" Sin duda es una de las
frases que se escuchan habitualmente en distintos foros futbolísticos".
Weinberg y Gould: “los deportistas con altos niveles de
auto-confianza se fijan objetivos más ambiciosos y responden de forma más
eficiente a situaciones complejas y de mayor dificultad.”
“A menos que la gente esté dispuesta a escucharte, a menos
que tú estés preparado para escucharles y entenderlos como personas, el mejor
libro de coaching del mundo no te ayudará. Todo gira en torno a las relaciones
que tienes con tus jugadores y la confianza que existe entre vosotros. Así es
la vida”. Graham Taylor.
“A menos que la gente esté dispuesta a escucharte, a menos
que tú estés preparado para escucharles y entenderlos como personas, el mejor
libro de coaching del mundo no te ayudará.
Todo gira en torno a las relaciones que tienes con tus
jugadores y la confianza que existe entre vosotros. Así es la vida”.
Por lo tanto, debemos tener claro el papel que debe
desempeñar el entrenador dentro de un equipo de fútbol, asumiendo la
dependencia del jugador, sus circunstancias, sentimientos y capacidades, pues
son, lo que el propio Óscar Cano denomina “proyectos imaginarios del
entrenador”, la falta de empatía o el desconocimiento de la personalidad de
cada uno de nuestros jugadores, algunas de las causas más comunes del fracaso
de muchos equipos y, con ellos, de sus entrenadores.
Ese acertar con las necesidades de nuestro jugador será
fundamental a la hora de reforzar la confianza en sí mismo, en su papel
protagonista dentro del funcionamiento del equipo y en lo que el entrenador le
está transmitiendo, ya que como recogen Weinberg y Gould “los deportistas con
altos niveles de autoconfianza se fijan objetivos más ambiciosos y responden de
forma más eficiente a situaciones complejas y de mayor dificultad.”
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"El fútbol requiere una mirada pedagógica que resalte
el entrenamiento, la formación y a la vez las competencias. Trabajamos con
seres humanos autónomos, creativos y libres que direccionan el juego en
dependencia de su razonamiento. El rendimiento, la expresión del juego y la
compostura de los jugadores corresponden a la forma como los conduzcamos”. Tener voluntad y entusiasmo de hacer las
cosas lo mejor posible. Transformar actitudes, romper paradigmas y formar
carácter es parte de las tareas que como directores técnicos tenemos”.
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“Antes de recibir el balón ya tienes que saber qué hacer con
él.”. “Para tomar una decisión, cualquiera que sea su naturaleza, es necesario
conocer, comprender, analizar un problema, para así poder darle solución”.
Estudios neurocientíficos recientes nos informan que gran parte de las
decisiones que tomamos son fruto del inconsciente. Estas son ejecutadas
inconscientemente según las vivencias anteriores del jugador”.
“La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se
realiza una elección entre las opciones o formas para resolver diferentes
situaciones de la vida en diferentes contextos“ (…) “Para tomar una decisión,
cualquiera que sea su naturaleza, es necesario conocer, comprender, analizar un
problema, para así poder darle solución”.
¿Se puede trabajar la velocidad en la toma de decisiones?
Indudablemente mucha importancia de esta velocidad, como la física, está en la
genética. Pero como todo, se puede trabajar y mejorar. Hay que tener claro que,
dos jugadores trabajando con el mismo entrenamiento, durante el mismo período
de tiempo, no decidirán igual ni a la misma velocidad. Ni la progresión será la
misma.
Xavi: “La velocidad del cerebro es más importante que la de
las piernas”.
Una buena forma para
preparar y activar cognitivamente el cuerpo a la toma de decisiones es con un
simple rondo 4×1. Voy a estar pensando continuamente en la opción correcta, en
el lugar óptimo de recepción y entrega. El balón pasará por mis pies con cierta
asiduidad, por lo que no habrá tiempo de desconexión.
