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El conflicto es parte natural de la vida cotidiana, y un
comportamiento normal en equipos y organizaciones, jugando un papel importante
en ellos las emociones y los sentimientos. Posee tradicionalmente vínculos
negativos y se percibe como violencia, odio e ira. Pero la resolución pacífica
de conflictos puede significar un cambio de actitudes, dejando de percibir al
rival como un enemigo, poniéndonos en su lugar, intentando comprender su punto
de vista y buscando juntos una solución que satisfaga a ambas partes.
El liderazgo juega un papel vital en el manejo y resolución
de conflictos entre los miembros de un equipo y de sus jugadores. El entrenador
debe mantenerse informado e involucrado en los asuntos diarios del grupo a fin
de comprender sus razones, para encontrar una solución. Debe saber
identificar y tratar los conflictos de una manera dinámica, evitando conductas
autoritarias donde los padres griten a sus hijos, recurriendo a la violencia
física por una mala conducta o entrenadores autoritarios que traten mal a sus
jugadores por alguna equivocación, donde se les increpe y humille.
Situaciones de conflicto.
Los conflictos tienen diversas y complejas causas, las
principales son los intereses y las necesidades percibidas como desconformes
entre entrenadores, padres y niños. Sin embargo, hay que considerar que también
es causa de conflicto la forma cómo se maneja y se hace uso del poder, lo que
puede generar diversas situaciones de violencia.
Unas, las relacionadas a comportamientos o actitudes de
directivos. Al tomar cualquier tipo de decisión que pueda considerarse parcial,
excluir de la escuela a niños problemáticos, no atender las quejas de los
padres de manera inmediata y justa o permitir el ingreso o la permanencia en el
equipo de futbolistas violentos.
Otras, las relacionadas a comportamientos o actitudes de los
entrenadores. Donde estos tengan actitudes y comportamientos discriminatorios
contra los deportistas y padres, puedan ejercer maltrato hacia los niños,
tengan preferencias por jugadores de mayor rendimiento deportivo, no promuevan
la participación de todos jugadores en el campo, muestren tolerancia e
indiferencia ante la agresión entre miembros del equipo o no cumplan sus
funciones y responsabilidades en la institución.
Y por último, las relacionadas a comportamientos o actitudes
de los padres. Cuando interfieren en el trabajo del educador en el
entrenamiento o partido y expresan de forma negativa y sin dialogo sus
opiniones sobre las actitudes del entrenador o del club.
El rol de los integrantes del equipo.
El conflicto en un equipo de fútbol es un suceso natural de
la convivencia diaria, por ser un espacio donde se interrelacionan
personalidades, intereses, estilos y experiencias de vida muy diversas. El
desafío está en que el conflicto se resuelva siempre y en todos los casos por
sus integrantes (coordinadores y directivos, entrenadores y padres), conociendo
y cumpliendo sus roles y considerando las motivaciones y necesidades de los
deportistas.
Rol del entrenador
El entrenador es el elemento fundamental del proceso
educativo, por su cercanía con deportistas y padres, el rol que cumple en la
resolución de conflictos consiste en velar porque el fútbol se dirija de modo
compatible con el respeto a la dignidad del niño respetando sus habilidades y
diferencias. Acordando con los deportistas normas de convivencia en el terreno
de juego que faciliten un ambiente agradable, tolerante y respetuoso, creando
un clima favorable al buen entendimiento con entrenadores, directivos,
compañeros y padres.
Rol de los padres
Los padres también cumplen un rol importante para afrontar
satisfactoriamente situaciones de conflicto que se puedan presentar en el
equipo. Conociendo y respetando las funciones y competencias de todos sus
miembros, educando a sus hijos en la práctica de valores y respeto de las
personas, aportando opiniones a la gestión deportiva del club en los lugares y
momentos apropiados.
Rol de los futbolistas
El futbolista aprende no sólo en el campo sino básicamente
en la vivencia cotidiana, siendo el centro y destinatario principal de la
formación. Con el apoyo y orientación de los entrenadores va a cumplir un rol
protagonista y de participación activa en la resolución de conflictos en el
equipo. Practicando la tolerancia, la solidaridad, el diálogo y la convivencia
con su compañeros, entrenadores. Contribuyendo a que el equipo se construya
alrededor de diálogos, acuerdos, tolerancia y respeto, por el bienestar del
grupo.
