La motivación intrínseca
por XAVIER DAMUNT -
LAIA LETOSA
martí perarnau.com.
CONSIDERACIONES TEÓRICAS
Muchos entrenadores ya saben
que un entrenamiento parcelado de la técnica, táctica o preparación física
tiene una transferencia limitada al partido. Muchos de ellos ya trabajan de
forma interrelacionada objetivos técnicos, tácticos y físicos. Por otro lado,
se acepta que el rendimiento de un deportista no solo depende de estos
aspectos, también tienen en cuenta el factor psicológico del deportista, sobre
todo a raíz de la eclosión del coaching.
Encontramos artículos años
atrás que revelaban que tenemos que entender el deportista desde el punto de
vista de la Teoría General de Sistemas: podemos interpretar la persona del
deportista como una estructura hipercompleja configurada por interacciones y
retroacciones de las estructuras (Seirul·lo, F.;1998). Seirul·lo desgrana el
comportamiento del deportista en varias estructuras y propone optimizarlas
desde un perspectiva sistémica, preferenciando en cada momento la que el
entrenador crea conveniente.
Ya hay amplia bibliografía
sobre las estructuras que presenta Seirul·lo, así que obviaremos definirlas
aquí, pero con algunas de ellas, por el hecho de que no son las que se han
entrenado tradicionalmente (la condicional, la coordinativa y la cognitiva),
hay cierta dificultad en ponerlas en práctica de forma interrelacionada con el
resto. Las estructuras que a menudo suponen un reto de trabajo en las sesiones
de entrenamiento son entonces la mental, la socio-afectiva, la
expresivo-creativa y la emotivo-volitiva. Así pues, algunos entrenadores optan
por no introducirlas de forma preferente en sus entrenamientos, dejando estas
estructuras en un segundo plano, ya sea mediante reglas potenciadoras de
situaciones en las cuales el deportista deba tener en cuenta objetivos
relacionados con dichas estructuras o directamente, evitando utilizarlas dentro
de la sesión y usándolas en las charlas a nivel grupal o individual.
Esto último suele pasar con
la estructura emotivo-volitiva, que es aquella que nos mueve a hacer acciones
por las cuales conseguimos la satisfacción del deseo personal de obtener
reconocimiento, fama, dinero o simplemente la satisfacción de haber hecho bien
la tarea. La podemos relacionar con las necesidades personales del individuo y
que supondrán que este se mueva para satisfacerlas. Las necesidades a
satisfacer, la urgencia en la actuación para satisfacer las expectativas del
grupo, en un determinado episodio del juego, activan los sistemas de la
estructura emotivo-volitiva (Seirul·lo, F.; 2004).
Aunque todo el mundo pueda
tener una comprensión genérica de esta estructura, es necesaria una prospección
más profunda para poder encontrar objetivos concretos que sean trasladables a
una sesión de entrenamiento. Es para eso importante, que los entrenadores
consulten a psicólogos, o incluso los hagan participar de la elaboración y
realización de la sesión de entrenamiento, como es el caso que presentaremos en
este artículo.
En ese sentido, podemos
optimizar las motivaciones del deportista en cuanto a la práctica deportiva. Es
lo que sugiere la Teoría de la Autodeterminación (Ryan, R. y Deci, E.; 1985),
que apunta a explorar y explicar la motivación humana desde un enfoque basado
en necesidades y que pone el acento en el grado en que las personas escogen sus
conductas (adaptado de Giesenow, C.; 2015).
Podemos decir que lo que
mueve el deportista a hacer una tarea y, en general, a practicar el deporte se
puede dividir en dos necesidades: la que proviene de su interior, o intrínseca;
y la que proviene del exterior, o extrínseca.
La extrínseca es aquella que
recibe el deportista por parte de otras personas de forma directa o indirecta;
ya sea con el reconocimiento de compañeros o de la sociedad, el dinero o, desde
un punto de vista punitivo, para evitar un castigo de, por ejemplo, el
entrenador, los compañeros de equipo o de la prensa. Esta es la que más dominan
los entrenadores, ya que por la propia definición es relativamente sencillo que
el entrenador, al ser una persona externa al deportista, pueda intervenir en el
deportista mediante el uso de ella.
