lunes, 26 de enero de 2015

TODÓLOGOS Y FUTBÓLOGOS



 “La experiencia consiste en acumular preguntas”. (Juan Manuel Lillo)./
Por Marogar/

Cenando un día con Juanma Lillo y el periodista Amador Vicente de “Salamanca Actualidad”, en el “Mesón Viejo” de Cuatro Calzadas (Salamanca), degustando un apetitoso plato de huevos con jamón de la tierra a seis euros por cabeza, el mister nos insistía con convicción que “la preparación física no existe”. El menú era premonitorio porque “¡Tiene huevos la cosa…!”. Con la cantidad de artículos e informaciones que se han vertido en el fútbol español desde la época de José Villalonga; y posteriormente con el experto Álvarez del Villar, ejemplo de las enseñanzas INEF en España sobre la materia, que demostró sus conocimientos cuando entrenó al Rayo Vallecano y éste destacó sobremanera por sus prácticas especializadas en preparación física...

Y el original técnico de fútbol Lillo aludía convencido al conocimiento del salmantino Seirul-lo, amigo suyo y también maestro en la materia como Alvarez del Villar, “uno de los “pocos genios” que trabajan en el fútbol actual…” repite Juanma. La verdad es que indagué a este respecto encontrando un diálogo entre dos “futbólogos” modernos en el diario Marca, año 2007 (Angel Cappa y Paco Seirul-lo). Entre ambos desmitificaron numerosos aspectos del fútbol. Y contestaba Seirul-lo a preguntas de Cappa: “Antes, por error, se pensaba que primero había que fabricar un atleta y luego que jugase a lo que sea. Si se quería entrenar la resistencia, se entrenaba por igual en el monte, en el mar... donde fuese. Y luego adaptaban esa resistencia a su deporte. Y no es así.

Así pierdes tiempo y energía, pues cada deporte requiere su tratamiento específico... He entrenado en otros deportes y el fútbol es el que más prima las habilidades del jugador: su inteligencia, toma de decisiones, sensibilidad, comprensión del espacio y del tiempo... los talentos de este deporte son, personalmente, tipos muy especiales... La dificultad del fútbol: los pies, y eso acarrea muchas obligaciones motrices que, a su vez, complican la percepción y las relaciones interpersonales del atleta… los jugadores muchas veces me dicen: “Oye, Paco, ¿Por qué no entrenamos la velocidad?” Y les contesto que eso lo entrenamos todos los días, porque el fútbol es eso: velocidad, aceleración… no correr sin más, sino adaptarte a correr respecto al balón y al rival. Tocar el balón con la velocidad adecuada y hacia donde tú deseas…”

Ante la aseveración de Capa: “Para mí la fuerza en el fútbol es astucia”, Seirul-lo responde: “Es aplicar tu energía en el momento oportuno. Si no, la fuerza no sirve para nada. Si eres muy fuerte y cada vez que chocas con uno te quitan el balón o haces falta, estás perdido… Los grandes cabeceadores de la historia nunca han sido muy altos. Han sido tipos medianos pero muy astutos, adivinando la trayectoria del oponente, del balón y la velocidad precisa… 

“ Al respecto de los calentamientos, las pretemporadas y las pesas, Angel Cappa cuestiona y responde el Preparador físico: “Son tres temas claves. La pretemporada es el más grave. Yo creo que es imposible que, entrenando un mes, se llene, como se pretende, el tanque de un futbolista para toda la temporada. Imposible. Y los preparadores tenemos que flagelarnos en esto pues le hemos dado demasiada importancia a la pretemporada. Hacer entrenamientos dobles y triples durante dos semanas no es bueno para los jugadores. Solo consigues fatigarlos y que lo están pagando durante los cinco primeros partidos de Liga. Para mí lo correcto es prepararse para el primer partido solo. Exclusivamente. Y luego para el segundo… y así.

