domingo, 12 de abril de 2015

COMPETENCIAS EMOCIONALES.



Aprender y entrenar las COMPETENCIAS EMOCIONALES
Por JOSÉ CARRASCOSA

Las competencias emocionales se enseñan, se aprenden y se entrenan. No es cierto que el carácter determine cómo una persona reacciona o resuelve situaciones de exigencia, dificultad y conflicto. Nadie tiene porqué vivir prisionero de sus nervios, enfados, desánimo… hasta el extremos de verse arrebatadas sus ilusiones y felicidad.

Desde siempre “ser competitivo” se ha relacionado con el carácter o la personalidad. ¡Creencia equivocada! Entonces, quien tenía carácter valía para competir mientras que el que no era competitivo no valía. Desde hace unos años, diez a quince, se piensa que se puede ayudar a quien es menos competitivo y aparece la figura del psicólogo del deporte y el coach. Es la situación actual, el presente. Se piensa que algunos deportistas necesitan la ayuda de un especialista para lograr hacer un trabajo óptimo en situaciones de exigencia o dificultad.

En mi opinión esta concepción está próxima a cambiar, pronto será caduca. Cualquier persona necesita aprender a nivel emocional, mejorar sus competencias emocionales para ganar eficacia, mejorar sus relaciones sociales, ser fuerte ante la dificultad, saber trabajar en equipo, tener un espíritu creativo, innovador, emprendedor… Nadie nace enseñado en nada, menos aun a nivel emocional. Qué mejor que enseñar las competencias emocionales en un contexto natural como la familia, la escuela, el entrenamiento… y quién mejor para hacerlo que la madre, el padre, la maestra, el profesor, el entrenador… Entonces el papel del psicólogo será formar o asesorar a estos agentes educativos.

Cualquier deportista necesita aprender sobre la gestión de sus emociones y de las ajenas. No resulta fácil para casi nadie hacer el mejor trabajo en situación exigente o adversa, focalizar la atención sobre la tarea sometido a mucha presión, tolerar la frustración cuando no se cumplen sus expectativas, creer en sí mismo cuando otros dudan de él, esperar en el banquillo sin perder confianza, convivir con las expectativas que otras personas se hacen de uno, reconducir el enfado, disfrutar en el momento más difícil, hacer un trabajo en equipo cuando existen intereses enfrentados, alinear los propios intereses con los colectivos, apoyar al compañero que deja a uno en el banquillo, gestionar el enfado ajeno…

 Se pueden identificar las siguientes competencias emocionales:
AUTONOMÍA EMOCIONAL. La persona ha de ser eficaz en el ámbito intrapersonal o individual. Una persona es autónoma cuando tiene la llave de su estado emocional y no vive a merced de las circunstancias, zarandeado por ellas. Uno aprende a estar por encima de lo que le sucede y sabe construir su bienestar emocional.

HABILIDADES SOCIALES. La persona debe ser eficaz en las relaciones interpersonales. Se puede hablar de habilidades sociales cuando se consiguen las metas con la complicidad de otras personas y el respeto de una ética personal y social.

RESILIENCIA. La vida es una carrera de obstáculos, no hay ningún ámbito en el que no puedan surgir dificultades y conflictos. Una persona resiliente dispone de recursos para superar los cambios, contratiempos, dificultades, adversidad…

TRABAJO EN EQUIPO. En la sociedad del siglo XXI el recorrido es bastante corto cuando el camino se pretende hacer en solitario. No hay un ámbito profesional en el que no haya que compartir el trabajo con otras personas. Entender la complicidad del equipo para poder satisfacer las metas personales y saber trabajar en colaboración con otras personas es imprescindible en la sociedad actual.

LIDERAZGO.El individualismo aflora en nuestra sociedad. Cada uno va a la suya, resulta difícil encontrar personas que compartan su visión con otras personas. Escasean las personas con carisma, ilusionadas, que contagian ilusión, motivadoras, que saben tirar de otras… Personas con perfil de liderazgo no abundan cuando es una dimensión imprescindible en el trabajo en equipo.

EMPRENDIMIENTO. Imaginación, creatividad, tomar iniciativas., innovar, inventar, asumir cierto margen de incertidumbre o riesgo, son competencias que dibujan una carácter emprendedor. Personas emprendedoras abren sus oportunidades mucho más que las que no lo son. Estas competencias están muy bien valoradas tanto en el contexto laboral como deportivo. 

En los próximos artículos iré abordando cómo enseñar y entrenar cada una de estas competencias emocionales. El entrenamiento emocional hace posible enseñar y aprender este tipo de competencias. Quien quiera aprenderlas y entrenarlas para ser más competente puede hacerlo ahora de forma fácil. Pero también familias, escuelas, colegios, federaciones y clubes deportivos que quieran enseñar competencias emocionales pueden hacerlo mediante un programa estructurado que se aplica en la convivencia familiar, en el trabajo en las aulas o en los campos de entrenamiento



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