Al ser un espacio
reducido, la velocidad en la toma de decisiones ha de ser mayor. Mediante
mantenimiento del balón en espacios reducidos con objetivos, trabajaremos la
toma de decisiones y su velocidad, ya pudiéndolo relacionar con nuestro modelo
de juego o simulando los distintos problemas que nos podemos encontrar para
comprenderlos, analizarlos y solucionarlos. Entregar el balón al compañero
mejor situado y con más ventaja espacio-temporal, cuanto más reducido, menos
tiempo tendremos para poder tomar la decisión correcta. Cuantos menos
jugadores, más veces nos veremos en la situación de tener que decidir la opción
correcta, con y sin balón.
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EL REGATE consiste principalmente, en inducir un
desequilibrio en el rival para poder eludirlo. Las técnicas al momento de
ejecutar un regate son infinitas y básicamente, se tratan de movimientos
improvisados por medio de fintas. Sin embargo, algunas de ellas han tomado
identidad propia, como, el túnel, el amago, la bicicleta y la pisadita. Otras,
como el taquito y la rabona suelen ser consideradas regate, aunque en esencia
no lo son, pues consisten en un pase en el primer caso y de un disparo en el
segundo, ambos realizados con engaño, mientras que el regate es una maniobra en
la que el balón permanece en poder del jugador, luego de haber superado o
desequilibrado al rival.
El regate es una alternativa al pase, que se presenta en el
momento en que el jugador que posee el balón se enfrenta con un rival. Esta
alternativa requiere de una habilidad especial, que no siempre se presenta en
todos los jugadores. Pocos pueden gozar de esta habilidad y sólo los mejores lo
desarrollan a la perfección.
El abuso del regate
como recurso futbolístico y la pérdida del balón a causa de ello, suele ser
criticado, tanto por aficionados como por los mismos jugadores que seguramente,
esperaban el pase.
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El Modelo De Juego.
El proceso se construye de manera que todos los
ejercicios, desde el primer día de práctica, estén comprometidos con la forma
como el equipo juega, lo que le permite producir una identidad ya consistente
al final del período preparatorio. Para la construcción y mantenimiento de los
hábitos deseados, existe un fraccionamiento en esta forma de jugar, de modo que
los comportamientos se van sistematizando en una dinámica de "rotación o
alternancia horizontal", evitando así la posible regresión de algunos
hábitos y la consecuente distorsión (des-caracterización) de la forma de jugar
del equipo. También para la configuración de los ejercicios y sobretodo la
dinámica en ellos imprimida por el entrenador son catalizadores extremadamente
positivos en la construcción de los hábitos pretendidos.
En relación con las emociones, autores afirmaron que ellas
(las emociones) tienen, en este contexto, un papel decisivo.
"Hay dos tipos de trabajo con balón: el integrado y el
sistémico. En el primero, el balón está presente, pero no de manera subordinada
al modelo de juego. Nosotros promovemos el otro género, en el que el balón está
presente desde el primero, y segundo día de trabajo a fin de modelar los
jugadores, colectiva e individualmente, a nuestra forma de jugar. Y aun cuando
la pelota no está presente, el objetivo es siempre nuestra forma de
jugar".
LA ARTICULACIÓN DE LOS
PRINCIPIOS, SUB-PRINCIPIOS Y SUB-PRINCIPIOS DE SUB-PRINCIPIOS EN EL DESARROLLO
DE LA ESPECIFICIDAD.
Como hemos señalado, el desarrollo del “juego” comprende una
relación Específica entre los principios de los diversos momentos del juego.
Sin embargo, estos grandes principios de juego están constituidos por la
articulación de los sub-principios, sub-principios de sub-principios y
sub-sub-sub-principios.
A fin de aclarar esta idea, imaginemos un equipo que en el
momento ofensivo desarrolla como principio de juego mantener la posesión del
balón a través de su circulación en amplitud. Este es un gran principio de
juego porque contempla la globalidad del equipo (se aplica a todo el equipo) en
el momento ofensivo.
Sin embargo, este gran principio ofensivo resulta de las
interacciones individuales, grupales, sectoriales e intersectoriales de los
jugadores. De este modo, el mencionado principio de mantener de la posesión del
balón en amplitud se concretiza en una relación Especifica de los jugadores
como por ejemplo, entre los defensas, entre la línea media y los delanteros,
entre el sector defensivo y el sector medio. Y por esto, el gran principio del
juego es constituido por un conjunto de sub-principios, de sub-principios de
sub- principios y sub-sub-sub-principios que se refieren a las relaciones más
particularizadas entre los jugadores en la concretización de este principio.
