Juanma Lillo - Un ejercicio de dispersión consciente.
ENTRENADOR ESPAÑOL DE MILLONARIOS
por Oscar Méndez Albano
Juanma Lillo no es un entrenador al uso. Su personalidad tampoco es
convencional. Su oratoria mucho menos.
Hombre
de pensamiento profundo, concreta sus elucubraciones de modo conciso
o con una exposición extensa. Lo de menos es la forma, porque fondo
hay de sobra. A sus 46 años, el preparador vasco sostiene sobre sus
espaldas una amplia carrera en los banquillos. Ha llovido bastante desde
sus inicios en el Tolosa (el equipo de su pueblo), el Mirandés y
la Cultural Leonesa. Su posterior etapa en el Salamanca incluyó dos
ascensos consecutivos.
Partió
de Segunda B y llegó a Primera División como el técnico más joven en
debutar en la categoría (29 años).
Esta
plusmarca de precocidad no pasó desapercibida. Oviedo, Tenerife y Zaragoza
fueron las siguientes estaciones en una ruta que estuvo a punto de
llevarle al Camp Nou. La
candidatura a la presidencia del FC Barcelona de Luis Bassat, en
2003, incluía a Pep Guardiola en el puesto de director deportivo. El
actual míster culé, fiel amigo y admirador de Lillo desde hacía tiempo,
propuso su nombre para el banquillo del Barcelona en caso
de que el reputado publicista ganase las elecciones. Al final,
Laporta fue el vencedor de aquellos comicios y Juanma no pudo dirigir al
Barça.
Su tránsito
por Ciudad de Murcia y Terrassa, ambos en Segunda División, ejerció como
preludio de una de las experiJuencias
que el tolosarra evoca con más cariño: el paso por el Dorados de
Sinaloa mexicano. Solo estuvo una temporada (2005-2006), tiempo
suficiente para que el fútbol de Dorados impactase a los aficionados del
país azteca. La Real Sociedad, el equipo de su corazón, y el Almería
han sido los últimos conjuntos a los que ha entrenado. Lleva desde noviembre de 2010 sin pisar un
banquillo, pero sus inquietudes intelectuales le alejan del tedio o
la monotonía. Mientras tanto, ha calmado su ansiedad
futbolística con sus comentarios en Gol Televisión, cadena con la que dejó
de colaborar hace unos meses.
Considerado el inventor del 4-2-3-1 y el juego posicional, a Lillo
no solo le avalan los sistemas tácticos. Los futbolistas que ha tenido no dudan en alabar su
carácter y métodos (Paulo Bento, Oli, Makaay o Xavi Aguado son algunos
ejemplos). Incluso ha contado con el apoyo explícito de
las plantillas a su cargo en momentos complicados, como las
destituciones en Salamanca y Zaragoza. Pero los currículos tienen una
importancia relativa. La hoja de servicios se completa conociendo
a la persona y su contexto, vocablo muy del gusto de Juanma.
Partió de
Segunda B y llegó a Primera División como el técnico más joven en
debutar en la categoría (29 años).
Esta
plusmarca de precocidad no pasó desapercibida. Oviedo, Tenerife y Zaragoza
fueron las siguientes estaciones en una ruta que estuvo a punto de
llevarle al Camp Nou. La
candidatura a la presidencia del FC Barcelona de Luis Bassat, en
2003, incluía a Pep Guardiola en el puesto de director deportivo. El
actual míster culé, fiel amigo y admirador de Lillo desde hacía tiempo,
propuso su nombre para el banquillo del Barcelona en caso
de que el reputado publicista ganase las elecciones. Al final,
Laporta fue el vencedor de aquellos comicios y Juanma no pudo dirigir al
Barça.
