La selección pierde toque en el medio para ser más
vertical en el ataque
LADISLAO J. MOÑINO
Isla de Ré 18 JUN 2016 -
Del Bosque da instrucciones a Busquets. KAI FÖRSTERLING EFE.
Temerosos del juego de España, sus rivales llevan tiempo
poniendo en práctica un planteamiento que parece ideado en serie en la cabeza
de los seleccionadores. La fórmula suele consistir en dejar a un solo delantero
en punta y montar una línea de cinco centrocampistas por delante de los cuatro
defensas. Todos, incluido el delantero, defendiendo de manera abnegada en su
propio campo. Contra esa idea, también han tenido que combatir el Barcelona y
el Bayern de Múnich de Pep Guardiola en los últimos años.
La conclusión de los
especialistas es la necesidad de abrir el campo, pero en situaciones de
ventaja. Guardiola explicó, cuando se enfrentó al Atlético de Madrid, que
utilizó ese mismo entramado defensivo, que “para llegar por afuera es necesario
pasar por dentro”. “Llegar por afuera desde atrás es muy difícil, por lo que es
necesario el fútbol interior en algún momento para después abrir a los
costados”, razonaba el técnico de Santpedor para explicar las dificultades que
le planteaba el dibujo de Simeone.
Primero la Republica Checa y después Turquía plantearon ese
antídoto contra la superioridad técnica española. En ambos partidos, a España
le costó encontrar la solución para que su fútbol tocado empezara fluir. “Los
partidos, hay que madurarlos”, advierte Vicente del Bosque. La solución para
romper esas barreras que plantan los contrarios delante de su área empieza por
una cuestión numérica.
“A veces no se valora del todo, pero en cada
partido tenemos que jugar con equipos con defensas que tienen a once jugadores
detrás. Los laterales son fundamentales en el juego de España. Laterales que
rompen líneas. Eso es primordial y nosotros tenemos tanto a Jordi Alba como a
Juanfran, que lo hacen muy bien”, apunta Cesc. Cuando España ha detectado dónde
y cómo hacer las superioridades y ha ajustado los pases ha emergido esa versión
que tanto recuerda al equipo que conquistó las Eurocopas de 2008 y 2012 y el
Mundial de 2010.
“Las superioridades y el juego entre líneas son
fundamentales en el fútbol de hoy”, razona Del Bosque. “Mis jugadores son
conscientes de lo que es más conveniente en cada momento. Saben leer muy bien
los partidos”, prosigue el seleccionador. “Generar las superioridades es algo
que está previsto. Por un lado van Juanfran, Cesc y Silva y por otro Jordi
Alba, Iniesta y Nolito”. ¿Y cuando Iniesta y Cesc se juntan más? “Eso te lo da
el partido y ellos lo ven, son soluciones para resolver esos problemás”,
responde Del Bosque.
Contra el atasco
“Hay veces que los centrocampistas nos desesperamos y
bajamos a buscar el balón porque si no parece que no estás interveniendo. Sin
embargo, de lo que se trata es de perder toque y buscar más profundidad”,
analiza Cesc. “No hay muchas opciones y si bajamos muy hacia atrás para buscar
el balón te quedas atascado. Es en esos momentos cuando el fútbol de toque se
hace más pesado. Lo que se necesita para romper esos esquemas son pases más
profundos y verticales”, matiza Cesc.
“Tenemos que buscar soluciones para ese tipo de defensas. A
veces tardamos en encontrarlas, pero tenemos recursos suficientes. Una vez que
encuentras por dónde penetrar, ya sea por la banda de Juanfran o por la de
Jordi Alba, es complicado que los rivales puedan frenarnos porque siempre hay
un jugador nuestro de más. Y si no podemos ir por fuera vamos por dentro”, dice
Bruno.
El partido contra Turquía confirmó a España como la
selección que mejor juego ha desarrollado en lo que va de campeonato. Si para
el seleccionador turco Fatih Terim, es una selección “especial e irresistible”,
para el técnico vigente campeón del mundo, el alemán Joachim Löw, es la gran
vedette del campeonato: “España tiene un equipo de gran clase. Eso es así siempre,
no solo ante Turquía. En 2014 quedó eliminada, pero también ahí tuvo un juego
de primera", afirma Löw. “Tienen una gran versatilidad. Y aplican ese
juego de combinaciones rápidas de forma extraordinaria”, concluye Löw.
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