PEPGuardiola.
Ha explicado una anécdota de su
etapa como entrenador:
“Tuve
un jugador excepcional pero que no tiraba. Me lo llevé a hacer un café.
Hablamos, pero no de fútbol sino de la vida. En el siguiente partido marcó dos
de los cuatro goles del equipo. Se sintió especial porque se sintió querido.
Simplemente
por eso. Hay que saber qué es lo que le gusta a cada uno. La individualización.
Esta es la clave del liderazgo.
Hay factores externos que condicionan eso pero
no nos queda más remedio que intentar sacar lo máximo de cada uno. Es muy
complicado convencer al jugador de que hoy no le toca jugar y demás. Es parte
del aprendizaje y hacerlo desde que son niños es fundamental”.
Y
confiesa que “una de mis satisfacciones más grandes es ganar los títulos, pero
a la mañana siguiente te piden más. Y sientes un vacío. El proceso es lo
importante.
Que un
jugador se sienta querido es lo que le da sentido a todo. Nunca he pensado,
cuando hemos ganado, que ha sido gracias a mí. He pensado que he ayudado. Pero
nada más.
Yo
no soy mejor que nadie.
He
tenido la suerte de estar en un gran club y tener grandes jugadores”.
por IvánRivilla./mundodeportivo.com.
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