Cuando los futbolistas corren conociendo el sentido de la
jugada, se activan sus circuitos de recompensa cerebral.
Comprensión del juego y transmisión de consignas.
Correr deja de ser un esfuerzo para ser un medio
inteligente que permite concretar una jugada útil, cuando el futbolista siente
que esa jugada beneficia a su equipo y, por lo tanto, a sí mismo.
Pero, cómo hacer para que el
futbolista comprenda el sentido de la jugada?
En la
formación del futbolista, consideramos que la etapa de Fútbol Infantil se
extiende desde los 6 hasta los 14 años. Esta etapa es fundamental para la
adquisición de los principios del Juego, pero por sobre todo es fundamental
para el desarrollo de la comprensión del Juego.
Respetando los niveles de comprensión propios de cada edad
evolutiva, es misión del Entrenador hacerle comprender y
sentir al jugador para qué jugar de determinada manera, qué beneficios obtienen
su Equipo y él, jugando de esa manera, cuál es el sentido de la jugada, cuál es
la ventaja que va a obtener sobre el rival.
Cuando, al
transmitir una consigna de entrenamiento o Juego, comenzamos haciendo sentir y
pensar al jugador cuál es el beneficio que obtiene al dominar
ese ejercicio, para qué es útil, la satisfacción que va a
obtener, ponemos en marcha su circuito virtuoso del éxito, activamos los
mecanismos de recompensa de su cerebro.
Retomando
el tema de este artículo, le pregunto a Enrique Borrelli para
qué deben correr los delanteros. Enrique me contesta:
“Para
que el delantero tenga más opciones para concretar su gol, es necesario
recuperar el balón en campo rival, ya que nos da la posibilidad rápida de un
nuevo ataque.
Esto es
posible cuando el delantero que pierde el balón, corre a su marcador
hasta mitad del campo. La presión física y mental ejercida por el delantero,
colabora en la recuperación del balón por parte de su Equipo y aumenta la
posibilidad de error en el rival.”
En el
planteo de esta consigna, Enrique Borrelli pone en juego todos
los elementos necesarios para activar los circuitos de recompensa del cerebro
de los jugadores, que los llevará a entrar en el Circuito virtuoso del Éxito.
Le estamos
prometiendo SATISFACCIÓN, respondiendo a la pregunta Para qué correr?:
Para concretar su gol, y por lo tanto, en su cerebro se activan los
neurotransmisores que producen SEROTONINA. Y, los jugadores son
capaces de absolutamente todo, para alcanzar el GOL que les
dará SATISFACCIÓN.
El DESEO de
alcanzar esa satisfacción, respondiendo a la pregunta Qué hacer? para
concretar el gol estimula sus circuitos de DOPAMINA, tienen ganas
de hacer lo que sea para alcanzar ese paraíso lleno de
SEROTONINA = GOL, y en este caso esRECUPERAR EL BALÓN EN EL CAMPO RIVAL.
Ya
saben la satisfacción, el beneficio, para qué van a
realizar el objetivo.
SATISFACCIÓN
= GOL.
Ya saben
también qué tienen que hacer para alcanzarlo.
DESEO =
RECUPERAR EL BALÓN EN EL CAMPO RIVAL.
Queda
saber cómo alcanzarlo, la ADRENALINA circula
por sus cuerpos y los pone en ACCIÓN para ejecutar el
objetivo: “Esto es posible cuando el delantero que pierde el balón, corre a
su marcador hasta mitad del campo. La presión física y mental ejercida por el
delantero, colabora en la recuperación del balón por parte de su equipo y
aumenta la posibilidad de error en el rival.”
Cuando el
objetivo es alcanzado se cierra el circuito virtuoso del Éxito, que activa los
sistemas de recompensa cerebral: promesa de satisfacción - generación de deseo
- puesta en acción para alcanzarlo – satisfacción alcanzada.
Si el
resultado de la activación de este circuito es positivo y se alcanza la
satisfacción deseada, nuestro cerebro lo registra como fuente de placer y por
lo tanto, está dispuesto a repetir la experiencia que le generó satisfacción.
Siempre que
un delantero sienta que mediante la acción de presionar a su marca hasta el
campo rival, su equipo recupera el balón y sus posibilidades de marcar goles
aumentan, no dudará en correr y lo hará sin esfuerzo, ya que no será un
fin en sí mismo sino el medio para alcanzar el balón que le permitirá hacer
goles.
Si bien
esta conclusión parece obvia, no lo es para los jóvenes futbolistas en
formación, la etapa donde automatizan conductas y conceptos. Es necesario que
sus formadores se lo transmitan reiteradamente y de distintas maneras a lo
largo de su aprendizaje .
neurofútbol.com
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