por José Luis Arjol Serrano.
Desde el nacimiento del blog hemos recibido muchas
sugerencias para hablar sobre el tema de hoy, el no publicar nada antes no era
por falta de interés,sino porque, queríamos encontrar un artículo lo bastante
completo.
Artículo de José Luis Arjol Serrano, Doctor en Ciencias de
la Actividad Física y el Deporte y Profesor del Máster Universitario en
Preparación Física en Fútbol (Universidad Castilla La Mancha y Real Federación
Española de Fútbol). La temática versa sobre las dos principales propuestas
para la planificación de los entrenamientos, "El entrenamiento
Estructurado y la Periodización Táctica".
Como hemos mencionado, en la actualidad, existen
fundamentalmente dos propuestas teóricas que toman como punto de partida la
complejidad del fenómeno del fútbol, su entrenamiento y la planificación de
éste. La metodología seguida para la elaboración del presente trabajo parte del
estudio previo de las principales fuentes bibliográficas existentes hasta el
momento sobre ambas propuestas, el análisis de los conceptos e ideas
fundamentales y su comparación posterior, con la intención de extraer
conclusiones respecto de su mayor o menor adecuación al proyecto deportivo en
un equipo de fútbol.
Las propuestas teóricas citadas son, por un lado, el modelo
de planificación que se recoge dentro del denominado “Entrenamiento
Estructurado” (EE) propuesto por F. Seiru-lo, profesor del INEF de Barcelona y
técnico del F.C. Barcelona desde hace más de 20 años y por otro lado el modelo
de entrenamiento denominado “Periodización Táctica” (PT), cuyo autor original
es el profesor V. Frade de la Facultad de Deporte de la Universidad de Oporto
(Portugal) y colaborador en diferentes equipos portugueses de máximo nivel.
Esta propuesta se puede relacionar con el rendimiento alcanzado en determinados
equipos del máximo nivel nacional e internacional (Oliveira et al., 2006.).
Además de estas propuestas, otros autores españoles ya
habían abordado el entrenamiento deportivo desde la óptica de la complejidad,
como García Manso y Martín (2005), y en referencia a los deportes de equipo en
concreto, Martín Acero y Lago (2005). En todos los casos se concluye que el
entrenamiento en los deportes de equipo es totalmente diferente al de los
deportes individuales. En definitiva, no tiene nada que ver el rendimiento en
una prueba de un deporte individual con el rendimiento en un deporte colectivo.
Son cosas totalmente diferentes.
En el caso del fútbol, es frecuente observar cómo se asocian
determinadas mejoras aisladas en determinados parámetros condicionales,
biomecánicos o biológicos, incluso tácticos o de otra índole, a las variaciones
en el rendimiento deportivo (mejora o empeoramiento) del futbolista o del
equipo. Desde el punto de vista de la complejidad, no necesariamente esto es
así. Más bien deberemos pensar en la interrelación de una serie de factores,
incluido el entorno, todos ellos en constante evolución e interacción, que en
un momento determinado han dado lugar a un nivel de rendimiento colectivo
concreto.
El abordaje del entrenamiento del futbolista desde estos
enfoques, se diferencia de los tradicionales en que, lejos de separar las
partes para abordarlas de forma independiente, consideran de primera
importancia los nexos, las relaciones e interacciones entre las elementos que
lo integran , teniendo en cuenta, además, el contexto que lo rodea. Este
enfoque implica un cambio total de paradigmas, de conceptos y, en consecuencia,
de la forma de llevarlo a la práctica.
De acuerdo con Seiru-lo (2005), las leyes, principios y
demás conceptos tomados de los deportes individuales y utilizados
tradicionalmente no son de aplicación en el entrenamiento de los deportes de
equipo. En consecuencia los modelos de planificación para estos deportes
deberán ser, así mismo, diferentes. Este aspecto es compartido por el enfoque
de la PT.
CONCEPTO DE PLANIFICACIÓN
A la hora de explicar el concepto de planificación, nos
parece adecuado tomar como punto de partida el propuesto por Seiru-lo (2005):
“Es el conjunto de presupuestos teóricos que el entrenador realiza,
consistentes en la descripción, previsión, organización y diseño de todos y
cada uno de los acontecimientos del entrenamiento que deberán ser realizados en
un determinado momento de la vida deportiva de un jugador, mientras permanece
en este club, así como de los correspondientes medios de análisis y control que
permiten modificar estos acontecimientos, a fin de obtener un proceso de
entrenamiento cada vez más adecuado que logre la optimización del jugador
permitiéndole obtener los resultados deseados en forma ininterrumpida en la
competición, de esa determinada especialidad deportiva en la que está
implicado”.
El autor explica que los citados “acontecimientos del
entrenamiento”, hacen referencia a todos los aspectos prácticos, reales, que
afectarán al jugador o que deberá realizar para que tenga lugar el proceso de
optimización constante (situaciones de entrenamiento, periodos de descanso,
controles, competiciones, etc.). En el caso de un jugador profesional abarcaría
desde sus obligaciones sociales o de publicidad, por ejemplo, hasta las
diferentes situaciones de entrenamiento. En el caso de jugadores jóvenes, se
desprende que incluirá desde la organización del tiempo dedicado al estudio y
al entrenamiento, hasta la relación con los padres de éstos o incluso el tiempo
libre del futbolista, además del propio entrenamiento.
