Mascherano, el “otro” líder más que necesario
Mascherano, el otro líder, más que necesario.
Por Julio Marini
¿Puede ser casual que Javier Mascherano haya sido el único jugador que disputó el partido final de la Liga española contra Atlético de Madrid como si fuera el último de su carrera? Tampoco creemos que sea casual que haya jugado casi al límite los amistosos contra Trinidad y Tobago y Eslovenia, a una semana del comienzo del Mundial.
Como se ha visto en estas últimas semanas han sido muchos
los futbolistas que quedaron al margen del Mundial por lesiones. En finales de
temporadas de sus ligas o en amistosos de sus selecciones, incluso en
entrenamientos de las mismas. ¿Qué indica ese riesgo, y sus consecuencias
reales, que se repite cada cuatro años ante la máxima cita? Que conviene
regular, cuidar uno de los dos elementos claves de los protagonistas (el cuerpo
en general) y al mismo tiempo fortalecer y clarificar el otro (la cabeza en
particular).
En eso obviamente también están involucrados los cuerpos
técnicos. Y el argentino encabezado por Sabella tiene a su máxima estrella
Messi viniendo de un par de meses oscuros, y a los dos socios del 10 (Agüero e
Higuaín) reponiéndose de lesiones o molestias.
Por eso, Mascherano. Muchos dirán que no sabe jugar de otra
manera o en otra frecuencia. No creemos que sea así. En la Selección, y al
mismo tiempo en Barcelona, ha demostrado inteligencia y recursos para jugar
cómo y dónde el equipo lo necesita y con la intensidad en el nivel de
prestación adecuado.
Lo que Mascherano mostró en estos dos amistosos (y aquel
ante Atlético de Madrid) es que es un líder. Estos dos amistosos eran partidos
“blandos”, algo que aunque el público lo sepa, puede fastidiarlo. Mascherano
los hizo “duros” desde su oferta.
Los equipos pueden tener más de un líder y sin dudas el de
la Selección Argentina es Lionel Messi, el mejor del mundo.
Pero también tiene un líder desde otro lugar, desde aquel
que sus compañeros sienten y necesitan para consolidar las convicciones y
empujar los ánimos. Aquel, Messi, debe hacer más intenso el fuego en el momento
indicado.
Este, Mascherano,
debe hacer que la llama nunca se apague. Por eso juega siempre igual. Porque
sabe que sus compañeros lo observan. Y lo van a seguir, cuando él les diga
cuando…
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