Por Marcelo Gantman.
Pep Guardiola toma notas de Julio Velasco. Foto: LA NACION / Sebastián Domenech
Pep Guardiola
encontró un dato revelador en su armado como entrenador cuando en su cuaderno
subrayó un concepto especial luego de conversar tres horas con el entrenador
argentino de voleibol, Julio Velasco.
Guardiola era futbolista del Brescia y ya había decidido que
su próxima vida en el fútbol iba a darse como director técnico. De Velasco tomó
la idea de que es falso que todos los integrantes de un plantel tienen que ser
tratados de la misma manera. "Es una de las mentiras más grandes que hay",
comentaría Guardiola desde entonces en cada foro en el que le haya tocado
intervenir. Sobre esa manera de llegarle a los integrantes de un plantel,
Guardiola basó su estrategia en Barcelona y ahora en Bayern Munich. En una
entrevista en Vorterix, Julio Velasco refrescó ese recuerdo y le agregó más
detalles:
"Guardiola es una persona increíble, porque cuando se
decidió a ser entrenador buscó formarse con gente por afuera del fútbol. Se
entrevistó con un montón de gente e inclusive su mano derecha es un ex jugador
de Waterpolo. Me pidió una entrevista y conversamos durante tres horas. Me
preguntaba qué opinaba yo sobre todo lo que se le venía a la cabeza y todas las
dudas que tenía. Preguntaba y anotaba. Se acordó de un concepto Guardiola me
consultó sobre el tema de cambiar después de ganar. Me dijo "Ví que
cambiaste luego de ganar con Italia en voleibol". Charlamos justamente
sobre eso: cambiar luego de ganar.
"Después nos volvimos a encontrar cuando él ya no era
jugador de Brescia. Era el DT de Barcelona y estaba en pleno proceso de ver si
cambiaba a Eto'o por Ibrahimovic. El me consultó sobre el tema de cambiar
después de ganar. Me dijo "Ví que cambiaste luego de ganar con Italia en
voleibol". Charlamos justamente sobre eso: cambiar luego de ganar. Y él me
explicó cuestiones de Barcelona, sobre su manera de jugar. Fue muy generoso en
contar todo lo que había aprendido...".
Las referencias sobre el fútbol en Julio Velasco están
fundamentadas. Durante un cambio de rol en su profesión dejo de ser entrenador
de voleibol para ser Director Deportivo en Lazio y luego manager en Inter. Pasó
de un trabajo diario con dirigidos a un rol ejecutivo fuera de la cancha. Lo
que siguen son ideas de Velasco sobre el fútbol, su manejo y la manera en que
los entrenadores deben conducir a sus grupos. Y especialmente, cómo pierden el
tiempo en polémicas improductivas y que se llevan demasiada energía.
"El fútbol es un deporte que se lo juzga livianamente
desde afuera. Es muy complejo y difícil de llevar adelante. El fútbol es la
única empresa donde todo lo que ocurre se sabe en el momento en todos lados. En
cualquier otra empresa donde ocurriera esto no dura ni una semana. Cualquier
pelea, cualquier decisión, se sabe en el instante. Muchas veces una operación
económica es conveniente y los hinchas no permiten hacerla. No entienden que un
futbolista está en una pendiente de rendimiento y que venderlo es la mejor
alternativa. Gestionar eso lo hace muy complejo".
"Los dirigentes no consideran al DT como un gerente
general y en ocasiones lo consideran menos que un jugador. No lo sientan en la
mesa de decisiones y eso lo tiene que aprender el fútbol en general del fútbol
inglés. Inclusive el resto del fútbol europeo".
"El fútbol italiano , aunque no parezca, tampoco tiene
estructura de empresa. Tienen dueños que son empresarios, lo cual no es lo
mismo. Es como cuando los equipos de fútbol tienen un jugador al que consideran
"difícil", pero justamente son esos difíciles los que hacen ganar
partidos. Si tenemos un equipo de todos chicos buenos y obedientes, que no
causan problemas, es probable que no tengamos líos pero tal vez no ganemos
nada. Un presidente no puede pretender que su club funcione como una empresa si
centraliza todo y no tiene un consejo de administración con capacidad de tomar
decisiones. Eso no motiva a los que están. Se aburren y así la estructura se
cae".
"La estrella no tiene que tener privilegios. No se
trata de eso. Cuando me toca lidiar con un jugador estrella yo le digo: ´El
privilegio ya lo tenés porque ganás más que los otros.´ El trato con los
jugadores es de seducción. Seducir es descubrir qué le gusta al otro. Nosotros
como entrenadores no podemos decirle a un jugador: esto es así y punto. Hay
jugadores con los que uno se comunica yendo a cenar, a otros alcanza con
hablarles tras la práctica. Eso lo debe descubrir el entrenador. Cuando hay un
caso evidente de desigualdad (Ej: Maradona en Napoli) lo mejor que puede hacer
un entrenador es hacer explícita esa desigualdad. Que todos sus compañeros
tengan en claro la situación".
No me gustan los equipos donde la garra se confunde con la
histeria o la mentalidad ganadora se refleja en pelearse con los jueces. Muchas
veces le pregunto a mis jugadores cuáles son los equipos que más temen y la
respuesta es la misma: respetan más a los equipos que no se achican y a la vez
no demuestran que no se achican.
