Y……..la pelota lo es todo.
La pelota tiene que ser nuestra siempre. Así se ponen las condiciones en el juego. De esa manera se hace protagonista. Se tiene la iniciativa, no te pueden hacer gol y nuestro equipo está más cerca de hacerlo.
Hay que recuperarla pronto cuando se ha perdido. Para eso hay que rearmarse rápido, ser agresivo, tener las líneas unidas en un bloque muy compacto, jugar corto el equipo. Coberturas, escalonarse, apoyos, comunicarse, revisar siempre, sobre todo cuando se cambia la orientación del juego, todos participan activamente, nadie escapa a este movimiento. Físicamente full, sino, no aguantas el ritmo.
La pelota nos da un respeto propio y ajeno. Dominarla es el principio inevitable. A partir de ahí, cada uno gana un lugar en el escalafón, según su habilidad y su talento. La pelota es una referencia individual en nuestras vidas.
Nos jerarquiza, nos hace diferentes, nos divierte, nos transmite alegría.
La pelota y el fútbol delinean y cambian la forma de pensar. Como punto esencial enseñan a ganar y a perder, este último rasgo de difícil aceptación en el ilógico orgullo humano.
Si alguien aprende a asimilar una derrota, quiere decir que es capaz del autocontrol, del manejo de las situaciones más adversas, porque proviene de una circunstancia que se vive hasta cotidianamente, pero que jamás se admite.
La pelota. Nadie se puede sustraer a este fenómeno. Ni el protagonista, ni el dirigente, ni el aficionado, ni el periodista. Un gol transforma a la humanidad. Es imposible describir, por ejemplo, lo que se siente hacer un gol con un estadio totalmente colmado de gente que lo grita a todo pulmón.
Hay quienes afirman que lo apasionante del fútbol es....su simpleza. Una pelota, tres palos, un arquero y a distraerse.
Desde pequeño el hombre patea cualquier cosa, es innato. No tiene diferencia de clases. Ni de razas. El gol, cuando la pelota entra al arco, es gol en cualquier idioma.
La pelota y su juego el fútbol es una escuela de vida. Exige empeño, dedicación total, disciplina, descanso, concentración, fortaleza mental.
Se necesitan requisitos morales que no deben transarse como la honestidad, autoestima al máximo,lealtad en la convivencia, actitud para pertenecer a un grupo, autocontrol, posturas actitudinales importantes en la construcción de un equipo.
Feliz el futbolista que considera el fútbol, no como un medio económico, sino como una oportunidad para realizar ese mundo de perfecciones fisiológicas y espirituales que lleva dentro.
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