por ENRIC SORIANO.
“Un jugador es hombre libre, cuando recibe balón, sin
oposición de marca, y además dispone de mucho tiempo y espacio para generar
nuevas cosas. El objetivo fundamental del juego de posición es encontrar un
hombre libre a la espalda de la línea que presiona el balón”.
Dani Fernández.
El concepto de hombre libre es uno de los más manoseados del
fútbol. En cuanto un jugador recibe sin oposición se habla de hombre libre. No
digo que no sea así. Desde luego el hombre libre es el que recibe sin oposición
cerca, en una situación de uno contra cero. Como el propio término
indica, es aquel que recibe libre. Sin embargo, hay que diferenciar
las ocasiones en las que el hombre libre aparece por el propio desarrollo del
juego, en las que está libre por tener el par lejos, de las ocasiones en las
que mediante conductas construidas encontramos al hombre libre. Mientras que en
la primera ocasión se es hombre libre, en la segunda ese hombre libre es
generado.
El hombre libre es el grado máximo de superioridad
posicional que existe en el fútbol. Por eso encontrar al hombre libre es el
objetivo fundamental del juego de posición. Eso sí, encontrarlo en posiciones
ventajosas, principalmente por delante de la línea de balón. Nuestro portero
generalmente se encontrará libre, aunque jugar constantemente con él sería una
memez ya que, pese a que sea el hombre libre, no progresaríamos en el juego y
como hombre libre sería muchas veces incapaz de generar ventaja en beneficio
colectivo. Por tanto, si buscamos al hombre libre para que cree ventajas y haga
daño al rival, jugando con el portero no lo conseguiríamos, por muy libre que
se encuentre. Por eso es fundamental encontrar al jugador libre en situaciones
en las que sea capaz de crear desequilibrios. Principalmente a la espalda de la
línea de presión.
Para llegar al hombre libre podremos utilizar distintas
conductas construidas como pueden ser las conducciones para dividir, la
ocupación de posiciones intermedias, fijaciones (también desde posiciones
intermedias), situaciones de asimetrías numéricas, etc.
FIJACIONES
“Es fundamental que los jugadores jueguen con la
intención del contrario, ese es el gran valor. Que el rival sienta que con tu
posición y tu perfil estás eligiendo cualquiera de los lados de su posible
salida”.
Juanma Lillo.
Un jugador fija a un adversario cuando con su posición o
acción hace que este se centre casi exclusivamente en él y no atienda a otros
de sus oponentes. Es imposibilitar la actuación de un rival respecto a mis
compañeros. Polarizar su atención para que no se centre o actúe en lo
trascendental dentro del juego. Liberar al compañero de oposición.
“Aclarados por fijación de pares para restar densidad e
impedir ayudas defensivas inmediatas sobre el compañero al que encontramos”.
Óscar Cano.
“Desprender de su rival al que pretenda pasarle el
esférico o, cuanto menos, distanciárselo”.
Óscar Cano.
Estas fijaciones no solo sirven para liberar a un compañero
que está actuando directamente en una determinada situación de juego. Las
fijaciones en amplitud son de gran utilidad para la circulación de balón de un
equipo. Ocupar todo el ancho del campo provoca el aumento de las distancias de
relación de los opositores, y en consecuencia la creación de espacios e
intervalos preferentes de progresión. Con las fijaciones en profundidad el
objetivo es el mismo: hacer mayor el espacio que tiene que defender el equipo
rival y así crear espacios, esta vez, entre diversas líneas rivales. Estos
espacios se crean porque a menudo los rivales no quieren optar por dejar
espacio de recepción a nuestros jugadores, por lo que al acercarse a ellos se
alejan entre sí. En caso de no adoptar esta estructura más amplia, nuestros
jugadores tendrían mucho espacio en la recepción, en ocasiones espacios por
delante para progresar, principalmente en las bandas (ya que el rival cerrará
espacios interiores).
“Las fijaciones de defensores sobre determinadas zonas,
como no poseedores (saber sujetarse sin el ansia de participar con balón) deben
interiorizarse como modo de desajustar las distancias entre defensores”.
Óscar Cano.
