lo he hecho y me he estudiado concienzudamente todos sus postulados y creo que es realmente interesante y complicado entrar en un mundo que nos define el fútbol y su entrenamiento a través de valoraciones tales como principios, subprincipios y comportamientos para la consecución de un modelo de juego, con acotaciones tan sonoras como morfociclos patrones que contemplan subdinámicas de tensión, subdinámicas de duración o subdinámicas de velocidad, por citar algunos aspectos generales.

Igualmente Francisco Seirul.lo ha regalado al fútbol cientos de conceptos que nos llevan a entender el método de entrenamiento desde una perspectiva estructurada, es decir, tendente a agrupar las distintas estructuras que afectan a un jugador y que en su interacción directa con el grupo de jugadores que conforman un equipo trascienden a la propia idiosincrasia del propio equipo para entrar en dinámicas en las que las estructuras táctica, técnica, emotivo volitiva, psicológica y condicional se ensamblan de tal forma que afectan al todo, al igual que a las partes, haciendo del holismo algo natural dentro del contexto de la organización global de un equipo de fútbol.

Los métodos analíticos con tendencias tayloristas, de adecuación y optimización de los movimientos corporales para ejecutar desde la más impoluta corrección los gestos y acciones propias del juego desde un punto de vista desestructurado o la tendencia posterior a integrar en una globalidad la evolución individual de dichos gesto, fueron pasos previos a las nuevas disciplinas metodológicas que se han incorporado al fútbol.
La cuestión a tanto verbo y tanto predicamento es, tal y como es y está constituido el deporte del fútbol: ¿es necesario llegar a un nivel de exclusión intelectual tan grande para explicar conceptos tendentes a la mejora global del deporte fútbol en términos generales? ¿No resulta insoportablemente pedante hablar y escuchar hablar de fútbol en términos tan edulcorados?

Poniéndome a pensar sobre ello, he llegado a la conclusión de que el método por excelencia, el que es desarrollado, consciente o inconscientemente por la gran mayoría de entrenadores del mundo, no tiene nombre ni principios fundamentales que lo postulen a nivel académico a la altura de sus homónimos antes mencionados. Yo le he encontrado un nombre, espero que al igual que Frade o Seirul.lo, la historia reciente del fútbol moderno me guarde un rinconcito para la posteridad.

La nomenclatura del modelo está al nivel de todos los anteriormente descritos, y decidí denominarlo Modelo cognitivo interestelar tragicómico periodificado en la relatividad del tiempo. Sencillo y fácil de recordar. Sus siglas, MCITPT. ¡Como debe de ser!
Este modelo es el que seguimos sin saberlo o con conocimiento de causa la gran mayoría de entrenadores que nos movemos dentro de las limitaciones propias del fútbol popular, aquel que dispone de los requerimientos mínimos para ser llevado a cabo, pero sin las evoluciones trascendentes en las que algunos alcanzan las más altas cotas de éxito.

Tragicómico, porque nos reímos en las victorias y tratamos de analizar las derrotas, previas broncas y reproches en el descojone posterior que produce un análisis ponderado de las barbaridades que decimos en el momento en que se nos calienta la boca. Además, trágica en los términos en los que a veces tenemos que desarrollar nuestro trabajo con total ausencia de medios, pero indiferentemente a todo, sobrados de ilusión.

Interestelar, porque mantenemos vivos los principios básicos que nos permiten pensar que algún día llegaremos, que brillaremos con luz propia y seremos reconocidos por nuestro conocimiento, nuestra empatía y nuestro saber hacer, tengamos treinta, cuarenta, cincuenta o sesenta años. Ese sentimiento pervive en nosotros, porque soñamos despiertos con el brillo de nuestra propia estrella.
Cognitivo, porque simplemente jugar nos hace pensar que no hay mejor manera de disfrutar. Nuestro cerebro triunfa porque nos hace conscientes de que somos y no estamos por estar y disfrutamos a pesar de todo.

Periodificado en la relatividad del tiempo, porque E sigue siendo igual a mxc2, todo se relativiza, tanto la victoria como la derrota, además, jugamos, somos competidores habituales; ello nos obliga a pensar, pensamos en volver a competir y jugar y así volvemos a crear nuevamente el bucle inicial y vivimos en la complejidad de entrenar momentos, sabedores de que si vamos ganando por la mínima en los últimos instantes, los minutos nos parecerán horas, y si vamos perdiendo los minutos serán segundos, suspiros por los que se nos va la vida. Todo es entrenable y nosotros somos conscientes de ello.

El fútbol es para la exaltación directa de las capacidades y potencialidades de nuestros jugadores. El método elegido es el que mejor se adecúe para que ellos puedan ser mejores y competir como equipo de la mejor y más óptima manera. Nosotros, como difusores y dinamizadores de este juego y facilitadores de contextos para que este sea jugado, nos vemos obligados a estudiar y transmitir todo nuestro conocimiento y saber para que crezca en consecuencia y permita abrir nuevas puertas del saber que hagan de este deporte algo todavía mejor de lo que es. Pero si nos tomamos un momentito, nos daremos cuenta de que para dinamizar, difundir y transmitir este deporte, a lo mejor no hace falta elevarnos en la complejidad semántica de la forma en que lo hacemos y podremos trasladar los conceptos dejando de lado la pedantería y la tontería variopinta que se escucha cada vez más en tantos y tantos foros.

Lo último que escuché en un foro futbolístico fue hablar del enviroment del juego. No nombraré al protagonista, por respeto a su familia, pero creo que la cosa se nos está yendo de las manos. Quizás la humildad que exigimos a nuestros propios jugadores, reitero, verdaderos protagonistas de este invento, deberíamos empezar a predicarla con nuestro propio ejemplo. ¡Tranquilos, yo me pongo el primero!

Los que se enamoran de la práctica sin la teoría son como los pilotos sin timón ni brújula, nunca podrán saber a dónde van.
Leonardo da Vinci.

* Álex Couto Lago es entrenador nacional de fútbol y Máster Profesional en Fútbol. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Santiago de Compostela. Autor del libro “Las grandes escuelas de fútbol moderno” (Ed. Fútbol del Libro).