lunes, 10 de marzo de 2014

JORGE VALDANO segunda parte


JORGE VALDANO  a Guardiola: "ES EL GRAN REVOLUCIONARIO ACTUAL”.

“CUANDO TRABAJAS CON LA VANIDAD TE CONVIERTES EN PEOR PERSONA”, dice Valdano.
 "La otra causa es la desesperación por el resultado. Sólo ataca el que va perdiendo. LA MAYORÍA DE LOS ENTRENADORES AMA MÁS EL RESULTADO QUE EL JUEGO. Por eso Guardiola es el gran revolucionario de estos días. Porque alcanzó el resultado desde el amor al estilo, al juego, al jugador", señaló el ex futbolista que se consagró campeón mundial en 1986.

"El imperio de la táctica y de la preparación física se ha impuesto al de la técnica y, como dijo Picasso y nos demostraron Maradona y Messi: 'No hay genio sin técnica'", agregó Valdano.
Asimismo, Marcelo Bielsa, "es uno de los entrenadores más generosos" que ha conocido en su vida. "Cuando digo la palabra generoso la digo con respecto al juego. Ataca con mucha gente, saca la pelota jugada desde el fondo, renuncia a la picardía por su obsesión ética, cuando va ganado sigue atacando como si se acabara el mundo".
Y agregó: "Si queremos volver a la grandeza -en las buenas y en las malas-, miremos a Bielsa".

También reconoció que su compatriota "Cholo" Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, está haciendo "un gran trabajo". "Ha construido un equipo competitivo con un fuerte contenido táctico y una alta emotividad. Tiene mérito.
 
 
Entrevista a Jorge Valdano
"Todos tenemos sueños, dijo Ale. Sí, pero los míos son sueños de fútbol". Eso escribió Benedetti. ¿Ha sido un sueño? ¿Qué le ha dado el fútbol como ser humano?

El fútbol es un territorio claramente emocional, pero abierto a los sueños. Como todo aficionado, tengo conectado el fútbol a mi memoria sentimental. Desde niño los sueños fueron un motor de algo esencial para cualquier futbolista: la pasión. Me gusta pensar que el balón es una especie de vehículo que me llevó por el mundo entero permitiéndome conocer lugares, personas y emociones que de otro modo hubiera sido imposible. ¿Cómo no voy a estar agradecido de aquellos sueños?

Pero el sueño tiene también su componente de pesadilla... ¿El fútbol también?
Las lesiones, por ejemplo. Cuando conviertes el fútbol en el punto neurálgico de tu vida, una lesión puede parecer una catástrofe. Incluso perder un partido te puede dejar una sensación de amargura desproporcionada... Es el defecto de todo aquello que convertimos en una obsesión. El fútbol no se inventó para profesionales; debe de ser una de las materias más democráticas del mundo, abierto a todos los biotipos, a todas las personalidades, a todas las nacionalidades. Es un fenómeno tan global como la tecnología, solo que la tecnología forma parte de lo moderno y el fútbol es parte de lo primitivo.

Un juego como de niños, pero con enormes connotaciones empresariales...
El juego es lo que el hombre se inventó para escapar de la realidad. Lo que ocurre es que se ha llenado de intereses y esos intereses lo han devuelto a la realidad. Lo vivimos como juego porque hay algo de azaroso e incontrolable en él, pero también como negocio, porque, en tanto espectáculo, es parte importante de la industria del ocio. Así es el fútbol, un sueño y una empresa a la vez. No hay más que ver cómo es el comportamiento de la afición. Si toda esa gente no supiera imponer la fuerza de sus ilusiones sobre el negocio, no habría graderío.

Y ahí la victoria y la derrota forman parte del mismo sueño. Usted ha sufrido derrotas, enfermedades, lesiones. Sin embargo, la gente suele verle como un triunfador...
 
