…LO QUE SUS JUGADORES; CON SU PROTAGONISMO; QUIEREN QUE SEA”.
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El fútbol lo podemos observar con ojos de aficionado o
con ojos de entrenador. Si queremos lo segundo, debemos realizar una
lectura totalmente distinta de lo que estamos viendo.
El juego tiene "focos" de acción donde ocurren
cosas y en donde los jugadores tienen un "rol" determinado que
desempeñar.
En función de ese "rol" las tomas de decisión que
se producen serán de una u otra manera.
Si lo llevamos al entrenamiento debemos de ser conscientes
de trasladar esto a nuestros jugadores.
Tito Ramallo/.
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Muchas veces se dice, que cuando los entrenadores pensamos
en nuestro equipo a nivel colectivo, nos saltamos las fases de los duelos
individuales y grupales, que realmente darán sentido a nuestro juego colectivo.
Cuántas veces hemos entrado en un vestuario en el
descanso de un partido y no entendemos el por qué no está jugando el equipo
como queríamos, sin atender a la resolución de los duelos individuales y
grupales, que podrían resolver parte de ese problema.
Por ejemplo, les decimos a nuestros jugadores, que no tenemos el balón, que no lo jugamos con criterio y sin embargo no analizamos los emparejamientos individuales y grupales por parcelas, qué sucede en el duelo de la parcela central, qué sucede en el duelo de las parejas verticales en banda y así analizando los combates zonales, entiendes muchas veces lo que concluye a nivel colectivo.
Por ejemplo, les decimos a nuestros jugadores, que no tenemos el balón, que no lo jugamos con criterio y sin embargo no analizamos los emparejamientos individuales y grupales por parcelas, qué sucede en el duelo de la parcela central, qué sucede en el duelo de las parejas verticales en banda y así analizando los combates zonales, entiendes muchas veces lo que concluye a nivel colectivo.
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Para el entrenamiento táctico de este tipo de trabajo, lo primero que hay que realizar es un análisis de los rivales, qué te vas a encontrar en cada parcela y oponerlos mentalmente a tus futbolistas, simular situaciones posibles y pasar a entrenarlas en función de los principios que definen tu modelo de juego en esas parcelas.
Siempre me gusta informar a mis futbolistas sobre lo que se van a encontrar a nivel colectivo del rival, pero también hablarles de los duelos en los que se van a batir, así como de las sociedades que se pueden encontrar.
Una vez analizadas las situaciones a nivel teórico, pasaremos a exponer su trabajo en el entrenamiento de campo. Tito Ramallo/.
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Algunos equipos, clubes o plantilla de jugadores,
tienen la capacidad natural o aprendida, de variar o alternar las
propuestas de juego, estilo o disposición inicial de los futbolistas para
aspirar a competir en un partido o eliminatoria.
¿Cuál es el aspecto determinante, para poder
adquirir esa capacidad de adaptación sistemática o conceptual?
¿Todos los equipos pueden aspirar a ello? ¿De qué depende?
Partimos de la idea de que el futbolista es el
protagonista, producto de sus relaciones naturales con el juego, de sus
acciones técnico – tácticas, tanto en contexto individual como colectivo, que
genera conexiones espontáneas, que en muchas ocasiones orienta a los
entrenadores, a ser meramente guías o generadores de contextos favorables.
Pero ¿qué contextos son favorables para un equipo u
otro?
Ello depende en gran medida del perfil de
futbolista que tengas en plantilla, que tipo de compañeros, tareas de
entrenamientos, propuesta de juego, e identidad del club y contexto histórico…
Hablamos de que el protagonista es el futbolista, pero
los entrenadores tenemos un papel decisivo en el rendimiento del colectivo, y
por ende, individual.
Desde el momento en que el entrenador, decide que
futbolistas juegan, donde, junto a quien, y distribuye al futbolista, se esta
condicionando el devenir de un partido que a posteriori, maximizaran y harán
positivo los propios futbolistas con sus atributos y facultades naturales.
Para obtener un rendimiento de máximo nivel, se requiere la
capacidad de interpretar contextos de juego, siempre favorables para que tus
futbolistas expongan todo aquello que llevan dentro” talento”, y no alterar
demasiado la lógica interna del juego y sus posibilidades.
No cabe duda, que existen equipos con mayor facilidad
de adaptarse a lo que la situación del juego demanda, todo ello derivado de la
interpretación cualitativa del juego de los futbolistas que poseen, y otros
equipos, necesitan mayor tiempo de análisis conceptual para ajustarse a las
demandas del partido, pero que al mismo tiempo, ese mismo equipo, es posible
que no necesite hacerlo, porque son realmente buenos y eficientes con sus
planteamientos y tienen el privilegio de ser protagonistas del juego y del partido
sin tener que sufrir grandes modificaciones.
Lo que demanda el juego, en cada situación del
partido, ya sea competitivo o sesión de entrenamiento, se adquiere a través de
la interpretación individual y colectiva, del futbolista, derivada de la ”toma de decisiones “.
Dicho proceso exige un
“eficiente ” y ”eficaz “,
proceso de análisis del flujo de información lo más real posible, procedente
del entorno y la tarea del juego ( partido ), ya que no se reduce el éxito o
fracaso en las acciones a experiencias mentales sino también comportamentales.
