“El equilibrio es la coordinación posicional de todos los
jugadores tanto ofensiva como defensivamente. El fútbol es ataque y defensa, y
un equipo no puede depender sólo de lo que se hace adelante o confiar solamente
en la parte de atrás. La fase ofensiva y defensiva son dimensiones
indisociables, no se pueden desintegrar, ya que están integradas. Toman
acuerdos conjuntamente, se hablan de tú a tú. Para mantener el equilibrio es
necesario optimizar y racionalizar las funciones de los jugadores, es decir que
los jugadores sepan lo que tienen que hacer cuando están por delante del balón,
por detrás, a la derecha y a la izquierda, para poder controlar el juego. Para
obtener una mayor y mejor eficacia defensivamente debe estar dispuesto en pocos
metros, es decir ser más corto. Si el equipo recupera el balón ofensivamente va
a estar más junto y las transiciones serán más rápidas y precisas, el poseedor
tendrá más posibilidades, y existirá menos déficit en la continuidad del juego
(ayudas ofensivas). Al no estar las líneas excesivamente separadas facilitará
dominios de segundas jugadas, abortar tras pérdida del balón las intenciones
del rival… Por el contrario si prevalecen distancias exageradas entre
jugadores, obligan a acciones individuales, conducciones… La esencia del juego
colectivo reside en el ataque y la defensa que deben estar conectadas en
espacio y tiempo, deben ser caras de una misma moneda. Hay que participar en
las dos fases. Ninguna puede ser lenta. No se puede participar en una y en otra no. En el fútbol no existe ataque y
defensa como fases separadas cuando se ataca hay que tener presente que se
puede perder el balón y viceversa, cuando defendemos tendremos presente que un
determinado momento recuperamos el balón y deberemos acceder a la portería
contraria y hacer gol.
Por ejemplo la zona no debemos limitarla desde la
estructuración de sus distintas actuaciones defensivas, ya que ésta no coarta
ofensivamente al colectivo; al contrario, supedita y allana el camino de las
diversas evoluciones ofensivas del equipo. Defender en zona aun estando sin
balón es como una conducta ofensiva de la defensa y parte de su eficacia estará
determinada en la mutación inmediata de una mentalización defensiva a ofensiva”.
“Horst Wein: El ataque y la defensa son las dos ruedas de
un carro. Deben rodar simultáneamente”.
“En la transición lo que menos se trabaja en el
entrenamiento diario, generalmente se pone más empeño en el aspecto defensivo.
Pero, ¿Para qué recupero? Y Ahora que tengo el Balón… ¿Qué hago? Muchos equipos
se organizan muy bien defensivamente, pero su principal problema es cuando se
apoderan de la pelota: Míster ¿Sigo defendiendo? Hay que hacer de la defensa el
arte de atacar”.
“Hay que defender muy bien… para atacar mejor”.
“El ataque y la defensa tienen carácter de
reversibilidad, lo más importante reside en su capacidad de gestión”.
Manuel Conde.
“El equilibrio obliga a concebir y a aplicar, en
conjunto, la táctica de tal manera que nos permita resolver las situaciones con
sentido pleno de equipo. Para ello se debe comenzar racionalizando, si es
posible, el trabajo ofensivo y defensivo, entre los jugadores, a lo largo y
ancho del campo. Hay que defender y atacar con eficacia. A lo largo del campo
se conseguirá obligando a que las líneas de los sistemas actúen juntas para no
romper el equipo, y a lo ancho obligando a que las acciones se desarrollen
aprovechando la anchura del campo y por el mayor número de jugadores tanto
ofensiva como defensivamente”. Julio
Díaz.
“El juego es una unidad indivisible, no hay momento
defensivo sin momento ofensivo. Ambos constituyen una unidad funcional”.
“Si no puedo intervenir en defensa, tengo que colocarme
para atacar y si no puedo intervenir en ataque debo colocarme para defender. La
situación de defensa empieza antes de la pérdida de balón, estaría formada por
todos aquellos movimientos que realizan los jugadores que no intervienen
directamente en el momento ofensivo para preparar la situación de defensa”.
“La mejor forma de preparar a un equipo para la fase sin
balón… es tener una buena fase con balón”.
J.M. Lillo.
“Lo que permite a un equipo estar equilibrado cuando
ataca tiene que ver, no sólo con la disposición de los jugadores en el terreno,
sino sobre todo, con las posibilidades que existen de ligazón entre esos
jugadores en el sentido de acortar distancias entre sí, de disminuir las
distancias entre líneas”.