Así mismo, deberá considerar el momento de la vida deportiva
del jugador. En cada etapa el futbolista tiene unos objetivos concretos, de
acuerdo a los cuales establece lo importante para él, sus valores. A nuestro
juicio éste es un aspecto clave para el futuro rendimiento del jugador y
especialmente del equipo. Tanto los objetivos de la entidad, del equipo en
concreto, como los del entrenador y de los propios jugadores deberán ser
compartidos en la mayor medida posible. La idea clave en un deporte de equipo
como el fútbol, es que el jugador ponga sus intereses al servicio del equipo,
pero también que el equipo satisfaga los intereses individuales de cada uno de
los jugadores.
Además, la planificación deberá incluir los medios de
análisis y control correspondientes para poder realizar un seguimiento en cada
nivel de complejidad, desde el sujeto individual hasta el colectivo equipo,
tanto en situaciones de entrenamiento como de competición, incorporando los
indicadores a valorar, de tal forma que nos den información relativa al nivel
de adecuación al rendimiento deseado.
El término “optimización del jugador”, no significa que se
pretenda maximizar alguna de las cualidades éste. Más bien se trata de
someterle a determinadas situaciones de entrenamiento que provoquen un cierto
desequilibrio en alguna de las estructuras que configuran al sujeto y éste se
vea obligado a adaptarse en un proceso continuo de auto-organización, o mejor,
de acuerdo con Morin (2007), de auto-eco-organización. Esta idea está, así
mismo, avalada por la teoría sobre el estrés y el concepto de homeóstasis,
entendidos en un sentido amplio, que afecta a la totalidad de la persona cuando
se ve sometida a un estímulo procedente del exterior o de sus propios
pensamientos que altera su equilibrio, sostenida por Sapolsky (2008).
Desde la óptica del EE, el objetivo de intervención del
enfoque estructurado es el sujeto futbolista. De acuerdo a la literatura
revisada, la PT propone una planificación sistémica que pretende desarrollar el
modelo de juego del sistema equipo. Para ello, el citado modelo de juego, como
se expondrá más adelante, se apoya en la puesta en práctica de los Principios
que lo sustentan y que son establecidos por el entrenador, éstos están
estructurados jerárquicamente (diferentes niveles de subprincipios y sub
subprincipios) en los cuatro momentos característicos del juego, es decir, la
fase de ataque, de defensa y las transiciones de ataque-defensa y de
defensa-ataque, y son considerados como un todo inseparable.
El objeto prioritario de intervención para la PT será pues
el equipo y la forma de jugar que se pretende.
Al considerar el sistema fútbol como un sistema dinámico
abierto, se deberá considerar el entorno que lo rodea. En este sentido el EE,
parte a la hora de elaborar una planificación de la consideración de los
elementos principales que constituyen el entorno del equipo.
De acuerdo con Seiru-lo (2005), la planificación que
realicemos deberá tomar como punto de partida el propio proyecto deportivo de
la entidad, dicho proyecto se apoya en el conocimiento de la trayectoria histórica
así como del entorno cultural y social de la misma, su filosofía y su
idiosincrasia. El citado proyecto, incluye los objetivos a corto, medio y largo
plazo, en las diferentes competiciones en que participe el equipo. Así mismo,
se deberán considerar los aspectos relacionados con las relaciones
contractuales y económicas de los integrantes del grupo deportivo. Finalmente
se debe considerar la propia organización funcional del club, representada por
sus departamentos, las funciones, responsabilidades y vías de comunicación,
todas ellas representadas por personas concretas.
De acuerdo a la propuesta del EE, todos estos aspectos
deberían considerarse de una u otra manera, sea cual sea el nivel o categoría
en la que participe el equipo.
A nivel colectivo, si bien es frecuente afirmar que con la
planificación se pretende que el equipo pueda rendir adecuadamente a lo largo
de todo el periodo competitivo, consideramos que, desde el enfoque de la
complejidad, el objetivo debería ser que el equipo alcance niveles cada vez más
altos de rendimiento en un proceso colectivo de auto-organización individual y
colectiva a lo largo del tiempo.
PROPIEDADES DE UNA PLANIFICACIÓN
En cuanto a las propiedades que debe tener una
planificación, Seiru-lo (2005), cita cuatro como fundamentales:
- Única: Elaborada de forma conjunta por todos los técnicos
a través de la unificación de enfoques y propuestas, de este modo se producirá
la unidad pretendida a nivel paradigmático, prescriptivo, terminológico, de
objetivos, de metodología y de los criterios de evaluación y control,
necesarios.
- Específica, en primer lugar del deporte fútbol, lo cual
incluye la interpretación del jugador de la lógica interna del juego, el
entorno de juego, el volumen de competiciones y el ajuste de la carga y la
exigencia competitiva, así como del estatus del jugador en el equipo y otros
aspectos.
- Personalizada, de acuerdo a los criterios de talento
deportivo personal, del momento en la vida deportiva del futbolista y de su
Integración diferenciada al juego y al equipo, así como a los entornos de
ambos. En este sentido es preciso señalar que el EE considera al sujeto
conformado por la interacción de una serie de Estructuras como son la E.
condicional, E. coordinativa, E.
cognitiva, E. socio-afectiva, E. emotivo-volitiva, E.
creativo-expresiva y E. mental. Todas ellas presentes en mayor o menor medida
en los comportamientos observables del sujeto.