"No me gustan los equipos donde la garra se confunde
con la histeria o la mentalidad ganadora se refleja en pelearse con los jueces.
Muchas veces le pregunto a mis jugadores cuáles son los equipos que más temen y
la respuesta es la misma: respetan más a los equipos que no se achican y a la
vez no demuestran que no se achican. Los equipos y los jugadores que están
declamando todo el tiempo que son guapos, en realidad, están escondiendo alguna
inseguridad. Si sos duro, demostrarlo compitiendo. Si es verdad todos se van a
dar cuenta".
"En deporte en la Argentina siempre hay una tendencia a
elegir. O la habilidad o el entrenamiento. O el crack o la preparación. Se
elige, no se integra. Si es verdad que con el crack alcanza y la que tiene que
correr es la pelota, ¿por qué los cracks no juegan hasta los 50 años?
Privilegiamos la elección por encima de la suma. Los entrenadores también están
en esa línea. Plantean un ´Ellos o Nosotros´. Nuestra manera y la manera de
ellos. Se apuesta más a la exclusión que a la síntesis. Con los talentos se hace
lo mismo. O el trabajo de equipo o el individuo. Los grandes equipos siempre
han tenido un gran trabajo en conjunto con figuras que hacen la
diferencia."
"¿Por qué esta cuestión de restar? Quizás porque el
deporte se hace más de mesa de café que de campo, de buscar experiencias
positivas con el trabajo. Lo que hay que enseñar es que el deporte es algo muy
dificil y en eso tiene un gran papel el periodismo. El deporte es una
competición donde se pone en juego todo, hasta la buena suerte. Nunca se sabe que
va a pasar y ese es su secreto, la adrenalina que mueve todo".
En deporte en la Argentina siempre hay una tendencia a
elegir. O la habilidad o el entrenamiento. O el crack o la preparación. Se
elige, no se integra. Si es verdad que con el crack alcanza y la que tiene que
correr es la pelota, ¿por qué los cracks no juegan hasta los 50 años?
Privilegiamos la elección por encima de la suma.
"Hay una cierta ideologización del deporte. Nuestro
trabajo es muy pragmático. Como entrenador yo debería tener una infinidad de
conocimientos de cómo jugar y cómo entrenar y elijo lo que le sirve a mi
equipo. A un equipo le sirve una cosa y a otro le sirve otra. Nosotros tendemos
mucho a definir cual es ´mi volley´, ´mi fútbol´, ´mi ideología´...Y en un
mundo donde las ideologías se están muriendo, nosotros la reflotamos en el
deporte".
"Desde la ideología todo se transforma en ´guerras de
religión´. Nosotros marcamos esos territorios y gastamos una energía fenomenal
en eso. Por eso no es casual que los entrenadores argentinos cuando van afuera
tienen éxito porque se sacan ese fardo de encima. Llegas a Italia, a una ciudad
cualquiera y no hay internas. Estás solo. ¿Qué interna querés tener si estás
solo? Entonces pones toda la energía ahí para entrenar un equipo porque si no
ganás, te echan. Y a nadie le interesa si vos tenés un método para trabajar y
armás una polémica con otro entrenador de otra ciudad. No es relevante.
Entonces todos hemos mejorado cuando nos fuimos. Tendríamos que intentar hace
eso acá".
"No entiendo porque a los entrenadores les interesa
tanto como entrena el otro. Si el otro entrena peor, mucho mejor. Si juego en
contra y le quiero ganar, mejor que entrene mal a su equipo o con una idea
equivocada, así le puedo ganar siempre. El debate lo puedo entender en gente
que no compite, en la música, en el tango. Se discute a Piazzolla, lo que
fuera. Pero cuando competís ya tenés la propia competición la que establece que
tu modo es mejor que el del otro...".
Tenemos que confiar en nuestros jugadores, nos tienen que
gustar. Si no nos gustan, estamos muertos. Si yo cuento en privado que un
jugador no me gusta y se lo digo a un amigo en una cena, el paso siguiente es
irme de ese equipo.
"Los entrenadores tenemos que ser auténticos y saber de
lo que hablamos. Los jugadores son el primer filtro. Ellos pueden ver que la
primera mano de pintura es atractiva, pero si cuando rascan ven que debajo hay
óxido, chau, perdimos...Saber de un deporte ni siquiera implica haberlo jugado
bien. Hay que conocer sus detalles y saber porque las cosas funcionan. Cuando
le damos una indicación a un jugador y ve que le funciona, ya se predispone de
otro modo".
"Tenemos que confiar en nuestros jugadores, nos tienen
que gustar. Si no nos gustan, estamos muertos. Si yo cuento en privado que un
jugador no me gusta y se lo digo a un amigo en una cena, el paso siguiente es
irme de ese equipo. Los jugadores nos tienen que gustar en algo, en la mejor
condición que ellos tengan. Aunque no sean muy buenos, tenemos que saber que
encontrarles de positivo".
Hubo un día en el que Guardiola conoció a Velasco. Las
últimas noticias, aunque desprolijas, indican que su momento para el deporte
argentino, felizmente, parece llegar. Será el día en el que el deporte
argentino habrá aprovechado a Julio Velasco.
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