Posted on 05/05/2015 by pedrogomez
Por : Pedro Gómez (Preparador Físico Albacete Bpie) /
@pf_gomez
(Puedes descargar una versión pdf del artículo visitando mi
perfil en Research Gate)
“El conocimiento descansa no sólo sobre la verdad, sino
también sobre el error” (Carl Jung)
Vivimos en una sociedad de extremos donde la falta de
posicionamiento en uno u otro bando nos convierte en bichos raros. Nacemos y
crecemos, predestinados por la corrupción social que nos envuelve, a tener que
elegir entre derechas o izquierdas, azul o rosa, carne o pescado, Messi o
Cristiano, e incluso rubias o morenas. A ojos de los inventores del “sistema”,
merodear entre aguas se contempla como un ejercicio de indecisión a
criminalizar, no sólo por su alegada falta de madurez decisional sino también
por los zarandeos que este arremete contra los cimientos de sus zonas de
confort (¿o es que pensáis que el Real Madrid tendría la misma repercusión si
no existiese el FC Barcelona?). Los extremos se necesitan y retroalimentan,
pero se sienten incómodos si tienen que compartir su espacio con un
tercer, cuarto o quinto invitado, razón por la cual, a día de hoy, y pese a
poder haber florecido de meditados ejercicios de reflexión y experiencia, se
dificulta la legitimidad a los comensales que, premeditadamente, en un
ejercicio de honradez estomacal, prefieren “picar” del plato de la carne y de
la bandeja del pescado.
Así pues, y como no podía ser de otro modo por tratarse de
un fenómeno social más, nuestra querida preparación física no podía salir
indemne de este (a veces) sinsentido partidista y comprobó como al igual
que otros muchos de su género, necesitaría de un buen botiquín de
emergencias para parchear los porrazos que le aguardaban desde el bando
contrario que comenzaba a gestarse.
Por supuesto..¡faltaría más!, no reconocernos (los
PF´s) como culpables de parte de este fustigamiento sería faltar a la verdad y
huir cobardemente de la autocrítica…¿o alguien en su sano juicio pensaba que
bobadas de la magnitud que hemos defendido durante tanto tiempo podían salir
impunes del filtro de la inteligencia?. Desde picos de forma colectivos
perfectamente programados en el mes de Agosto, depósitos de combustible
recargados para viajes de diez meses, chispas e intensidades a la carta,
promesas de máximo rendimiento en últimas diez jornadas, individualizaciones
hasta en la manera de respirar.. y así hasta cientos de sandeces más, que como
más tarde comprobamos no respondían a otra lógica más que a la de aparentar y
aparecer, con pajarita a ser posible, para que nadie se olvidara de nuestra
imprescindibilidad.
¡Escaso castigo unos simples azotes!, ¡una buena vara
cogería yo! .
Ahora bien amigo, mostremos nuestras cartas, que falsas
creencias interesadas hayan convivido durante tanto tiempo con hechos
comprobados no autoriza al bando contrario a meter a todas las actuaciones de
los preparadores físicos en su misma bolsa de basura, la cual, y todo hay que
decirlo, tienen la mala costumbre de abrir cuando no son capaces de explicar
futbolísticamente por qué perdieron el domingo… ¡empujarnos a la palestra para
compartir protagonismo sí interesa entonces!.
Para mí, quien en un intento de sinceridad profesional trato
de alejarme a diario de los extremos que a mi modo de ver tanto coartan, la
clave de la preparación física radica en su orientación y tratamiento, pues su
existencia, guste más o menos, y a tenor de datos (esta vez sí) comprobados, es
innegociable.
En consecuencia, que no os tiemble la voz ni os invadan las
dudas, podéis afirmarlo tranquilamente: ¡Claro que existen la preparación
física!, ¡y claro que somos importantes los preparadores físicos!.. Porque aun
estando atiborrada de simplezas y majaderías, todavía sigue nuestra área
demostrando mayores evidencias que las afirmaciones y posturas contrarias:
- Si al analizar las demandas de la competición
concluimos que en términos “físicos” el futbolista necesita de elevados niveles
de capacidad aeróbica, anaeróbica, explosividad, fuerza y capacidad para
repetir sprints (Owen, Wong, Paul & Dellal,2012; Rampinini, Coutts,
Castagna, Sassi, & Impellizzeri, 2007; Reilly, Bangsbo & Franks,2000;
Varley,2013)… ¿no sería una irresponsabilidad profesional obviar estas
cualidades a la hora de diseñar tareas de entrenamiento?
