Un entrenador no debe menos que
preparase para recibir golpes. De pronto una serie de malos resultados, pueden
generar que el técnico más entronizado, se caiga del santuario.
Entre esa estrecha línea que divide
la gloria del fiasco, se debaten la gran mayoría de entrenadores, con ello
conviven en el América. Un día esplendoroso se puede transformar en penumbroso.
“La mochila de los entrenadores es
así. Esta es la profesión más maldita, pero nos apasiona, nos encanta. Yo decía
que quería ser jugador y luego me iba a retirar, sin embargo, después probé
como entrenador y me di cuenta que es lo más apasionante. Un día sos un genio y
al otro, una bestia peluda. Borges dijo que el fútbol es tan popular porque la
estupidez es popular”, aseguró el orientador táctico del América, Diego Umaña.
Umaña afirma lo anterior luego de
saborear el amargo trago con los 'escarlatas' el pasado lunes frente al Real
Cartagena. Sus dirigidos mostraron una mala cara bajo el sol de justicia que
los golpeó en la heroica.
“Lo de Cartagena no fue un accidente,
fue algo real, que estaba dentro de lo previsto, porque estamos sufriendo unas
adaptaciones individuales y colectivas de los jugadores que llegaron al equipo
para este campeonato, y por no haber podido jugar de locales. No ha sido fácil,
pero lo importante es que estamos sumando y corrigiendo”.
Y añadió sobre el resbalón: “Fue otro
partido a partir de los 15 minutos, con un hombre menos, porque te queda el
arco rival más lejos y el desgaste se hace mucho mayor, tanto para los que
atacan, como para la defensa que tiene que achicar. No se puede cometer un
error tan infantil como el de Henao, que nos dejó con un hombre menos”.
Con dos juegos menos
Dos juegos aplazados en el Pascual
Guerrero, serían la panacea para el América cuando apenas el campeonato está
entrando en calor. Seis puntos en juegos que le podrían dar el liderato a los
de Diego Umaña, siempre y cuando superen al Bogotá y Cortuluá en los choques
correspondientes a la primera y tercera fecha, respectivamente.
“El América lleva el 100% de
porcentaje de puntos de local, sin haber jugado en el Pascual, y llevo el 44%
de visitantes, un total del 66% de rendimiento, pese a haber jugado todos los
partidos de visitantes. Y si ganamos los dos partidos menos, tendremos un
porcentaje buenísimo”.
Por lo anterior, luego de hacer el
diagnostico de las fortalezas y debilidades de los ‘escarlatas’, Umaña sostiene
que “Nunca un entrenador está relajado, uno siempre está desconfiado, sin
embargo, ahora estoy tranquilo porque sé en qué nos equivocamos. Si no supiera,
estaría doblemente preocupado”.
La experiencia de los rojos durante
el primer semestre, les dejó como enseñanza que lo que cuenta es el embalaje
final. En los cuadrangulares es donde se deben convertir las victorias en
habituales.
“Todos los jugadores están
comprometidos y se van a ir adaptando. En el campeonato pasado, terminamos con
7 puntos de ventaja y luego se nos lesionaron todos los delanteros. El primer
paso es clasificar entre los ocho”, comentó el técnico vallecaucano y
puntualizó: “Yo vine a la B porque era el América y sé que subirlo es
dificilísimo. Si lo logramos, sería lo más grande. Si no lo hacemos, vendrá
otro entrenador”.
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