Su tránsito
por Ciudad de Murcia y Terrassa, ambos en Segunda División, ejerció como
preludio de una de las experiencias que el tolosarra evoca con más
cariño: el paso por el Dorados de Sinaloa mexicano. Solo estuvo una
temporada (2005-2006), tiempo suficiente para que el fútbol de
Dorados impactase a los aficionados del país azteca. La
Real Sociedad, el equipo de su corazón, y el Almería han sido los
últimos conjuntos a los que ha entrenado. Lleva desde noviembre de 2010 sin pisar un banquillo, pero sus
inquietudes intelectuales le alejan del tedio o la monotonía. Mientras
tanto, ha calmado su ansiedad futbolística con sus comentarios en Gol
Televisión, cadena con la que dejó de colaborar hace unos meses.
Considerado el inventor del 4-2-3-1 y el juego posicional, a Lillo
no solo le avalan los sistemas tácticos. Los futbolistas que ha tenido no dudan en alabar su
carácter y métodos (Paulo Bento, Oli, Makaay o Xavi Aguado son algunos
ejemplos). Incluso ha contado con el apoyo explícito de
las plantillas a su cargo en momentos complicados, como las destituciones
en Salamanca y Zaragoza. Pero los currículos tienen una importancia
relativa. La hoja de servicios se completa conociendo a la persona y
su contexto, vocablo muy del gusto de Juanma.
La primera
toma de contacto fue algo fría, pero la confianza que emana de toda
conversación cordial derriba barreras, también la suya. Con una
comida en el restaurante Sula de por medio, Quality Sport departió
durante un par de horas con el técnico de Tolosa, incapaz de dejar indiferente a nadie. Sus
recovecos dialécticos le llevan a hablar con el mismo interés de
Schopenhauer, Borges o Roberto Baggio. Y de sus queridos
Guardiola e Iniesta, claro está. Sus reflexiones parecen dispersas, pero
después del caos llega el orden. Para comprobarlo, basta con
entrar en el juego, o al menos intentarlo. Sin especular, como le
gusta a Juanma.
En los banquillos
Etiqueta: Me
han puesto la fama de que he descendido a muchos equipos. Incluso han
inventado descensos de clubes a los que ni siquiera he dirigido, en ese
afán del ser humano por alimentar sus prejuicios. A veces llegamos hasta
ese punto de inventar realidades a nuestra medida. Nunca he bajado
con ninguno, aunque es algo que me puede pasar mañana y eso no me
convertirá ni en mejor ni en peor entrenador. Igual que tampoco he subido
‘a’ nadie, sino ‘con’ alguien. Curiosamente, siempre que me han cesado los
números de esos equipos han empeorado, aunque tampoco uso este dato
para vanagloriarme.
Entrenador precoz: Me
planteé ser entrenador cuando me dijeron que no podía ser jugador
porque me faltaban condiciones. La misma persona que me dijo eso,
Demetrio Terradillos, me comentó que me veía como entrenador. Fui técnico
con 16 años y tenía que estar pendiente de que fueran bien sentados
en el tren chavales mayores que yo. No sé si me dio vértigo ser entrenador
en Primera con 29 años. Esas cosas no te las planteas
cuando estás en el ajo. Cuando las miras con visión
retrospectiva, puede.
Víctima de la violencia en el fútbol: Una vez recibí un botellazo que iba para el árbitro.
También me tiraron un hielo con una piedra dentro.
Nunca esperas
que te vayan a pasar esas cosas. De todas formas, el padre del chico que
me golpeó ahora es buen amigo mío y hablamos de continuo. A las ocho
de la mañana del día siguiente estaba en el campo de entrenamiento y desde
entonces mantenemos una relación muy agradable.
Experiencia mexicana: En
América me tienen cariño porque Dorados de Sinaloa jugó muy
bien conmigo. Le ganamos al América 2-0 y perdimos tres partidos en
todo el torneo. Al llegar a México, cuando me preguntaron que por qué
había ido a entrenar allí, les dije que veía fútbol mexicano a las 2,
a las 4 y a las 6 de la mañana, porque me encantaba. Cuando llegué había
visto a nuestro primer rival. Se pensaban que les estaba tomando el
pelo. Es verdad que en México hay muchos problemas de inseguridad. Sinaloa
es uno de los centros mundiales del narcotráfico, pero también
es verdad que en la sociedad occidental actual hemos construido
otro tipo de violencias, menos visibles pero igual de dañinas. Hubiese
continuado en México. De hecho, estuve a punto de ir a otro gran equipo de
allí. Para mí sería muy grato regresar.
