Hoy Colombia le acaba de dar otra
alegría más a nuestro país. El equipo se sabe querido, apoyado, por su gente y
entra a la cancha y lo está dejando todo. Hay euforia en el aficionado
colombiano por lo que le brinda su selección. Se presagiaba un partido difícil,
como en realidad lo fue, pero con inteligencia, respetando su estilo como había
anunciado su entrenador Pekerman, supo sortear los momentos complicados del
juego y lo que le planteaba su adversario y sacó adelante una victoria muy
celebrada , que le acredita ya su paso a la siguiente fase.
Colombia comenzó el partido
imponiendo su gran poder ofensivo: Ibarbo, Armero, Zuñiga, Cuadrado, el toque
sutil, inteligente, la zurda maravillosa de James Rodríguez acompañando a
Teófilo por dentro y siendo el socio de todos en fase ofensiva. Luego de los
primeros 20 minutos, repuntó un poco Costa de Marfil inquietando al arco
colombiano, pero cometiendo un error pues cuando atacaba no marcaba atrás.
Dejaba a los hombres de punta nuestros libres y así Colombia creó varias opciones
que no concretó.
Estaba ese momento del juego
para que Colombia utilizara bien las transiciones ofensivas, tras recuperar
pelota a su rival, pero no fue contundente, no terminó bien esas oportunidades. Cero a
cero terminó el primer tiempo, dejando ambos equipos la impresión de jugar sin
asumir riesgos en ataque decididamente, pues
si empataban llegaban a 4 puntos y habría posibilidades para los dos avanzar a octavos.
Pero en el segundo tiempo
vemos a una Colombia más decidida en ataque, va por bandas, entra por el
centro, se desdoblan un poco más Zuñiga y Armero, hasta que llega el gol
nuestro en cabezazo de james Rodríguez. Colombia tiene individualidades,
argumentos tácticos, para superar la defensa rival. Reacciona Costa de marfil y
se hace un partido con llegadas en ambas porterías y en una gran jugada
individual de Gervinho empatan los africanos.
Colombia insiste, hay toque,
más juego colectivo, movimientos que desestabilizan la defensa adversaria y
llega el segundo gol por Quintero. Costa de Marfil busca con todo el empate,
Colombia ordenada, entregada, muy aplicada colectivamente, aguantando bien en
defensa, aunque por momentos metiéndose demasiado cerca de su propia área y
hace contraataques rápidos, pero el resultado se mantiene y es un segundo gran
triunfo de nuestra selección en Brasil.
El final dramático, estos
partidos son así, a muerte, dejando el alma en la cancha, duros por la reacción
rival, no había espacio para el error, y
lo jugó Colombia poniendo mucho esfuerzo, concentración, admirable la actitud
de equipo adentro y afuera de la cancha, apoyado por una ferviente hinchada que
llenó completamente el estadio y lo apoyó con todo durante los 90 minutos y una
vez terminado el juego fue una alegría fantástica la que se vivió en la cancha.
Dos partidos, dos triunfos. El
estado anímico sube. La confianza, las convicciones cada día están más
fortalecidas, que la euforia se dosifique, se controle. Colombia va paso a paso
respondiendo a la expectativa y a los antecedentes recientes de eliminatorias.
No está Falcao, pero no se ha perdido el poder ofensivo y eso es muy valioso, y
en defensa estamos cada vez mejor. Es un equipo que está creciendo en la
dinámica comportamental de un eficaz equilibrio en su funcionamiento, en su
modelo de juego.
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