... mantener la identidad del juego.
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Cuando los resultados a corto plazo, no son los que esperamos o lo que habíamos
previsto, pueden aparecer los nervios.
Dentro de la plantilla se puede instalar un ambiente de ansiedad y
preocupación. ¿Cómo se resuelve ésta situación?
No es fácil pero considero prioritario no modificar demasiado las
conductas que desde un principio hemos creído oportuno desarrollar
para tratar de conseguir los objetivos.
Por ejemplo, si mi equipo tiene futbolistas para asumir la
responsabilidad en el partido y mi modelo de juego se basa en mantener largos
periodos de tiempo la posesión del balón para ir creciendo en torno a él,
debería ante situaciones adversas seguir con la misma propuesta, quizás
modificando alguna conducta individual que redunde en beneficio del colectivo,
como puede ser un reajuste en alguna línea del equipo, ya sea ofensivo o
defensivo, ó cambiando un futbolista por otro ó simplemente variando alguna
consigna, como adquirir confianza realizando pases al mas cercano para evitar
perdidas que me puedan generar dudas y proporcionar continuidad en el juego de
mi equipo. Parecen cosas muy sencillas, pero que son importantes para que un
futbolista se mantenga dentro de un partido con opciones de intervenir con
éxito en cada acción del juego o no, por éstos pequeños detalles.
En el partido de la selección de España ante Francia, de clasificación
para el Mundial de Brasil, en algunas fases del partido tenía
la sensación de que España podía hacer mucho más de lo que
estaba haciendo. En realidad lo que estaba demostrando la selección española es
un alto grado de competitividad, porque con el transcurso de los minutos, la
selección estaba creciendo en el juego, siendo capaz cada vez más de jugar en
campo contrario y cerca del área donde el juego de posición puede desequilibrar
en cualquier momento. Quizás en algún momento del partido, se echaba
en falta alguna alternativa en el juego al espacio, para crear incertidumbre a
la estructura organizativa de la selección de Francia, y crear dudas sobre si
la presión la debían de hacer en zona o al futbolista más próximo y poseedor
del balón o los siguientes receptores.
Esas dudas que demandamos en al adversario, es decir, en Francia, la
variabilidad en el juego, la aporta en la segunda parte, la incorporación de
Jesús Navas, que servía de desahogo para cualquier acción de medio campo donde
futbolistas como Xavi, Iniesta y Cesc, atraen a sus oponentes con su sola
presencia y conducción mínimas pero suficientes, que con una línea de
pase en corto y preferentemente por dentro simplemente superaban línea de
presión para buscar salida por fuera obteniendo la amplitud que en la primera
parte no se lograba alcanzar.
En definitiva, además del gran talento de nuestra selección de España,
que lo tiene y mucho, el gran éxito y patrimonio de ésta plantilla, sin duda,
radica en que creen en lo que hacen, en sus posibilidades, y en su propuesta de
juego, manteniendo ante cualquier circunstancia su identidad en el juego,
porque son conscientes de que dicha circunstancia es lo que nos ha dado los
mayores éxitos en la historia.
AUTOR: David Martínez
FUENTE: http://www.martinezdavid.es/?p=472
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