martes, 23 de diciembre de 2014

TRANSICIONES. REFLEXIONES.



“El equilibrio es la coordinación posicional de todos los jugadores tanto ofensiva como defensivamente. El fútbol es ataque y defensa, y un equipo no puede depender sólo de lo que se hace adelante o confiar solamente en la parte de atrás. La fase ofensiva y defensiva son dimensiones indisociables, no se pueden desintegrar, ya que están integradas. Toman acuerdos conjuntamente, se hablan de tú a tú. Para mantener el equilibrio es necesario optimizar y racionalizar las funciones de los jugadores, es decir que los jugadores sepan lo que tienen que hacer cuando están por delante del balón, por detrás, a la derecha y a la izquierda, para poder controlar el juego. Para obtener una mayor y mejor eficacia defensivamente debe estar dispuesto en pocos metros, es decir ser más corto. Si el equipo recupera el balón ofensivamente va a estar más junto y las transiciones serán más rápidas y precisas, el poseedor tendrá más posibilidades, y existirá menos déficit en la continuidad del juego (ayudas ofensivas). Al no estar las líneas excesivamente separadas facilitará dominios de segundas jugadas, abortar tras pérdida del balón las intenciones del rival… Por el contrario si prevalecen distancias exageradas entre jugadores, obligan a acciones individuales, conducciones… La esencia del juego colectivo reside en el ataque y la defensa que deben estar conectadas en espacio y tiempo, deben ser caras de una misma moneda. Hay que participar en las dos fases. Ninguna puede ser lenta. No se puede participar en una  y en otra no. En el fútbol no existe ataque y defensa como fases separadas cuando se ataca hay que tener presente que se puede perder el balón y viceversa, cuando defendemos tendremos presente que un determinado momento recuperamos el balón y deberemos acceder a la portería contraria y hacer gol.

Por ejemplo la zona no debemos limitarla desde la estructuración de sus distintas actuaciones defensivas, ya que ésta no coarta ofensivamente al colectivo; al contrario, supedita y allana el camino de las diversas evoluciones ofensivas del equipo. Defender en zona aun estando sin balón es como una conducta ofensiva de la defensa y parte de su eficacia estará determinada en la mutación inmediata de una mentalización defensiva a ofensiva”.

“Horst Wein: El ataque y la defensa son las dos ruedas de un carro. Deben rodar simultáneamente”.

“En la transición lo que menos se trabaja en el entrenamiento diario, generalmente se pone más empeño en el aspecto defensivo. Pero, ¿Para qué recupero? Y Ahora que tengo el Balón… ¿Qué hago? Muchos equipos se organizan muy bien defensivamente, pero su principal problema es cuando se apoderan de la pelota: Míster ¿Sigo defendiendo? Hay que hacer de la defensa el arte de atacar”.

“Hay que defender muy bien… para atacar mejor”.

“El ataque y la defensa tienen carácter de reversibilidad, lo más importante reside en su capacidad de gestión”.                                                                           Manuel Conde.

“El equilibrio obliga a concebir y a aplicar, en conjunto, la táctica de tal manera que nos permita resolver las situaciones con sentido pleno de equipo. Para ello se debe comenzar racionalizando, si es posible, el trabajo ofensivo y defensivo, entre los jugadores, a lo largo y ancho del campo. Hay que defender y atacar con eficacia. A lo largo del campo se conseguirá obligando a que las líneas de los sistemas actúen juntas para no romper el equipo, y a lo ancho obligando a que las acciones se desarrollen aprovechando la anchura del campo y por el mayor número de jugadores tanto ofensiva como defensivamente”.                                      Julio Díaz.

“El juego es una unidad indivisible, no hay momento defensivo sin momento ofensivo. Ambos constituyen una unidad funcional”.

“Si no puedo intervenir en defensa, tengo que colocarme para atacar y si no puedo intervenir en ataque debo colocarme para defender. La situación de defensa empieza antes de la pérdida de balón, estaría formada por todos aquellos movimientos que realizan los jugadores que no intervienen directamente en el momento ofensivo para preparar la situación de defensa”.

“La mejor forma de preparar a un equipo para la fase sin balón… es tener una buena fase con balón”.                                                J.M. Lillo.