Repaso a la actualidad
Fijación por Chigrinski: En
el momento que fichó por el Barça era uno de los mejores centrales de
Europa. Le venía muy bien al equipo porque ya traía el juego de posición
aprendido. El contexto no fue amable con él, pero quizá ahora, más
maduro, le hubiese ido fenomenal.
¿España campeona de la Eurocopa?: Está claro que ningún equipo va a estar a la altura
de España. Le pasa como al Barça. Puede perder contra
cualquiera, porque este es un juego de azar, pero no le puede ganar
nadie. Solo hay un balón, pero si hubiese otro en el campo igual también
se quedaban con él.
Jugadores predilectos: España
tiene a casi todos. Es interesante que hayan coincidido
temporalmente en la zona del campo donde más se juega. Allí
donde más se invierte en el juego y donde más cuesta convertir los estilos
del equipo. Los mejores centrocampistas del mundo son
españoles. Emociona ver las interacciones que tienen entre ellos y
las sinergias que van desarrollando. Hay tanto nivel que futbolistas como
Borja Valero, Isco o Arteta (pieza clave en el Arsenal de Wenger)
no tienen cabida. En otros países muy pocos jugadores tienen estas
características. Xavi, Cesc, Silva o Xabi Alonso son maravillosos, aunque
el que más me emociona es Iniesta, por su capacidad de mejorar los
contextos y cualidades de los demás. Sin duda, Messi es el más eléctrico.
Casi todos los balones que coge suelen acabar en la red. Por el
contrario, no me gustan los jugadores en los que la pelota muere. Creo que
en el fútbol, como en el pádel, un deporte que practico ahora, hay que
ser pudoroso y jugar de manera que el tanto no acabe en mi raqueta.
En la Selección da mucho pudor que la pelota muera en tus pies a no ser
que estés rematando.
¿Madrid o Barça?: A
mí me gusta, como a todo el mundo, ver jugar al que hace todo lo
posible para que los partidos vayan al lugar que quiere. Eso solo se
puede conseguir a través del balón, porque pelota solo hay una. Eso lo hace
el Barça. Si lo hiciera el Madrid me encantaría el Madrid. Los
movimientos que no intervienen en el juego también tienen un sentido:
facilitar la situación de juego al que tiene el balón. Es un estilo que
lleva bastante tiempo instalado en Barcelona. Además de Guardiola, también
Laureano Ruiz hizo varias cosas en su día, y Van Gaal aportó mucho método.
Su querida Real: No
sé si la Real Sociedad puede vivir de la cantera, porque está en el grupo
de equipos que si tienen un mal año se van para abajo. Ahora tiene una
gran generación con Iñigo Martínez, Rubén Pardo, Asier
Illarramendi… Eso por decirte chavales. Como siempre, hay
una generación intermedia (Agirretxe, Xabi Prieto, Mikel González,
Griezmann…) que tiene buen nivel y los más mayores (Aranburu) rinden bien
mientras generan un ejemplo de conducta y comportamiento en un colectivo.
Eso es un valor en sí mismo.
Mourinho: No
le conozco. Me acuerdo de haberle saludado cuando era entrenador
asistente en el Barça, y desde entonces no le he visto más. No puedo
hablar de él porque no le conozco, pero tiene un punto de partida
metodológico que comparto mucho. Vítor Frade también aportó al estilo.
Del Bosque: Es
un genio y una persona muy sensata. En Salamanca le quieren mucho. Hace
años no podía esperar todo lo que ha venido después. Él estaba en la
cantera del Madrid y le llamaron para el primer equipo. Ahí empezó todo.