- Temporizada: es decir aplicada en el tiempo, en secuencias
temporales, a través de las tareas de planificación, de programación, de diseño
y de evaluación y control
ELABORACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN
De acuerdo con el EE, una vez conocido y analizado el
proyecto deportivo de la entidad, se pasará propiamente a las tareas de
planificación, determinando en primer lugar los componentes estructurales de la
misma y que por lo tanto permanecerán fijos para todo el periodo (salvo
excepciones). La planificación deberá ser coherente con el proyecto deportivo.
El primer aspecto fundamental, es la concreción de los
objetivos propios del equipo, dentro del proyecto y objetivos de la entidad,
tal y como se ha comentado. Estos objetivos no solo deberán estar relacionados
con el rendimiento del equipo, sino también con otros aspectos como la forma de
jugar, los valores subyacentes, u otros. Los citados objetivos se ordenarán
según su importancia (jerarquía) y el tiempo previsto para alcanzarlos (a
corto, medio o largo plazo).
De acuerdo a esos objetivos, se procederá a la configuración
del grupo deportivo, integrado por el cuerpo técnico, plantilla de jugadores y
personal auxiliar (área médica, material, instalaciones, etc.). Esta selección
en muchos casos vendrá ya determinada por la propia entidad, de acuerdo a su
proyecto, objetivos y recursos, sea cual sea su nivel o categoría.
A continuación se establecen los grandes periodos de la
temporada, como son el periodo preparatorio, periodo competitivo y periodo de
transición, cada uno de ellos dividido en unidades temporales como son los
microciclos estructurados (para el EE) o los morfociclos patrón (para la PT).
En este sentido ambas propuestas coinciden en no emplear otras estructuras
intermedias como los mesociclos.
El siguiente paso es definir la “forma de jugar” que se
pretende. En este punto, el enfoque propuesto por el EE, utiliza el concepto
“filosofía de juego”, dentro del cual podrán darse diferentes modelos de juego.
Por su parte, la PT, habla de modelo de juego concreto (incluyendo sus
variantes). Al respecto de este punto, al hablar de filosofía de juego se está
refiriendo a un concepto más amplio que, a nuestro entender, quedaría
representado en última instancia por los principios y valores (trabajo,
solidaridad, respeto, humildad, u otros) que definen el modelo de juego y que
constituirán el soporte de las creencias, opiniones, aptitudes, actitudes que
darán lugar al comportamiento observable del sujeto tanto en el juego como en
el resto de relaciones con el equipo. De ahí la necesidad de establecer unos
valores compartidos por todos (filosofía) y que den soporte a los diferentes
modelos de juego que se establezcan.
Con la planificación se pretende, a partir de los
acontecimientos propios de la competición, que son impredecibles, irrepetibles
e irreproducibles, crear “episodios de entrenamiento”, que sean capaces de
responder a estas características del juego, por lo que éstos deberán ser a su
vez variables, simuladores y priorizados sobre algún elemento de las situaciones
de competición (Seiru-lo, 2008).
El proceso de Planificación, para el EE, irá dirigido a
obtener en el jugador un nivel de auto-estructuración que le permita obtener el
grado de excelencia necesario para afrontar con éxito la competición, partiendo
de que desconocemos las condiciones iniciales del futbolista ante cualquier
práctica que realicemos, que desconocemos la trayectoria de su “camino
configurador” y que dicho camino es irreversible.
De acuerdo con la PT (Silva, 2008.; Tamarit, 2007), el modelo
de juego del equipo se define a partir de los Principios, subprincipios y
sub-subprincipios en los cuatro momentos del juego (como ya se ha comentado).
Por Principios se entienden los comportamientos generales del juego,
organizados de forma jerarquizada y congruente entre sí, que el entrenador ha
creado y definido (por ejemplo: juego de ataque a través de combinaciones en
amplitud). Son el inicio del comportamiento que quiere el entrenador, en
términos colectivos e individuales. Se trata de las regularidades que se
pretende surjan en competición como forma de afrontar la aleatoriedad y la
incertidumbre del juego. Estos patrones de comportamiento colectivo y sus
referencias, deberán ser conocidos por todos, lo cual contribuirá a la creación
de hábitos de comportamiento y a la anticipación sobre las situaciones del
juego. Los subprincipios serían los comportamientos más concretos
constituyentes de los Principios. Estos subprincipios a su vez estarían
constituidos por otros sub-subprincipios, en los que ya sería el jugador, a
través de sus propios recursos y su creatividad, quien afrontaría la situación
de juego, hablando por ello de un “mecanismo no mecánico”.
A nuestro juicio, esto solo sucederá cuando los objetivos
del equipo sean coincidentes o permitan el logro de los objetivos individuales,
especialmente los objetivos no conscientes. Para ello cada uno de los jugadores
debería ser partícipe en la elaboración del modelo de juego en mayor o menor
medida, o como mínimo sentirse identificado con él.
