ENTRENAMIENTO COGNITIVO Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO DE
AGILIDAD EN LOS DEPORTES DE SITUACIÓN
Consideramos importante hacer referencia al entrenamiento
cognitivo y con éste, el desarrollo de capacidades cognitivas en el marco del
entrenamiento de agilidad en los deportes de situación o abiertos, ya sea
colectivos (fútbol, básquetbol, hockey, hándbol, rugby, etc.), o individuales
(tenis).
La denominación de “entrenamiento cognitivo” es la que se da
a aquella organización de trabajo/estímulos por medio de la cual se desarrollan
todos los factores funcionales relacionados con las distintas capacidades
condicionales (por ejemplo en el caso de la fuerza, dichos factores son la
coordinación intermuscular, la coordinación intramuscular y los procesos
reflejos), a la hora de ejecutar las tareas específicas del deporte en cuestión.
De alguna manera, sería el medio de unión que posibilitaría que dos elementos
disímiles (en relación a la velocidad de ejecución, la inestabilidad, la
resolución de situaciones de ataque y/o defensa, toma de decisiones, aspectos
psicológicos, etc.) como la competencia deportiva y el entrenamiento de fuerza
con sobrecarga se complementen, de manera que el primero obtenga mejoras
gracias al segundo.
En las diferentes capacidades condicionales, la mayor parte
de las mejoras tempranas de los distintos programas de entrenamiento son
realmente resultado de un aprendizaje motor, así el individuo va reconfigurando
la forma en que realiza los ejercicios de manera que cada vez va siendo más
eficiente y económico en su ejecución. Así es que Tous (1999) plantea que las
tres orientaciones de entrenamiento de fuerza que él propone (estructural,
funcional y cognitivo) no son compartimientos estancos, sino que se
interrelacionan más de lo que comúnmente se piensa.
La preponderancia del entrenamiento cognitivo en los deportes
de situación sobre todo, es vital de cara a transferir las ganancias obtenidas
con un entrenamiento estructural y funcional al posterior entrenamiento
específico (técnico-táctico) del deportista.
En esta línea, Seirul-lo (1996), ha planteado que según la
estructura clásica de entrenamiento, las capacidades cognitivas se refieren a
la “táctica”, las capacidades coordinativas se refieren a la “técnica” y las
capacidades condicionales se refieren a la “condición física”. Por lo que los
entrenadores deben crear “situaciones”de entrenamientos
“simuladoras”“preferenciales” (hacia una determinada capacidad mediante la
interacción de todas las estructuras). Así es que se han de fijar unas
determinadas condiciones de trabajo que aseguren una acción diferenciada sobre
algún sistema funcional orgánico (sustrato condicional); concretar el tipo de
tareas motrices por realizar, que potencien las capacidades coordinativas
soporte de la técnica específica del deportista (coordinativo) y proponer
información relevante que hay que procesar (implicar estructuras cognitivas).
Se puede observar que es necesario tener en cuenta el
desarrollo de los distintos tipos de capacidades condicionales y coordinativas,
para que sean aplicados de manera eficaz a las diversas situaciones de juego
que exigen los deportes de situación, como el fútbol, el básquetbol, o el
tenis.
Los procesos cognitivos se desarrollarán si la intensidad y
la complejidad de las cargas se incrementan de manera progresiva (Siff y
Verkhoshansky, 1996). Además, la asignación de estímulos (tareas) lo más
variados posibles parece ser la clave a la hora de que el sujeto busque la
respuesta más idónea con respecto a sus características. No serviría del todo
buscar la automatización del gesto mediante gran cantidad de repeticiones
(todas similares), ya que aunque el sujeto pudiese ir ajustando su ejecución en
ese movimiento concreto, no tendrá un bagaje motor lo suficientemente amplio
como para dar respuesta idónea a una situación deportiva, que como se sabe,
nunca se repite de la misma manera (Schöllhorn, 1998; Seirul-lo, 1996; en Tous,
1999).
Por lo tanto, los entrenadores que coinciden con esta línea
de entrenamiento, consideran necesario diseñar tareas que impliquen una toma de
decisión que progrese de simple (general) a compleja (específica), teniendo en
cuenta en todo momento las características del deporte. No se debe olvidar lo
que plantea Tenenbaum (1993), en relación a que los deportistas deben tomar
decisiones al mismo tiempo que realizan importantes esfuerzos físicos. Al
respecto, Tous (1999) considera que debe haber mucho interés en diseñar tareas
que involucren capacidades condicionales (por ejemplo la fuerza), o capacidades
coordinativas que incluyan esa toma de decisión tan característica de los
deportes de situación.
Nosotros consideramos, en coincidencia con Vizuete (2004) y
Seirul-lo (2005), que al desarrollo de capacidades condicionales orientado al
entrenamiento cognitivo, se debe sumar el trabajo de las capacidades
coordinativas, pudiendo obtener de esta manera un desarrollo integral de las
capacidades cognitivas, ofreciéndole al deportista un amplio abanico de
posibilidades para ofrecer respuestas óptimas ante las distintas y variadas
situaciones de los deportes abiertos. Así es que se favorecería un desarrollo
integral de la agilidad deportiva en este tipo de modalidades deportivas.
Lic. Mauricio Moyano
Equipo Physical
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