Ante esos factores de desilusión y de fracaso, ¿cómo ha reaccionado?
Para ganar todos estamos preparados. La solidez de una persona, un equipo o un club se demuestra en la derrota. Son momentos en los que se dan saltos de madurez. He convivido muy bien con todas las desilusiones que me he ido encontrando a lo largo de mi carrera y de mi vida, avatares que han acabado por hacerme mejor. Sin embargo, frente al triunfo y el éxito tengo más reparos. CUANDO TRABAJAS CON LA VANIDAD, TE CONVIERTES EN PEOR PERSONA.

Lo dijo usted en ese libro 'Sueños de fútbol': "Debemos ser ambiciosos sin que nos gane la vanidad".
Si tengo que elegir un tipo de deportista, y hasta un ejemplo de madridista, porque a través del madridismo proyecto mucho de lo mejor del deporte, diría que Rafa Nadal representa muy bien esa actitud de ponderación ante el triunfo y la derrota. En calidad de aficionados, le cedemos nuestro orgullo al deportista, y Rafa nos lo sabe cuidar como nadie. Lo cuida cuando gana porque se deja la vida en el campo, y cuando pierde porque lo hace con nobleza.

Usted ha comentado que la afición es un monstruo de 100.000 cabezas, orgulloso y exigente; da la impresión de que el aficionado es como un asistente al circo romano, quiere que el suyo gane a cualquier coste...
Hay mil maneras de entender el fútbol. El fanatismo tiene el defecto de estrechar el recinto mental y dejar espacios solo para nuestras obsesiones, nobles con respecto a nuestro equipo y demoniacas respecto al contrario. El aficionado es sectario por naturaleza, y eso es siempre un peligro potencial. Creo más en las mayorías silenciosas. En la sociedad afloran muchas veces conductas extremas y cada día más ruidosas que me espantan.

¿Y qué dice ahora la mayoría silenciosa y la afición del fútbol respecto a los clubes y a los futbolistas?
 El fútbol es un juego que tiene una enorme capacidad de contagio. Cada afición tiene algo de tribu y cada tribu tiende a tener un pensamiento único. No caben muchas ideas dentro de un grupo de fanáticos.

¿Cómo ve el fútbol español? ¿Cómo ha evolucionado?
EL FÚTBOL ESPAÑOL VIVE SU ÉPOCA DORADA Y LA SELECCIÓN LO HA DEMOSTRADO. LA SELECCIÓN EXPRESA EL PROGRESO DEL FÚTBOL ESPAÑOL Y SU ESTILO ES UN EJEMPLO MUY PODEROSO QUE VA A INFLUIR SOBRE LAS PRÓXIMAS GENERACIONES. España es hoy, para el mundo del fútbol, lo que en otros tiempos fue Brasil... A nivel de clubes también marca diferencias, pero solo a través de dos grandes clubes, el Barcelona y el Real Madrid. Dos poderosos que tienen como mercado el mundo entero y que están fagocitando el campeonato. Cada día son más importantes los Madrid-Barça. El estatus general del fútbol dentro de la sociedad ha cambiado en el último cuarto de siglo. Los medios de comunicación, una sociedad más infantil, el futbolista como héroe moderno, todo ha influido para que el fútbol se convierta en el poderoso espectáculo cotidiano que es.

¿Y cómo ve al futbolista en este proceso de cambio que ha hecho líder al fútbol español?
EL FUTBOLISTA ES DE PRIMERÍSIMO NIVEL, MUY INTELIGENTE, HA MANTENIDO UN EQUILIBRIO EJEMPLAR. Cada vez tiene un papel más relevante en la sociedad, de manera que cada día es más fácil confundirse. Sin embargo, los futbolistas siguen muy centrados en su profesión y, en términos generales, emitiendo mensajes equilibrados a la sociedad.

¿Cómo está su ánimo ahora?
Estoy bien, tengo gran capacidad para pasar página. También una buena gimnasia: la vida me hizo pasar página muchas veces. Y aprendí también a separar lo importante de lo que no lo es. Cuando salgo de una actividad, lo que hago es meterme inmediatamente dentro de otra y santo remedio.

 Pero con memoria, imagino...
La memoria existe siempre. Lo que no voy a ser capaz es de cambiar mi visión del Real Madrid y del fútbol como juego, como fenómeno social, como espectáculo y negocio. He dado la vuelta entera alrededor del fútbol. He sido jugador, entrenador, ejecutivo, soy socio... Todo me ha ayudado a entender lo que es el fútbol. A veces se aleja de mi ideal, a veces se acerca, pero yo siempre estoy en el mismo lugar.