Concepto de especificidad
El concepto de “especificidad”, según la PT hace referencia
a la articulación de los diferentes principios del modelo de juego en concreto
y no con el hecho de que las situaciones de entrenamiento incluyan simplemente
formas jugadas con balón, porterías, rivales y demás elementos de la
competición (Silva, 2008). Los contenidos fundamentales del proceso de
entrenamiento pretenden la adquisición e incorporación de los comportamientos
colectivos e individuales que conforman el modelo de juego, es decir la táctica.
Desde esta perspectiva, el resto de contenidos de entrenamiento (condicional,
técnico, psicológico, u otros) se considerarán subsidiarios del modelo de
juego, es decir servirán de apoyo o ayuda, sin olvidar que todos ellos están
interrelacionados, influyéndose mutuamente, y que aparecerán, en mayor o menor
medida, en las diferentes tareas o situaciones de entrenamiento.
En el EE, como ya se ha comentado, se parte de considerar al
sujeto conformado por una serie de estructuras (condicional, coordinativa,
cognitiva, emotivo-volitiva, socio-afectiva, creativo-expresiva y mental),
todas ellas interrelacionadas entre sí. Esta premisa es fundamental para
comprender los conceptos de entrenamiento específico y especial. En cuanto al
tipo de trabajo, se distingue entre un trabajo de carácter genérico (indistinto
para cualquier deporte), que sólo aparecerá en determinados momentos (lesión,
trabajo compensatorio, etc.) y específico, propio exclusivamente del fútbol. A
su vez éste adquiere diferente carácter en función del número de los elementos
presentes propios de la lógica interna del juego: espacio, tiempo, compañeros,
adversarios, porterías, reglamento y del mayor o menor grado de implicación de
las diferentes estructuras del sujeto (condicional, coordinativa, cognitiva,
etc.). Así pues este trabajo específico, se subdivide en los niveles: general,
dirigido, especial y competitivo (Seiru-lo,2005).
Al respecto del término “específico”, el EE, propone como
más adecuada la “conjetura de idoneidad”, la cual plantea diseñar las
situaciones de entrenamiento de tal forma que permitan, a través de su
práctica, la optimización constante del jugador en los términos que le exigirán
las situaciones propias de su demarcación y funciones. La diferencia que señala
respecto del término “especificidad”, es que ésta se refiere a poder hacer algo
de una forma concreta y única, mientras que la idoneidad permitirá adquirir
todos los recursos para resolver las situaciones de todas las maneras
posibles.(Seiru-lo, 2008).
Como se puede ver, en ambos casos el punto de referencia
para la elaboración de los contenidos de entrenamiento, es el propio juego y, a
partir de éste, los comportamientos que se pretende que surjan para resolver
las diferentes situaciones en competición.
Esto tendrá lugar de acuerdo a cómo esté configurado el
sujeto en sus diferentes estructuras. Dos sujetos ante la misma situación de
juego, la podrán resolver de formas diferentes de acuerdo a su configuración,
por ejemplo uno de ellos a través de priorizar la estructura condicional,
mientras que el otro lo puede hacer a través de priorizar la estructura
coordinativa.
Estrategias de organización de los elementos de
entrenamiento.
En este caso utilizamos la terminología del EE (Seiru-lo,
2005). El concepto de programas de entrenamiento, utilizado en la Teoría
General del Entrenamiento, se entiende como algo cerrado, previamente
establecido, que obedece a una secuencia lineal, progresiva y maximizadora de
algún aspecto del rendimiento, tratando de aproximar al sujeto a un modelo
preestablecido de rendimiento. Su aplicación es, además, indiscriminada o
universal para los diferentes deportes. Por todo ello el autor considera
necesario denominarlo “Estrategias de organización de los elementos de
entrenamiento”.
Con las citadas estrategias se pretende, en previsión de las
situaciones que se puedan dar en la competición, crear las condiciones
necesarias para que éstas se den en el entrenamiento. Las citadas estrategias
de entrenamiento, son de carácter abierto, incluyendo ciertos elementos
prefijados (fijos) y otros postfijados (variables), lo cual permitirá la
adaptabilidad necesaria a la aleatoriedad e inestabilidad de la situación real
del momento. Este concepto se adapta mucho mejor a las características del
fútbol.
Se trata de secuencias que no pretenden la progresión o
maximización de un solo aspecto, sino la interacción de aspectos múltiples del
sujeto. En consecuencia, el número de repeticiones será variable según el nivel
de optimización pretendido y las condiciones del futbolista en cada momento.
Pretenden la solución, por parte del jugador, de las situaciones variables del
juego. En el concepto de estrategias de entrenamiento, también aparecen los
elementos de intensidad y volumen, los cuales representan el componente
cualitativo y cuantitativo del entrenamiento, aunque otros como los de
complejidad y eficiencia, tienen un significado mucho más relacionado con el
nivel del sujeto y la situación de entrenamiento.
Las estrategias organizativas recogen los criterios para
ordenar las “secuencias conformadoras”.
Secuencias conformadoras
Sustituye al término tradicional de sistemas o métodos de
entrenamiento. Los métodos o sistemas de entrenamiento son componentes de la
carga fijados con antelación (por ejemplo método de repeticiones cortas,
interválico intensivo muy corto,…), con una estructura de aplicación progresiva
de la carga. Son específicos de una capacidad (fuerza, resistencia,…) o sus
derivadas (fuerza explosivo-elástica, potencia aeróbica,…), con nombres propios
en su denominación por su carácter “cerrado”. La combinación de determinados
sistemas o métodos de entrenamiento constituye, de acuerdo a la terminología
tradicional, los programas de entrenamiento.
