¿COMO LOGRO
EL CAMBIO DE PARADIGMAS EN LA PREPARACION EN EL FUTBOL?
Preparador físico del
FC Barcelona. Para muchos el verdadero padre de la metodología de trabajo del
equipo que ha marcado una época en el fútbol. Lo que es ahora es producto de un
exhaustivo estudio del ser humano. No sólo del ser deportista, sino de las variables
que actúan en la respuesta humana a los estímulos de la práctica deportiva de
alta intensidad. Francisco Seiru-lo Vargas (Salamanca, 1945) es el preparador
físico del primer equipo del FC Barcelona desde 1994.
Formado desde la educación física al deporte. "El
objetivo de la Educación Física es educar y el del deporte ganar. Son objetivos
diferentes y el proceso de formación ha de ser diferente" dice Seiru-lo.
Una charla muy cercana al concepto que aplica para la adaptación física de uno
de los mejores equipos de la historia, arranca lejos de los convencionalismos
que también fueron parte de su carrera formativa.
Entró al FC Barcelona en 1977 en la sección de atletismo del
club. Con el tiempo ha reconocido conflictos entre las formas tradicionales de
preparación física y la conciliación de esos conceptos con la preparación en
los deportes colectivos. Centrarse en el conocimiento del deportista y su
interrelación con el deporte que practica y con los espacios de su deporte. Una
manera diferente de entender la preparación física.
P. Entiendo que para usted la preparación física, como tal,
no existe. R. Está claro que las tradiciones, o las formas de entender la
condición física han ido cambiando mucho con el tiempo. Yo no entiendo una
preparación física aislada de lo que es el elemento del futbol. Todo lo que se
haga en la cancha, entendido como preparación física, tiene que ir ligado con
el futbol y con los intereses tácticos, cognitivos. La preparación física
tradicional aumenta la condición física con cuestas, con pesos, con sprints,
carreras en la playa, en el bosque. Para mi esa preparación física para el
futbol no vale, no existe. La condición física tiene que estar integrada en el
entrenamiento total del futbol. Hablando en términos tradicionales: la técnica,
la táctica, la preparación física, la psicológica todo tiene que ser uno. No
puede ir la preparación física por un lado que no tenga nada que ver con los
gestos del futbol, los espacios del futbol, con las relaciones interpersonales
del futbol.
P. ¿Cuándo cambió esto en usted? R. De niño jugué al
fútbol hasta que me pusieron gafas y ya con gafas no podía jugar. Por eso
cambie al atletismo. Tengo una formación básica del atletismo. Durante el
tiempo en el que estuve en mi formación como licenciado de educación física me
valió para entender los conceptos fundamentales del entrenamiento humano, del
entrenamiento deportivo. Es hacer a un sujeto, capaz de soportar un esfuerzo.
Vi que el atletismo y todo lo que concebía, la velocidad, la fuerza, la
resistencia, tenían pruebas especificas para medir esas velocidades, o esa
fuerza o esa resistencia. Me extrañó mucho que al pasar al ámbito de la
práctica de los deportes de equipo, que en esos deportes se hacían las mismas
cosas que en el atletismo. Salidas desde abajo, 'en sus marcas, listos' y
corrían cinco o seis, sprints de 25 metros. Nunca he visto en deportes de
equipo a un jugador detenido, esperando un estímulo acústico para correr a
velocidad en una línea sin que nadie le moleste. P. Estos modelos tradicionales
deben encontrar un agente de cambio que los modifica. ¿Cuál fue ese agente de
cambio en sus métodos? R. Estudiando ciertos modelos de conocimiento complejo
vi que el soporte de la condición física tradicional no llegaba a donde llega
la ciencia de la complejidad. Entendí que estudiando la complejidad podía
cambiar el soporte de las actividades que necesitaban los deportes de equipo. A
partir de ese momento cambié. Hasta los 25-28 años estuve preparando
"atléticamente" a los deportes de equipo. Entendiendo al ser humano
como un ser complejo, una estructura híper-compleja, te permite construir las
tareas en otra dimensión y hacer otra preparación física más específica a los
deportes de equipo.
