El falso antagonismo.
Los formadores… son los que establecen unas prioridades, dibujan
un marco de trabajo, crean las condiciones para que el grupo de jugadores hable
el mismo lenguaje técnico-táctico, fijan como prioridad el estilo que se ha
elegido para conseguir el objetivo (ganar) y lo establecen como un bien
superior; transmiten a los jóvenes jugadores que el proceso, el cómo, es la
prioridad, y que siendo fiel a él habrá una consecuencia: la mejora de
rendimiento y, como colofón, los buenos resultados.
Seguir estas líneas
requiere paciencia, entender que habrá altibajos en la progresión de los
jóvenes jugadores y que ser fiel a estos procesos de aprendizaje nos deja
expuestos (aunque no es matemático que sea así) a reveses en la competición a
corto plazo (derrotas). Pero servirá para crear bases sólidas en los
futbolistas de cara a las próximas temporadas.
La competición no es enemiga ni rival de la formación. Es un
elemento más, importante y estimulante, siempre que se utilice bien, del
proceso formativo.
En cambio, la búsqueda de resultados haciendo caso
omiso a los procesos de aprendizaje o centrándose solo en explotar las
condiciones de uno o dos jugadores es empobrecedor.
* Martí Ayats
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