sábado, 6 de noviembre de 2010

ENTREVISTA . TIENE QUE HABER UNA OXIGENACIÓN.

Tiene que existir una oxigenación en el Junior: Diego Umaña

Umaña lucía ayer una gorra de los Marlins, el primer equipo de Édgar Rentería, a quien señala como un ejemplo a seguir.

Por Rafael Castillo VizcaínoSu gorra de los Marlins de la Florida hace pensar que Diego Umaña también se metió en la ‘Rentería-manía’, pero el técnico de Junior sabe de béisbol lo mismo que Teófilo Gutiérrez del idioma turco.

“¿Este fue el equipo donde Rentería ganó su primera Serie Mundial? Mirá ve”.
Después del breve diálogo beisbolero donde Umaña destacó el profesionalismo del pelotero barranquillero, el técnico del Junior empezó a batear las preguntas que EL HERALDO le lanzó sobre la pésima y decepcionante campaña del que todavía es el campeón de Colombia (aunque ahora mismo no sale ni medio MVP, Most Valious Player).

El éxito de Édgar Rentería camufló la vergonzosa derrota del Junior en Tuluá (2-0)... ¿Qué pasó allá?
Mostramos los mismos errores que hemos venido cometiendo. El principal, la falta de definición, ya llevamos varios partidos sin hacer gol (3 consecutivos, un tanto en los últimos cinco partidos). Nos está costando demasiado. Era un partido para no perder. Me siento ultrajado, humillado, no me gusta caer así.

¿Por qué se está terminando de esta manera tan fea y deshonrosa?
Porque aparece la desmotivación. Si el equipo estaba así hasta antes de ser eliminado, imagínese ahora cómo será.

Hasta ahora esta es la peor campaña del Junior en toda su historia en torneos semestrales...
Este año hemos hecho dos campañas extraordinarias, una extraordinariamente buena y una extraordinariamente mala. Es una lástima que haya sucedido después de haber salido campeones. Fue algo que pronostiqué e infortunadamente se dio.


¿En qué se equivocó Diego Umaña?
El fútbol es un juego de errores decía Johan Cruyff, hay que tratar de cometer los menos posibles. Siempre hay equivocaciones en un planteamiento, en una alineación, en un cambio, en decisiones que uno toma y de pronto pudo mejorar. Por eso dije que asumía totalmente este fracaso. En el fútbol no solamente se fracasa cuando uno pierde, también cuando uno no lo intenta y eso es lo que más me duele. Se hubiera podido intentar otra cosa diferente y no nos estaría pasando eso. Pero el que más equivocaciones ha tenido acá soy yo.

¿En qué aspectos puntuales se equivocó?
En la traída de algunos jugadores, en algún cambio, en un planteamiento, en esas decisiones uno siempre está expuesto. Yo percibí algo que iba a pasar y lo ataqué, lo trabajé, lo insistí, pero no logré cambiar eso. Me queda la tranquilidad de conciencia, me di cuenta de todo y traté de apretar por todos lados para revertir la situación, pero no fue posible.

¿Por qué no fue posible si se percató a tiempo de la situación?
Hubo mucha confusión después de la sexta estrella, demasiada alegría y festejo. El siguiente campeonato comenzó pronto y todavía estábamos en las mieles del triunfo, nunca logramos tener la misma actitud del semestre anterior, donde debíamos clasificarnos entre cuatro y no entre ocho.

¿Si pudiera devolver el tiempo que cambiaría?
Si pudiera devolver el tiempo me hubiera ido en junio. En Colombia hay que salir campeón e irse, pero la gente aquí me ha tratado súper bien y sigue confiando en mí. Esa credibilidad crea compromiso, pero me tengo fe y sé que puedo dar muchas cosas. La vida todos los días nos da ejemplo: mirá lo de Rentería, el Barcelona, la selección España... Ganan de todo y no se cansan de ganar. Así debe ser. Muchos deportistas colombianos tienden al aburguesamiento, se creen la milonga de los elogios y cambian totalmente con el éxito. Esta es una enseñanza grande.

¿En qué momento se resquebrajó todo en el equipo?
El equipo levantó promediando el torneo, pero tuvo muchos errores en definición y eso lo postró a unos resultados insuficientes, después llegó el desespero y la presión, y se perdió la serenidad.