P. Entendiendo que el trabajo en los deportes de equipo
entonces tiene particularidades concernientes a cada deporte ¿hay similitudes
en el trabajo? R. Muy pocas cosas comunes. Se tiene que hacer una condición
física específica para cada deporte de equipo. Para el básquet por ejemplo,
maneja un objeto con las manos, el desplazamiento se hace con las piernas y la
capacidad de relación interpersonal se hace con el balón que se agarra con la
mano. Eso hace que la motricidad pueda ser muy distinta. Puedes estar más
tiempo en el aire por ejemplo. Puedes diferenciar las acciones de
desplazamiento de las acciones con las manos. El voleibol se parece en el algo
al básquet pero más al fútbol, donde tienes posesión del balón siempre lo estas
impactando. Pero en el fútbol se conduce el balón y uno se desplaza con los
mismos segmentos, los brazos solo se utilizan para equilibrarte y protegerte
del contrario o identificar los espacios que puedes ocupar con tu cuerpo,
anticipándote al adversario. Tener que realizar la tarea de desplazamiento
asociada al control del balón hace que el fútbol sea de los deportes que exige
más a la motricidad humana.
P. ¿Qué lo lleva a ver al fútbol como un deporte colectivo
tan distinto? R. Para golpear el balón en una determinada dimensión, tengo que
organizar todo el cuerpo en esa determinada dimensión. Para diferenciar la
superficie de golpeo del píe, tengo que reorganizar mi cuerpo otra vez en la
dimensión que yo quiero golpear el balón. En los deportes que se juegan con los
pies y con las manos esto es totalmente distinto. Yo puedo estar desplazándome
hacia la derecha y organizarme en otra dimensión que no es la de mi
desplazamiento. En el fútbol esto no es posible, esto complica las relaciones
que yo puedo establecer en el espacio. Los grandes jugadores de fútbol antes de
desplazarse, deben identificar para que se van a desplazar. Mientras que los
jugadores de otros deportes en los que se desplazan con los pies, pero trabajan
con las manos pueden ocultar hasta el último momento esta posibilidad de
interacción con el oponente. En el fútbol, si estoy corriendo hacia un sentido,
las piernas que son los ejecutores del gesto, están orientadas hacia esa
dimensión. Debo estar continuamente recomponiendo mi actitud corporal para
orientarme en la dimensión más eficiente para relacionarme con mis compañeros.
Si juego cerca de la banda, hay un gran espacio de mi posibilidad de adaptación
que está cerrada y tengo que orientarme en la dirección en la que observo más
terreno de juego, estoy coartando mi motricidad y necesito tener recursos
superiores en ese espacio y en ese tiempo que en los otros deportes en los que
puedo estar en esa dimensión de la banda y tener todo el espacio ocupado para
relacionarme con las manos. Todo esto hace que el futbol sea claramente
diferenciado porque lo cognitivo y lo motriz y lo condicional está muy
relacionado con el gesto especifico del fútbol.
P. Otra de las singularidades del futbol es la posesión o no
de la pelota. Un concepto popular lleva a creer que los equipos defienden bien
o atacan bien. ¿Se puede defender y atacar en el futbol? ¿Es una cuestión de
posesión? R. Es tener o no tener la pelota. El futbol se juega con un
balón y si tienes el balón puedes atacar o defender, mantenerlo de alguna
manera. El proceso de identificar las partes de defender y atacar es muy
complicado. El juego se hace a través del balón. Puedes estar jugando solo
cuando lo tienes. Eso es lo que hacen los niños. Siempre pongo este ejemplo. El
balón era mío pero mi hermano iba a buscarme para quitármelo. Lo hacían, y
tenía que gritar porque no me lo devolvían. Si yo quiero jugar debo tener el
balón. ¿Cómo lo tengo? Yo paso el balón a mi compañero, pero ninguno de los dos
lo tiene. En el balonmano se tiene. Pero en el futbol se conduce el balón, no
se tiene aprehendido. Cuando hacemos juegos de posesiones, entendemos que
cuando el mismo equipo ha dado tres toques entonces si tenemos un tiempo de
posesión. Si al segundo toque se pierde entonces nunca se tuvo. En el momento
que nosotros tenemos el balón podemos decidir si mantenemos el balón sin riesgo
de pérdida, entonces nos defendemos. Si jugamos el balón con más riesgo de
perderlo entonces estamos atacando. Pero la identificación de defender y atacar
no se refiere al hecho en sí. Sino con la intencionalidad que cada jugador al
pasar el balón al compañero. En la dimensión relacional, socio-afectiva. La
intencionalidad de la comunicación interpersonal o intergrupal.
