Pep Marí: "El talento consiste en imaginar rápido"
El psicólogo deportivo, autor de 'Aprender de los
campeones', afirma que esfuerzo y eficacia son necesarios para conseguir el
alto rendimiento
“Para ser el mejor en
tu actividad hay que seguir los mismos pasos que para ser el mejor deportista”.
Con esta premisa el psicólogo Pep Marí (Girona, 1964) ha escrito el
libro ‘Aprender de los campeones’ (Plataforma Editorial) donde desgrana con
ejemplos y fórmulas los principios para alcanzar el alto rendimiento. Para
empezar, Marí, jefe del Departamento de Psicología del Deporte del Centro de Alto Rendimiento
Deportivo (CAR) de Sant Cugat, destaca que lo primordial y básico es ‘poder
aprender’.
¿Cómo surgió la idea de publicar el libro ‘Aprender de
los campeones’?
Llevo trabajando 23 años como psicólogo en el CAR y los principios que
regulan el alto rendimiento son los mismos que en cualquier actividad, ya sea
deportiva o del tipo que sea. Para ser el mejor cirujano, periodista o
psicólogo tienes que hacer lo mismo que para ser el mejor futbolista.
¿Cuáles son estos principios?
En el libro los represento a través de una pirámide en cuatro niveles. El
primero, y es lo que tienen en común los campeones, es que pueden aprender. Son
personas que se acompañan de un entorno inmediato que no resta en su
rendimiento. Si tú eres inestable viviendo no puedes ser regular rindiendo. En
segundo lugar, no sólo pueden aprender sino que también quieren aprender. La
motivación. Tienen muy claro los objetivos y lo más importante es que se dejan
la piel para conseguirlo.
¿Cuál sería el tercer nivel?
Los campeones saben aprender: reconocen los errores como propios y no
buscan excusas, y los corrigen rápidamente. Un entrenador me dijo que hay dos
clases de deportistas, aquellos que buscan una excusa para poder fallar y
aquellos que buscan una solución para poder acertar. Los que buscan excusas no
son campeones Los perdedores se quejan, los ganadores aprenden. Un campeón
puede, quiere y sabe aprender pero falta una cosa.
¿El qué?
La puesta en escena, es decir, saber competir, rendir bajo presión, controlar
los nervios, mantener la concentración y tener confianza en tus posibilidades.
Está muy bien esforzarse pero no hay suficiente, hay que saber rendir. La
cultura del esfuerzo más la de la eficacia es éxito asegurado.
Además de saber rendir y esforzarse en el libro también
da mucha importancia al talento. ¿Se puede ser un campeón sin talento?
- Te pondré un ejemplo con los jugadores Messi y Pedro. ¿Cómo es que Messi hace
unas cosas que Pedro no hace? Podríamos caer en la tentación de decir que Messi
tiene una técnica tan depurada que le permite hacer cosas que Pedro no puede
hacer. Yo lo encuentro erróneo. Pedro tiene una técnica muy depurada, es
buenísimo técnicamente y las cosas que hace Messi él también las podría hacer.
Técnicamente está dotado para hacerlas, ¿pero por qué no las hace? Porque no se
imagina que las podría hacer o como mínimo no se lo imagina tan rápido como
Messi ya que si te lo imaginas más lento que tu defensor te quita el balón y ya
no lo puedes hacer. Por eso digo que para mí el talento es imaginar rápido.
Entonces el talento es imprescindible, ¿o no?
El talento es imprescindible para conseguir el alto rendimiento pero no es
suficiente. El entrenador de Los Lakers Phil Jackson dice que el carácter es
más importante que el talento. Estoy totalmente de acuerdo porque el carácter
es el que permite que el talento surja, se desarrolle y se materialice. Veo
deportistas con un talento brutal que no han sido capaces de cuajar su talento y
demostrarlo porque no tenían humildad, autocrítica, autonomía, persistencia en
el esfuerzo, no vivían de una manera compatible con el alto rendimiento, y por
culpa de este carácter no han podido manifestar su talento.
Hablando de entrenadores, ahora que comentaba Phil
Jackson, ¿para usted cuáles han sido las claves del éxito de Pep Guardiola?
Principalmente dos claves. La primera es la gestión de las personas. Es
un gran gestor de personas y ser el líder de un equipo implica tratar a todo el
mundo diferente en función de lo que necesita, no de lo que pide. A diferencia
de Frank Rijkaard, que trataba a todo el mundo diferente pero en función de lo
que pedían los jugadores y no de lo que necesitaban. Tú tienes que ser
suficiente psicólogo para ver qué necesitan las personas en cada momento.