Para fijar opositores que provoquen la liberación directa de
un compañero podemos utilizar muchos medios o conductas como la ocupación de
posiciones intermedias que capten la atención de dos adversarios, las
conducciones que atraigan al defensor impar, movimientos de beneficio ajeno…
La ocupación de posiciones intermedias no solo sirve para
conseguir recepciones de aquel que ocupa las intermedias en condiciones
favorables con baja densidad de rivales. También sirve para conseguir la
fijación de esos dos jugadores entre los que nos situamos y así no permitir que
actúen sobre otros de nuestros compañeros. Se produce una liberación de
compañeros y espacios mediante la ocupación de intervalos entre dos oponentes,
de los que captamos su atención sin permitir que se centren en otros de
nuestros compañeros. Así también podemos crear intervalos entre jugadores
fijados por los que intentar penetrar.
“La conducción permite atraer rivales provocando así la
aparición de ‘hombres libres’”
Dani Fernández
“En fútbol cada uno se encarga de uno excepto el 2×1 de
centrales contra punta, de cada equipo. Partimos de nuestro 2×1 y un central
sale conduciendo hacia el gol, provocando que un oponente salga a impedir su
progresión, liberando a su par (generación de hombre libre). ¡Peligro! Ante
pérdida sufrimos un 1×1 entre punta rival y central. Cada uno decide”.
Pep Guardiola.
Últimamente está muy de moda el concepto conducir
para atraer. La conducción no solo es un elemento de superación de
oponentes desde la búsqueda del uno contra uno y su desborde, sino también es
un gran medio para la fijación de oponentes y liberación consecuente de
compañeros. Esta conducción cobrará más sentido cuando el defensor par del
poseedor haya sido superado. ¿Qué quiere decir esto? Sencillo: con su atracción
fijará al par de uno de sus compañeros, el cual pasará a ser hombre libre. Es
muy habitual ver a los centrales pisar campo rival en conducción; cuando lo
hacen, los puntas rivales ya han sido superados y es entonces cuando se crea la
verdadera superioridad. El equipo rival se ve obligado a tapar su progresión,
así que un defensor sale a su acoso liberando a uno de nuestros compañeros, que
se encuentra por delante de la línea de balón como hombre libre. Con la
superioridad creada, logramos nuestro propósito: hacer llegar el balón en
condiciones favorables a jugadores más avanzados.
“Conducciones, del que tiene la pelota, que fijan a
individuos o bloques completos de defensores, para así hallar rutas de
progresión contrarias a la posición del balón”.
Óscar Cano.
Para conseguir dicha fijación mediante la conducción se
puede hacer esta de dos modos distintos:
- Conducir
en busca del defensor impar para provocar su salida al acoso y la
generación del hombre libre pretendido. “Desprender de su rival al
que pretenda pasarle el esférico o, cuanto menos, distanciárselo”.(Óscar
Cano)
- Conducir hacia un espacio intermedio entre dos defensores generando duda y que incluso ambos vayan a impedir la progresión del poseedor, generando dos hombres libres.
“Hay que provocar situaciones para que de la siguiente
línea me salga un rival, y así poder crear superioridad numérica”.
Juanma Lillo.
Se conduce para provocar la salida al acoso de un defensor
impar, al que no buscaremos desbordar sino sencillamente fijar, es decir,
alejarlo lo suficiente de su par o rival directo de modo que no pueda actuar
directamente sobre él, liberando de oposición a nuestro compañero.
Muchas veces, para la liberación de un compañero se
realizarán movimientos falsos con los que no se busca la recepción propia, sino
la atracción y fijación de oponentes para favorecer la recepción a un
compañero, el hombre libre. Movimientos que suelen ser muy explosivos para
captar así más la atención de defensores, hacerles creer que se busca la
recepción y, por tanto, que quieran evitarla.
Dice Mikel Etxarri que “el
movimiento es el medio de comunicación en el fútbol”, y no le falta razón.