En cambio, la conducta intrínsecamente
motivada es aquella que no tiene otro objetivo que el propio placer o interés
personal en realizarla. La motivación intrínseca, por tanto, encuentra su
fundamento en una serie de necesidades psicológicas definidas que incluyen,
entre otras, la causación personal, la efectividad y la curiosidad (Monroy, A.
Y Sáez, G.; 2011).
En cuanto a los humanos, la
conducta motivada intrínsecamente se debe a una necesidad (psicológica) innata
de sentirse competente y de sentirse autodeterminado (Limonero, J; 2003).
También la búsqueda y el desarrollo de relaciones seguras y conectadas con
otros (Giesenow, C; 2015). Por tanto, podemos subdividir la motivación
intrínseca en la búsqueda de la competencia, de la autonomía y de las
relaciones.
Si consideramos que la
motivación extrínseca es ampliamente conocida y ya utilizada por los
entrenadores y otras personas que puedan intervenir en el rendimiento del
deportista (familia, agentes, directivos, prensa), podemos centrarnos en la
optimización de la motivación intrínseca para balancear el peso de ambas
motivaciones mediante objetivos que conseguirán la optimización de estas
necesidades psicológicas que configuran la motivación intrínseca:
- La búsqueda de la competencia en la tarea a
realizar. Los deportistas encuentran motivante sentir que están mejorando
en eso que están llevando a cabo.
- La autonomía en la toma de decisiones. Los
deportistas encuentran motivante notar que pueden decidir cómo y cuándo
hacer eso que están llevando a cabo.
- El desarrollo de sus relaciones personales. Los
deportistas encuentran motivante sentir que mejora la relación con los
compañeros en la tarea que están llevando a cabo.
Reglar tareas donde salgan
estos objetivos sería un buen punto de partida para incorporar estos conceptos
a la sesiones de entrenamiento de forma no preferencial, pero ahora mostraremos
un ejemplo de tarea donde la estructura preferencial es la emotivo-volitiva,
concretamente la optimización de la motivación intrínseca.
ELABORACIÓN DE LA TAREA
EN EL FÚTBOL
Para tal efecto,
consideramos cualquier procedimiento metodológico que incluya porterías, como
por ejemplo el ataque-defensa, el juego reducido o el juego real. El objetivo
de ellos es poner en práctica los contenidos trabajados durante los
entrenamientos en situaciones cercanas a la competición (Guerrero, I.; 2011).
En nuestra tarea se
trabajarán objetivos a optimizar de otras estructuras, típicamente la
coordinativa y la cognitiva, pero podrá incluir cualquiera de las otras siempre
de forma subyacente a la preferente.
A ojos de los jugadores que
participen en la tarea, de inicio creerán que están trabajando conceptos
tácticos entrenados en tareas o sesiones anteriores, mediante un procedimiento
donde aparezca de forma inherente la motivación extrínseca de los jugadores que
participan. Estos procedimientos son los que incluyen porterías, ya que el
jugador, al marcar un gol, siente que es de las maneras que obtiene más
reconocimiento por parte de compañeros, entrenadores y espectadores. Por tanto,
es el que de forma espontánea motiva más a un jugador de forma extrínseca.
Antes de iniciar la tarea
explicaremos a los jugadores las reglas que hacen referencia a la optimización
de las otras estructuras. Acto seguido iniciaremos la tarea, que estará
dividida en tres partes donde dichas reglas no variarán, así como el tiempo de
juego.
Durante el juego tendremos
que registrar los jugadores que se comportan según los ítems a
valorar de la tabla que se muestra a continuación, y recibirán los puntos
correspondientes que se sumarán a su equipo o se les restará si actúan de forma
contraria.
En la columna Tipo de la tabla de
los ítems podemos ver la relación del ítem con
una de las tres necesidades psicológicas de la motivación intrínseca. La
importancia de cada ítem es subjetiva y susceptible de
añadirle o quitarle puntos, así como la inclusión de nuevos o exclusión de
algunos de estos ítems.