- Si tenemos en cuenta que la mayor parte del tiempo
efectivo de juego el jugador se encuentra sin balón y realizando constantes
cambios de dirección (Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts & Wisloff,
2009)… ¿no deberíamos de entender que la agilidad y la capacidad de realizar
constantes y rápidos cambios de trayectoria son variables que facilitarán los
comportamientos futbolísticos? (Chaouachi et al, 2012; Stølen, Chamari,
Castagna & Wisloff, 2005).
- En un contexto en el que se dan aproximadamente 1000-1500
cambios de movimientos por partido/jugador con una frecuencia de ocurrencia
cada 3,5 segundos (Reilly, 2003; Strudwick, Reilly & Doran, 2002), donde
cada cambio de dirección somete al cuerpo humano y sus estructuras a una carga
5 veces superior a su peso, y cada recepción después de un salto eleva a 10
esta carga (Chaouachi, Manzi, Chaaalali, Wong, Chamari & Castagna, 2012;
Rojano, Rodriguez y Berral de la Rosa, 2010)…¿de verdad os vais a atrever a no
preparar concienzudamente las estructuras anatómico funcionales de vuestros
jugadores?.
- Si en base a los datos aportados por Barnes, Archer,
Hogg, Busch & Bradley (2014) en su análisis de 7 temporadas consecutivas en
la Premier League Inglesa (2005-2012), la exigencia condicional a la que se
somete un jugador de fútbol profesional aumenta progresivamente a medida que
pasan las temporadas, no en términos de distancia total recorrida (esta se
mantuvo relativamente constante a lo largo del estudio), sino en lo relativo a
los esfuerzos de alta intensidad y sprints (estos aumentaron un 35 %)…¿no
resulta coherente defender un fútbol en constante evolución “física”? (Di
Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff & Drust, 2009).
- Si como dejan patente los datos ofrecidos por Dauty &
Collon en 2011 tras analizar durante 15 temporadas consecutivas la liga
francesa, los esfuerzos realizados para evitar las lesiones musculares no
lograron todavía sus frutos, pero en cambio sí se redujo la incidencia lesiva
articular y ligamentosa gracias a los programas de prevención implementados…¿no
es señal de que al menos algo estamos haciendo bien?.
- Si una baja incidencia lesiva a lo largo de una temporada
se correlaciona fuertemente con el rendimiento clasificatorio final (Eirale, Tol,
Farooq, Smiley & Chalabi, 2012)… ¿seremos tan imprudentes de dar la espalda
a esta parte de la preparación?.
Y entre tanto yo me pregunto.. ¿Qué elementos de juicio
manejan los detractores de la preparación física para asegurar tan nítidamente
que sólo con “jugar”, independientemente de cómo se haga, basta para rendir en
las mejores condiciones?, ¿algo más allá de lo atractivo, sugerente e innovador
de su discurso?, ¿de verdad que nos vamos a quedar con los brazos cruzados
viendo como su palabrería derrumba años de estudio y evidencias que sostienen
que a mayor y mejor preparación del músculo más fácil será sostener durante 90
minutos las exigencias futbolísticas del juego?
