Zeljko Obradovic/
El técnico del Fenerbahçe, el más laureado del torneo con
ocho títulos, analiza su trayectoria antes de enfrentarse al Real Madrid
(21.00, Canal+ Deportes) en semifinale.
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FAUSTINO SÁEZ Madrid 14 MAY 2015.
Obradovic, técnico del Fenerbahçe. Foto: C. Álvarez. Vídeo:
El PAÍS TV
El entrenador más laureado en la historia del baloncesto
europeo es un hombre sencillo que mezcla mirada resabiada, gesto entrañable y
tono solemne. Zeljko Obradovic (Čačak, Serbia, 1960) afronta la 14ª Final Four
en 23 años de carrera con la serenidad que da una colección gloriosa. Acumula
ocho títulos en las 13 presencias anteriores y, al frente del Fenerbahçe, que
debuta en el torneo, se ha propuesto agrandar su leyenda. El arquitecto que
logró la última Copa de Europa del Real Madrid en 1995 es ahora el enemigo a
batir de la tropa de Laso en su tercer asalto a una corona que se ha convertido
en obsesión. El Olympiacos de Spanoulis y el CSKA de Kirilenko abren el baile en
el Palacio (18.00); después Obradovic y el Madrid (21.00, C+Deportes) dirimen
quien podrá luchar el domingo por la Novena.
Pregunta: ¿Cuál es la fórmula del éxito?
Respuesta: El éxito es conseguir que los jugadores te crean.
No hay más secreto que el trabajo diario y pensar mucho tiempo en el
baloncesto.
P. Siendo capitán del Partizan y de la selección
yugoslava le propusieron hacerse entrenador de la noche a la mañana, ¿se lo
pensó mucho?
R. Acepté la propuesta de Dragan Kikanovic en cinco
minutos. Mis compañeros pensaron primero que todo era una broma y luego me
dijeron que estaba loco, pero siempre fui entrenador. En mi etapa como jugador
me hacía apuntes de cada entrenamiento, aprovechaba los veranos para ir a ver
clinics de varios técnicos y además entrenaba a un equipo cadete. Ahora parece
que elegí el camino correcto.
P. ¿Es más bonito el baloncesto en el banquillo que en la
pista?
R. Yo disfruto mucho como entrenador, pero alguna vez
daría todo por saltar a la cancha y jugar algún minuto. Para ayudar a defender,
para dar energía, para coger a alguno… Me encantaría pero no es posible. Los
jugadores no entienden que están viviendo el mejor momento de sus vidas. Lo
descubren después.
El baloncesto es justo. La suerte está siempre con quien la
merece”.
P. ¿Cómo es su relación con los jugadores?
R. Cuando me nombraron entrenador del Partizan estuve un
mes sin dormir pensando en que me podían preguntar. Tengo que tener respuesta
para todo, si no estoy muerto. Intentan ser más listos que yo, pero no pueden
conmigo porque yo sé mucho más que ellos. Me encanta provocarles, entrar en su
cabeza, motivarles, pincharles para que no se relajen, mirarles a los ojos. El
respeto te lo ganas así, no diciéndoles que a las 12 tienen que estar en la
cama. El respeto se gana cuando ellos entienden que yo sé de baloncesto y que
estoy aquí para ayudarles. Todos están encantados conmigo. Controlo todos los detalles
pero también dejo libertad al talento. Eso sí, todo depende de su calidad. No
todos pueden tener la misma libertad. Hay momentos en los que le digo a alguno
‘es mejor que tires tú rodeado de tres rivales antes que otro que esté solo’.
P. ¿Existe el jugador perfecto?
R. Sí. El que coge el balón en los momentos importantes,
el que defiende más que nadie cuando toca, el que reúne a sus compañeros en las
situaciones difíciles. Eso es un líder.
P. ¿Cómo hubiera sido su carrera si no llega a entrar el
triple de Djordjevic en su primera final en 1992?
R. Este tiro cambió nuestras vidas, sin duda. Pero era un
lanzamiento técnicamente muy normal y digamos que hasta fácil. Lo habíamos
practicado miles de veces. Ese lanzamiento es el sueño de cualquier jugador en
Serbia y Sasha lo metió en el momento clave. La suerte siempre está del lado
del que se la merece. El baloncesto es justo. He perdido muchos partidos con un
tiro del equipo contrario en el último segundo o con un tiro nuestro fallado.
La gente siempre piensa en los buenos, pero se reparte al 50%. La emoción de
ese título no la he vuelto a sentir nunca. Yo era muy joven y aquel equipo fue
el más joven en ganar la Euroliga, con 21,7 años de promedio. Cuando acabó la
final fui a abrazarme con mi maestro Asa Nikolic y me dijo que iba a ganar
muchas más. Yo pensé que eso pasaba una vez en la vida.
P. ¿Cuándo firma por un nuevo equipo garantiza títulos?
R. Solo una vez me lo pidieron. Cuando fiché por el
Madrid me llamó mi abogado y me dijo ‘tenemos un problema, solo renuevas si
ganas la Euroliga’ y yo le dije ‘vale, firmamos igual porque si no la ganamos
me van a echar’. Llevo 23 años trabajando en esto y solo un año me quedé sin
ganar nada. Yo soy mi mayor presión. No pienso en mis trofeos ni los llevo
encima.
P. ¿Por qué eligió el Fenerbahçe?
R. Por la ambición del club. Es un equipo que quiere
despegar para ponerse al nivel de los grandes clubes y yo estoy encantado de
que sea así. Solo ficho por clubes que tengan esa ambición. Cuando me hacen
alguna propuesta siempre soy yo el que hago la primera pregunta: ‘¿qué queréis
hacer?’. Cuando llegué, el promedio de aficionados en el pabellón era de 3.000
y ahora son casi 11.000.
P. Solo dos de sus jugadores (Vesely y Zisis) han disputado
una Final Four. ¿Es un hándicap muy grande?
Llevo 23 años y solo uno me quedé sin títulos. Yo soy mi
mayor presión”
R. Todos se preguntan qué hacemos aquí. El Madrid tiene ocho
títulos, el CSKA seis y Olympiacos tres, pero vamos a intentar sorprenderles.
El Madrid juega en casa y tiene mil recursos. Pueden jugar con cuatro pequeños
o con tres grandes, pueden jugar con tres bases o con tres tiradores, pueden
hacer muchas cosas diferentes y son muy difíciles de parar. Solo les voy a
pedir a mis jugadores que lo den todo a ver qué pasa. Con esto estaré contento.
Les mirare a los ojos antes del partido para saber cuántas opciones tenemos. El
resultado de los partidos está escrito en la mirada de los jugadores.
P. Su último título en 1995 lo ganaron con usted y
entonces se critico el estilo lento del equipo.
R. Tenía a míster Sabonis y al señor Arlauckas, los dos
mejores, el cuatro y el cinco. Entonces yo me dije ¿cómo voy a conseguir que
Sabonis corra como una moto, según tenía el pie?, era imposible. Cuando
cogíamos el rebote teníamos que esperar a que él llegara. Dominamos los dos
partidos ante dos rivales que eran muy duros. El que mejor lo definió fue Isma
Santos que dijo que habíamos ganado con dos jugadores y medio en ataque. Es
así. Era un equipo construido alrededor de Sabonis. La manera de jugar depende
de las cualidades de tus jugadores. Lo demás son tonterías. Es como los que
dicen que el Madrid actual solo corre. Eso es otra mentira. Si corre es porque
defienden muy bien y coge los rebotes. Nada es blanco o negro.
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