domingo, 14 de diciembre de 2014

REFLEXIONES SOBRE UNA NUEVA LÍNEA DE ENTRENAMIENTO.primera parte

 PACO SEIRUL´LO.
Preparador físico del Barcelona y Bayern Munich.

EL CONCEPTO DE VELOCIDAD EN EL FÚTBOL.
Comenzó nuestra conversación hablando de un comentario interesante que escuché en una ocasión a José Luis Arjol (expreparador físico de Oporto, Betis, etc…), hablaba de que la inversión en tiempo de entrenamiento para la mejora de un segundo en una carrera de velocidad lineal podía ser muy importante para algunos deportes como es el atletismo pero no era el caso para el fútbol., donde jugadores con menor velocidad conseguían avanzar con el balón más fácilmente por el campo que otros con mayor velocidad, o bien obtener resultados más positivos en diferentes situaciones donde intervenía el componente de la velocidad.
De igual forma Paco Seirul´lo opina que ciertas conductas motrices son muy importantes en algunos deportes cerrados, pero contrariamente en otros deportes de carácter abierto e imprevisible en sus resultados este tipo de conductas podrían ser incluso negativas dentro del proceso de entrenamiento.
Comenta: “el jugador más rápido que he visto jugar al fútbol ha sido Guardiola, porque el balón corre más que ninguna persona y él era el que hacía mover el balón más rápido que nadie”, para él la velocidad en el fútbol no debe imaginarse como una línea recta, si no como una serie de situaciones que hay que resolver de la forma más rápida, más veloz, donde hay una toma de decisiones para decidir las mejores, ese es el futbolista más veloz, el que ejecuta en el tiempo preciso las acciones sobre el balón, los oponentes, o se adapta más eficientemente, a los compañeros, al espacio, al resultado…

PROPUESTA DE ENTRENAMIENTO ESPECÍFICO DEL FÚTBOL.
Por ello propone que debemos concebir el entrenamiento de los deportes de equipo como diferentes con unas características propias y muy distintas de otros deportes, si cada deporte tiene unas peculiaridades específicas, ¿por qué el entrenamiento va a ser igual para todos? Debemos escapar de algunos argumentos que nos han perseguido durante muchos años y han establecido unas hipótesis bases que en teoría deben seguir todos los entrenamientos de capacidades sin distinguir las peculiaridades de cada deporte, para ello podemos proponer el ejemplo del atleta que corre 100 mts lisos con unas condiciones en concreto, pavimento, estímulos sonoros para la salida, distancia, etc… él debe entrenar con una serie de parámetros específicos que le ayudarán a competir en su especialidad.
Mientras que un futbolista, si hipotéticamente tuviera que correr 100 metros a máxima velocidad, serían unas condiciones muy diferentes donde los trazados serán en diferentes direcciones, y donde tendrá que decidir diferentes opciones que nunca se volverán a repetir de igual forma… con lo cual su entrenamiento no deberá identificarse con el entrenamiento del atleta.

ENTRENAMIENTO GLOBALIZADO. ¿FIN DE UN PERÍODO?
La mayoría de nosotros, sobretodo los lectores de abfútbol, sabemos que una tendencia se ha seguido en los últimos 15 años aproximadamente imponiéndose el entrenamiento globalizado, integral… pero mi pregunta es, ¿estamos consiguiendo unificar criterios, o solamente hemos llegado a conclusiones que nos han hecho dar un paso en el acercamiento al entrenamiento específico de fútbol y nos hemos quedado estancados en esa fase? Reflexiono y analizo la evolución del entrenamiento de estos 15 años en el fútbol, diría que ha mejorado ostensiblemente pero igualmente considero que nos hemos quedado dentro de un estanque en lugar de proseguir el camino del río para desembocar en el mar.
La mayoría de entrenamientos que puedo presenciar gracias a mi trabajo están bien argumentados, y en la mayoría de los casos poseen criterios futbolísticos que provocan que sean más parecidos al fútbol que al atletismo por poner un ejemplo pero… ¿no tendremos que mejorar el entrenamiento para que paralelamente mejore nuestro deporte en general? La cuestión sería, si rizamos más el rizo mejorará más la metodología y daremos un paso adelante en el desarrollo del fútbol. Los entrenamientos comienzan a ser muy parecidos en muchos equipos de nuestro país, seguramente debido a que todos bebemos de las mismas fuentes, y estas fuentes son escasas.

OTRA FORMA DE OBSERVAR EL FÚTBOL.
“Lo que hay que hacer es modificar exclusivamente la perspectiva de observación del sistema”. Según él los seres vivos transcurren por caminos diferentes en función de las distintas situaciones que van encontrando en cada momento de su vida, de su evolución, por tanto, podemos interpretar el fútbol de una manera parecida, cada jugador coge el balón e interactúa con el medio de una forma diferente en base a su nivel de optimización, con lo que concluimos que debemos evitar en el entrenamiento situaciones con finales preestablecidos en consonancia con las teorías conductistas empapadas en procesos lineales.
Por ello, propone el estudio de situaciones exclusivamente no lineales porque son las que se dan en los deportes de equipo, con unas mismas condiciones iniciales, mismos grupos de control, grupos en los que a partir de una práctica homogénea en todos ellos se puede apreciar diferentes situaciones que se dan en la conducta final.
Prosigue diciendo, “los sistemas lineales se fundamentan en situaciones sucesivas de no equilibrio que se resuelven con una determinada tendencia en cada uno de nosotros en función de nuestra historia anterior. Eso es lo que nos da el cognitivismo y el estructuralismo apoyado por estas ciencias. Esto es lo que tenemos que estudiar para los deportes colectivos”.

“Estamos utilizando metodología de observación lineales frente a metodologías y fenómenos no lineales, y no nos vale. Tenemos que dar soporte de otras ciencias a la estructura científica de los deportes de equipo, tenemos que observarlo desde otra perspectiva, y esa nueva perspectiva está aquí propuesta, interesa lo que suceda en cada deportista después de crear las condiciones del entorno donde puede realizarse, lo importante es lo que sucede dentro del jugador, no las modificaciones externas que observamos.

Modificando la organización de los acontecimientos anteriores y situaciones del entorno estimulamos al deportista a  elaborar nuevos comportamientos, producto de la integración personal con aquellos. Nunca podemos decir que estamos trabajando al 70% (competitividad, árbitro, si está delante el entrenador o no, si ese día por la mañana yo vengo con ganas o no, si el preparador físico me ha contado un chiste y tengo más ánimo y me enfrento antes a la situación o no) es absurdo decir al 80%”.

Particularmente estoy de acuerdo con esta afirmación, porque desde nuestra licenciatura en educación física y nuestra especialidad en fútbol, e incluso en los cursos para técnicos nos enseñan a entrenar de una forma parecida a cocinar, si ponemos 200 gr de fuerza, 150 gr de velocidad y una pizzca de resistencia aeróbica conseguiremos un buen plato de futbolista en forma, y esto no son matemáticas.

Un futbolista sufre en su vida privada, tiene unos hábitos alimenticios que son imposibles de controlar porque realiza una serie de comidas fuera del club que nadie controla, e incluso cada uno de ellos en su vida privada tiene una vida sexual diferente, y todo eso influye mucho en la carga. Por tanto, con un criterio de lógica debemos decir que los modelos establecidos no pueden ser universales, hay que buscar nuevas formas de ajustar el entrenamiento más cercano a las sensaciones permanentes del futbolista, en lugar de un entrenamiento preestablecido en base a sus parámetros físicos esperados.
Paco Cordobés- director de abfútbol 

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