“Nadie tiene necesidad de aquello que desconoce”. / Vitor
Frade.
“Es un concepto que permite el reparto de esfuerzos ya que
los espacios los distribuimos nosotros, no los adversarios. La zona dota al
conjunto de un concepto integral.
La zona es la distribución racional del futbolista en el
campo y permite que todos los jugadores
se muevan en espacios vivos que les identifiquen con sus condiciones y sus
características. Es la disposición más natural de todas las posibles.
De todos es sabido que la esencia del fútbol es la zona. Si
a un grupo de niños los pones a jugar a su aire, de forma instintiva se
colocará en el espacio del que dispone para realizar el juego. Nadie empezará a perseguir a nadie. Ninguno de estos niños
aparecerá con actitud policial, ni afán carcelario. Eso desgraciadamente se lo
enseñarán después, cuando el miedo de sus entrenadores y el yugo de su ego se
coloquen por encima de la naturaleza de este juego.
En la zona los problemas son colectivos; todo es de todos y
nada es de nadie.
La unión tiene que ver con la zona, si no hay solidaridad,
compromiso y ser equipo. Constituye la expresión de un sentimiento que fomenta
la dimensión colectiva e inteligente del juego. Te permite dotar al grupo de un
concepto integral y al mismo tiempo resalta la capacidad individual del jugador
(el jugador es más futbolista)”.
Juan Manuel Lillo-entrenador español.
“Para jugar en zona, existe la necesidad de una adhesión
convencida. Implica una absoluta concentración, mucha sincronización de
movimientos, un deseo de aprender superior a lo acostumbrado. El concepto
básico es que todos trabajan para el equipo y el trabajo de equipo logrará
potenciar y destacar las características de cada uno.
La ventaja para el jugador zonal es que le permite opinar,
razonar lo que hace y por lo tanto entender mejor el juego, es decir, le ayuda
a mejorar como futbolista.
La zona requiere capacidad de sacrificio de todos (por
ejemplo, la cobertura recíproca) y en principio no admite dispensas para
privilegiados (por ejemplo, el jugador inútil en fase defensiva)”. / Rafael Benítez- entrenador español.
“Cuesta trabajar la defensa en zona. Es difícil trabajarla.
Un entrenador puede tener las ideas perfectamente organizadas, pero encontrar
ejercicios que lleven a una correcta operatividad de esos objetivos es difícil.
Es posible encontrar mil y una referencias bibliográficas donde se explica el
concepto de juego en zona y donde se encuentran ejemplos de lo que es jugar
zonalmente bien, ahora, la operatividad en el entrenamiento no se encuentra.
Por tanto, o el entrenador tiene capacidad para buscar ejercicios que sean
buenos para el desenvolvimiento de esos aspectos, lo que es difícil, o bien opta
por ir por la vía más fácil -aglomeración de jugadores-. Pienso que es mucho
más fácil ir por ahí que ir por el trabajo del juego zonal”. / José Mourinho.
“En la zona el concepto individual del juego desaparece,
para convertirse en, una suma de respuestas individuales.
Aparte de cualquier definición funcional, lo realmente
decisivo de la zona constituye la expresión de un sentimiento que fomenta la
dimensión colectiva e inteligente del juego. El reparto de las tareas reduce la
angustia individual pero al mismo tiempo obliga a la solidaridad, a no
marginarse jamás.
Lo realmente relevante es que con el juego en zona se
fomenta la colaboración, porque el fundamento básico es la ayuda recíproca y
así el individuo se siente parte del colectivo, lo que le hace sentirse más
seguro. A cualquier circulación en el campo de un jugador corresponde al menos
un movimiento del colectivo y viceversa, las elecciones del colectivo estimulan
lo individual.