Guardiola también ha conseguido algo muy difícil que es hacer entender al resto
del colectivo de personas que aquel trato diferencial que le haces a aquel
individuo en particular no sólo es lo mejor para ese individuo sino que también
es lo mejor para el resto del equipo. En esto, Guardiola es un genio.
¿Y la segunda clave?
Está relacionada con el nivel de competir. Guardiola es un experto ajustando
el nivel de alerta de sus jugadores antes de los partidos. Si los jugadores
salen al campo muy nerviosos o tensionados cometerán muchos errores por
precipitación pero si salen relajados se les anticiparán en las acciones o no
llegarán. Hace falta salir al campo con el nivel justo de alerta, ni mucho ni
poco, para cada partido.
Podemos decir que Guardiola tiene mucha psicología
deportiva…
En este sentido soy bastante crítico. Una de las cosas que me permite mi
profesión es trabajar con muchos entrenadores. Yo no creo que sea un genio
aplicando la psicología, lo que pasa es que tiene mucho sentido común.
Guardiola es un catedrático del sentido común y en un mundo donde hay tan poco
sobresale mucho. Conozco a entrenadores que hacen servir la psicología y la
integran tan bien como Guardiola pero nadie los conoce porque son deportes
minoritarios y no son tan mediáticos.
Sin dejar el Barça, ¿cómo se explica que jugadores que
lo han ganado todo sigan sin perder la motivación y las ganas de ganar?
- A la mayoría de los humanos ya nos fallaría la motivación. En este caso, no
hay más remedio que trascender. Es decir, darle otro sentido a las cosas, un
sentido que va más allá del objetivo real. El Barça no sólo juega para ganar
sino también para ser un referente y un ejemplo para la sociedad. Y, por otro
lado, estos jugadores quieren marcar una época, quieren pasar a la historia
como el mejor equipo. Si no la ‘lían’ de esta manera tan grande faltan
motivaciones porque un objetivo conseguido deja de serlo y cada vez tienes que
fijar un objetivo superior que te haga más ilusión que el anterior. No queda
más remedio que trascender.
En este punto de trascendencia encontraríamos a Messi.
Parece que este jugador no tiene límites a pesar de su juventud…
Cuando vino a Barcelona de pequeño lo hizo con su padre y parte de su entorno
le ha dado un punto de soporte para tener los pies en la tierra, eso ha sido
muy importante. Y en la parte deportiva otra clave es el equipo. La prueba la
tienes en la selección argentina, no es capaz de rendir al mismo nivel porque
los valores que ha hecho servir Guardiola para crear este equipo, como la
solidaridad, el sentido común, la discreción o la persistencia son valores que
definen la personalidad de Messi y él se identifica con estos valores. El Barça
también se identifica con Messi. Existe esta comunión tan clara e identitaria y
a Messi le es más fácil asumir el rol que tiene en el Barça.
Guardiola en más de una ocasión ha manifestado que es
partidario de contratos cortos, ¿pero este Barça se entiende sin Guardiola?
Cuando el entrenador Phil Jackson llega al baloncesto profesional dice que
los jugadores son muy egoístas, y piensa cómo pueden ser tan egoístas y jugar a
un deporte en equipo. Yo siempre digo que en los deportes individuales para
triunfar tienes que ser un poco egoísta pero para ser un buen deportista de un
deporte colectivo tienes que ser generoso. Tienes que saber anteponer el bien
colectivo al tuyo particular, y eso es muy fácil de decir pero muy difícil de
hacer.
¿Y cómo se consigue eso?
Phil Jackson para arreglarlo propone apelar a una fuerza más grande y
gratificante que el propio ego: la belleza del sistema. Se ha llegado a un
punto que jugar en el Barça debe ser una pasada, tanto que está por encima del
bien individual. Conocí a un entrenador que decía que cuando se juega para el
equipo se juega mejor y se disfruta más. Esto es verdad. Cuando hay esta
sintonía de equipo y ya se ha creado este sistema de juego, que casi va solo y
ya da igual que jugador pongas en esa posición en el campo, funciona y además
luce. Phil Jackson comenta que eres un líder cuando eres capaz de hacer mejor a
los que tienes a tu lado. En el Barça está pasando esto, va solo, incluso ya no
depende de quien juega y me atrevería a decir ni del entrenador, si ahora pones
otro entrenador creo que la dinámica arrastraría.
¿Y todo esto se puede extrapolar más allá del ámbito
deportivo?