Negociación y diálogo.
Para que la negociación sea posible, las personas o los
grupos que están en conflicto deben mostrar voluntad para dialogar y escuchar,
creer que es viable negociar, estar convencidos que están en condiciones de
hacerlo, que el momento es oportuno, querer construir una solución que
satisfaga a ambas partes, sin necesidad de la presencia de un tercero.
Para enseñar a negociar, la entidad deportiva debe
establecer tutorías, un momento privilegiado para que el educador, entrenador o
tutor, junto con sus deportistas, desarrollen sesiones que permitan reflexionar
sobre los conflictos, identificando las diferentes maneras de actuar y sus
consecuencias, aprendiendo a ponerse en el lugar del otro, para comprender su
punto de vista. La Hora de Tutoría debe permitir que los deportistas se
conozcan y se entrenen para la negociación y el diálogo.
Normas y Disciplina.
El Reglamento de la institución deportiva debe contar con
normas y disciplina, que orienten el comportamiento y las reacciones entre los
miembros del equipo. Es importante que para la elaboración de estas normas
tengamos en cuenta las características propias de cada institución, de cada
equipo, su carácter formativo, la incorporación de valores, el desarrollo de
las habilidades deportivas y su disciplina. Esta disciplina suele ser
concebida, en muchas ocasiones, como un conjunto de normas que debemos cumplir
a partir de acuerdos determinados por la dirección y que deben estar bajo su
control y vigilancia para poder mantenerla.
Los entrenadores, debemos tener una intervención oportuna e
inmediata ante la identificación de conductas antisociales, evitando que se
conviertan en una práctica habitual, que perjudique el desarrollo personal del
niño. Evitemos que las situaciones de indisciplina sean resueltas con
suspensiones y expulsiones, perjudicando así el derecho al fútbol del practicante
y aumentando la probabilidad de abandono deportivo y que este se involucre en
conductas de riesgo, como la violencia infantil, el consumo de drogas o la
delincuencia.
Evitar un conflicto es ganar la batalla.
Los niños se enfadan cuando sienten que alguien ha herido
sus sentimientos o no pueden llevar a cabo lo que desean, cuando no los
entendemos o sienten que les hemos mentido y cuando se sienten solos. Cuando
los niños se enfadan, sus corazones comienzan a latir rápidamente, tienen mucha
energía acumulada y necesitan liberarla. Es bueno entonces hacerles entender
que deben expresar sus sentimientos con palabras, que no deben pelear o decir
cosas que pueden ofender a terceras personas, ya que esto sólo empeoraría la
situación.
Los niños imitan la actitud de los mayores, por eso es
importante que los entrenadores y padres, desde edades tempranas, influyan en
sus jugadores e hijos para erradicar de nuestra relación con ellos los gritos y
la violencia, enseñándoles que han de aprender por sí mismos a solucionar sus
conflictos. Debemos hacerles saber que se necesita más valor y más coraje
para alejarse de una pelea que para enfrentarse a ella y llegar a las
manos. Evitar un conflicto es ganar la batalla.
Considerando cada situación problemática como una ocasión
para aprender a gestionar mejor el grupo y como un ejercicio práctico en el que
los jugadores aprendan a construir un clima de convivencia respetuoso y
favorable para el equipo, es necesario encontrar un cierto equilibrio entre
respetar al otro e imponer nuestro deber de entrenadores o padres. Debemos
evaluar que peso dar a cada elemento: el carácter y temperamento del niño, su
edad o la importancia del asunto en cuestión, teniendo esto en cuenta,
posiblemente, el conflicto se resuelva o no exista.
Pedro Meseguer Díez (@pmeseguer).
Técnico Deportivo Grado Superior.
Entrenador Nacional de Fútbol.
Técnico Deportivo Grado Superior.
Entrenador Nacional de Fútbol.
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