“Me tendré que adaptar yo al cien por cien, la gente
viene a ver los jugadores, no a mí. El fútbol le pertenece a los
jugadores”. (Pep Guardiola)
Por Rosa Coba.
De todos los titulares que he leído recientemente de Pep
Guardiola como entrenador del Bayern München, me quedo con el que encabeza este
texto. A mi entender es un titular. ¿Por qué? Pues porque encierra
lo que algunos entendemos como la verdad.
Pese a no gustarme el
término entrecomillado, con ese artículo incluido, que fíjense lo manido e
incluso vulgar que resulta cuando lo unimos a ciertos sustantivos, encumbra a
la mayor grandeza gramatical otros, a los que dota de un significado
superlativo y aunque me recuerda los totalitarismos tan alejados de lo que
entiendo somos los seres humanos, ya que parecer, podemos parecer muchas cosas,
pero ser, ya es otra, no alcanzo a encontrar otra palabra que me evoque el
sentimiento que despierta en mí este titular.
Y tomo como base para hacer tal reflexión que somos por
encima de todo, y pese al empeño que parecen ponerle algunos en lo contrario,
seres dúctiles, poseemos el maravilloso don de la plasticidad y nuestro cerebro
y su funcionamiento son una buena prueba de ello.
Nos pasamos constantemente la vida adaptándonos a muchísimos
estímulos que modelan y moldean nuestra particular realidad, muchas veces de
forma consciente y otras no tanto, pero nuestro cerebro siempre está
predispuesto a tal prodigio.
El fútbol tampoco escapa de ese sustrato. Porque el fútbol
son los futbolistas.
Del binomio plasticidad cerebral-fútbol se encarga la
neuropsicología, que estudia la relación entre la función cerebral y la
conducta, pero no olvidemos que siempre hablamos de un continuo y no de
segmentos que suman. El jugador interactúa en torno a un conjunto de reacciones
musculares y biomecánicas como consecuencia del funcionamiento de un complejo
sistema de recogida y descodificación de información que le permite activar
diferentes procesos cognitivos (pensamiento), emocionales y de valores.
Todo
ello se da en cada una de las acciones que se desarrollan sobre el terreno de
juego y sobre el tapiz que conforma el modelo de juego.
Por ello debemos contemplar la actividad cerebral y el
rendimiento deportivo como un todo: un sistema de elaboración en el que el
jugador debe constantemente elegir, decidir.
¿No les parece apasionante el reto que ante sí tiene el
cuerpo técnico? Adaptarse y facilitar a los jugadores el aprendizaje con dichos
parámetros cual sombra que les cobija ofreciendo la sana estabilidad que las
necesarias relaciones inestables del juego proporcionan, al tiempo que les
permite crecer y ser mejores. El cuerpo técnico tiene ante sí un reto
formidable: poseen la herramienta de la plasticidad como principal resorte
para, a través de su modelo de juego, mostrar al jugador la capacidad de
aprendizaje, de aprender a leer e interpretar el juego.
No podemos aprender si no sometemos a nuestro cerebro a
cambios. Las pizarras son limitadas, sólo muestran, pero no demuestran las
posibilidades de interacción y aprendizaje. En apariencia puede resultar más
fácil quedarnos en la actitud demostradora, mecanizando táctica y situaciones
de juego de forma aislada, ¿pero qué tiene esto que ver con la doble realidad?
La del diseño de nuestro cerebro y la de la constante interacción del juego
.
El fútbol es interacción, que no anarquía.
Mostremos al jugador el camino para que crezca aprendiendo.
MARAVILLOSO TRABAJO EL DEL CUERPO TÉCNICO QUE OBSERVA Y NO SÓLO MIRA, COMPLEJO
PROCESO EL DE CONOCER LA MATERIA PRIMA CON LA QUE CUENTA, LA PERSONALIDAD DE
SUS FUTBOLISTAS Y, POR TANTO, ESTILOS DE
RESPUESTA Y VALORES SOCIOCULTURALES QUE INTERACTÚAN CON EL ESFÉRICO A LA PAR QUE
TRABAJAN CON SEGURIDAD EN TORNO A UNA FILOSOFÍA Y UN MODELO DE JUEGO, QUE NO LES LIMITA, Y SI LES APORTA EL MARCO DE REFERENCIA PARA LA OPTIMIZACIÓN EN
LA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA EN EL RENDIMIENTO.
Con su permiso, Sr. Guardiola, hago mías sus palabras: el
fútbol le pertenece a los jugadores… porque el jugador es lo importante, y
ejercer en esa compleja línea, es un ejercicio sublime de inteligencia.
* Rosa Mª Coba Sánchez es licenciada
en Psicología. Coautora junto con Fran Cervera Villena (preparador
físico y readaptador) del libro El Jugador es lo Importante: la
complejidad del ser humano como verdadera base del juego.
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