Siguiendo en la línea de lo expuesto hasta el
momento, Mahoney (1974), nos presenta las características generales del nuevo
modelo de la psicología cognitiva, como se exponen a continuación:
1. La conducta humana está mediada por el
procesamiento de información del sistema cognitivo humano.
2. Se distingue entre procesos (operaciones
mentales implícitas en el funcionamiento cognitivo) y estructuras
(características permanentes del sistema cognitivo).
3. Se proponen cuatro categorías generales de
procesos cognitivos: atención (selectividad asimilativa de los estímulos),
codificación (representación simbólica de la información), almacenamiento
(retención de la información) y recuperación (utilización de la información
almacenada).
4.Se destacan tres estructuras cognitivas:
receptor sensorial (recibe la información interna y externa), una memoria a
corto plazo (que ofrece a corto plazo la información seleccionada) y una
memoria a largo plazo (que ofrece una retención permanente de la información).
Como conclusión podemos decir, que la
Psicología cognitiva es una rama de la psicología que se ocupa de los procesos
a través de los cuales el individuo obtiene conocimiento del mundo y toma
conciencia tanto de su entorno, como de sus resultados, que a su vez,
posibilitan el reconocimiento de objetos familiares, personas conocidas, etc.
Repercute favorablemente en la adquisición y el desarrollo de habilidades como
la lectura, escritura, programación, realización de planes, pensamiento, toma
de decisiones y memorización. Surge como alternativa a la concepción
conductista de la mente, y su nacimiento coincide con la aparición y desarrollo
de los ordenadores, con lo que la metáfora acerca del funcionamiento de dichas
máquinas, permite al psicólogo cognitivo, investigar y explorar el
funcionamiento de los procesos cognitivos internos, y fundamentar sus
descubrimientos a través de dicha analogía.
1.3. Orientaciones de la psicología del
deporte y el ejercicio físico.
Como ya he mencionado en el primer apartado,
es destacado el importante desarrollo que la psicología del deporte está
obteniendo, tanto en la configuración de su marco teórico, como en la inserción
de la aplicación práctica consecuente, y como instrumento eficaz para la mejora
del rendimiento deportivo y acercamiento al éxito competitivo. Dicha capacidad
para ser medio efectivo, se configura en los postulados de diversos paradigmas
teóricos que detentan la potestad de modelar el pensamiento y la conducta
humana, que son los presentados en el apartado segundo. Se hace necesario en
este momento, intentar enlazar la importancia de la psicología del deporte, con
las características definitorias de los distintos postulados que alberga cada
enfoque, y que están fundamentados, a su vez, desde diferentes paradigmas de la
psicología, ya que, del mismo modo que los entrenadores o preparadores difieren
en los modelos, métodos, perspectivas y en la manera de efectuar su
intervención, los psicólogos del deporte también se posicionan en un
determinado paradigma para llevar a efecto su propuesta. En los orígenes de la
disciplina, la filosofía utilizada era aquella que se basaba en las teorías
conductistas, quizás porque las primeras disciplinas que estudiaron el fenómeno
deportivo (psicología, pedagogía,…) se fundamentaban en el conductismo
(Seirul-lo, 1993:1).
En la actualidad “el estudio del área de los psicólogos
del deporte contemporáneos, puede adoptar un enfoque conductual, cognitivo,
psicofisiológico o cognitivo-conductual” (Dosil, 2002:17). Posteriormente este
mismo autor, aunque acepta la diversidad de teorías y modelos explicativos,
concluye que, en la descripción de aquellos que tienen aplicación directa al
ámbito de la actividad física y el deporte, se parte de dos grandes paradigmas
que han dominado la historia de la psicología del aprendizaje: el conductismo y
el cognitivismo (Dosil, 2004:264). A continuación se describen los modelos que
adquieren fundamento desde estos dos paradigmas de la Psicología.