¿No tiene la sensación de que el fútbol está en momentos sombríos?
Algunos de los ideales, o de los sueños, se están perdiendo... El mundo se está transformando. Si uno se va un año y regresa a este mundo, se encuentra con que Mubarak está encarcelado, Libia ya no es Libia, EE UU ya no es AAA... Y las visiones que la gente tiene sobre las cosas también van cambiando. Tengo un amigo, David Koncevik, argentino que da conferencias en México, que desde hace tiempo habla de la revolución de las expectativas. Tener acceso al conocimiento acumulado por la humanidad a lo largo de la historia nos crea algunas ilusiones que no se cumplen... Lo cierto es que todo aquello que tiene un valor de cambio, una casa, un coche, un trabajo, es muy difícil de conseguir, si no imposible, y eso genera tremendas desilusiones. Las expresan los indignados cuando salen pacíficamente a ocupar la plaza pública, o los jóvenes ingleses cuando saquean aquello que la sociedad les promete, pero a lo que no tienen acceso.

¿Y eso se da en el fútbol?
Sí, claro. Clubes como el Real Madrid se sienten beneficiados de todo lo que ese equipo ha conseguido a lo largo de su historia. Pero también se sienten obligados a llenar todas las expectativas... Y siempre se está al borde de defraudarlas. Si uno queda segundo, no es digno del Real Madrid; si uno no se comporta adecuadamente, no es digno del Real Madrid; si uno se equivoca en un adjetivo en una rueda de prensa, tampoco es digno del club... Toda esa expectativa desproporcionada hay que volver a equilibrarla para devolverla a una realidad muy simple: que el Real Madrid está compitiendo con un club que vive el mejor periodo de su historia. Hay que observar ese fenómeno sin resignación, con toda la ambición del mundo, pero respetando los valores del club...

¿No genera eso una enorme ansiedad?
 A lo largo de tantos años me he acostumbrado a escuchar estupideces de distinto calibre. Recuerdo que no hace mucho, dentro del Real Madrid, llegué a escuchar algo tan disparatado como que el resultado había dejado de importar, que el Real Madrid había llegado a tener una imagen tan potente que ganar o perder había dejado de ser relevante. Es difícil oír una estupidez mayor. Pero hay otro tipo de estupidez, más recurrente dentro del fútbol, la que dice que lo único importante es ganar. La desesperación por ganar ataca todos los valores de referencia. Y termina atacando también a la economía de los clubes. La desesperación por ganar es la piedra angular de todos los concursos de acreedores que hay en España en estos momentos.

 ¿Cree que en esos famosos Madrid-Barça se están jugando dos concepciones del fútbol?
No dos concepciones, pero sí dos estilos. Uno más táctico y más físico, y otro también táctico, pero que gira más alrededor de la pelota y cuya línea de diferenciación más clara con respecto a cualquier otro club, no solo de España, sino del mundo, es la técnica colectiva...

 Lo que usted ha enseñado, como entrenador y como comentarista, va más por lo que hace el Barça que por lo que hace el Madrid en los últimos tiempos. ¿Menotti dijo hace poco en EL PAÍS que el 95% de los entrenadores quieren ser Guardiola?.
Es indiscutible que lo que ha conseguido el Barça tiene algo de sueño platónico para todos los que queremos el fútbol. Reconocer eso no es una traición a la patria madridista, es el reconocimiento natural de una forma de hacer fútbol. Después de reconocerlo, lo que hay que hacer es encontrar la manera de superarlo. Pero no hay por qué abandonar la nobleza, ni los principios, ni la deportividad.

 ¿El fútbol dicho es tan importante como el fútbol actuado
 También en eso hay que hablar de un cambio. Usted y yo somos de la generación de la radio y las revistas deportivas. Hoy, a los jóvenes el fútbol les entra a través de la imagen, pero para mí el fútbol no es nada sin la palabra.

