domingo, 21 de diciembre de 2014

RUÍ FARÍA. Entrenador asistente de Mourinho.


Rui Faria: "Mou sabe lo que quiere, pero claro que escucha"
CARLOS CARPIO


P. ¿Hay mucha diferencia entre entrenar al Madrid y al Inter?
R. 
Sí, es muy diferente. En el Inter todo era más familiar, había mucha menos gente en la estructura y era más sencilla la comunicación interna. Aquí todo es muy grande, enorme, y tenemos más condiciones para poder realizar un gran trabajo. Hablo de condiciones a nivel de estructuras pero también a nivel humano. Cada club es una realidad diferente y nosotros tenemos que adaptarnos al club, no al revés. Por ser el Madrid no cambiamos nuestro modo de trabajar ni nuestra ambición. Quizás exista aún más responsabilidad de la que ya tenemos.

P. ¿Hay más exigencia de la prensa? ¿Somos tan difíciles como a veces sugiere Mourinho?
R. 
La prensa es diferente e igual en todos los países.

P. ¿Es un cumplido o un agravio?
R. 
No, no, no es nada malo. Lo que quiero decir es que si los objetivos del equipo son grandes, y en el Real Madrid son los máximos, la prensa siempre exige, y exige mucho. Pero nosotros no podemos dedicarnos a estar escuchando las críticas o los elogios cada día, tenemos que intentar aislarnos y concentrarnos en nuestro trabajo.

P. ¿Les ha costado adaptarse más al fútbol español que al italiano o el inglés?
R. 
Cada Liga es una historia. El fútbol italiano es muy táctico, en el Calcio hay una cultura táctica muy grande. El fútbol inglés es más pasional, más rápido pero también más emotivo, allí el día del partido la gente sólo piensa en el partido. Y hay mucha intensidad en el juego. En España es una mezcla de ambos.

P. Usted es la persona que mejor conoce a Mourinho, llevan juntos toda su carrera. ¿En los partidos le consulta sobre aspectos tácticos del juego?
R. 
José es muy especial [risas]. En los partidos él tiene su opinión sobre lo que está ocurriendo en el campo y la manifiesta, pero también nos pide nuestra opinión porque quiere saber si tenemos ideas diferentes a la suya.

P. ¿Y es fácil hacerle cambiar de opinión?
R. 
Él es muy consciente de lo que quiere en todo momento, tiene las ideas muy claras, pero claro que escucha. Y a todo el mundo, no sólo a mí. Si quieres trabajar con Mourinho tienes que tener tu propia opinión y hacer tus propios análisis, porque él quiere conocer tu opinión. No quiere que le digas siempre lo mismo que él piensa.

P. ¿Usted es preparador físico, es ayudante...? ¿Qué nombre exacto tiene su puesto?
R. 
Todos somos entrenadores asistentes, no sólo yo.

P. “Mi equipo de trabajo usa una metodología que rompe con todos los conceptos tradicionales del entrenamiento analítico. Entrenamos según un concepto que llamamos ‘interligación de todos los factores’, donde trabajamos todo simultáneamente, incluso el factor emocional”. Son palabras de Mourinho. A lo largo de estos 10 años, ¿han seguido siempre la misma metodología o la han ido evolucionando?
R. 
La filosofía es la misma. Con la experiencia vas mejorando, lógico, perfeccionas el método de trabajo, pero en lo básico no varía.

P. ¿No varía ese método en función del equipo o del país?
R. 
No. Al llegar a un equipo nuevo hacemos un análisis de las características de los jugadores y trabajamos en función de ellos. Puede cambiar la forma en que exploramos sus características, y los ejercicios se adaptan a esas características. Debes percibir bien lo que tienes entre manos y lo mejor que puedes hacer con ellos.

P. ¿La intensidad en el juego se entrena?
R. 
Sí, claro, y va asociada a niveles de concentración, no sólo al apartado físico. Nosotros entrenamos mucho con balón porque preparamos las situaciones que se van a encontrar en los partidos, y así los jugadores están mucho más concentrados.


P. Cuando hablan de la ‘interligación de todos los factores’ aseguran que el factor emocional también se ensaya.
R. 
Es que el factor emocional es decisivo. No creemos en la separación de lo físico, lo táctico y lo psicológico, es un todo. Buscamos la complejidad, una adaptación más global, con ejercicios que buscan las situaciones reales de juego. Ahí entra lo táctico y lo físico, pero la emoción cerebral es el centro de todo.

P. ¿Influye la presión que supone jugar en un club grande al entrenar? Sobre todo en los futbolistas más jóvenes.
R. 
Que un jugador tenga capacidad para aguantar tiene que ver con su personalidad, no con su edad. Hay futbolistas que llegan a un club  y descubren que no son capaces de jugar al máximo nivel de sus condiciones. Eso es la presión. Claro que influye.

P. ¿Los jugadores se adaptaron fácilmente a su filosofía de entrenamiento alejada de los preparadores físicos tradicionales? Los primeros días de pretemporada, cuando vieron que no pisaban el gimnasio ni hacían carrera continua, estaban muy sorprendidos.
R. 
Sí, reaccionaron bien porque a ellos lo que les gusta es jugar al fútbol, y todos los ejercicios son siempre con balón. Suena fácil, pero detrás hay mucho trabajo, se lo aseguro [risas]. Pero de esa forma es más fácil motivarles.