No se puede hacer una pretemporada entrenando dos semanas seguidas en tres turnos sin tocar el balón. Perjudica y no es útil…” (…) “Para nosotros el hecho de calentar es sólo un acto socioafectivo, esto es, sólo sirve para ponerte en contacto con tus compañeros y con el ambiente.
 Ése es el principal objetivo del calentamiento. Porque hay otro problema añadido. Los jugadores si juegan a las diez de la noche, se levantan ya a las seis para merendar. Y cuando se levantan, como a todos, les duele algo. Por eso, se trata de moverse un poco, en general, y luego coges el balón, te lo pasas unas veces y ya está. He visto mil veces cómo un jugador sale a jugar sin calentar, por lesión de otro, y no le pasa nada. Juega sin problema alguno… No he visto a tenistas dar vueltas a la pista antes de jugar. Salen, calientan dándole a la bola, un par de saques y empieza el partido… No puedo decir que es una barbaridad calentar, pero no es necesario hacer esos calentamientos exagerados a los que el fútbol nos tiene acostumbrados… Cuando un jugador da dos pases malos, la solución no es correr, sino pararse para recuperarse… El estrés genera más estrés. Los jugadores, en una dinámica negativa, no recuperan bien y por eso están cansados”.

“En el Barça nuestros entrenamientos están basados en el cambio. Nunca hacemos dos entrenamientos iguales, que tengan la misma intensidad o el mismo objetivo. Al tercero igual, los jugadores pasan. No sirve de nada. Los hábitos generan estabilidad inicial pero acaban por destruir. Los jugadores, para adaptarse al nuevo entrenamiento, sacan la energía que tenían aparcada y el equipo se beneficia de eso… Los jugadores pierden interés si hay mucha repetición. De los entrenadores que he tenido en el Barça los que mejor han manejado este aspecto han sido los que mejor resultados han tenido…” (…)

 “Muchos entrenadores se angustian con esto (Tiempo de ejecución de los ejercicios). Si a un ejercicio le faltan dos series, te lo recuerdan angustiados. ¡Y no pasa nada! Los jugadores, muchas veces, quieren saber exactamente lo que tienen que hacer para mentalizar a su cuerpo para ese esfuerzo. Por eso yo les intento mantener siempre alerta. No quiero que sean funcionarios del entrenamiento. Así se motivan, aunque, siendo sinceros, la motivación en el fútbol viene por el gol… y nada más…”

“Hay un error: adjudicar siempre las lesiones a la preparación física. En el fútbol hay dos cosas: accidentes y lesiones. Los accidentes, que tenemos muchos, son inevitables y las lesiones, que tenemos menos, no. Utilizar las pesas de forma genérica, en movimientos y en cargas que son muy ajenas al fútbol, es un error. Las pesas preparan al músculo para otras actividades que no son las que va a utilizar el jugador en el césped. Y eso le provoca sobrecargas. La musculación hay que usarla para mejorar la fuerza enfocada al fútbol, no genéricamente.

Otra cosa es que de 16 a 19 años el futbolista necesita una formación muscular para que deje de ser un ciudadano de la calle y se transforme en un deportista. Pero si puede ser con balón, mejor. ¿Por qué? Porque el balón añade el elemento coordinativo que luego utilizas en el campo. Si tú haces tres saltos de piernas, como ejercicio, pero sin balón, no tiene sentido. Dónde saltas, cómo apoyas… todo es diferente si metes un balón. No es lo mismo saltar que saltar para tener que dirigir un pase. Por eso, la preparación física del fútbol hay que hacerla con balón siempre. El concepto está equivocado. La cuestión no es coger fuerza en las piernas, sino adaptar la musculación a lo que luego vas a hacer en el campo. Lo contrario genera lesiones, pues el músculo no está preparado”.

“La culpa la tenemos nosotros, los preparadores físicos, porque para ser diferentes hemos inventado cosas que dañan a los jugadores…” Y Angel Cappa concluye: “Para resumir, yo creo que hay una preparación enfocada al músculo y otra, la correcta, enfocada al fútbol, al juego”.
Salamanca/España 

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