Así, los grandes principios se refieren a los momentos del
juego y resultan de la articulación Específica de los sub-principios con los
sub-principios de sub-principios y sub-sub-sub-principios. Con el fin de
aclarar esta idea, volvamos al ejemplo anterior de mantener la posesión del
balón a través de su circulación en amplitud. Con el fin de lograr/concretar
este gran principio juego, el equipo adopta un juego posicional colectivo que
permite circular a lo ancho, es decir, con los jugadores para dar amplitud en
detrimento de la profundidad. Para ello, el entrenador promueve una relación
concreta entre la línea defensiva, la línea media y la línea delantera.
Es decir, crea un conjunto de sub-principios que permite
concretar este gran principio, como por ejemplo, con los jugadores de la línea
media distribuidos a todo lo ancho del campo y los delanteros buscando la
pelota, fundamentalmente, cerca de la línea lateral. De este modo, esta
relación Específica de los medios con los delanteros es un sub-principio.
En la aplicación de este sub-principio, el entrenador crea
una relación Específica entre los delanteros a través de intercambios de
posición entre ellos, por ejemplo. Sin embargo, estos intercambios pueden ser
modelados, o sea, que el delantero del lado de la pelota balón se mueva en
diagonal hacia el segundo palo y el otro para apoyar al lateral. De esta forma,
crea un sub-sub-principio de acción que configura el gran principio de
circulación de la pelota en amplitud.
Sin embargo, si esta articulación/combinación de los
principios con los sub-sub-principios y sub-sub-sub-principios no es coherente,
es decir, si no es contextualizada en la concretización del gran principio del
juego, hay dificultades en la dinámica de los jugadores.
Para aclarar esta idea vamos a retomar el ejemplo anterior e
imaginemos que el entrenador pide circulación del balón a lo ancho (en
amplitud) y por lo tanto, requiere que los laterales de su equipo no apoyen
cerca de la línea lateral pero que apoyen más cerca de los defensores
centrales, ligeramente (un poco) por delante de ellos. Teniendo en cuenta esto,
el juego posicional entre los defensas condiciona la circulación a lo ancho los
laterales no dan amplitud a la circulación. Por lo tanto, este
sub-sub-principio no es congruente con el gran principio (general) de
circulación de la pelota en amplitud en todo el terreno de juego.
A través de esta idea procuramos demostrar la importancia de
la articulación /coordinación Específica de los Sub-principios, sub-principios
de sub-principios y sub-sub-sub-principios. Reforzando este concepto, Faria
(2002, en Resende, 2002: XI) afirma que “es fundamental la articulación de los
principios y también la articulación de los sub-principios dentro de un
determinado contexto”. O sea, el modelo de juego.
En conformidad, Guilherme Oliveira (Anexo 1) indica que la
interacción de los
principios es determinante para la calidad del “juego” y por
lo tanto, añade que la articulación entre los sub-principios y los sub-sub-
principios también es fundamental. Sin embargo, dice que muchas veces los
problemas de estas interacciones no son muy evidentes exigiendo que el
entrenador esté muy atento a esta dinámica. En este sentido, afirma también que
muchas veces estos sub-principios de sub-principios tienen que ser
“reformulados de acuerdo a lo que se pretende entrenar para que los
comportamientos lleguen a ser más provechosos/útiles entre estos jugadores y el
equipo.”
Con esta lógica, Vítor Frade (2003 en Martins, 2003) dice
que el gran dilema de la puesta en marcha (operacionalizacion) radica en la
articulación de los principios, sub-principios y los sub-sub-principios.
Además, añade que el hecho de que el entrenador coloque mayor o menor énfasis
en uno o en otro principio, en una o en otra articulación entre los principios
o sub-principios hace que la evolución del proceso sea particular.
Concurriendo por esta idea, Guilherme Oliveira (Anexo 1) se
refiere al trabajo del cocinero/Chef, que con los mismos ingredientes es capaz
de producir sabores diferentes debido a la forma como los prepara. A través de
esta
analogía, aclara que esto también sucede en el desarrollo
del juego por la forma como “los principios se interrelacionan: uno más, uno
menos, este más, más aquel, dar más importancia a uno y menos importancia a
otro. Esto hace que el juego tome manifestaciones considerablemente
diferentes”.