Espero que nadie me malinterprete ni me encasille (ya os
advertí al principio que me gusta picar de todo un poco)… entiendo a la
perfección que en un entorno donde las emociones contextuales tienen tanto peso
estar cansado no significa los mismo que sentirse cansado (Ruben Darío), que un
gramo de tejido cerebral pesa más que 80 kg de músculo ( Fernando Signorini),
que los partidos no los gana el equipo que mejor se encuentra físicamente sino
aquel que logra imponer sus conceptos colectivos y futbolísticos al rival, que
los duelos, casi siempre, se deciden por las capacidades innatas y creativas
(poco entrenables) del individuo, y que el protagonismo del entrenamiento es
para el juego y su complejidad, no para las vallas, las pesas y las
colchonetas.., pero…
¿Creéis que es justo evaluar a un pez por su capacidad para
trepar un árbol?, ¿no estaremos condenándole de por vida a una ineptitud
inmerecida si hacemos esto?, ¿por qué entonces nos empeñamos en evaluar la
utilidad de la preparación física en base a su capacidad para ganar partidos?,
¿no será que nos estamos equivocando con el tipo de examen al que la sometemos
a diario?.
Me parece que nos queda todavía mucha lección por
estudiar…entre tanto, permíteme la licencia para recordarte el consejo que en
su día nos dejó el filósofo Nietzsche: “si no tienes alas, deja de acercarte a
los abismos”.
Un abrazo amigo!
Si quieres saber más sobre el tema, hazte con tu
ejemplar de: El fútbol ¡no! es
4 COMMENTS ON “LA PREPARACIÓN FÍSICA ¡SÍ! EXISTE.”
Juan Ba
No puedo más que aplaudir este artículo. Ya está bien de
libros y blogs en los que se juega con insinuar que la preparación física no
existe. Es cierto que no existe aquella preparación física que comentas al
principio en relación a llenar el depósito, pero no podemos permitir que se
ningunée con fines lucrativos y perversos.
Sergio
Hola. Últimamente he leído varios artículos sobre este tema
y este me parece de los más interesantes. Coincido con Pedro en la fuerte
bipolaridad que hay en el mundo en general y en este tema en particular.
Sin embargo creo que se exagera demasiado. El funcionamiento
de un equipo se divide en varios factores, el planteamiento táctico, las
habilidades técnicas, la motivación personal de los futbolistas… ¿Dónde se
encuentra la forma física? Si analizamos un partido de forma individual, el
porcentaje de importancia de la preparación física es más bien reducido pero en
temporadas de 38 partidos o 50 en el fútbol de élite, más todos los
entrenamientos semanales… Dudar de su importancia es casi una locura. Tanto por
el rendimiento de los futbolistas como por las lesiones que se irán sufriendo a
lo largo de la temporada y disminuirán el rendimiento del equipo. Dudar de la
preparación física hoy en día es poco menos que una locura.
Un saludo.
Buen articulo! Todo evoluciona. En mi opinion se dice que la
preparacion fisica no existe por que durante años fue mal aplicada y muchas
veces en lugar de mejorar al jugador lo volvian mas lento. En segundo lugar,
porque el futbol ha ido evolucionando de forma que antes ganaba el que más
tiempo dedicaba a entrenar, y hoy en dia creo que se busca la calidad por
encima de la cantidad. Asi que muchos ejercicios de preparacion fisica para
futbolistas estaban orientados como si fuera un atleta cuando se demostro que
luego tiene una transferencia dudosa la preparacion exclusivamente de gimnasio.
Volviendo a encasillar la preparación física como que no sirve. La conclusion
es que la preparación física sin base ni criterios como los comentados en tu
artículo es la que no sirve, y muchas personas solo repiten lo que escuchan o
sacan de contexto que la preparacion fisica no existe por ser la palabra de
moda. Una vez más, gran articulo!
Zalacaín
La preparación física debe adaptarse a la demanda de las
acciones técnico-táctica durante el juego en todos los deportes, y eso es lo
interesante de la preparación física que se adapta a todos los deportes, y
todos los deportes necesitan de ella, es como el agua se adapta a todo y es
necesaria. Yo no soy preparador físico soy entrenador nacional pero necesito de
ella para que mi equipo cumpla con los objetivos tácticos que yo propongo, y
cada ejercicio tiene un componente de preparación física, simplemente porque es
necesario, de lo contrario nunca hubiésemos visto el Barcelona aplicar el RSA
en el pressing en zona adelantada y la presión tras pérdida ¿no es así? Al
igual que España, Bayern, Arsenal, etc.
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