Con el movimiento se transmiten mensajes al resto de jugadores, compañeros y
rivales. Por tanto es importante comunicarse bien y engañar al oponente y no a
nuestro compañero. Transmitir el mensaje pretendido desde el movimiento
realizado, de modo que consigamos hacer creer lo que pretendíamos a los
rivales, y que sin embargo nuestros compañeros sean conscientes de la intención
real que llevábamos. Fijar a un adversario supone favorecer las condiciones de
compañeros teniendo que empeorar las mías en esa situación de juego. Ser
altruista en las acciones. Como dice Óscar Cano, comprender la dualidad
beneficiario-benefactor.
“Comprensión de la dualidad beneficiario/benefactor. Hay
que saber cuándo moverse para sí mismo y moverse para los demás. Además, hay
que entender que quedarme detenido debe significar que los demás encuentren
mejores posibilidades, o que contenerse en anchura puede convertirme en futuro
hombre libre”.
Óscar Cano.
OCUPACIÓN DE POSICIONES INTERMEDIAS
“La idea madre de todo es ir generando superioridades a
la espalda de la línea que viene a apretar al poseedor de balón”.
Dani Fernández.
“Este juego consiste en ir generando superioridades a la
espalda de la línea que te aprieta”.
Juanma Lillo.
La ocupación de posiciones intermedias nos permitirá
manifestarnos como hombres libres en muchas ocasiones, al no tener oposición
cercana. Saber ocupar esas posiciones a la espalda de la línea de presión será
clave para el desarrollo de nuestra salida de balón. Mediante las fijaciones en
amplitud y profundidad, más la provocación de avance de la línea de presión,
haremos mucho mayor el espacio entre líneas y favoreceremos su ocupación y
aprovechamiento.
“Algunos no pueden ver más allá de la posición del balón
sin tener en cuenta que si no dominas el espacio no dominarás el objetivo del
juego: marcar más goles que el rival”.
Francisco Ruíz Beltrán.
El jugador que ocupe posiciones intermedias no estará en el
campo visual de la línea a cuya espalda actúa, así que podrá percibir los
intervalos entre ellos preferentes de progresión sin que la misma línea sea
capaz de cerrarlos. Esa es una de las grandes ventajas de los alejados: mayor
campo visual y aprovechamiento de los desajustes de los cercanos a balón. No
solo hay que ocupar un espacio grande, sino que hay que ocupar aquel espacio al
cual sea posible acceder por parte de nuestros compañeros (al cual sean capaces
de hacer llegar el balón). Por ello el jugador que ocupa posiciones intermedias
debe percibir los intervalos de la línea presionante para que él mismo pueda
recibir el balón.
Otro medio para hacer llegar el balón a un hombre libre es
el concepto de tercer hombre. El hombre libre generado normalmente recibirá en
posiciones intermedias.
.
ASIMETRÍAS NUMÉRICAS
Las asimetrías numéricas son las situaciones de desigualdad
numérica: 2×1, 3×2, 3×1, 4×2… Las situaciones momentáneas de juego en las que
dispongamos de superioridad numérica nos facilitarán enormemente la generación
de hombres libres. La explicación es sencilla. Situación de tres contra dos:
dos defensores contra tres atacantes (un atacante más). Fijando a los dos
defensores conseguimos que el otro compañero quede libre.
Fruto de este medio surgió la famosa salida lavolpiana. Ante
igualdad numérica (dos contra dos) en la primera línea de construcción, un
mediocentro se incrusta entre los centrales para generar una situación de tres
contra dos facilitando la aparición de un hombre libre. Tras juntar en un lado
a los dos defensores rivales, se lleva el balón al lado contrario donde lo
recibe el hombre libre, que avanza superando a esa primera línea
“Buscar el hombre libre es, por ejemplo, que los
centrales tengan el balón y uno de ellos siempre quede libre porque siempre
tienes un defensa más que delanteros contrarios. En ese caso, Puyol sube, sube
y sube hasta que le sale al paso un rival. Si quien le intenta frenar es mi
marcador, entonces el hombre libre paso a ser yo. Si le sale al paso el
marcador de Iniesta, Andrés es el hombre libre. Y así buscamos la superioridad
en cualquier zona del campo. Haces un tres contra dos, lo ganas y ya tienes el hombre
libre. Avanzamos posiciones”.
Xavi Hernández
Martíperarnau.com/* Enric Soriano.
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