Por lo tanto, pone de relieve la importancia del entrenador
para reconocer lo que se necesita o carece en una mayor o menor importancia
para construir el “juego” que pretende. Y para ello, es fundamental percibir lo
que necesita ser mejorado para la calidad del juego.
En este sentido, el desarrollo del “juego” se deriva de la
evolución/desarrollo del equipo y de los problemas que se presentan llevando al
entrenador a dar mayor o menor importancia a ciertos principios, en función de
lo que pretende. Continuando con esta idea, imaginémonos un equipo en un juego
desarrolla muchas situaciones de finalización, pero la eficacia de estas
situaciones es escasa. Ante este problema, y la necesidad de concretar en gol
las situaciones de finalización creadas por el equipo, el entrenador le da más
énfasis al sub-principio de finalización especialmente en los movimientos y
posicionamiento de los delanteros y medios.
Sin embargo, en otro momento el equipo puede presentar
dificultades al cambiar de actitud y de encajar posicionalmente después de la
pérdida de la pelota en la zona del mediocampo, permitiendo al rival crear
situaciones de finalización. En este caso, el entrenador reconoce que este
problema crea inestabilidad al equipo y afecta la calidad del juego. Y por lo
tanto, se centra en el principio de la transición ataque-defensa al nivel de
los defensores y los mediocampistas de modo que pueda corregir este aspecto que
afectó el rendimiento del equipo.
A través de estos ejemplos vemos que el desarrollo del
“juego” resulta de la importancia que el entrenador da a los principios o los
sub-principios o a la articulación de los sub-sub-principios que reconoce como
fundamental para la calidad del juego. Destacando este aspecto, Guilherme
Oliveira (Anexo 1) da un ejemplo: “queremos que la relación entre la defensa y
el mediocampo se lleve a cabo de determinada forma, entonces, promovemos un
conjunto de principios y de
sub-principios de juego que van a interactuar en este sentido”.
Sin embargo, “si quisiéramos que la relación entre estos
sectores sea diferente, creamos situaciones en las que la relación entre estos
principios y sub-principios y las respectivas interacciones promuevan lo
deseado.
Por lo tanto, la operacionalización/ejecución/puesta en
marcha requiere una gran sensibilidad y comprensión/entendimiento del “juego”
que se pretende, para de esta forma, centrarse más en este o en aquel aspecto
por encima de otros. Estas elecciones marcan la diferencia, porque si ante el
problema de la finalización, que se mencionó anteriormente, el entrenador
decide no centrarse en este sub-principio y se preocupa por los demás, entonces
direcciona la evolución del proceso en un sentido diferente de un entrenador
que hace énfasis/hincapié en esta dificultad y trata de corregirla.
Por lo tanto, la construcción y desarrollo de un “jugar”
resulta de dar mayor importancia a determinados principios, la articulación
entre sub-principios y sub-sub-principios que a otros. Pero, comparemos un
equipo que juega principalmente en la transición defensa-ataque a partir/desde
de su mediocampo. Pero además de esto, no tiene como gran principio mantener la
posesión de la pelota, arriesgando en pases de profundidad y se preocupa
principalmente, en conseguir una gran consistencia defensiva.
Mientras tanto, otro equipo trata de tomar y mantener la
posesión del balón la mayor parte del tiempo de juego. Para ello, apuesta
fundamentalmente en estos principios a partir de una organización defensiva
eficiente que le permita pasar poco tiempo sin el balón.
A partir de estos breves ejemplos, vemos que los
entrenadores para construir los respectivos modelos hacen énfasis/hincapié en
los principios, sub y las articulaciones entre ellos, diferentes. D este modo,
la relevancia de la organización ofensiva en la segunda situación es diferente
de la primera, del mismo modo que los principios de la transición
defensa-ataque en la segunda situación adquiere/asume otra importancia
diferente que no tiene en la primera.
Compitiendo para este aspecto clave en la
operacionalización/ejecución del “juego” Vítor Frade (2003 en Martins, 2003) se
refiere a la Articulación Jerarquizada de los principios de juego.
Blog del entrenador JuanFelipeMerino
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