miércoles, 18 de julio de 2018



SER FUTBOLISTA.
Nada como jugar al fútbol. El barrio y la calle no se iguala a nada. Allí comienza todo. 

Dominados por el asombro, la emoción, la curiosidad, la fantasía, decidimos ser alguien en este juego.

Ser grandes. Trascender jugando a lo que más nos gusta. Convertirnos en artistas del juego más apasionante que se ha inventado. Tipos que van más allá expresando en sentimiento su talento, inteligencia, habilidad, su carácter jugando al fútbol.

Además no teníamos otra cosa que nos sacara del anonimato y nos permitiera hacer realidad nuestros sueños.

Cuando tuvimos el primer contacto con ella rápida, arisca, redondita, juguetona,  nos desafió a ser capaces de dominarla. Nada fácil con los pies para obligarla con sutileza a la obediencia. Con el tiempo cerrar un pacto de mutua lealtad.

Correspondencia total: me tratas bien y siempre seré tuya, obedeceré ciegamente. Relación de respeto máximo por la pelota. La protagonista de este juego. Nada más y nada menos.

 Allí mismo en el barrio, en la calle, en el potrero, se comienza a recibir esa distinción por tu cercana y respetuosa relación con la única, la que manda: la pelota.

Sí, porque desde ahí ya se distinguen quiénes son los más capaces para llegar a la cima. Quiénes son los elegidos. Quiénes disfrutarán más y harán gozar al mundo entero con su juego, su imaginación, su creatividad, su habilidad, inteligencia. 

¿Quién lo decide?... Tú lo decides. Hazlo todo. Poné todo de tu parte. Entrégate por entero. Poné todo tu esfuerzo y dedicación.

Aprende los secretos del juego jugando bien a la pelota.  Valdrá la pena. Seguro que sí. Jugar bien al fútbol es un arte.  Con  pasión …  haz realidad tu sueño. Depende de ti. De tu actitud.

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