Posted by pedrogomez
Por Pedro Gómez (pedrogomez7@hotmail.com)
Durante las últimas semanas, son ya varias las ocasiones en
las que he oído/leído referencias al mal estado físico del FC Barcelona como
una de las razones del supuesto bajo rendimiento que está mostrando el equipo
blaugrana en este final de temporada…Incluso protagonistas directos de ese contexto
han señalado públicamente “lo justos” que han llegado a este tramo tan decisivo
del año.
Este tipo de reflexiones, arrojadas en la mayoría de los
casos desde el desconocimiento y la lejanía, suelen merodear con frecuencia
aquellos contextos futbolísticos en los que el rendimiento deportivo no se
asemeja a las expectativas del entorno, no teniendo otro trasfondo, a mi modo
que ver, que obtener la comodidad y sosiego que al ser humano le provoca
la determinación y conocimiento casuístico de un problema.
La respuesta, cual pulgar que chupar, nos tranquiliza, nos
protege,… en cambio la incertidumbre, nos altera, nos devora…de modo que…
¿Quién iba a codiciar para sí mismo esta fatídica inquietud?
Y es que…defensores de la globalidad del juego,
corremos a refugiarnos al barato abrigo que las explicaciones
reductoras del problema nos ofrecen, como si el número de metros recorridos o
las sensaciones de “chispa” pudieran explicar la compleja interrelación de
factores que se dan cita en un partido de fútbol con 22 estados de “forma” y
sus intereses enfrentados.
¡El equipo no está bien físicamente!, y yo me pregunto, ¿por
qué nunca realizamos esta acusación cuando el equipo gana? , ¿Puede un equipo
pasar en una semana de estar bien a estar mal “físicamente”?, ¿Qué criterios
hemos utilizado para arrojar tan gratuitamente esta afirmación?, ¿Son todos los
jugadores los que están cansados o sólo un par de ellos?, ¿Por qué si la
preparación física ya no existe o ya no es importante, sólo nos acordamos de
ella cuando vienen mal dadas?.
Lo que parece claro es que descuartizar la realidad en busca
de soluciones nos ahuyenta de la tan manida complejidad y globalidad
futbolística, pero nos brinda en bandeja al culpable de turno sobre el que
descargar todas nuestras represalias evitando que nuestra vanidad y competencia
se vean alteradas…¡Mientras la culpa no sea mía!….
Cámbiense de gafas o asiento..¡lo que prefieran!…¡pero
zarandeen su punto de vista!, pregúntense constantemente si la realidad es tan
sencilla como algunas veces nos convencemos en creer, abandonen prejuicios
injustificados y pongan en duda todo cuanto les sea afirmado tan
rotundamente….Párense y reflexionen..
Si perdemos la posesión con facilidad…
Si no recuperamos tan rápido como acostumbramos…
Si el oponente combina más de lo que nos gustaría…
Si no presionamos como sabemos y el rival nos supera
fácilmente..
Si robamos más atrás de lo habitual y nuestros ataques han
de ser más largos…
Si desajustamos el equilibro entre las líneas del equipo…
Si facilitamos la penetración rival a nuestras zonas de
riesgo…
Si el jugador que siempre marca las diferencias no tiene su
día o se encuentra indispuesto..
¿Creéis que el equipo va tener que correr más de lo normal?
¿Pensáis que los esfuerzos serán mayores en número y
sacrificio?
¿Alcanzáis a ver que tendremos que compensar estos
desajustes exigiéndonos más en algún otro aspecto?
Entonces…
Si como parece todo está relacionado y hacer las cosas bien
supone optimizar la eficiencia en el funcionamiento de todas las estructuras
del jugador..¿Por qué seguimos tapándonos los ojos con la venda del
reduccionismo?, ¿Por qué nos cuesta tanto abordar la raíz de los problemas de
una manera global?. ¿Por qué no tenemos siempre presente que el maravilloso FC
Barcelona campeón de hace unos años fue el equipo que menos metros corrió
a lo largo de toda la temporada? , ¿Por qué no nos resignamos y confesamos ser
recién nacidos en un mundo de incertidumbre?…
Y como en extremos vive el ser humano… si ahora esta humilde
opinión se esgrimiese para ocultar el trabajo mal realizado y así eludir
responsabilidades…¿QUÉ LECHES ESTOY HACIENDO?
Un fuerte abrazo amigos!!
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