 Volver a la radio, volver a decirle al aficionado lo que ve, ¿qué reto supone para usted? Volver a la radio es volver a la palabra, al mensaje. Lo he hecho a lo largo de mi vida a través de los libros, de los medios de comunicación, incluso mientras he estado en el fútbol en distintos cargos. Siempre he tratado de traducir el juego a un determinado tipo de mensaje.

A un aficionado al fútbol debe resultarle insólito que un profesional le meta el dedo en el ojo a otro. Si el fútbol es pedagogía, ese debe ser un hecho rechazable, ¿no?

 Nadie debe sentirse orgulloso de lo que pasó en ese partido. Cada uno debe ser responsable de sus actos y cada quien tiene que explicarlos a su manera. Cuando las cosas son tan visibles, no hace falta hacer un gran esfuerzo para interpretarlas. Las diferencias que ha habido entre Mourinho y yo durante el tiempo en que hemos estado juntos en el Real Madrid no me convierten en un mourinhólogo... Que cada uno se haga cargo de sus actos.

 "El comportamiento de Mourinho responde a la historia de Mourinho. No entiendo que sorprenda en sus reacciones, en sus declaraciones, en su forma de entrenar”.  

“GUARDIOLA HA HECHO UNA OBRA MAGNÍFICA, ES EL STEVE JOBS DEL FÚTBOL: PROBADOR, VALIENTE, AMANTE DE LA BELLEZA, INNOVADOR. ES UN REFERENTE Y CON TODO DERECHO”.
¿Y ahora, qué?
Lo de siempre. El fútbol te obliga a un curso acelerado de adaptación. Subes y bajas a la velocidad del sonido, y luego retrocedes... Es como una montaña rusa. Lo importante es que uno sepa mantener el equilibrio, y eso supone a menudo desafiar las leyes de la física...


¿Se refiere al equilibrio personal?
Sobre todo al personal, sí. Aunque en mi vida los altibajos ha constituido casi una constante y ya no me afectan demasiado. A los dieciocho años debuté en la selección argentina, y con gran éxito por cierto. Entré veinte minutos en un partido Argentina-Uruguay y sin darme apenas cuenta metí dos goles. De pronto me convertí en alguien, pero acepté una oferta para jugar en la Segunda División española y rompí con esa gloria momentánea para empezar de nuevo. Pensé que todo me iba a resultar igual de fácil y no fue así. En el Alavés pasé un calvario profesional durante cuatro temporadas, con nueve desgarros musculares, dos roturas de peroné.... Hasta que un día aterricé en Primera División. Cuando ya parecía que había llegado a alguna parte vino una hepatitis y...EN FIN, QUIERO DECIR QUE MI EXPERIENCIA COMO FUTBOLISTA ME HA SERVIDO PARA ADAPTARME MEJOR A LOS VAIVENES DEL ENTRENADOR, QUE SON MÁS VIOLENTOS.
Al final la historia le ha quitado la razón: para meter goles no hay que leer tanto a Borges.
Yo nunca lo he relacionado. Además, me cita a un autor que admiro muchísimo pero que despreciaba profundamente el fútbol. Borges dijo, entre otras cosas, que el hombre había pasado de jugar al ajedrez a jugar al fútbol, y que eso era un signo de degradación social.


Usted ya me entiende. ¿Mucha gente no le perdona su pátina intelectual?
El fútbol tiene tics conservadores y autoritarios, tal vez porque es un juego primario, con un punto de brutalidad evidente. Alguien que pretenda reflexionar sobre el fenómeno del fútbol no tiene buena aceptación. Por otra parte, yo poseo una gran facilidad para hacer amigos y enemigos. Sin darme cuenta siempre me veo metido en medio de dos trincheras.
Suscita grandes pasiones o grandes odios. ¿Nunca términos medios?
Pero yo no hago nada para que sea así. No soy conflictivo, al revés, hago bastantes esfuerzos para meter un punto de sentido común dentro de este torbellino, soy conciliador, equilibrado... Sin embargo, ya lo ha visto, eso es precisamente lo que pone nerviosos a muchos.

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