P. En el marco de juego de posesión ¿es tan importante la
recuperación como la tenencia? R. Es que si no lo recuperamos no lo tenemos.
Muchas veces en el futbol se dice "ahora vamos a recuperar la
pelota". El concepto que tiene cada jugador es que "la pelota es mía
y de mi equipo y la queremos para poder jugar". Si no tenemos la pelota
estamos corriendo y no nos gusta correr. Nos gusta jugar al futbol, pasarnos la
pelota. Esa energía interna que te da esa intención es la que te hace estar
continuamente, cuando pierdes el balón, con ganas de ir a buscarlo estés donde
estés. La función del entrenador es organizar esa forma de recuperación del
balón lo antes posible. En el momento que perdemos como nos organizamos para
tener el balón inmediatamente. Si somos capaces de inculcar a nuestros
jugadores que el balón es lo que nos hace fuertes tenemos un paso muy grande
dado.
P. En esa organización con la intención de poseer la pelota
también está el paso posterior a la perdida de la pelota. ¿Se prepara
colectivamente el equipo para estar posicionado de manera que con la tenencia
de la pelota se está mejor para recuperarla? R. Claro. Para relacionarnos a
través del balón necesitamos tener una determinada organización
espacio-temporal. Hay espacios de superioridades que se refieren a distintos
aspectos del juego. Cuando hay mayor cantidad de jugadores en una zona, tenemos
superioridad numérica. Pero a veces teniendo inferioridad numérica estamos
mejor posicionados o si estamos relacionados los que nos identificamos más los
que nos pasamos más la pelota, tenemos superioridad socio-afectiva. Si hay tres
jugadores que tienen una gran vocación "de ataque", capaces de
diseñar espacios para llegar a la portería pues tenemos una superioridad
técnica. Emotivo-evolutiva. Todos estos tipos de superioridades te ayudan a que
cuando pierdes el balón, cualquier superioridad que tengas la utilices. Si es
numérica, acercándose al que está más cerca, los otros tapando a los posibles
receptores del balón del contrario. Si es posicional, estamos coartando la
posibilidad que ese sujeto que nos ha robado el balón pueda relacionarse. Si es
emotivo-evolutiva, tenemos un espacio inmediato de cooperación que como los
lobos de la manada, cada uno hace una función para atacar a la presa. Esa
situación nos permite interpretar que cuando perdemos el balón utilicemos la
superioridad que en ese momento beneficie al equipo.
P. ¿Cómo se disponen esas superioridades? R. Por la
organización del espacio que tuvimos antes de perder el balón. Por eso mucha
veces el que dice que hay que hacer muchos pases para llegar al arco se
equivoca. Hay que hacer los pases suficientes para organizarnos en el espacio y
en el tiempo, en la dimensión que nosotros estimamos en cada momento que puede
ser más eficiente para hacer esas dos cosas. O para mantener el balón sin riesgo
de perderlo o el espacio adónde vamos a arriesgar perderlo, nos organizamos con
la intencionalidad que podemos perder el balón y pasar al contrario. Buscamos
la superioridad sea numérica, posicional, cognitiva, socio-afectiva para actuar
sobre la dimensión de recuperar el balón
.