Las secuencias conformadoras, por su parte, son secuencias
de tareas que conforman algunas de las estructuras del sujeto (coordinativa,
condicional, cognitiva,…). Contienen elementos fijados previamente (prefijados)
que nos garantizarán que la secuencia se corresponde con situaciones frecuentes
en el juego, y también otros postfijados que serán los que permitan ajustarlos
al estado en ese momento del jugador (ejemplo: saltos, cambios de dirección,
pase con un compañero, terminando con un 1x1 y tiro a gol, esta secuencia
podría denominarse “secuencia para la finalización tras ataque rápido”). Son
secuencias variables, en las que estaremos postifijando interacciones
distintas.
Al introducir la variabilidad en las situaciones de
entrenamiento, lo que se provoca es la pérdida de control y la capacidad de
predecir en la nueva situación por parte del futbolista, lo cual generará una
cierta cantidad de estrés y en consecuencia, un estado de alerta y de
excitación, al tener que hallar nuevas reglas de control y predicción
(Sapolsky, 2008).
El número de combinaciones posibles de los elementos
presentes en la tarea será infinito, pero únicamente se utilizarán aquellas
variaciones que se correspondan con la filosofía de juego del equipo y las
necesidades del jugador en situaciones concretas de interacción. No existe la
progresión, solo la variación de los elementos de la secuencia. Será pues
imprescindible conocer el juego en profundidad y los episodios concretos de
interacción que se dan. Se irán proponiendo secuencias conformadoras distintas
cada día de entrenamiento. No se realizan más de 2-3 repeticiones idénticas. Se
aplicarán variaciones postfijadas para provocar constantemente la variación,
dado que en el juego nunca se repiten dos situaciones idénticas. Las secuencias
conformadoras serán “dispersas”, cuando se apliquen determinado número de veces
a lo largo de un periodo de tiempo, o bien “concretas” cuando se apliquen
únicamente en determinados momentos de la temporada, por ejemplo para alcanzar
un nivel de optimización determinado. Además de las condiciones citadas, se
añade que no se podrá utilizar la misma secuencia más de una vez en el mismo
microciclo, sí se podrán utilizar en diferentes microciclos pero no más de tres
veces y que sólo se podrán utilizar secuencias similares con una separación de
al menos cinco microciclos.
Situaciones Simuladoras Preferenciales
Se trata de crear situaciones que simulen al propio juego y
que incidan sobre alguna de las estructuras del sujeto de manera preferente, de
ahí su denominación como Situaciones Simuladoras Preferenciales (SSP). Estas
situaciones se definirán y extraerán del análisis e interpretación de las
situaciones reales del juego entre el entrenador y cada jugador. Al
reconocerlas el propio sujeto, pasarán a ser significativas para él durante la
ejecución en los entrenamientos. Cada una de ellas estará configurada por la
combinación de los elementos conformadores de las realizaciones (ejemplo: en el
análisis conjunto se observa cómo el jugador resuelve de una manera determinada
una situación, a partir de este reconocimiento se crean situaciones para que
sea capaz de resolverlas de otras formas igualmente eficientes). En cada SSP,
se requerirá la intervención de diferentes sistemas o estructuras del sujeto
que el entrenador deberá identificar. Cada jugador pondrá en acción aquellos
sistemas que mejor respondan a la situación creada, de acuerdo al proceso
propio de autoorganización a lo largo de su vida, de tal forma que cada jugador
la afrontará de diferente manera. Estas actuaciones serán las que lleven al jugador
a otro nivel de autoorganización de los sistemas y estructuras implicadas en la
realización.
Al trabajar de esta manera, se hace necesario construir una
forma adecuada de evaluación de determinados aspectos a observar, además del
almacenamiento de la información obtenida y la interpretación multidisciplinar
que permita consensuar las futuras actuaciones.
En la bibliografía revisada sobre la PT no se aborda de la
misma manera la estructuración de los contenidos del entrenamiento, tal y como
hemos visto. La PT cita con relación al morfociclo patrón la existencia de tres
principios (Tamarit, 2007; Silva, 2008.). El Principio de Progresión Compleja,
que propone la adquisición progresiva en complejidad de los principios del
modelo de juego. El Principio de la Alternancia Horizontal Específica, el cual
propone una alternancia en el tipo de contracción muscular predominante en la
sesión (en tensión, duración y velocidad) a lo largo del morfociclo,
garantizando así la relación adecuada entre esfuerzo y recuperación para la
siguiente competición. Finalmente, el Principio de las Propensiones, que
plantea la repetición un gran número de veces de lo que se pretende que surja
en competición como forma de adquisición por los jugadores.
La carga de entrenamiento: volumen e intensidad
Para el EE, la carga es tan solo un elemento más del estado
de forma del sujeto.
En el EE, los conceptos de volumen e intensidad representan
los aspectos cuantitativos y cualitativos del entrenamiento respectivamente,
aunque con algunos matices diferenciadores del entrenamiento clásico.