Además en un deporte colectivo como el fútbol, se
exige, analizar los movimientos del oponente, con la gran variabilidad de
posibilidades existentes, que obligan a reajustar permanentemente, las posibles
decisiones o acciones, comparándolo con experiencias anteriormente vividas.
A continuación, el cerebro en un proceso selectivo
extraordinariamente rápido, selecciona el programa de acciones, previamente
almacenadas, para después programar la respuesta adecuada y su consiguiente
ejecución.
Todo este proceso, sin embargo, es un orden ´lógico,
dentro la inexistencia de la lógica en el deporte, y que ni mucho menos
garantiza el éxito, sino que el resultado positivo de una acción u otra,
depende en gran medida del talento y naturaleza !
DAVID MARTINEZ./ Twitter : @davidmart88
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Entrenadores leen, piensan e intentan llevar a la
práctica las palabras del reconocido Paco Seirul.lo: "Creo que es
imposible, como se pretende, que en un mes de entrenamiento se llene el tanque
de un futbolista para toda la temporada. Imposible. Y los preparadores tenemos
que flagelarnos porque le dimos demasiada importancia a la pretemporada".
“Hacer entrenamiento triples durante toda una semana es malo
para los jugadores. Sólo consigues fatigarlos y que lo estén pagando durante
los primeros cinco partidos de Liga. Para mí es mejor prepararse para el
primero.
Exclusivamente. Y luego para el segundo. No se puede
realizar una pretemporada entrenando dos semanas seguidas en tres turnos sin
tocar el balón. Perjudica y no es útil. Si quieres jugar con calidad y rendir a
gran nivel, debes trabajar cualitativamente y para hacerlo no debes cargar
cantidades de entrenamiento”.
Ninguna fórmula es mágica y cada entrenador decide su
manera. La cultura y el hábito por el esfuerzo físico en enero sigue siendo muy
importante para los jugadores. “Me lo exigen, yo quiero que toquen más el balón
pero ellos vienen preparados para gastarse físicamente y hacer sprints todo el
tiempo”, sostiene un entrenador del fútbol argentino ejerciendo en la
actualidad.
Matías Manna/.
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El papel del entrenador.
Clásicamente se ha entendido al entrenador cómo el
cerebro del proceso de entrenamiento en lo que se refiere a cuál es el centro
de este proceso de entrenamiento, presuponiéndose el conocer de las soluciones
idóneas a las situaciones que propone a sus discípulos, a la vez que se
entendía al deportista cómo una máquina equipada con un procesador central
(cerebro) en relación jerarquizada con el resto de estructuras. Por todo esto
el entrenador era el encargado de seleccionar los estímulos de entrenamiento, para
que los jugadores reproduzcan el modelo, consiguiendo así las respuestas
esperadas por el entrenador (Balagué y Torrents, 2005).
Cómo los "outputs" deben estar en concordancia con los programas preestablecidos por el entrenador, y se considera sólo la existencia de una respuesta correcta (bien sea a nivel técnico, táctica, etc.), cualquier desviación del modelo preestablecido será considerado un error (Balagué y Torrents, 2005). Sin embargo, con la incorporación de esta nueva perspectiva sistémica del entrenamiento esa relación jerárquica se ve obsoleta, y se empieza a entender al entrenador cómo un condicionante más que interactúa con el jugador. En base a la propuesta de Balagué y Torrents (2005) sobre la nueva perspectiva del entrenador y su relación con el deportista, podríamos decir que el entrenador debería acompañar al jugador en el proceso de entrenamiento para seguir sus evoluciones y evaluarlas para interactuar constantemente con él y modificar su plan de entrenamiento en función de cómo este influye en el rendimiento y en la auto - organización del jugador, al igual que lo hace con la organización de los jugadores, dando lugar al modelo de juego. El entrenador además entiende a cada jugador desde su individualidad, comprendiendo que no hay un modelo ideal, sino que cada jugador y cada equipo deberá construir su propio modelo ideal.
Además cómo ya hemos mencionado, el entrenador debe aprender del jugador y del equipo, y de acuerdo con esos aprendizajes e interacciones modificar sus planes iniciales de entrenamiento. El entrenador será el responsable de desestabilizar al jugador y al equipo para que actúen lejos de sus estado de equilibrio para que accedan a estados superiores de forma, pero a la vez deberá vigilar que este desequilibrio no influya negativamente en la conducta del sistema, teniendo en cuenta que la modificación de uno de los atractores del sistema no sólo supondrá la modificación de este atractor sino que implicará también una modificación en toda la dinámica intrínseca del sistema. El entrenador será el encargado de identificar las necesidades del equipo, para seleccionar sobre qué contenidos debe hacer especial énfasis el proceso de entrenamiento y mejorar así el estado de forma del equipo.
Así pues, el
entrenador deja de ser entendido como la "quinta esencia" del
rendimiento, y tal cómo dice Juanma Lillo (2010), el entrenador no es más que
el facilitador del rendimiento y de ciertos comportamientos en los jugadores.
Rafel Pol/.
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