Guardiola: Después de un
Oviedo-Barça, en el que perdimos 2-4, vino al vestuario
porque quería hablar conmigo. Me dijo que se notaba que
había mucho trabajo detrás de mi equipo y me preguntó si podíamos
mantener el contacto. Lo que empezó como una relación profesional ha
terminado en gran amistad. A Pep ahora todo el mundo le quiere porque
gana, pero también demostró en el pasado su validez cuando le tocó
atravesar
momentos duros, como su salida del Barça, la llegada al Calcio o cuando le
acusaron de mala manera con el doping. Esos momentos los viví
personalmente.
Estilo y vida profesional
Pasión por los libros: Compro
libros compulsivamente. Soy de los que van a la tienda a
elegirlos, nada de comprarlos por Internet. Tengo más de 7.000 libros
no deportivos y casi 2.000 deportivos. El problema es que no me da tiempo
a leerlos. Al final, más que disfrutar me agobio. ¿Mis libros
favoritos? Depende del momento, edad, situación… No paso mucho tiempo
delante de las máquinas. Hay tantos buenos libros o películas por ver…
Me cuentan que hay gente que lee a través de una pantalla. ¿Cómo lo
hacen? ¡Si se pierde toda la esencia! Me gusta mucho el olor y el tacto
que poseen los libros.
Trato con la prensa: Me
parece que el periodismo ha engullido al periodista. El mecanismo es tan
grande que está absorbiendo al individuo, como pasa en el fútbol. Con
el periodista en sí tengo buena relación, pero cada vez me cuesta
más ponerme ante un periódico. Uno ya conoce los intereses que subyacen.
El libro ‘Mentiras: Viaje de un periodista a la desinformación’, de Xavier
Mas de Xaxàs, me ayudó mucho a entender este mundo.
Culto a las apariencias: Uno
alucina cuando va al colegio a dejar a su hijo y ve a mujeres
emperifolladas para 30 segundos que van a estar ahí. Piensas que se
han levantado a las seis de la mañana para arreglarse y que el desayuno se
lo habrá tenido que poner el niño. Como dice Dante Panzeri en su
libro ‘Fútbol, dinámica de lo impensado’: “En la lucha por parecer se nos
ha olvidado ser”.
Elogio de la duda: Una
vez escuché a Charo López, una mente superlativa, hablar con
Jesús Quintero, un fabuloso periodista que es capaz de hacer pasar
por inteligentes a personas que no lo son. Charo respondió varias veces
“no sé”. Es una maravilla que alguien conteste “no sé” sin que
le dé miedo aparentar que no sabe. La gente te hace una pregunta para
que respondas algo determinado, lo que quieren ellos. Decir “no sé” me
parece la mayor manifestación de inteligencia. Sin embargo quedas
como tonto si respondes así. Me asusta ver a la gente contestar con
tanta seguridad.
Apoyo de los seres queridos: La
familia nunca ha sido un impedimento en mi carrera. Mi mujer, Cristina, es
increíble. Todavía sigue conmigo después de 30 años, así que fíjate
si tiene mérito. Ella es la que se merece ser entrevistada. En casa no
hablamos de fútbol. Hablas de lo que te pasa durante el día, que
muchas veces tiene que ver con el fútbol, pero no del juego en sí. Yo no
inicio conversaciones de fútbol en casa, pero si me pregunta mi crío por
algo, cómo no le voy a contestar.
Relación con sus jugadores: Tengo
buena relación con varios futbolistas. El valor de un entrenador se
basa en lo que dicen sus jugadores de él.
Culto al pasado
Nostalgia: El
fútbol para mí tiene un punto de bifurcación en los años 90. ¿Alguien
recuerda el Mundial de Italia? ¿Y el de EEUU? En los años 50 y 60 era
una maravilla ver a Hungría. También debió existir una Austria
impresionante. La Bulgaria del 66 me entusiasmó. En el Mundial del
70, además de Brasil, me impactó Rumanía, aunque nadie hable de
ellos. Selecciones como Checoslovaquia o Hungría jugaban muy bien al
fútbol, de una manera asociada. Ahora ves el fútbol de hace 50 años,
que es pasado, y sin embargo no sabes lo que va a pasar. En cambio, ves
los partidos de ahora, que todavía no han sido, y ya sabes lo que va
a ocurrir. Ahora estoy viendo el Mundial de 1970 entero. Es una pasada.
