Mourinho Se vuelca en el futuro
del Chelsea.
Mourinho no ocultó su deseo de cambiar las cosas este
verano: "La próxima temporada será mejor que esta.
Efe. Londres.
La caída del Chelsea en las semifinales de la Liga de
Campeones ante el Atlético de Madrid finiquitó la temporada para el conjunto de
José Mourinho, que da por perdida la Liga inglesa a dos jornadas del final y se
vuelca ya en rediseñar su plantilla de cara a la próxima campaña.
La derrota anoche ante el conjunto del argentino Diego
Simeone en Stamford Bridge por 1-3 fue una de las más duras que ha sufrido
Mourinho al frente de los "blues" desde que tomó el mando del equipo
por primera vez en 2004, pero aún así el portugués se mostró satisfecho tras el
partido por haber alcanzado el penúltimo peldaño tanto en la 'Champions' como
en la Premier.
El Chelsea, que anoche sufrió una de las derrotas más
abultadas en casa en su historia europea, es segundo en el torneo inglés, a dos
puntos del Liverpool cuando quedan seis por disputar, una diferencia que
Mourinho considera insalvable.
El luso se ha mostrado extremadamente prudente a la hora de
fijar objetivos desde que tomó las riendas del Chelsea por segunda vez en su
carrera el pasado verano, y desde el primer día advirtió que no aspiraba a
ganar nada en esta primera temporada en Londres.
Mourinho llegó a Stamford Bridge para tratar de poner fin a
una etapa turbulenta en la que el magnate Roman Abramóvich fulminó en poco más
de un año a tres entrenadores: el portugués André Villas-Boas, el italiano
Roberto Di Matteo y el español Rafa Benítez.
Lograr la Liga de Campeones en 2012 y la Liga Europa en 2013
no fue suficiente para que Di Matteo y Benítez, respectivamente, se ganaran el
cariño de los aficionados "blues", que solo aceptaban el regreso del
"Special One".
Mourinho heredó un equipo que había navegado a la deriva en
las últimas temporadas, a pesar de los títulos, y no ha ocultado que aprecia
importantes carencias en su plantilla, especialmente en el ataque.
Abramóvich ya no está dispuesto a sacar la chequera con
tanta facilidad como hace una década, cuando el luso llegó por primera vez a
Stamford Bridge, y este verano tan solo le permitió reforzar la delantera con
el camerunés Samuel Eto'o, un viejo conocido de Mourinho, con el que levantó la
Liga de Campeones en 2010, en el Inter de Milán.
Las cuentas del petrolero ruso todavía se resienten de la
compra del español Fernando Torres, el fichaje con el que rompió la banca en
2011 (60 millones de euros) y que no ha dado el resultado esperado.
Ante lo limitado de su presupuesto, Mourinho prefirió
consolidar esta temporada los cimientos de un proyecto a largo plazo e invirtió
los recursos a su disposición en reforzar posiciones clave en la defensa y el
centro del campo con fichajes como el del alemán André Schürrle, un medio de 23
años que aspira a convertirse en un futbolista de referencia en el Chelsea.
Cuando el técnico luso dijo tras el encuentro ante el
Atlético que confía en que los jóvenes tengan más peso en el equipo la próxima
temporada pensaba en Schürrle, pero también en el brasileño de 25 años Willian,
en su compatriota Oscar, de 22, y en el español César Azpilicueta, de 24, entre
otros.
El belga Edin Hazard, de 23 años, ha sido uno de los
jugadores más inspirados del equipo este curso, si bien sus duras críticas al
sistema de Mourinho tras la semifinal han disparado los rumores sobre su futuro
-"El Chelsea no está hecho para jugar al fútbol, sino para el contragolpe",
dijo el centrocampista-.
Las lágrimas tras la derrota europea del veterano defensa
John Terry, de 33 años, fueron una prueba palpable de que la vieja guardia de
los "blues", a la que también pertenecen Ashley Cole (33 años) y
Frank Lampard (35), está llegando al fin de su ciclo.
La tristeza de Terry contrastaba con la resignación con la
que llevaban la derrota futbolistas con más trayectoria por delante como el
brasileño David Luiz, de 27 años y quien, menos abatido, llamó a la
"humildad" y a reconocer que el Atlético jugó un mejor partido.
Mourinho no ocultó su deseo de cambiar las cosas este
verano: "La próxima temporada será mejor que esta, ese es nuestro
objetivo. Espero que podamos traer a un par de jugadores para mejorar el equipo
y lo intentaremos hacer mejor", afirmó anoche el portugués tras caer por
tercera vez como entrenador del Chelsea en una semifinal de la Liga de
Campeones.
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