En cuanto al volumen, como veremos en el microciclo
estructurado, está representado por tres curvas: Volumen Concentrado de Carga
Específica (VCCE), el Volumen Táctico-Técnico (VTT) y el Volumen de Carga
Genérica (VCG).
El VCCE, representa los aspectos cuantitativos de los
contenidos de carácter general, dirigido y especial. Este contenido especial
representará un volumen reducido durante la pretemporada, predominando los
contenidos de carácter general y dirigido, mientras que durante la temporada
tendrá un papel prioritario junto con los contenidos de carácter dirigido.
El VTT, representa la cantidad de contenidos presentes de
carácter táctico-técnico a lo largo del microciclo.
Finalmente, el VCG, representa el volumen de contenidos
genéricos (comunes a cualquier deporte) que se realizan con carácter
coadyuvante, complementario o compensatorio.
En cuanto a la intensidad del entrenamiento, para el EE,
este concepto es similar al de la Teoría General del Entrenamiento. Está
referido al sujeto, es decir, al grado de esfuerzo, de implicación de todas sus
estructuras en el rendimiento mostrado en cada situación de entrenamiento o
competición.
Por su parte en la PT, los conceptos de volumen e intensidad
se interpretan de forma particular.
En cuanto a la intensidad, la PT, plantea realizar el
trabajo siempre a la “máxima intensidad relativa”. Se define como “la
intensidad necesaria para hacer determinado tipo de acción con mérito”
(Oliveira, citado por Tamarit, 2007). Se relaciona con el nivel de exigencia
mental-emocional de la tarea, con la intensidad decisional y ésta asociada a la
exigencia en concentración. La intensidad está relacionada con la dimensión
táctica, técnica, psicológica y cognitiva. Este concepto aparece claramente
disociado de la intensidad a nivel fisiológico.
En cuanto al volumen, también representa un componente
cuantitativo, pero únicamente de las “fracciones de intensidad relativa
acumuladas” (Freitas, 2004, citado por Tamarit, 2007). Es un volumen de
especificidad, del número de principios y subprincipios presentes en las tareas
de entrenamiento. El volumen crecerá hasta alcanzar el nivel que se considere
óptimo para la competición.
Microciclo estructurado y morfociclo patrón
En el EE, se propone, como unidad temporal básica para el
periodo preparatorio y competitivo, el microciclo estructurado que se ajusta al
ciclo semanal. Los objetivos del microciclo se basan en las necesidades del
jugador. Su ordenamiento pretende crear secuencias e interrelaciones entre sí,
de tal modo que cada microciclo será consecuencia del anterior y la referencia
para el siguiente, de acuerdo a las estrategias organizativas propuestas.
El microciclo estructurado aparece desde la primera semana
de la pretemporada, adaptándose al criterio de carga concentrada propuesto por
Verkhoshansky (Seiru-lo, 2005).
Las curvas de VCCE, VTT, son las que pretenden la
optimización de todas las estructuras del sujeto. En todo caso se trata de
propuestas de carga de carácter aproximativo y, por lo tanto, difíciles de
cuantificar o registrar numéricamente. Lo importante son sus relaciones y
proporciones entre unas y otras a lo largo del microciclo. El objetivo es que
el jugador se adapte a éstas curvas rápidas de modulación de la carga para el
periodo competitivo.
Este tipo de microciclo se repetirá durante la duración de
la pretemporada, reajustando su estructura de acuerdo a los partidos amistosos
programados.
Durante el periodo competitivo, se mantiene la misma forma
de microciclo, pasando el VCCE a denominarse Bloque de Temporada (BT).
En este BT, ubicado al inicio del microciclo, tan solo se
utilizarán contenidos de carácter dirigido y específico. El resto de curvas se
adaptan a los días de la semana, manteniendo las relaciones entre sí.
En el caso de una competición entre semana, el BT, se
sustituirá por el propio partido.
Para que los efectos se produzcan entre los diferentes
microciclos, se deberán aplicar los criterios (duración, número de veces a
aplicar, posibilidades de repetición, evolución, etc.) señalados para las
estrategias de organización de los elementos de entrenamiento, las secuencias
conformadoras y las situaciones simuladoras preferenciales (ver puntos
anteriores). El BT del microciclo no utilizará dos secuencias conformadoras
iguales, por lo que no optimizarán los mismos sistemas. Los valores de BT y de
VTT, deberán variar entre microciclos sucesivos.
En cuanto a la evolución de la carga en los microciclos a lo
largo de la temporada, será descendente a medida que aumente el número de
partidos jugados, tomando como referencia el microciclo de mayor carga en la
pretemporada.
De acuerdo al carácter predominante de los contenidos de
cada microciclo, el EE propone cinco tipos de microciclos: M. Preparatorio, M.
de Transformación Dirigida, M. de Transformación Especial, M. de Mantenimiento
y M. de Competición. Los dos primeros de aplicación durante el periodo
preparatorio, y los últimos durante el periodo competitivo; el M. de
Transformación Especial aparecerá en ambos periodos.
En la PT, de acuerdo con Tamarit (2007) el denominado
morfociclo patrón constituye el núcleo fundamental de la organización temporal
del entrenamiento. Sus objetivos giran en torno a la preparación del siguiente
partido a partir del análisis del juego realizado en el anterior.