Históricos predilectos: Al
mejor de todos los tiempos, que es Maradona, me hubiese
encantado verle sin que él hiciese todo lo posible por no ser
el mejor. Diego conspiró contra sí mismo. Potencialmente no sé
adónde podría haber llegado. Beckenbauer me parece que está también entre los
más grandes. Disfruté más con él en el Mundial de Inglaterra que en
el de México. Luego, en Alemania’74, gana el Mundial como líbero. Ahí es
cuando peor se encontraba.
Reflexiones sobre el juego
Pionero táctico (4-2-3-1): Ahora
me estoy preocupando mucho de hacer una interpretación del juego de
los años 30 para adelante. Quiero que cuando hable de Pelé, Vavá o Didí lo
haga con propiedad, y no bajo la dictadura del tiempo que estamos
viviendo. No pretendo caer en eso. La Hungría de los años 50 y 60 me
está gustando mucho, aunque no fue su influencia lo que me llevó a
desarrollar el 4-2-3-1 en la Cultural Leonesa, sino otro tipo de cosas. Me
movía el afán por no jugar con mucha gente cerca del área, sino con
gente que apareciera desde atrás. Entonces la regla del fuera de juego
favorecía, no como ahora. Quería alinear a cuatro delanteros que se
moviesen cerca sin llegar a estar juntos. Esas fueron las inquietudes que
me llevaron a desarrollar el 4-2-3-1 y el juego posicional. No evalúo
el juego desde los sistemas, porque los sistemas no existen. Solo son una
ocupación espacial de inicio y casi ni eso. Para mí, defensa y ataque como
tales no existen. Existe el juego como una unidad funcional y global,
donde la diferenciación semántica se divorcia de la mejora de
interpretación del juego del futbolista.
Ahora los
niños no juegan a fútbol, sino que juegan por puestos. “Soy
mediapunta”, dicen. Luego nos quejamos de que los jugadores no saben
leer el juego. El juego se puede interpretar, no leer. Por eso
Iniesta es el mejor jugador del mundo, porque va muy unido al juego. Nunca
he visto a un equipo que esté bien colocado con balón y mal sin él.
Este es un matiz para demostrar que la defensa y el ataque en sí no
existen. La percepción errónea de su existencia procede de las teorías de
deportes colectivos como el baloncesto o el balonmano, donde hay
un tiempo determinado para tirar o hacer los cambios para atacar o
defender. El fútbol es una actitud, una unidad funcional dentro de la cual
hay que tener la pelota para que no te hagan daño.
Esencia del fútbol: En
el fútbol actual la guarnición se ha comido al solomillo. Los 90 minutos
ya no importan tanto. Para la gente, los partidos se juegan más durante la
semana, en los medios de comunicación, que el sábado o el domingo. Si hay
algo alejado de su esencia es el fútbol, aunque no menos que
la sociedad. Saramago decía que si hay optimistas es porque les va
bien o no se enteran de nada. Yo amo tanto al fútbol que cada día me
resulta más difícil la convivencia con el mundo del fútbol. Todo
lo periférico se ha convertido en el núcleo. Al entorno del fútbol
cada vez le interesa menos el juego.
Resultados no son valor absoluto: Ningún entrenador puede asegurar resultados a nadie.
Es lo que tiene el fútbol. Puedes hacer las cosas bien y tener malos
resultados o viceversa.
Autores: Nacho Labarga/Javier Brizuela
"El entrenador debe saber tratar al grupo como personas de lunes a sábado y el domingo hacerlo como jugadores" Juanma Lillo.
por Oscar Méndez Albano.
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