En una de las fórmulas del libro explico que si juntas la ambición, el orden
en el estilo de vida y la humildad, esto asegura la progresión a nivel
deportivo y de lo que sea.
En el libro también hace referencia a la presión, algo
ineludible para los deportistas de alto nivel. ¿Cómo se puede hacer frente a
ella para rendir más?
La presión se puede aprender a llevarla mejor. Hay varias maneras de
afrontarla. La primera es evitarla, ésta es la peor de todas. Si tú tienes un
problema y lo evades se hace cada vez más grande, y no estás aprendiendo nada.
La segunda manera es controlándola, ajustando muy bien el nivel de activación
para jugar. La tercera manera es tolerar la presión, saber que forma parte de
la competición y tarde o temprano vendrá. Se trata de que la dejes pasar, que
no te rebotes, que hagas lo mismo que harías a pesar de que no estuviera. Para
ello utilizo la frase de un actor, John Wayne, que da título a uno de los
capítulos de libro: “Ser un valiente es estar muerto de miedo y a pesar de eso
subir al caballo”.
Interesante frase…
Todo el mundo tiene miedo y lo que se trata es subir al caballo. Y hay
dos clases, los que suben y los que no. Y la última y mejor manera de afrontar
la ansiedad es disfrutar bajo presión. Los mejores lo hacen.
Uno de los principales miedos para los deportistas
supongo que será la retirada. ¿Este momento es uno de los más traumáticos?
Sí, sobre todo si no se ha preparado suficientemente bien y se produce de una
forma traumática por culpa de una lesión. Hay pocos deportistas que se acercan
y comienzan a ver el final para preparar la transición. Hay un servicio de la
Dirección General Deportes, que tiene su sede en el CAR, que tiene esta función, anticipar y preparar la
retirada del deportista para que sea lo menos traumática posible.
En su trabajo en el CAR y por su experiencia durante
estos años, ¿cuáles son las principales consultas que atiende de los
deportistas?
Básicamente son tres consultas. La primera está relacionada con no saber
competir. Deportistas que entrenan de una forma perfecta pero llega el momento
de la competición y los nervios les pueden. Otra consulta es cuando los
deportistas nuevos se integran al CAR y su estilo de vida cambia radicalmente.
La mayoría son deportistas que nunca habían salido de casa y se tienen que
espabilar. Les cuesta adaptarse, no quiere decir que no se adapten sino que les
cuesta, y son demandas que van en la línea de facilitar la adaptación. Y para
acabar problemas de orden personal. Son personas antes que deportistas. Cuando
pasan estas cosas evidentemente afecta el rendimiento.
¿Y a partir de qué edad se tendría que trabajar
aspectos psicológicos con el deportista?
Desde el principio se puede empezar a trabajar. En el CAR la edad mínima para
estar interno es a partir de los 14 años. Aunque no es tanto la edad sino el
grado de autonomía, madurez y la claridad de los objetivos del deportista. Una
de las cosas positivas de la psicología es que hace el vestido a medida.
Para acabar la entrevista, ¿algún consejo para los
deportistas que empiezan?
Les digo que no se precipiten y que tengan coherencia entre el nivel de
ambición de los objetivos y el compromiso de los medios. Si quieres ser uno más
con que te impliques un poco ya lo tienes, si quieres ser uno de los mejores te
tienes que comprometer, y si quieres ser el mejor tienes que vivir de una
manera. Para ser uno más no hace falta incorporar un psicólogo, para ser unos
de los mejores lo recomiendo, y para ser el mejor es imprescindible.
Por Jesús sancho
Pep Marí Cortés,
vive de su pasión, la psicología, y ejerce de jefe de Departamento de
psicología del deporte del centro de alto rendimiento deportivo de Saint Cugat
(Barcelona). Licenciado en psicología y máster en psicología del deporte. Ha
colaborado con la Federación española de Hockey durante los juegos Olímpicos de
Barcelona en 1992, el RCD Español de Barcelona, la selección española femenina
de Waterpolo y la cuarta edición del programa Operación Triunfo. Ha sido
columnista de El periódico de Catalunya y de Mundo Deportivo.
Se define como un artista que se basa en la ciencia.
Sostiene que cualquier aplicación de conocimientos requiere de un componente
artístico y de una elevada dosis de imaginación. Autor del libro “Aprender de
los Campeones” Esta obra muestra las fórmulas y secretos de los campeones, las
claves para desplegar todo nuestro potencial y llegar al máximo rendimiento.