¿Se arrepiente del manejo que le dio al caso de Hayder Palacio, Román Torres y Carlos Bacca?
Esos temas los hablé con la junta. Requieren de un gran sentido de privacidad. Son normas que se tomarán en el interior del club y que en este momento no tendría que hablarlas públicamente. Revisando, todas esas acciones no son nuevas. Desde Cuarentinha pasan estas cosas acá. No es fácil rendir en Barranquilla. Los deportistas tienen que pararse firme y sacrificar muchas cosas, no dejarse llevar por la fiesta. Con los jugadores que se vayan a traer deben existir charlas previas y compromisos para no caer en los mismos errores de otras contrataciones.

¿Hay resentimiento en el grupo o en esos tres jugadores?
Eso para mí no es problema. Que se enojen los más profesionales, los que más se matan en la cancha por tener sentido de pertenencia con el equipo, que se enojen los que tienen en cuenta a la gente y el esfuerzo de los directivos por poner el dinero.

Si esos se enojan, me marcho. Pero yo sé que esos no se enojan. Se enoja el de la vía fácil, el de poco sacrificio, el que no se quiere cuidar y no quiere responder, al que no le importa nada de lo que está pasando. Si ese se enoja, no me preocupa. Con ese tipo de personas no me la llevo bien. No ahora, siempre. En los equipos lo más importante son los jugadores, pero los jugadores capaces de vencer voluntariamente todas las tentaciones y brindarle a la gente el mejor rendimiento.

¿Hay divisiones en el equipo?
Divisiones internas no. Puede existir cierto resentimiento ahora porque deberíamos estar todos poniendo la cara y no estamos todos.

¿Cómo está su relación con el grupo?
Bien. Sería bueno preguntarles a ellos para ver qué piensan. Seguramente los que ya dije que son así, no, están con la trompa estirada.


¿Son muchos?
No, son pocos. En la calle la gente me dice: el que no quiera al equipo, no sea profesional y no se cuide, sobra, a esos no lo queremos. Uno trata de complacer al público.

¿Y esos jugadores van a salir?
Yo creo que sí, tiene que existir una oxigenación. De los que van para afuera, no todos han sido indisciplinados. Algunos saldrán por rendimiento, unos porque se les cumplió el ciclo y otros porque tenían que salir en junio, pero no lo hicieron porque tenían contrato. No todos han tenido problemas. Quiero hacer énfasis en que este mismo grupo de jugadores que están pasando este mal momento, salieron campeones hace cuatro meses, lo que pasa es que se confundieron y lo estamos pagando caro.
Ahora hay que tomar buenas decisiones para enderezar el rumbo.

¿Está decepcionado de algún jugador?
Nosotros siempre estamos bajo sospecha y cargamos con todo aunque no somos los directamente culpables. Cuando yo era jugador, si un técnico me llevaba a su equipo, me mataba por él. Si un entrenador me trae al Junior, me mato por ese entrenador y trato de responderle como persona y después como jugador, pero nunca lo decepcionaría en ese sentido. Esos códigos a veces se pierden. Me ha pasado con jugadores que me llaman y me dicen: profe quiero ir allá. Vienen y no rinden. Eso duele. En el fútbol se gana, se pierde y se empata, pero nunca se debe tranzar la actitud profesional, la respuesta de persona a persona, de hombre a hombre a quien te da trabajo y confianza. No entienden, se enojan. Todo esto es como la canción de la Sonora Ponceña: Sonrisita y cuchillita.

¿Qué fue lo que pasó con Paulo César Arango?
No rindió, al igual que otros jugadores. A veces al futbolista le cuesta aceptar que no rindió por A, B o C. Él sabrá por qué no respondió a la gran confianza que le tenía a toda la gente.


¿Usted iba a pelear con él en un entrenamiento?
No, para nada. Fue una reunión donde apreté y se molestó. Pero irnos a las manos, no. Él tiene 24 años y yo tengo 58. No podemos pelear, somos de diferentes categorías, esa pelea no la caso.

Usted insistió mucho con él. ¿Se equivocó dándole tantas oportunidades?
Uno tiene que insistir con él, con otro, a mí me tocó el semestre pasado hacerlo así con Arzuaga y Bacca, con Vladimir y Cortés, lo hacía con él y Ruiz. Uno reta a los jugadores, los pincha para que se sientan tocados y reaccionen.

