jueves, 28 de mayo de 2015

HAY VIDA DESPUÉS DEL GLUCÓGENO?


Posted  by pedrogomez
Por Pedro Gómez (@pf_gomez / pedrogomez7@hotmail.com)

En época de prosperidad tecnológica son varios los “especialistas” que, sabedores de la dimensión social de este deporte, y envueltos con sus atiborradas hojas de datos y cuantificaciones  se autoproclaman, sin corresponderles,  expertos de este juego y su “ciencia”.

Su objetivo es evidente: hacernos creer que el rendimiento depende de lo que miden y de lo que calculan, lo cual, en muchos casos, no hace más que acabar de desorientarnos definitivamente,  pues comprobamos como no es poco frecuente que estos, una vez conocidos los EFECTOS, modifiquen y ajusten sus datos para instaurar CAUSAS afines a sus intereses.

Que las ciencias que rodean a este deporte, llámense fisiológicas, médicas, matemáticas o psicológicas,  diseccionen al mismo olvidando su innegable y condicionante complejidad contextual, induce a que más que complementar (motivo por el que fueron acogidas), añadan ruido a nuestro intento de comprensión, corriendo así,  el riesgo de ser desautorizadas por la propia esencia del juego. Explicar los aconteceres de este entorno futbolístico sin atender a la globalidad del mismo es como intentar enamorar a la chica sin caerle bien a sus amigas, tener el beneplácito de sus padres, huyendo de sus lugares de ocio favoritos y enrabietando a su mascota favorita.

Dicho esto, disculpen las posibles erratas fisiológicas que probablemente me dispongo a evidenciar en este texto, pero es que cada vez estoy más convencido de que la fatiga del futbolista durante un partido de fútbol es más una cuestión contextual y emocional que biológica.
Considero que explicaciones como la reducción y depleción de sustratos energéticos como el glucógeno y la fosfocreatina, el recalentamiento muscular, la deshidratación, la acumulación de lactato, la pérdida de equilibrio iónico en la fibra muscular..etc.. aun habiendo sido comprobadas científicamente, no arrojan todavía la luz necesaria en torno a una  cuestión tan crucial durante una competición como el cansancio del futbolista.

¿Quién no recuerda: jugadores /equipos que “parecían otros” en cuestión de minutos…, Equipos que prendieron la famosa chispa en el minuto 85 cuando 10 minutos antes estaban abocados a la oscuridad de la derrota..Jugadores que corrían más y más rápido solo por verse cerca del marcador, de los tres puntos o del trofeo…Aficiones que insuflaron combustible en los desgastados depósitos fisiológicos de sus jugadores…?

Señores…¡el contexto momentáneo lo cambia todo!, ¿Por qué iba a la librarse el cansancio de este asombroso condicionante?.

Por suerte, ya son varios los estudios (sobre todo provenientes del grupo de investigación de la Universidad de Vigo) que relacionan los metros y esfuerzos realizados, las intensidades de los mismos, con las cambiantes variables del juego (minuto de partido, marcador, relevancia del encuentro, nivel del rival, marcador..etc). ¡La fatiga deja de ser únicamente fisiológica!, la emoción suscitada por el entorno, entra en juego.

Sirviéndonos de una de las explicaciones que la ciencia ha dado a la fatiga, el modelo fisiológico del “Gobernador central” de Noakes (1997), alcanzaríamos a  hacer con este un símil más contextual y señalar que el futbolista, a lo largo del partido, y en función de las variables que le rodean, trata de preservar su homeostasis (equilibrio) futbolística teniendo en cuenta su valoración percibida sobre las necesidades momentáneas del juego, lo cual le llevaría a poder exprimir más o menos su capacidad biológica en función de las constantes y fluctuantes demandas de estas…o lo que es lo mismo…el futbolista, inconscientemente, modifica su potencial “físico” paralelamente a lo que le exija el partido.

Entonces, si el soporte físico depende de lo contextual, de lo táctico, de lo emocional…¿vamos a seguir construyendo nuestra estructura física de acuerdo única y exclusivamente  a las leyes de la fisiología humana?.

Si estamos en el lado del SÍ, puede que reduzcamos la globalidad de nuestra realidad pero probablemente no sentiremos seguros y protegidos por nuestra certeza.

Si nuestra inquietud nos arrastra al lado del NO, ¿Seremos capaces de recrear condiciones emocionales varias donde el entorno condicione la fisiología?…¿será esto posible en nuestros entrenamientos?..¿Cómo lo haremos sin poder introducir a 20000 espectadores en nuestro campo de entrenamiento o sin añadir la emoción que representan los 3 puntos en juego?…La duda y complejidad de esta cuestión derivará en inseguridad y desasosiego constante, pero tal vez, solo tal vez, nos acerque un poquito más a la realidad…

Queridos amigos, sabéis que respeto y me apasiona enormemente mi profesión, os aseguro que aun discutiendo su orientación, defenderé los innegable de su existencia persistentemente, …pero si hay algo que tengo claro, y espero que ningún compañero se moleste.. es que cuando el corazón  del futbolista empuja..ni preparación física ni leches…

Un fuerte abrazo!!!
Si quieres saber más sobre el tema, no dejes de visitar:
http://www.futbolcontextualizado.com/

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