viernes, 28 de agosto de 2015

NO A LOS APASIONAMIENTOS.Por Juan Felipe Merino. entrenador colombiano.


de www.fútbolmerino.jimdo.com
…. HUMILDAD Y APRENDAMOS.

En nuestro fútbol profesional actual abundan los entrenamientos por simple moda. Hace muchos años la moda era el entrenamiento de resistencia, luego se pusieron de moda los partidos de los jueves, más tarde los estímulos máximos y el trabajo de reactividad de los viernes, después los rondos, siguieron los ejercicios de posesión en espacios reducidos, luego el entrenamiento globalizado, a continuación el trabajo de fuerza publicado por Guilles Cometti, actualmente vemos la panacea en lo que se ha dado en llamar “periodización táctica”, que proviene de la escuela portuguesa. El aumento del rendimiento en todos los deportes se debe en gran parte a la progresión en los métodos de trabajo, pero resulta estéril, además de perjudicial, utilizar modelos de entrenamiento sólo porque supongan una moda.

Los “modernos” hablan ahora del ataque previsto (del que Benito Floro hablaba en los años 90 y explicaba ejercicios muy eficaces para desarrollarlo), emplean muchos una formación 1-4-2-3-1 (que Juan Manuel Lillo puso por primera vez sobre un terreno de juego en la temporada 91-92 con la Cultural Leonesa y continuó en la Unión Deportiva Salamanca, culminando con un ascenso desde Segunda B a Primera en sólo tres temporadas), comentan sobre el trabajo táctico diferencial por grupos (que ya desarrolló Jorge D’Alessandro hace más de diez años).

Empleemos eso sí los principios fundamentales del juego, las zonas activas del juego, las especialidades en ataque y en defensa, y el proceso de acción del jugador; aspectos que se han introducido como básicos en su concepción teórica y aplicación práctica, y que seguro llevas desarrollando hace muchos años. En esto hay cosas más de liderazgo que de fútbol ojo preparémonos en lo que es.

Edgar Morin
El Pensamiento Complejo
El pensamiento de Morin, basado en la idea de las tres teorías, argumenta que todavía estamos en un nivel prehistórico con respecto al espíritu humano y solo la Complejidad puede civilizar el conocimiento.
En ella se puede adentrar en el desarrollo de la naturaleza humana multidimensional, la lógica generativa, dialéctica y arborescente, del cual cuando el universo es una mezcla de caos y orden; a partir del concepto y práctica de la Auto-eco-organización, el sujeto y el objeto son partes inseparables de la relación autorganizador-ecosistema.

Además introduce en la ciencia, conceptos que estaban en pausa para aplicarlos a su pensamiento (aleatoriedad, información en el ambiente y sujeto con su creatividad) y ver los fenómenos integrados en el énfasis de las emergencias e interacciones y no en las sustancias.
Pese a la similitud semántica no se puede considerar que sus ideas entronquen con la matemática de la complejidad.

El pensamiento de Morin conduce a un modo de construcción que aborda el conocimiento como un proceso que es a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico, mientras que la epistemología tradicional asume el conocimiento sólo desde el punto de vista cognitivo. Este nuevo planteamiento tiene enormes consecuencias en el planteamiento de las ciencias, la educación, la cultura, la sociedad.

En la teoría del Pensamiento Complejo, ideada por Morin, se dice que la realidad se comprende y se explica simultáneamente desde todas las perspectivas posibles. Se entiende que un fenómeno específico puede ser analizado por medio de las más diversas áreas del conocimiento, mediante el "Entendimiento transdisciplinar", evitando la habitual reducción del problema a una cuestión exclusiva de la ciencia que se profesa.

La realidad o los fenómenos se deben estudiar de forma compleja, ya que dividiéndolos en pequeñas partes para facilitar su estudio, se limita el campo de acción del conocimiento. Tanto la realidad como el pensamiento y el conocimiento son complejos y debido a esto, es preciso usar la complejidad para entender el mundo.


Así pues, según el Pensamiento Complejo, el estudio de un fenómeno se puede hacer desde la dependencia de dos perspectivas: holística y reduccionista. La primera, se refiere a un estudio desde el todo o todo múltiple; y la segunda, a un estudio desde las partes.

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