La superioridad numérica (objetivo de la idea zonal)
constante se consigue con la motricidad de la líneas que se desplazan, y
teniendo en cuenta la diferenciación entre zona activa y pasiva. En la búsqueda
de estos objetivos de superioridad numérica, para buscar el adecuado grado de
eficacia en la recuperación de la pelota, existen situaciones repetitivas y
sistemáticas susceptibles de ser conocidas y entrenadas.
La tarea del entrenador en el trabajo zonal, ha de ser dotar
al equipo de una organización a través de la cual el valor del conjunto exceda
de los valores individuales. Para que ello sea posible es imprescindible
manejar conceptos de trabajo colectivo, de tal manera que a través de la
sincronización aumenta la eficacia”.
Raúl Caneda- entrenador.
“La zona aprovecha todas las fuerzas del conjunto y,
fundamentalmente, su coordinación para ser más eficaz.
Pienso que la zona es la metáfora del colectivo. En el
aprovechamiento de todas las fuerzas del conjunto y, fundamentalmente, de su
coordinación.
Si solo la zona implica que todos los jugadores piensen lo
mismo al mismo tiempo, solo la zona expresa un patrón defensivo colectivo.
Cerrar líneas de pase no implica acosar al adversario, sino
estar predispuesto para condicionar los canales de circulación de balón. Una cosa
son las líneas de pase, otra cosa son las posiciones de recepción de la pelota.
Al acosar actuamos sobre todo en la parte final, en la recepción propiamente
dicha, no en vías de circulación. Actuamos en el destino, no en el camino para
llegar”. Julio Garganta- entrenador
español.
“Jugar en zona es la aplicación de inteligencia social al
campo del deporte. Consiste en el reparto de derechos y deberes en función de
posibilidades, de forma que ocultamos limitaciones, potenciando capacidades. Implica
que la responsabilidad y el bienestar caminen cogidos de la mano, en una labor
de solidaridad recíproca. Esta labor de cooperación compensatoria es el
preciado fruto del árbol de la colectividad, que permite saborear la virtud
individual en su máxima expresión”.
/
Carlos Corberán- entrenador español.
“El juego en zona reúne un requisito, imprescindible,
como es el equilibrio, tras un bloque organizado, atendiendo a criterios
espaciales, no limitando por ello acciones basadas en justamente lo contrario:
el desequilibrio y el balón”.
David tenorio- osé María del Pino- entrenadores.
“Requiere el salto cualitativo de grupo a equipo. Búsqueda
permanente de la mejor interacción posible entre espacio, tiempo y relación
numérica de jugadores”.
José L. Arjol.
“Al manifestarse, la zona expresa un patrón defensivo
colectivo, complejo, dinámico y adaptable, compacto, homogéneo y solidario. Serán
estas propiedades, emergentes de la coordinación colectiva, las que den
verdadera cohesión defensiva al equipo.
La cohesión del bloque defensivo pasa, fundamentalmente,
por la adecuación de las respuestas individuales frente a la respuesta
colectiva deseada. Por eso, más importante que el liderazgo de uno o más
jugadores, es la existencia de señales/indicadores (referencias colectivas)
que, cuando están debidamente identificados, llevan a que todos los jugadores
piensen en función de la misma intención al mismo tiempo y, con eso, a que el
equipo actúe como un todo al defender.
Un ajustado dinamismo zonal viabiliza, al equipo, la
obtención y el mantenimiento de superioridad posicional, temporal y numérica de
los espacios vitales de juego. Al liberar a los jugadores de la persecución de
adversarios, la defensa en zona es la única forma de organización defensiva que
nos puede garantizar tal superioridad en el juego.
Son las carencias organizativas de un equipo las que
llevan, no raras veces, a lugares comunes como el tenemos que correr más que el
adversario para ganar el partido, al vértigo por la dimensión física del juego
y al defensivismo.
Todos los entrenadores hablan de la importancia de jugar
como equipo, pero, muchos están lejos de imaginar que la organización del juego
que preconizan como modelo los aleja claramente de ese deseo”. Nuno Amieiro- entrenador.
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