1.3.1. Orientación conductual.
El conductismo concibe al hombre como un
organismo que reacciona y se adapta a los estímulos del medio. Relacionado con
el mundo del deporte, se centraría en el estudio de los estímulos que recibe un
deportista en su práctica cotidiana. Desde esta perspectiva se han diseñado técnicas
de modificación de la conducta tales como los programas de refuerzo,
retroalimentación, establecimiento de metas, etc., que se utilizan en el
aprendizaje y el entrenamiento deportivo. Los que tienen una orientación
conductual consideran que los determinantes principales de la conducta de un
deportista o practicante de ejercicio físico proceden del entorno. Se le da
relativamente poca importancia a los pensamientos, la personalidad o las
percepciones: en lugar de ello, el centro de atención está en la forma en que
los factores del ambiente, especialmente el refuerzo y el castigo, influyen en
la conducta (Dosil, 2002:17).
Por todo ello, el enfoque conductista concibe
al hombre, en este caso al deportista, como un organismo completamente pasivo
que se adapta a lo que el medio requiere de él, no construye ni transforma,
solamente reproduce aquello que se debe transmitir. Desde este enfoque se
diseñan técnicas de intervención cuyo objetivo fundamental es el logro de dicha
adaptación. En sus orígenes, en la década de los 70, el estudio de la
personalidad de los deportistas por parte de los psicólogos estadounidenses,
les condujo a estimar que los mecanismos intrapsíquicos ejercían un control
sobre el rendimiento deportivo, pero al no producir los resultados esperados
los llevo a integrar a sus estudios el análisis del papel que juega el ambiente
en el rendimiento deportivo, a través la metodología conductual. Concluyeron
que el principal responsable de los malos resultados y del déficit deportivo,
era el producto de malos hábitos. Así con la
supresión de las conductas disfuncionales, se permitiría explotar todo
el potencial que posee la persona.
De esta manera, el conductismo representó
una aproximación radicalmente diferente, ya que el foco cambió desde el organismo
(conciencia o inconsciente) al ambiente: “El conductismo, nos evoca a un tipo
de deporte que está altamente organizado y que hace que lo más difícil sea
establecer el modelo. Hasta ahora el entrenamiento global de un deporte se ha
venido entendiendo como entrenamiento físico, técnico, táctico y psicológico.
Todo el problema de entrenamiento estaba atomizado en distintas áreas concretas
(pluridisciplinariedad)” (Seirul-lo, 1993:2).
Este mismo autor define las
características del modelo conductista en el ámbito deportivo, y las expone
cómo sigue:
-Observa el comportamiento del deportista y se
evalúa lo que es capaz de hacer en cada situación (conducta observada).
-Se crean situaciones bien definidas y
concretas para realizar las observaciones (técnicas de observación que al
cumplirlas tienen la fiabilidad científica).
-Se comprueba qué tipos de comportamiento son
más útiles, los que logran mayor rendimiento (se define la eficiencia y según
el estímulo de respuesta se sacan conclusiones).
-Se definen y desarrollan “técnicas” para ser
más eficaces, para obtener el mejor resultado de esas situaciones estables
(enseñanza por modelos).
-El sujeto se somete al proceso de aprender
esas técnicas (se construye un modelo pedagógico para aprender más rápidamente y
que permita una estabilidad en los
resultados: progresiones, refuerzos positivos y adversos y transferencias).
-El hombre se
adapta al “modelo” construido según las necesidades del deporte y su
especialidad (adaptar las potencialidades).
-Conduce a modelos preestablecidos a los que
hay que adaptarse:
. Es muy válido para los deportes donde el
entorno es muy estable y los elementos que lo componen tienen poca interacción.
. Predominan en ellos las motivaciones
extrínsecas: premios, dinero, reconocimiento social (debido a que al tener que
imitar un modelo, se coarta la libertad motriz del individuo).
. Los modelos se van modificando de manera
utópica; cuando un individuo rompe el modelo y elabora uno personal que
posteriormente es justificado científicamente y constituido como otro modelo.