Julio Garganta.
“La eficacia en las transiciones depende, en gran medida,
de la toma de conciencia por parte del jugador, de la naturaleza del juego, es
decir, de la comprensión del ciclo del juego, determinado por los cambios
continuados de posesión de balón, es decir, la continua correlación
ataque-defensa-ataque. Reconocer en base a las regularidades del rival al que
nos enfrentamos y las propias, perspectiva estratégica, cuáles son los espacios
previsibles de recuperación del balón, que espacios son susceptibles de
explotar, qué tipo de conductas priorizaremos para aprovecharlos, cómo
repartimos el espacio resultante… en caso de recuperación del balón, así como
qué funcionamiento específico manifestamos, ofrecimiento de determinados espacios,
circunstancias ante las cuales retroceder o adelantar las diferentes líneas o
unidades de alguna de ellas, acoso al poseedor y receptores potenciales más
cercanos… en caso de pérdida de balón considerando todo lo descrito como parte
de un solo proceso (perspectiva sistémica). Sólo así seremos capaces de diseñar situaciones de entrenamiento que
no separe, algo habitual en las sesiones de los diferentes equipos, en un alarde
de reduccionismo las fases de ataque y defensa”.
Óscar Cano.
“En el juego defender es sólo medio camino…La parte más
fácil del camino”,
“Al atacar (o al defender) no se está sólo atacando (o
defendiendo). Atacar contemplando la posible pérdida de balón… va más allá de
espacio físico. Implica un crecimiento cultural por parte del equipo y del
jugador, según el modo de jugar que se pretende. Se requiere un saber sobre un
saber hacer”.
“Debemos entender el partido, y el jugar, como un flujo
continuo, un continuum y no como algo seccionado, dividido”. Nuno
Amieiro.
“La transición defensa-ataque tiene que tener una
relación íntima con aquello que es nuestra manera ofensiva de jugar. No consigo
disociar donde es que comienza la organización si en la defensa o en el ataque.
Cuando preparo a mi equipo para cualquier partido lo
preparo con la intención de ganar, entrenando de igual forma su organización
defensiva y ofensiva”.
“Yo no voy para ningún partido en donde la organización
defensiva me exija más que la organización ofensiva, de la misma forma que no
preparo un solo partido sin que todos los jugadores tengan su función defensiva
y ofensiva.
Inclusive el portero tiene su función ofensiva en el
juego, participando activamente en el entrenamiento de la organización ofensiva”.
“El partido está preparado de una forma equilibrada y el
entrenamiento está también efectuado en ese sentido. Entiendo que el equipo es
un todo y su funcionamiento está realizado en un todo también. Pienso que todo
esto está demasiado interrelacionado para yo poder conseguir hacer esa
separación”.
“Creo que cualquier jugador, para tener libertad en su
juego y en su pensamiento, para poder ser creativo y para poder salir de lo
habitual, tiene que correr riesgos y quién corre riesgos comete errores y
pierde el balón. Por lo tanto, pienso que para que haya esa creatividad y esa
libertad que embellecen el juego, el equipo tiene que estar preparado
posicionalmente para el momento de la pérdida”. José Mourinho.
“No es posible considerar una buena transición si el
momento defensivo ha sido desorganizado o la pérdida de pelota en ataque fue con
nuestro equipo mal dispuesto”.
“Si el fútbol es un todo no se puede considerar la
transición sin considerar la estructurar posicional del momento defensivo y del
momento ofensivo”.
“Nos acostumbramos
a que el preconcepto de orden sea un atavismo de la organización defensiva,
pero un equipo que ataca mal, con distancias entre sus jugadores, sin ocupar
bien el campo, cuando se despliega puede defender bien tras la pérdida. Por eso
hay mucho de orden defensivo en cómo te desenvuelvas en ataque. Eso tan
analítico de fase de ataque y fase de defensa es una falacia, aquí todo pasa
entre medio, tras pérdida, tras recuperación, no como en otros deportes que el espacio
de ataque, defensa, está delimitado (balonmano). Defender bien tiene mucho que
ver con la disposición de tus jugadores cuando atacas, porque la buena defensa
es tras la pérdida, el orden defensivo va a depender del orden posicional en
ataque”.
Raúl Caneda.
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