P. También hubo escépticos. Algunos dudaban que así pudieran mantener un tono físico elevado toda la temporada.
R. 
Sí, es cierto, pero es normal. No estaban habituados a nuestro método y siempre que te cambian tu rutina al principio te cuesta. Pero tenemos 10 años de experiencia trabajando así, sabemos lo que hacemos y no teníamos duda de que funcionaría. Enseguida se habituaron, y cuando comprobaron la intensidad de los entrenamientos hubo menos bromas [risas].

P. Y funcionó. Llegaron al momento clave de la temporada en mejor forma física que su gran rival, el Barcelona.
R. 
Sí, llegamos en el mejor momento, no sólo físico, pero tampoco es algo que se pueda cuantificar a nivel de rendimiento. Aunque luego frente al Barça ya hubo otros condicionantes…

P. ¿Habla de los árbitros quizás?
R. 
Sí, claro, y eso ya no se puede entrenar [risas]. Es una broma, ¿eh? Que quede claro…

P. ¿Es posible mantener el mismo nivel toda la temporada o hay que programar picos de rendimiento para ciertas fechas?
R. 
Los picos de rendimiento colectivo no existen. No puedes preparar a un equipo para asegurarte que estará a buen nivel en un momento determinado. El equipo puede estar bien físicamente y luego no jugar bien. El estado de forma es algo mucho más complejo que la forma física. Nuestro objetivo es alcanzar un buen rendimiento durante todo el año, de forma lineal.

P. ¿Y cómo se consigue eso?
R. 
Si quieres lograr una buena organización del juego y tienes claro cómo quieres jugar y cuáles son las características de tus jugadores, debes preparar ejercicios para que sepan gestionar esas situaciones en los partidos. Hay que priorizar los comportamientos, con ejercicios de 3 contra 3, de 5 contra 5, etc. La distribución de los ejercicios a lo largo de la semana es muy importante, sobre todo si juegas dos partidos por semana.

P. ¿Tienen muchos ejercicios preparados? ¿Cuántos: 25, 50, 100? Me llama la atención ése ‘cuadernazo’.
R. 
No sé exactamente cuántos son, no los cuento, pero son muchos. A lo largo de 10 años, imagínese… Siempre estamos preparando nuevos ejercicios, pero manteniendo el objetivo. El aspecto motivacional de los jugadores es fundamental.

P.¿No es una paradoja que a Mourinho se le acuse de ser un técnico defensivo y en sus entrenamientos todo gire en torno al balón?
R. 
Es que no sé de dónde sale eso de que es un entrenador defensivo, ¿en qué se basan? Fuimos campeones en Italia, en Inglaterra, en Portugal, y seguramente lo seremos en España, y siempre acabamos como el equipo con mejor ataque: ha pasado aquí y pasó en el Inter, en el Chelsea, en el Oporto. No lo entiendo.

P. Le noto molesto…
R. 
No, pero no entiendo esas críticas. Lo del equipo defensivo salió por unos partidos concretos en los que jugábamos contra un rival muy especial y que además casi siempre jugamos 10 contra 11… Pero durante toda la temporada ahí está nuestro juego y nuestros números. No me enfada, no puedo perder el tiempo con este tipo de cosas.

P. ¿Cómo es trabajar día a día con Mourinho?
R. 
Es fácil y muy difícil al mismo tiempo. Es fácil porque tiene que estar todo siempre bien organizado, y también es muy difícil por su enorme exigencia: todo tiene que funcionar bien. Aquí, a este nivel, no existen los amigos. O tienes capacidad o no la tienes, no hay más.

P. ¿Es usted tan exigente?
R. 
Lo intento. Y después de 10 años trabajando con José, debo haberlo conseguido, ¿no? [risas]. Si no, no estaría aquí.

P. ¿Trabaja tanto como dicen?
R. 
Sí, mucho, mucho. Está en todo, en las cosas más importantes y en los detalles más pequeños. Es exhaustivo.

P. Villas Boas fue entrenador asistente de Mourinho y ahora triunfa con el Oporto. Usted ha recibido muchas ofertas para ejercer de primer entrenador. La última, del Sporting de Lisboa. ¿Le tienta la idea?
R. 
En 10 años he tenido varias ofertas, algunas de equipos del máximo nivel, y es un orgullo ese interés. Pero para mí es un honor trabajar con el mejor entrenador del mundo, y ahora además en el mejor club. Mantengo la motivación de trabajar junto al mejor y actualmente sólo pienso en trabajar a su lado.

P. ¿Se ve entrenando solo en un futuro?
R. 
Ya digo que estoy motivado para seguir trabajando como asistente de Mourinho. Mi futuro ahora es este presente. Luego, quién sabe.

P. ¿Y entrenando con otro entrenador principal?
R. 
Imposible. O entreno con José o solo. Con otro entrenador no tendría sentido.

P. ¿Qué porcentaje de su potencial ha alcanzado el equipo en esta primera temporada? ¿Mejorarán mucho la próxima?
R. 
No me gusta hablar de cantidades ni porcentajes. En el fútbol, y en muchos otros aspectos de la vida, lo que cuenta es la calidad. Y mejoraremos, seguro.

P. ¿Qué objetivo se han marcado para la próxima temporada?
R. 
Ganarlo todo, el mismo que teníamos este año. Y en el Real Madrid, con más motivo.

P. Respóndame con una palabra a una pregunta que lleva el mismo título de un libro sobre José Mourinho: ¿por qué tantas victorias?
R. 
Profesionalidad.

P. Puede usted extenderse un poco, hombre.
R. 
Su profesionalidad es el secreto. Lo es todo, su mentalidad, cómo trabaja, cómo piensa, cómo analiza, cómo motiva… La enorme pasión con la que hace, mejor dicho, con la que hacemos, nuestro trabajo.


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