P. Para esa interpretación conceptual se exige mucho al
físico y a la voluntad. Ante esto ¿cómo se prepara un jugador para soportar una
temporada de 60 partidos a ese ritmo? R. El proceso del que te hablo, de
entender así el futbol, no se hace en una temporada. Es una filosofía de
entender el juego, un poco la filosofía del Barcelona. La identidad de un
equipo es concretamente definida por el tipo de jugadores que tiene y la
filosofía que conlleva el entorno en el que están esos jugadores. Si en la
dimensión del entrenamiento se fomentara algo que no fuera estrictamente eso,
se complica. Si nosotros tenemos una condición física ajustada a lo que
necesita ese jugador, se puede mantener toda la temporada. La cualidad, en
términos tradicionales, predominante para eso es la resistencia a la fuerza y
la velocidad. Ese tipo de cualidad se recupera muy rápido y se puede estar
entrenando prácticamente todo el año. Mientras si hiciéramos el ciclo de
entrenamiento "tradicional, resistente" tendríamos muchos problemas
para mantenerlo toda la temporada. La carga de competición es muy alta, tres
partidos por semana y si además tuviéramos que entrenar resistencia estaríamos
haciendo más lentas las formas de desplazamiento que necesita el jugador en
este tipo de juego. Nosotros siempre tenemos la tendencia a trabajar en entrenamiento
poco tiempo, pero siempre ha muy alta velocidad. Esos elementos a muy alta
velocidad se optimizan siempre con muy pocas repeticiones y más tiempo de
pausa. Con situaciones de juego reales en espacio reducido. Todo esto te da
posibilidades de estar prácticamente toda la temporada en buen estado de forma.
P. La tradición habla de pretemporadas como si fueran
estaciones de servicio para llenar el tanque en espera que este dure toda la
temporada. Entendiendo el concepto de lo que es el acondicionamiento físico,
¿las pretemporadas convencionales desaparecen? R. Otro de los conceptos que
entendemos que son fundamentales para el fútbol es la optimización del jugador.
No la organización de tiempo de entrenamiento en función del momento de la
temporada en la que está. Esto supone que en las etapas formativas del jugador
posiblemente los 12, 16, 18 años tengamos que respetar más los conceptos
tradicionales de pretemporada, temporada y tiempo de descanso o transición.
Pero en los que llevan seis o siete años entrenando así, su organización
metabólica, adaptativa a ese tipo de forma de práctica se hace ya tan continua
que para subir una cualidad en esa organización se hace muy complicado. Si tú
quieres en la pretemporada cargar el tanque de resistencia, tienes que hacer
grandes volúmenes de resistencia entonces no puedes entrenar los elementos del
juego. Porque se hace lento el juego y las relaciones interpersonales. Cuando
quieres volver a recuperar todo eso posiblemente la resistencia que has
optimizado ha perdido su beneficio. Cuando ya estás en la alta competición la
pretemporada no tiene sentido.
P. ¿Cómo organiza una pretemporada dentro de este concepto?
R. Nosotros viajamos a EEUU y lo hacemos tras una semana de entrenamiento sin
competencia. Cinco días y al sexto día ya competimos. Tenemos que centrarnos en
que el jugador esté dispuesto en cada momento a jugar un partido. Si puede ser
cada tres días, pues cada tres días. Nosotros hemos estado casi cuatro años
haciendo más del 80% de semanas jugando dos partidos semanales al estar en tres
competiciones. Es imposible pensar que trabajando mes y medio de pretemporada
te va a servir nueve meses más tarde. Es una ilusión, una cosa imposible.
Tienes que estar haciendo micro ciclos estructurados, micro entrenamientos, que
nos sirven para diseñar las cargas inmediatas a los partidos y centradas en el
individuo que pueda estar siempre en condiciones de poder competir y no tener
una condición de entrenamiento muy alejada de poder competir al alto nivel.
P. ¿Se termina con este concepto, el desarrollo de atletas
para jugar al fútbol? R. Antes se hablaba que primero hay que hacer
atletas y después futbolistas. He estado mucho tiempo entrenando atletas,
velocistas, lanzadores. Si haces un atleta verdaderamente será un atleta. El
niño desde que tiene 6 años tiene que ser futbolista y tiene que aprender la
motricidad especifica del futbol, las condiciones espacio-temporales del
futbol, las relaciones interpersonales, la emoción del juego del futbol, las
tradiciones y la sabiduría del juego del futbol. Hacer primero un atleta y
luego cambiarlo a futbolista es muy difícil. No llegará a sentirlo tan suyo
como en el caso primero. Desde el principio debe ser jugador de fútbol.
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