¿Actualmente se siguen presentando situaciones de indisciplina entre los jugadores?
Sí. Es lo más lamentable, lo que más me duele. Son cachetadas, golpes que te pegan. No voy a dar nombres, pero lo más triste es que al otro día llegan al entrenamiento sonrientes, mientras la afición y la directiva están amargadas, humilladas. Eso duele, parte el alma. Le provoca a uno encarar las cosas de otra manera, pero uno sabe que no lo debe hacer. Es muy duro ver esos comportamientos a estas alturas en un equipo donde les cumplen en todo.

¿Qué tan grande será la poda en el equipo?
Ya se han hablado algunas cosas, se van armando cifras... Ya hay seis jugadores trabajando aparte que no van a seguir acá. Hay que esperar hasta el último partido para hacer una evaluación seria y tomar las mejores decisiones.

Fuad y Habib Char garantizaron públicamente su continuidad en el equipo, ¿usted ya firmó la renovación del contrato?
No, para nada. No me mortifica. Yo les expliqué cuál era mi sentimiento y qué pienso. No me guardé nada y con mucho respeto dije las cosas para mejorar. Tengo una excelente relación con la familia Char. Ellos pueden tomar la decisión que quieran mañana, pasado mañana, el 24, el 31. Los seguiré queriendo igual. Si quieren que siga luchando, seguiré. Saben que tengo sentido de pertenencia. Ellos decidirán. Si quieren firmo hoy, mañana, la otra semana, nunca. Lo que hagan está bien. Tengo mucho agradecimiento con ellos. Estoy tranquilo.

¿No teme que le quiten el respaldo por los últimos resultados?
No. Ellos me respaldaron porque les nació, si surge otra cosa dentro de ocho días... No creo que vaya a pasar eso. Si pasa, no se pueden forzar las cosas. Debo estar sereno. Acá estoy muy contento.

¿Por qué no termina esta campaña con un grupo joven?
Porque no quiero transferirles la responsabilidad a unos jovencitos que tienen mucha proyección y no merecen esto. Uno tiene que darle a los más jovencitos la opción de que se muestren en un ambiente favorable y que les permita empezar exitosamente su camino. Los que la embarramos somos los que tenemos que poner la cara. Ahora es fácil borrarse, me duele la pierna, me duele el tobillo, tengo diarrea, tengo fiebre, me salgo, no juego. Hay que poner el pecho. Los jovencitos no pueden asumir las responsabilidades de otros.

¿Una buena parte de la gente pide menos jugadores del interior y más costeños?
La voz del hincha es importante tenerla en cuenta. Así como hay que darle responsabilidad al que viene de afuera, también hay que darle responsabilidades al de acá, tratar de que en el momento que lleguen a ser profesionales, defiendan al Junior con la misma actitud que lo hacían cuando eran amateurs.

¿Si piensa complacer a la gente en eso?
Salimos campeones con Rodríguez, Jossymar, Ruiz, Vladimir, Bacca...

Pero después vinieron varios jugadores del interior...
Al llegar al Real Madrid, Pellegrini dijo: hay que darle posibilidad a la cantera, pero la gente también pide campeonatos. Hay que buscar un equilibrio inteligente. Adelantar un proceso lento y seguro que no afecte los resultados. No podemos equivocarnos con los jugadores que vengan. Hay que buscar líderes de acá como Berdugo, Dulio o ‘El Pibe’ Valderrama. El jugador más emblemático de los últimos años no es de la Costa, es Giovanni Hernández. Hay que buscar uno que tenga eso y arrastre a los demás. Acá existe talento.

¿Qué clase de equipo piensa armar?
Una columna vertebral de jugadores curtidos, complementados con los buenos que hay acá. No se nos puede olvidar que este equipo que anda mal ahora fue campeón.

¿Cuál es el objetivo del Junior para el 2011?
Cuando tengamos todo listo, contrataciones y equipo armado, se realizará la reunión y se dirá: los objetivos son estos, estos y estos. La gente, la prensa, los directivos, yo y todo el mundo quiere la Copa Libertadores. Si se puede ganar, ganarla.

¿Es imposible para el Junior ganar la Copa?
En la vida no hay nada imposible. En el 96 casi me la gano, llegué a la final y en el 92 me quedé en semifinales (ambas con el América). Hay que intentar ganarla, tener jugadores con mentalidad para hacerlo, que sean buenas personas y buenos profesionales.
El Heraldo-Barranquilla-

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