Luis Enrique
y el equipo se felicitan por el expresivo triunfo, piropean a Messi y se
imponen competir de nuevo por la victoria en Alemania
JORDI
QUIXANO/ Barcelona/elpaís.es.
Messi y
Neymar celebran el tercer gol del Barça frente al Bayern. / GUSTAU
NACARINO (REUTERS)
Tras el
tercer tanto, el de Neymar, Luis Enrique se fundió en un largo abrazo con su
ayudante Unzue al tiempo que los futbolistas y el amplio cuerpo técnico lo
festejaba sin reparos, señalándose unos a otros como si todos fueran los
artífices del expresivo triunfo. En la media parte, sin embargo, y con empate a
cero, rebajada la efervescencia del Barça, nada hacía presagiar un giro tan
radical.
“Luis Enrique nos ha dicho que siguiéramos como estábamos y que
intentáramos tener más el balón”, reveló Iniesta. “El mensaje de siempre, el de
mantener la filosofía independientemente de donde estuviera el espacio, la
presión…”, incidió Luis Enrique. Lo decía, sobre todo, porque Guardiola cambió
de sistema táctico durante el encuentro, de tres a cuatro defensas. “Sabíamos
que Pep haría algo diferente. Ya trabajamos pensando en ello”, convino
Busquets. “Sí, ya pensábamos que podía plantear esas dos alternativas. Ha
intentado trastocar nuestra manera de jugar, pero nos conocemos mucho y es
difícil sorprendernos mutuamente”, agregó Iniesta.
Iniesta.
No se
asombraron, en cualquier caso, porque ambos equipos tienen intenciones
calcadas, con la querencia de la pelota ante todo. “Siempre escucho a los
contrarios que nos querrán quitar el balón y luego hacen algo bien distinto.
Con Pep sí sabía que sería así. Entonces había que saber qué hacer sin el balón
y generar ocasiones. Hemos tenido más porque ellos se han quedado en una y
media”, expuso con orgullo Luis Enrique. “Son parecidos a nosotros porque
buscan la posesión, encontrar espacios y superioridades.
Ha sido un duelo muy
bonito y de un desgaste físico importante”, agregó Iniesta. “Pero hemos jugado
y trabajado bien. Y al final tenemos gente arriba que es impresionante”,
apostilló Rakitic. Sobre todo está Messi, que lanzó un regate sobre Boateng de
esos que se recuerda para la historia, como el que Romario le hizo a Alkorta
con la cola de vaca o Ronaldo a Delfín Geli con la elástica. Recortó Leo y
Boateng se dio de bruces con el suelo. “¡Golazo, golazo!
Algo así le he dicho,
no sé. Gritaba”, contó Iniesta, que trató de definirle una vez más: “Leo es
único y todo lo que hace es único”. Habló Neymar: “Es difícil superarle, para
mí es el mejor y el número uno. Estoy aquí para aprender de él”. Se sumó Alba:
“Messi está para los grandes partidos, donde tira del carro siempre”. También
opinó Rakitic: “Es la diferencia entre un gran jugador y uno único”.
E
intercedió Luis Enrique: “Con Leo todo es más fácil y cada vez te sorprende. Es
un placer verlo jugar cada día porque es de otra dimensión. Pero no me quedaría
sólo con sus obras de arte, sino con el trabajo de todo el equipo”. Lo que les
sirvió para firmar un resultado sensacional.
“Es un
refuerzo muy importante para nosotros. Nos reafirmamos y las sensaciones son
buenas porque estamos cerca de todo. Pero ahora el riesgo entre el éxito y la
decepción es un partido”, analizó Iniesta. “Esto no es definitivo, ya le dieron
la vuelta en la eliminatoria ante el Oporto”, abundó Rakitic. “Quedan 90
minutos”, recordó Neymar.
“Es un resultado perfecto que nos acerca mucho a la
posible final, pero todavía falta el partido de vuelta. Y allí iremos a ganar
el partido y cualquier aspecto del juego. No hay otra manera de plantearlo”,
resolvió Luis Enrique, que recordó la final de la Champions de 2005, cuando el
Liverpool volteó un 3-0 tras el descanso al Milan. “No especularemos con el
resultado, no”, remató.
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