La ciencia del entrenamiento a lo largo de su
historia en el siglo pasado ha estado fuertemente influida por una visión
mecanicista del ser humano, basada en la ciencia clásica que defiende un modelo
de causalidad lineal (inspirado en la física newtoniana y que se caracteriza
por ser reduccionista, determinista y analítica). Desde estos fundamentos, no
es de extrañar, que estos deportes planteen aun la dicotomía mente–cuerpo para
explicar al ser humano. El aprendizaje está relacionado con la mente y el
entrenamiento con el cuerpo, con lo físico, para de esta forma poder utilizar
teorías científicas que justifican sus propuestas (Giráldez y Buceta, 2005:27).
De tal forma el aprendizaje conductista consiste “en pasar de la actitud al
hábito motriz. La clave es la repetición estereotipada de movimientos, un
estereotipo en que parámetros motrices-espaciales-temporales se repiten
exactamente igual y de esa repetición homogénea e inmutable pasamos de una
actitud motriz al hábito motriz” (Seirul-lo, 1993:3). Desde estos precedentes
se entiende que el fundamento para su enseñanza–aprendizaje, se justifique, al
mirar hacia las teorías conductistas y los procesos de
entrenamiento–rendimiento, en las teorías mecanicistas. Por ello la enseñanza
de la técnica y de la táctica se ha realizado bajo las pautas
conductistas, tanto en los deportes
individuales como en los de equipo. Aunque, según se ha demostrado, de modo
incorrecto, pues las condiciones de competición de los deportes colectivos son
diametralmente distintas a las de otros deportes (Giráldez y Buceta, 2005).
1.3.2. Orientación cognitiva
El cognitivismo asevera que imágenes y
pensamientos son determinantes en el comportamiento humano. La Psicología
Cognitiva elabora técnicas de control del pensamiento, de visualización de
imágenes, de relajación, de energetización que sirven al deportista para
mejorar su rendimiento. El cognitivismo es el paradigma dominante en la segunda
mitad del siglo XX. Se basa en la concepción de que el sujeto es activo en la
construcción del conocimiento, es decir, un sistema organizado en el que la
mente actúa como ordenador procesando la información y actuando en
consecuencia. En el cognitivismo los cambios en la conducta se producen de
dentro hacia fuera, por lo que el sujeto es responsable de su propio
aprendizaje (Dosil, 2004:273).
Dosil, destaca algunos de los elementos claves
de este paradigma que tienen aplicación directa en el ámbito de la actividad
física y el deporte:
-Aprendizaje significativo: refiriéndose a la
posibilidad de establecer vínculos sustantivos y no arbitrarios entre lo que
hay que aprender (el nuevo contenido) y lo que ya se sabe, lo que se encuentra
en la estructura cognitiva del sujeto que aprende (sus conocimientos previos),
atribuyéndole significado al material objeto de aprendizaje (Coll y Sole,
citados por Dosil, 2004:273).
Consideramos que este tipo de aprendizaje es
importante en el ámbito deportivo, ya que el deportista necesita que las
actividades que está aprendiendo tengan significado para él. La iniciación
deportiva en cualquier especialidad o disciplina solicita del practicante un
cierto nivel de maduración, a la vez, que el aprendizaje de determinados gestos
o acciones básicas para poder iniciar la práctica. Es necesario que
determinados patrones básicos de movimientos se hayan consolidado para poder
dar paso al aprendizaje de otras de mayor complejidad. Por ello no se debe
forzar el ritmo de aprendizaje, ya que esto puede acarrear un bloqueo de los
aprendizajes posteriores. Las habilidades se van superponiendo unas a otras, y
la consolidación de las mismas permite la adquisición de otras nuevas. En los
aprendizajes de las habilidades, el deportista sigue una secuencia lógica y
definida, de forma muy sencilla, que atraviesa los siguientes momentos:
a) Percepción
selectiva de los estímulos que son relevantes para la realización;
b) Construcción
o elaboración de esquemas de respuesta;
c) Desarrollo
de las estrategias de decisión.
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