LO QUE EL RESULTADO ESCONDE
Por Pedro Gómez (P.Físico Albacete Bpie) – @pf_gomez
Artículo publicado en “El Confidencial” (11-4-2016)
“En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo
importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es importante, la
dignidad con la que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo, lo otro es
cuento para vendernos una realidad que no es tal” (Marcelo Bielsa).
De manera proporcional al incremento de temperatura que
sufrimos en las conversaciones vía twitter, el mes de Abril nos trae duelos
cada vez más críticos para el devenir de los equipos de nuestra liga. Bien
porque el dinero lo pone todo patas arriba, bien porque los sentimientos se
privatizaron hace tiempo, parece que ganar, sea como sea, es ya lo único que
importa y emociona.
Como no podía ser de otro modo, convivir con una sociedad
del tipo “Winner take all” donde el ganador se lo lleva todo y un sistema
meritocrático olvidadizo con el proceso, nos ha hecho creer que ganar con
intenciones mediocres es más admirable que perder jugando bien, alzando así
hasta la punta del iceberg a la variable “resultado” como la única responsable
visible del buen hacer de entrenadores y jugadores. Tanto ganas, tanto vales.
De este modo, ocultas y congeladas bajo el agua, cualidades
como el trabajo, el esfuerzo, la dedicación, la manera de jugar, etc.. soportan
al pequeño trozo de hielo que todos miramos en primer lugar al abrir los
noticiarios, el resultado, capaz este por sí solo, e independientemente de su
merecimiento o manera de alcanzarlo de disfrazarte de Super Zizou, si es que
ganaste, o de Super villano, si es que perdiste, ¡incluso de mandar a calentar
al bueno de Juanito!, y si no me creen aguarden con paciencia e imparcialidad
al final de esta “Semana Champions” y a la pasarela de disfraces y
justificaciones huecas que nos esperan.
Pep Guardiola, actual entrenador del Bayern Múnich y al que
muchos acusan de poseer un discurso fácil como consecuencia de sus victorias
más que frecuentes, decía hace un par de semanas en rueda de prensa que más
allá del resultado final lo importante es lo que un equipo ha hecho para
intentar ganar (proceso) y que ahí no se podía perder. “Cuando un equipo lo
da todo, ¿puede ser perdedor aunque haya perdido? ¿Es la Juventus un equipo
perdedor por encajar gol en el último minuto?, para la gente sí, para mí no”.
Recalculemos el timón de nuestro barco neuronal ante el
inoportuno iceberg que se nos viene encima y observemos al binomio
proceso-resultado como una realidad no lineal de comprensión compleja, al menos
en este juego. En el fútbol puedes hacer las cosas muy bien durante la semana e
incluso durante el partido y que todo te salga muy mal, y a la inversa, puede
que las hagas muy mal y termines ganando. El resultado ni puede ni debe
confundirse con el proceso, sobre todo cuando lo desconocemos. Que la sociedad
necesite respuestas y razones para lo ocurrido no quiere decir que un partido
ganado sea reflejo de una mejor estrategia o que un gol encajado en el
último minuto sea consecuencia de una mala preparación física.
Descuidar y desconocer el camino recorrido confunde al
mensaje vendido. Una admiración inmerecida cuando ganas o un desprestigio
irrespetuoso cuando pierdes tambalea los pasos dados durante el trayecto y
dificulta la mejora de los mismos. El proceso es importante, por supuesto que
sí, pero no para todos. Para el jugador, equipo, entrenador, que debido a la
competencia actual deben de convivir con un proceso de mejora constante, la
relativización del resultado final y la focalización sobre el trabajo
desarrollado es la única ruta sobre la que dirigir su Titanic futbolístico.
Para el aficionado, verdadero motor propulsor de este globo
emocional llamado fútbol, el proceso es una pamplina más que adornada con buen
verbo y mejores intenciones nada tiene que ver con el verdadero sentir de su
desconexión de la vida diaria, ganar al Wolfsburgo, eliminar al Atlético de Madrid,
lo demás, historias que ni van ni irán con ellos. Dos caras de distintas
monedas, un divorcio de difícil solución.
Pese a todo, por el bien del fútbol, y aunque el resultado
siga siendo lo único que os importe durante estas últimas semana decisivas, intentad
que, aunque algunos apunten únicamente al folklore que se da en la punta del
iceberg, los espejos de vuestro periscopio estén ajustados para observar la
totalidad del paisaje, no vaya ser que una “concussion” contra el hielo afecte
de por vida vuestros procesos cerebrales.
Un Abrazo amigos!!
Si quieres saber más sobre las reflexiones del autor, hazte
con alguno de sus libros en http://www.futbolcontextualizado.com/blog/?page_id=96
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