La organización del morfociclo se fundamenta en el Principio
de Especificidad, además de los ya citados de Progresión Compleja, de las
Propensiones y Principio de la Alternancia Horizontal Específica. Éste último
será el que regule la relación entre esfuerzo y recuperación a lo largo del
morfociclo.
En el periodo preparatorio, salvo el primer morfociclo, que
será introductorio o de adaptación, el resto serán idénticos, con una sola
sesión por día (en todos los casos) y de 90 minutos de duración.
Día
|
D
|
L
|
M
|
X
|
J
|
V
|
S
|
D
|
Tipo de trabajo
|
Recup.
Activa
|
Nº jugadores y espacio reducido
|
Nº jugadores y espacio amplio
|
Nº jugadores alto y espacio reducido
|
Recup y activación
|
|||
Contenidos
|
Principios o Subpp
|
Subppp
|
Principios
(Subpp)
|
Subpp
|
Subb
simples
|
|||
Acción muscular
- Tensión
- Duración
- Velocidad
|
-
-
-
|
+++
-
+
|
+
++
-
|
+
-
++
|
-/+
-
-/+
|
|||
Concentración
|
baja
|
media
|
alta
|
baja
|
media
|
|||
Desgaste emocional
|
Descanso total
|
-
|
+
|
++
|
-
|
-/+
|
||
Tipo de esfuerzo discontinuo
|
Partido
|
+
|
++
|
+
|
+
|
++
|
Partido
|
|
Baja: - ; Media: + ; Alta: ++; Muy
alta: +++
|
La dinámica de los contenidos obedece a los Principios,
subprincipios o sub-subprincipios a trabajar en cada día de la semana. El
criterio a utilizar para la distribución de los mismos es el del tipo de acción
muscular predominante, atendiendo a las variables de tipo de tensión, duración
y velocidad de contracción.
La distribución de los contenidos a lo largo de los días del
morfociclo, utiliza siempre el mismo patrón (Cuadro 1) Cuando se trate de
morfociclos con partido entre semana, en los días intermedios predomina el
trabajo de recuperación para llegar a la siguiente competición en las mejores
condiciones.
Valoración y control del entrenamiento
En este sentido, en la PT tan solo se menciona el análisis
del rendimiento en competición, a partir del cual se establecerán los
contenidos del entrenamiento, además de las adaptaciones necesarias en función
del siguiente rival.
En el EE se habla expresamente de la necesidad de llevar a
cabo el control del futbolista en su adaptación al entrenamiento, incluyendo el
propio control por parte del sujeto, pruebas biológicas y la valoración de
determinadas secuencias de entrenamiento desde la óptica condicional y de la
resolución de la situación (táctica). Además en el EE, se propone la valoración
de la competición a través de la auto-evaluación del propio futbolista, la
medición del rendimiento, la valoración objetiva e incluso la valoración
externa. El tratamiento de toda esta información se analiza de forma
interrelacionada y contextualizada, con un enfoque multidisciplinar, que
permita establecer las prioridades de entrenamiento para cada caso.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Como se ha podido ver, es difícil llevar a cabo un análisis
comparado de ambas propuestas, ya que, en muchos casos, los conceptos y la
terminología utilizada es muy diferente. No obstante ambos enfoques se
fundamentan en las mismas fuentes de conocimiento.
El fútbol, como fenómeno complejo que es, exige ser abordado
desde la Teoría de Sistemas y este enfoque conlleva considerar el entorno que
rodea al sistema. En este sentido el EE lo recoge expresamente en su propuesta
de planificación, no siendo así en la PT, al menos de acuerdo a la bibliografía
revisada.
Quizás una de las diferencias más importantes entre ambas
propuestas es que el EE tiene como objeto de actuación fundamentalmente al
sujeto futbolista, en su proceso de autoorganización constante, considerando
todas sus estructuras y el momento concreto de su vida deportiva, tratando de
prever todos los acontecimientos del entrenamiento que deba vivir el sujeto.
Por su parte la PT se centra en el equipo y la forma de
jugar de éste, representada por el modelo de juego y la adquisición por el
futbolista de los principios y subpincipios del mismo. En este sentido, de
acuerdo a los planteamientos de la Teoría de Sistemas, un equipo es un sistema,
en el que, fruto de las interrelaciones entre sus elementos, emergerán
propiedades diferentes a las de los propios elementos que lo constituyen, por
lo que entendemos que por encima del la entidad “sujeto” se encontraría la de
“equipo”, en cuanto al rendimiento en el caso de los colectivos de personas
(Peñalver, 2009).
En cuanto a las propiedades de la planificación, en el EE se
recoge la necesidad de que sea elaborada con la aportación de todos aquellos
que participen en el proceso de entrenamiento, los cuales deberán compartir un
mismo enfoque, terminología, conceptos, objetivos y otros aspectos ya citados.
En la PT, tal y como aparece en la literatura revisada, no se cita la necesidad
de esa unidad, lo cual, además de alejarla del enfoque sistémico pretendido,
podría crear disparidad de criterios por falta de esta unidad de enfoque.
Por otro lado, ambas propuestas coinciden en utilizar como
unidad temporal el periodo semanal a la hora de distribuir los contenidos del
entrenamiento a lo largo del tiempo, aunque con diferente denominación como se
ha visto. De este modo ambas propuestas se adaptan al ciclo de competición
propio del fútbol, incluyendo las variantes para el caso de dos competiciones
por semana.
