Cómo afrontar los objetivos cuando va a comenzar el año
deportivo.
Posted on 2015 por Llanos Quijada en Psicología.
Arrancan las temporadas, y con ellas todo el despliegue
necesario para que el transitar por las mismas se produzca en óptimas
condiciones. Los equipos se afanan por reducir el porcentaje suerte que
participa en el juego a base de constancia, implicación y esfuerzo.
Aunque por supuesto, el azar también luchará hasta el
último minuto de cada partido por ganar protagonismo, recordando que en el
terreno de juego la improvisación y el manejo del factor sorpresa (y
más en un juego de oposición), siempre estarán presentes, y sólo los mejores
sabrán tenerlo en cuenta para incorporarlo y a la vez hacerles frente.
Efectivamente, la organización, la disciplina y metodología
darán forma a lo largo de los meses a nuestro proyecto. Es la manera de empezar
a confeccionar el éxito. Pero para que encaje a la perfecta medida hay
que tener en cuenta múltiples variables y distintos momentos deportivos que
repercutirán en el resultado final: estado de ánimo, partidos perdidos o
ganados, las lesiones, la afición, la unión de los jugadores, los que son
titulares y los que no lo son, la capacidad de liderazgo del entrenador… El
fútbol está conformado por un sinfín de aspectos alterables que obligan a la
readaptación constante, y esa variabilidad debe convertirse en un aliciente
para que no nos haga recurrir a la renuncia o la queja antes de tiempo.
Con toda certeza, habrá que ajustar una y otra vez el patrón
inicial y eso no debe transformarse en motivo de frustración. Cuando
comienzas a dibujar la temporada no sabes lo lejos que llegará ese boceto, y
esa es la esencia y lo bonito del juego.
La hoja de ruta marca unas pautas, pero el devenir de la
vida cotidiana lo traduce en acciones diarias, en decisiones reconsideradas y
en maneras de responder al carácter y personalidad de un voluminoso número de
jugadores.
Puede que todo ello se aleje de lo estipulado inicialmente,
pero la adaptabilidad y la flexibilidad son
aspectos muy interesantes tanto para facilitar el recorrido como para llegar a
la meta con espíritu de equipo.
Otro punto a tener en cuenta son los momentos que a lo largo
de los meses nos concederemos a nosotros mismos. Cuando algo nos apasiona es
fácil que nos absorba de tal manera que nos dificulte ser conscientes de cuándo
se necesita abrir las ventanas para que entre el aire que renueve una atmósfera
cargada en exceso. No siempre somos capaces de verlo. Es imprescindible
hacer de vez en cuando un alto en el camino. Te permite conocerte, y
ello te lleva a profundizar también en las necesidades y pareceres de los
demás. También es útil para descubrir no sólo lo que quieres, sino la manera
más adecuada de conseguirlo.
Dos puntos muy importantes para facilitar el recorrido
son la adaptabilidad y la flexibilidad. También es imprescindible hacer un alto
en el camino.
En los períodos de descanso, es cuando de la pausada
reflexión nace la redefinición de los objetivos o la creación de unos nuevos.
Debemos obligarnos a aprender el valor del manejo
del tiempo personal, que en momentos de estrés o de mucha carga de trabajo,
es lo que primero vamos descuidando, cuando debería ser todo lo contrario. Esos
espacios dedicados a ocio, introspección o amigos, nos ayudan e impulsan
el rendimiento cognitivo. Volvemos a la carga más activos y despiertos, con más
respuestas y en muchos casos de indecisión, sabiendo lo qué queremos. Esto se
debe a que durante esos lapsos de tiempo dedicados a desconectar, baja la
actividad de los centros de atención y ejecutivos del cerebro, y entran en
juego los de asociación.
Esto, sin embargo, no quiere decir que para que se genere
ese momento eureka que buscamos a muchos de nuestros problemas, no haya que
dedicar tiempo para resolverlos e incubar las respuestas apropiadas. Los
pensamientos en torno al tema que nos ocupa, la pasión y la disposición
influyen en la creatividad. Pero que no se nos olvide que en este proceso, el
equilibrio nos hará más eficientes. Como dice el famoso neurocientífico Facundo
Manes, “Paul McCartney escribió Yesterday durmiendo, pero venía pensando en
ello”.
Una forma de pensar muy extendida en la sociedad actual,
es la de encarar todo propósito como si fuera un proyecto con un principio y un
final establecido. Es la costumbre que tenemos desde pequeños de
pensar en resultados, y lo que nos mantendrá más pendiente de unos puntos que
del momento presente. Por ejemplo, una persona que empieza a hacer deporte para
introducir hábitos saludables, debe plantear esa ocupación como una forma de
vida, una rutina a través de la que interpretar su día a día, y no una
actividad de la que despojarse una vez alcanzado el peso esperado.
Lo mismo en el fútbol, y en cualquier ámbito. Por eso es tan
importante pasar tiempo contigo, pasar tiempo con gente, viajar, intercambiar
opiniones, enriquecerte, volver a empezar, levantarte y caerte, porque sólo así
podrás comprender qué es lo que realmente quieres, cuál es tu pasión, a qué le
dedicarás lo más valioso que tienes: tu tiempo.
Llanos Quijada
Psicóloga muy Aplicada al Deporte y a la Vida. Profesora en
los cursos de Técnico Deportivo de Fútbol.
Twitter: @LlanosQuijada
Twitter: @LlanosQuijada
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