Al finalizar la primera parte
de la tarea se informará a los jugadores del marcador de goles, pero sumando
todos los puntos que ha hecho cada equipo. Aún no se les desvelará de dónde
sale esta puntuación. Esto también se hará al final de la segunda y de la
tercera parte. También entre partes se hará una pregunta que servirá para ganar
más puntos y que tendrá el objetivo de ir mostrando poco a poco cómo han estado
ganando los puntos. Las preguntas son las siguientes:
- Dos puntos para el equipo del primer jugador que
diga algún momento en que gracias a estar concentrado, ha podido realizar
una acción correctamente.
- Dos puntos para el equipo del primer jugador que
diga algún momento en que haya ayudado a un compañero, y eso haya supuesto
algo positivo para el equipo.
- Tres puntos para el equipo del primer jugador
que diga qué ha aprendido de nuevo con esta tarea.
La primera pregunta hace
referencia al ítem 1, y creemos que es el primero que se tiene
que desvelar para que sirva a la vez como consigna de control, ya que
automáticamente los jugadores intentarán participar en la tarea de forma más
concentrada (y aquí se verá cómo los jugadores interpretan esto de maneras
distintas). Si por el contrario lo que se hace es una pregunta sobre, por
ejemplo, el ítem 6, la realización de la tarea se acaba
tergiversando porque los jugadores pasarán a estar completamente atentos a este ítem para
poder sumar puntos y dejarán de lado los objetivos explicados al inicio de la
tarea.
La segunda pregunta hace
referencia al ítem 3 (pero se podría haber hecho preguntas
sobre el 5, 6, 8…) y la última se hace como parte introductoria a la reflexión
final.
Esta reflexión servirá para
desvelar todos los ítems, para explicar cómo han conseguido los
puntos y hacerles entender que la motivación extrínseca no es la única en la
cual un jugador se debe sustentar. Aunque es importante y necesaria, un jugador
no puede depender solo de ella porque al proceder de terceras personas no
siempre podrá recibir su contribución. De hecho, se puede considerar que
convivir con altas dosis de motivación extrínseca es potencialmente peligroso
para su rendimiento si, por las razones que sean, se deja de recibirlas.
Por eso es importante que
los jugadores, ya de jóvenes, conozcan e identifiquen su motivación intrínseca
y la movilicen constantemente.
Esta tarea con preferencia
de la estructura emotivo-volitiva es un primer paso para presentar a los
jugadores estos conceptos. Es como abrir una ventana a la introspección y
conocimiento de la motivación intrínseca y que, como todas las estructuras, se
tienen que trabajar de forma periódica para consolidar su aprendizaje, ya sea
con otras tareas similares a la presentada, con charlas o con la introducción
de reglas recordatorias en otras tareas que den preferencia a objetivos de
otras estructuras.
BIBLIOGRAFÍA
- Deci, E. L.,
y Ryan, R. M. (1985).The general causality orientations scale:
Self-determination in personality. Journal of Research in Personality.
- Giesenow, C. (2015).Promoviendo la motivaciónintrínseca.CimaPerformance.com
- Guerrero, I. (2011).Terminologiad’exercicis de l’Escola del FC
Barcelona, temporada 2011-2012.Documentode la FCBEscola.
- Limonero, J. (2003).Motivació i emoció. Edicions UOC.
- Monroy, A i Sáez, G (2011). La motivación y el rendimiento en el
deporte. EfDeportes.com.
- Seirul·lo, F. (1998).Planificación a Largo Plazo en los Deportes
Colectivos. Curso sobre Entrenamiento Deportivo en la Infancia y la
Adolescencia. Apuntes de la Escuela Canaria deldeporte.
- Seirul·lo, F. (2004). Estructura socio-afectiva. Documento
del departamento de educación física del INEF Barcelona.
* Xavier Damunt es entrenador nacional de fútbol y Laia
Letosa es psicóloga y psicopedagoga.
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