martes, 10 de junio de 2014

MASCHERANO. EL OTRO LÍDER DE LA SELECCIÓN ARGENTINA.



Mascherano, el “otro” líder más que necesario


Mascherano, el otro líder, más que necesario.
 Por Julio Marini


¿Puede ser casual que Javier Mascherano haya sido el único jugador que disputó el partido final de la Liga española contra Atlético de Madrid como si fuera el último de su carrera? Tampoco creemos que sea casual que haya jugado casi al límite los amistosos contra Trinidad y Tobago y Eslovenia, a una semana del comienzo del Mundial.

Como se ha visto en estas últimas semanas han sido muchos los futbolistas que quedaron al margen del Mundial por lesiones. En finales de temporadas de sus ligas o en amistosos de sus selecciones, incluso en entrenamientos de las mismas. ¿Qué indica ese riesgo, y sus consecuencias reales, que se repite cada cuatro años ante la máxima cita? Que conviene regular, cuidar uno de los dos elementos claves de los protagonistas (el cuerpo en general) y al mismo tiempo fortalecer y clarificar el otro (la cabeza en particular).

En eso obviamente también están involucrados los cuerpos técnicos. Y el argentino encabezado por Sabella tiene a su máxima estrella Messi viniendo de un par de meses oscuros, y a los dos socios del 10 (Agüero e Higuaín) reponiéndose de lesiones o molestias.


Por eso, Mascherano. Muchos dirán que no sabe jugar de otra manera o en otra frecuencia. No creemos que sea así. En la Selección, y al mismo tiempo en Barcelona, ha demostrado inteligencia y recursos para jugar cómo y dónde el equipo lo necesita y con la intensidad en el nivel de prestación adecuado.

Lo que Mascherano mostró en estos dos amistosos (y aquel ante Atlético de Madrid) es que es un líder. Estos dos amistosos eran partidos “blandos”, algo que aunque el público lo sepa, puede fastidiarlo. Mascherano los hizo “duros” desde su oferta.

Los equipos pueden tener más de un líder y sin dudas el de la Selección Argentina es Lionel Messi, el mejor del mundo.

Pero también tiene un líder desde otro lugar, desde aquel que sus compañeros sienten y necesitan para consolidar las convicciones y empujar los ánimos. Aquel, Messi, debe hacer más intenso el fuego en el momento indicado.

 Este, Mascherano, debe hacer que la llama nunca se apague. Por eso juega siempre igual. Porque sabe que sus compañeros lo observan. Y lo van a seguir, cuando él les diga cuando…


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