A la hora de abordar y definir “la forma de jugar”
pretendida, consideramos que el EE, propone un concepto mucho más amplio que el
de la PT. En el EE se habla de establecer la “filosofía de juego”, es decir,
una forma de entender el juego que sea coherente con el entorno del equipo y
sus integrantes. A nuestro juicio, esta filosofía representa, en definitiva,
los valores fundamentales que darán soporte a los comportamientos en la forma
de jugar, pudiendo dar lugar a diferentes modelos de juego y no a uno solo en
concreto.
El punto de partida en ambos casos es el propio juego y los
comportamientos que permitan resolver las diferentes situaciones de carácter
variable e impredecible, en definitiva estaríamos hablando de la estrategia y
la táctica del juego.
El concepto de “especificidad” recogido en la PT, está
referido a la forma concreta del juego que se pretende, al modelo de juego
prefijado. Si bien supone un paso adelante respecto de otros enfoques
anteriores como el “entrenamiento integrado”, la propuesta del EE va más allá
utilizando el término “idoneidad”, a nuestro juicio más amplio y todavía más acorde
con la variabilidad propia del juego.
En cuanto a la forma de estructurar las tareas de
programación, si bien la PT lo hace a través de la articulación de los
principios del modelo de juego en sus diferentes niveles, la EE propone las
“estrategias de entrenamiento”, constituidas por las “secuencias
conformadoras”, llevadas a la práctica a través de las “situaciones simuladoras
preferenciales”, todas ellas con la flexibilidad suficiente para ser adaptadas
a la situación real del futbolista en cada entrenamiento y como forma de
priorizar dicho entrenamiento sobre determinadas estructuras del sujeto.
Como ya se ha señalado, los conceptos de volumen e
intensidad son claramente diferentes entre ambas propuestas, mostrándose
aparentemente como más completo el EE al contemplar el volumen desde la óptica
del trabajo de carácter específico, del trabajo táctico-técnico y del trabajo
genérico, mientras que la PT tan solo considera el volumen de “fracciones de
intensidad relativa acumuladas”. Así mismo, la intensidad también se concibe de
una forma más amplia que en la PT, la cual la establece a partir del nivel de
exigencia mental-emocional. Entendemos que este enfoque podría dejar fuera
determinados componentes de la intensidad que a nuestro juicio también serían constitutivos
de la carga de entrenamiento a la se somete al futbolista.Página 36
En cuanto a los microciclos propuestos por ambos enfoques,
se observa que los dos poseen una estructura que, aunque con diferentes
denominaciones, tienen más puntos en común que diferencias. Ambos buscan la
adaptación del sujeto a una determinada secuencia de carga semanal desde el
inicio de la pretemporada y a lo largo del periodo competitivo. En ambos casos
también se prevé la posibilidad de dos competiciones semanales con las
adaptaciones pertinentes para garantizar la recuperación entre partidos. No
obstante, las condiciones actuales del fútbol de máximo nivel en cuanto al
número de competiciones y viajes en la pretemporada así como en el periodo
competitivo, además de la variabilidad en el día de la semana a disputar el
partido, hacen realmente difícil la planificación del entrenamiento durante el
microciclo.
Finalmente, en cuanto a la valoración de la competición y el
control del entrenamiento, el EE propone y describe con detalle un conjunto de
acciones a llevar a cabo que permitirán tener una idea más aproximada del
estado de rendimiento del sujeto considerando sus estructuras y su proceso de
autoorganización. Mientras que la PT, de acuerdo a la bibliografía, se centra
en el rendimiento colectivo e individual en competición, a través del análisis
del propio partido.
CONSIDERACIONES FINALES
Como hemos podido ver, se trata de dos propuestas que, en
nuestra opinión, tienen un gran número de puntos en común, pero también
diferencias sustanciales en cuanto a cómo llevan a la práctica los fundamentos
de las Teorías de la Complejidad y el Pensamiento Sistémico aplicados a la
planificación del entrenamiento en el fútbol.
Probablemente la propia complejidad del rendimiento en este
deporte hace que, a pesar de esas diferencias, ambos enfoques se pueden asociar
al éxito deportivo obtenido por determinados equipos de máximo nivel en la
última década. En ambos casos exigen un nivel de formación adecuado en las
teorías citadas anteriormente, y otras relacionadas, a la hora de planificar el
entrenamiento. Del mismo modo exigen un conocimiento en profundidad de cada
enfoque para poder confeccionar una planificación con uno u otro modelo, por lo
que consideramos que serán difíciles de aplicar en el caso de los técnicos que
no tengan la citada formación en estos puntos. No obstante, al tratarse de dos
propuestas que se adaptan mucho mejor que los enfoques tradicionales a las
características del fútbol (en cuanto a variabilidad, incertidumbre del juego,
etc.), consideramos que constituyen un gran paso adelante en la planificación
del entrenamiento del futbolista.
Probablemente, a la hora de llevarlo a la práctica por los
entrenadores sea de más fácil aplicación el modelo de la PT por tener un
lenguaje y unos conceptos en nuestra opinión, más familiares y acordes con la
formación general de los técnicos de fútbol.
fútbolglobalizado.com
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