viernes, 17 de agosto de 2018


Entrenamiento cognitivo: cuando el cerebro juega
29 de octubre de 2017  • entrenamiento cognitivo
 • Futbol

El entrenamiento cognitivo está cada vez más instalado entre los deportistas de alto rendimiento. Qué es y para qué sirve.
Cabecear a ciegas, resolver crucigramas en medio de un circuito de piques, picar simultáneamente una pelota de básquet y otra de tenis... No son juegos, sino ejercicios que cada vez más forman parte de la rutina de los deportistas de elite. Es que desde hace un buen tiempo, en el alto rendimiento, el entrenamiento dejó de ser un mero acondicionamiento físico, técnico y mental. Hoy, cada aspecto de un atleta puede ser optimizado para llegar a su máximo potencial. Y la “vedete” es la neurociencia, una disciplina con creciente inserción en el deporte en los últimos años.


¿De qué se trata? El objetivo de aplicar ejercicios cognitivos es estimular y aumentar las capacidades del cerebro como la memoria, la percepción, la representación y la capacidad auditiva. La meta es, entre otras cosas, la toma de decisiones en el campo de juego.

La neurociencia aplicada al deporte permite saber qué ocurre en el cerebro cuando, por ejemplo, se ejecuta una acción (un salto en básquet), actúa un determinado grupo muscular o cuando aparece el miedo escénico. Permite también comprender la incidencia que pueden tener en el deportista de elite factores como el cansancio, la sed, el temor, la motivación, la tristeza o la alegría.

El profesor de Educación Física de Córdoba Mario Di Santo, uno de los pioneros en la región, sostiene que la estimulación cerebral no es sólo para aumentar el rendimiento, sino también para mejorar la postura, prevenir lesiones y corregir falencias técnicas.

“Entendemos que el sistema nervioso no es patrimonio exclusivo de psiquiatras o psicólogos. Los profesores de educación física podemos estudiar el cerebro y extraer consecuencias prácticas para mejorar funciones cognitivas llevadas el plano del rendimiento deportivo”, dice Di Santo, quien se desempeña en el alto rendimiento con jugadores de Talleres y de Atenas, además de decenas de deportistas de otras disciplinas.
“La capacidad cognitiva es ‘entrenable’ –afirma–. El deportista muy rápidamente adquiere, perfecciona y estabiliza. Su cerebro podría entrar en una suerte de zona de confort a menos que haya un permanente desafío de variabilidad y de nuevos aprendizajes, nuevos retos motores. No podemos entrenar más fácil y menos complejo que lo que realmente sucede en el campo de juego. Los jugadores de fútbol, rugby o básquet, tienen que saltar, girar, correr, resolver con la presión del tiempo, con factores emocionales, con dolores y lesiones. Por eso, nunca el ámbito del entrenamiento puede ser más fácil”.

Según el profesional, mediante ejercicios, un deportista puede aumentar la capacidad de su cerebro. “Mejorar depende de las condiciones genéticas y de las estimulaciones tempranas que haya habido su vida. Si bien todos venimos condicionados, la ‘entrenabilidad’ es significativa. El juego mismo la desarrolla”, apunta.

Usar bien la cabeza
El biólogo Estanislao Bachrach reconocido tanto por sus libros como por sus conferencias, sostiene que, antes que cualquier cualidad atlética, es el cerebro el que le posibilita a una persona patear una pelota o golpearla con una raqueta.

“Utilizamos neuronas. La mente no es el cerebro. El cerebro son neuronas y cables. Se puede tocar y medir. Es materia. En cambio, la mente no es materia, no se puede tocar. Son pensamientos y emociones. ¿Dónde está la mente? En el cerebro. No sentimos porque tenemos corazón, sino porque tenemos cerebro”, dice en una de sus charlas más populares en YouTube.

Para el profesional, decirle a un jugador “no podés hacerlo” es limitarlo para siempre. “Cuando a tu cerebro le decís ‘no lo hagas’, es la frase más feliz que puede escuchar porque no tiene que esforzarse. Si creés que no tenés el talento, el cerebro no te va a ayudar. El jugador profesional se la cree en el buen sentido. Quiere probar, intentar. Piensa: ‘¿por qué a él le sale en dos entrenamientos y a mí no?’. Si el entrenador lo limita, chau, murió. Debe estimularlo a creer que puede”, agrega.

Según Bachrach, el impedimento de cualquier deportista de realizar una acción no es una cuestión técnica, sino cerebral. “El cerebro decide qué podes y qué no. Después viene el talento. ¿Qué es el talento? Aquello que la ciencia no puede explicar”, dice.

Jugadores inteligentes
Diego Maradona o el propio Lionel Messi calzan como un guante en el modelo de jugador “inteligente” por naturaleza. Di Santo ensaya una explicación sobre el talento del crack surgido en Villa Fiorito. “Es un caso fantástico. Probablemente, a Diego lo ayudó una estimulación en condiciones adversas en edades tempranas. Quizás, quedarse jugando al fútbol sin luz diurna y esquivando pozos le permitió desarrollarse más. Pero no son los únicos factores que contribuyeron a que el producto final sea el de la excelencia de Diego Maradona. Por eso digo que si un nene va a una escuelita de fútbol y alguien decide por él inhibe su toma de decisiones. En el potrero pasa lo contrario”, cierra.

El texto original de este artículo fue publicado el 29/10/2017 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición pdf para leerlo igual que en el papel.

Por Joaquin Aguirre/Entrenamiento cognitivo: cuando el cerebro juega

29 de octubre de 2017  • entrenamiento cognitivo


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