“Lo que permite a un equipo estar equilibrado cuando ataca tiene que ver, no sólo con la disposición de los jugadores en el terreno, sino sobre todo, con las posibilidades que existen de ligazón entre esos jugadores en el sentido de acortar distancias entre sí, de disminuir las distancias entre líneas”.                                                             Julio Garganta.

“La eficacia en las transiciones depende, en gran medida, de la toma de conciencia por parte del jugador, de la naturaleza del juego, es decir, de la comprensión del ciclo del juego, determinado por los cambios continuados de posesión de balón, es decir, la continua correlación ataque-defensa-ataque. Reconocer en base a las regularidades del rival al que nos enfrentamos y las propias, perspectiva estratégica, cuáles son los espacios previsibles de recuperación del balón, que espacios son susceptibles de explotar, qué tipo de conductas priorizaremos para aprovecharlos, cómo repartimos el espacio resultante… en caso de recuperación del balón, así como qué funcionamiento específico manifestamos, ofrecimiento de determinados espacios, circunstancias ante las cuales retroceder o adelantar las diferentes líneas o unidades de alguna de ellas, acoso al poseedor y receptores potenciales más cercanos… en caso de pérdida de balón considerando todo lo descrito como parte de un solo proceso (perspectiva sistémica). Sólo así seremos capaces  de diseñar situaciones de entrenamiento que no separe, algo habitual en las sesiones de los diferentes equipos, en un alarde de reduccionismo las fases de ataque y defensa”.
Óscar Cano.

“En el juego defender es sólo medio camino…La parte más fácil del camino”,

“Al atacar (o al defender) no se está sólo atacando (o defendiendo). Atacar contemplando la posible pérdida de balón… va más allá de espacio físico. Implica un crecimiento cultural por parte del equipo y del jugador, según el modo de jugar que se pretende. Se requiere un saber sobre un saber hacer”.

“Debemos entender el partido, y el jugar, como un flujo continuo, un continuum y no como algo seccionado, dividido”.                                              Nuno Amieiro.

“La transición defensa-ataque tiene que tener una relación íntima con aquello que es nuestra manera ofensiva de jugar. No consigo disociar donde es que comienza la organización si en la defensa o en el ataque.
Cuando preparo a mi equipo para cualquier partido lo preparo con la intención de ganar, entrenando de igual forma su organización defensiva y ofensiva”.

“Yo no voy para ningún partido en donde la organización defensiva me exija más que la organización ofensiva, de la misma forma que no preparo un solo partido sin que todos los jugadores tengan su función defensiva y ofensiva.
Inclusive el portero tiene su función ofensiva en el juego, participando activamente en el entrenamiento de la organización ofensiva”.

“El partido está preparado de una forma equilibrada y el entrenamiento está también efectuado en ese sentido. Entiendo que el equipo es un todo y su funcionamiento está realizado en un todo también. Pienso que todo esto está demasiado interrelacionado para yo poder conseguir hacer esa separación”.

“Creo que cualquier jugador, para tener libertad en su juego y en su pensamiento, para poder ser creativo y para poder salir de lo habitual, tiene que correr riesgos y quién corre riesgos comete errores y pierde el balón. Por lo tanto, pienso que para que haya esa creatividad y esa libertad que embellecen el juego, el equipo tiene que estar preparado posicionalmente para el momento de la pérdida”.                                               José Mourinho.

“No es posible considerar una buena transición si el momento defensivo ha sido desorganizado o la pérdida de pelota en ataque fue con nuestro equipo mal dispuesto”.

“Si el fútbol es un todo no se puede considerar la transición sin considerar la estructurar posicional del momento defensivo y del momento ofensivo”.

 “Nos acostumbramos a que el preconcepto de orden sea un atavismo de la organización defensiva, pero un equipo que ataca mal, con distancias entre sus jugadores, sin ocupar bien el campo, cuando se despliega puede defender bien tras la pérdida. Por eso hay mucho de orden defensivo en cómo te desenvuelvas en ataque. Eso tan analítico de fase de ataque y fase de defensa es una falacia, aquí todo pasa entre medio, tras pérdida, tras recuperación, no como en otros deportes que el espacio de ataque, defensa, está delimitado (balonmano). Defender bien tiene mucho que ver con la disposición de tus jugadores cuando atacas, porque la buena defensa es tras la pérdida, el orden defensivo va a depender del orden posicional en ataque”.
 Raúl Caneda.    

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